MIGUEL
PIÑERO ALCAIDE “CAYETANO”.
Es Miguel Piñero, un tarifeño que se ha caracterizado por su afición al “arte de Cúchares”. Uno más de tantos españoles que un día soñaron con la fama que proporciona el traje de luces, y ¿por qué no decirlo? con las fincas que se pueden
Comprar cuando las “cosas ruedan”
También es uno más de esos toreros que no llegó más allá de los primeros
“pinitos”, porque es muy difícil llegar a los más alto, al estar esta cima
reservada para unos cuantos privilegiados de la legión que forman los matadores
de toros de todos los tiempos.
Otro andaluz más que vio como sus ilusiones de ser torero de carteles de
feria, quedaron en el baúl de los recuerdos por los imponderables de este
abigarrado mundo de los toros.
Miguel adoptó un nombre artístico, nada menos de “Cayetano”, pero para
su desgracia, no prevaleció como para eclipsar al nuevo triunfante de la
familia Rivera Ordóñez, sino que aquel "Cayetano" no pasó de torear
algún que otro festival con mayor o menor éxito, y de trastear en los tentaderos
las vacas que, las figuras toreras invitadas por el ganadero, dejaban para los
que “hacían tapia”, o bien entrar en nuestro círculo familiar donde teníamos
vacas compradas de desecho que, antes de llevarlas al matadero, aprovechábamos
su bravura para “matar el gusanillo de la afición” dando unos capotazos o
muletazos ejecutados con más o menos arte. “Cayetano” era avisado del evento al
que acudía puntual con su capote y muleta que nunca
faltaron en su “ajuar taurino”.
Después, sí ha
conseguido integrarse en el “mundo del toro” y colaborar con empresarios y
ganaderos en las funciones propias de sus trabajos hasta llegar a la amistad
con los mismos debido a su efectividad, agrado y diligencia en el trabajo
encomendado.
¿Afición?, ¡toda!,
incluso hoy a sus 74 años, cuando tiene oportunidad de ponerse delante de una
vaca en cualquier tentadero, lo hace y sin dudar un momento.
Su contacto con el
mundo del toro, comenzó de mozalbete, trayendo a cuerda dos becerros desde
Conil hasta el matadero de Tarifa, contratado por los carniceros de la Ciudad
de Guzmán “El Bueno”, por el módico precio de 25 duros, (algo más de
0,60 céntimos de euro) que no era un “capital” si tenemos en cuenta que tuvo
que dormir debajo de un puente a la altura de la “Venta de Retín”, en este su
viaje más largo.
Normalmente solía
traer los becerros desde las fincas ganaderas de bravo "Larraez" o "Iruela"
por un precio de 10 duros (0,30 céntimos de euro). Los dejaba en la plaza de
toros y una vez allí les encerraban en cualquiera de los ocho chiqueros con que
contaba la plaza, puesto que el Matadero Municipal era el desolladero de la
misma plaza.
También condujo toros
a cuerda desde la campiña tarifeña hasta “El Guijo” que era donde estaba la
báscula. El precio de esta conducción, era de 20 duros (0,60 céntimos de euro).
Como muchos de estos
bóvidos transportados eran bravos, alguno de ellos, como un colorao de la Viuda
de Román, se escapó y se metió en la oficina del Cuartel de la Guardia Civil,
ubicada en aquel entonces en la calle Batalla del Salado que era carretera
nacional 340.
En una ocasión trajo
una vaca de la costa ("Parque del Estrecho" entre Algeciras-Tarifa)
amarrada con una cuerda que iba desde una pata a uno de los cuernos. La vaca se
soltó y cogió a "Cayetano". En la noche fue toreada en la
plaza por Pepe Moya “El Cartero” muriendo el animal de un “berrenchín”
En la plaza de toros, "Cayetano" toreó por la noche animales bravos destinados al sacrificio junto a los hermanos Núñez (Luis y Javier) y el primo de estos, Carlos Núñez de Troya, mientras que el día le dedicaban a jugar al futbol (él denomina pelota) en la playa. Era por aquellos veranos que venían estos ganaderos a veranear a Tarifa, huyendo del calor sevillano, acompañados por su profesor para no “perder comba” en sus estudios.
En la plaza de toros, "Cayetano" toreó por la noche animales bravos destinados al sacrificio junto a los hermanos Núñez (Luis y Javier) y el primo de estos, Carlos Núñez de Troya, mientras que el día le dedicaban a jugar al futbol (él denomina pelota) en la playa. Era por aquellos veranos que venían estos ganaderos a veranear a Tarifa, huyendo del calor sevillano, acompañados por su profesor para no “perder comba” en sus estudios.
Cuenta que cada
carnicero tenía su matarife. Célebres los matarifes: Fernando Rodríguez Ortiz
que estuvo 52 años en el matadero.. O Paco Madrid o “Pepín”. Por aquellos tiempos
había media docena de carnicerías tales como: las de los hermanos Joaquín y
Curro Castro. José Escribano, Antonio Chamizo, Pepe “El Cartero” y la madre de Paco Madrid.
La carne desde el
“matadero” de la plaza de toros, era distribuido por el basurero “Chicharera” en un carro dotado de
ruedas de madera tirado por dos mulas
que con había tomado un cajón de transporte de toros como caja
En 1968 alquiló, por
50 duros, un taxi a Rafael Garrido (que tenía un coche que había comprado al
matador de toros ecijano, Jaime Ostos), para ir al festival que en Tahivilla
organizó Antonio Rivera (padre de “Paquirri”) donde actuaron Francisco
Rivera y su hermano José, y llevar al “Tarifeño” que al final iba a
lidiar unas vacas de D. Carlos Des Allymes.
Compatibilizaba esta
actividad para-taurina con otras como era el llevar los “pitracos” de carne
(recorte del saneamiento de los canales de carne) desde el matadero a las
fábricas de pescados de Salvador Pérez, Rafael Utrera, Peralta, "Los
Valencianos", "Feria", Juan Aranda, Carranza y Diego Piñero, para
alimento de los perros que las cuidaban. Fábricas que estaban ubicadas, la
mayoría de ellas, en la actual Avenida de Andalucía concretamente desde en
donde ahora está ubicada la tienda de Fotos Rojas hasta el final de la Avenida
más allá de donde en la actualidad está el "Edificio Andalucía".
Otras estaban en la calle San Sebastián y otra en la Chanca.
Al actuar como
torilero, y cabestrero en ocasiones, en las plazas emblemáticas del Campo de
Gibraltar tales como Algeciras, San Roque o Tarifa le ha hecho ser conocido por
todos los diestros, famosos y menos famosos, que han actuado en estas plazas y
como él tiene afición por toneladas disfruta fotografiándose con ellos, de ahí
que conserve un importante álbum fotográfico.
Como también ha
colaborado con las empresas taurinas en el trabajo de pegar carteles
anunciadores de los festejos, posee una amplia colección de los mismos que
pasados los años tendrán cotización en el mercado del coleccionismo.
La primera vez que toreó fue en el año 1954 en un Festival de la Virgen de la
Luz. Se enfrentó a unas becerras de D. Carlos Des Allymes que vinieron a
cabestros desde la finca ganadera "Tapatana". Al llegar a
Tarifa se desmandaron y una de ellas se encontró con el trío D. José el
maestro, D. José Torres y "Cayetano". Éste hizo el quite a D.
José el maestro, y tras refugiarse detrás de un palo de teléfonos, la becerra
le echó mano y le hirió en un brazo siendo curado por D. Mariano Vinuesa, el
practicante emblemático de la ciudad de Tarifa. En este festival intervinieron
como espadas: D. Benito Flores, Pepe Falucho, Pepe Donda y naturalmente, pese a
la herida, Miguel Piñero “Cayetano”.
En la plaza de toros
de Tarifa, su plaza, se tiró dos veces como espontáneo: la primera en una
novillada con caballos organizada por el empresario D. Luis Escribano, en la
que actuaban la rejoneadora Paquita Rocamora y los novilleros, Luis Escribano y
Salvador Mateo. “Cayetano” que estaba en el tendido de sol acompañado
por sus colegas de correrías taurinas, “El Cigarrón”, “El Liaillo”,
Mermesa y Manguilla, se tiró portando una muleta y no llegó a dar un pase
porque el novillo le “echó mano” nada más pisar el ruedo. Los subalternos lo
retuvieron tras recogerlo del suelo, y la guardia civil lo llevo al Hospital
donde estuvo hospitalizado tres días a consecuencia de las magulladuras
sufridas. La segunda vez fue en otro festival en el que toreaba Luis Serrano
(aficionado con unas portentosas facultades de conocimiento y dominio de las
reses con quien departimos tentaderos en varias ocasiones) a un toraco palurdo
al que le hizo una gran faena.
En el año 1964 formó
parte como torero en la parte seria en el espectáculo del Bombero Torero. Actuó
de luces junto al sobresaliente “El Cañailla” de San Fernando con trajes
alquilados a “El Vito” de San Fernando.
En el año de 1969 actuó en una novillada con erales de Sánchez y Sánchez de Olvera, junto a, Joaquín dos Santos, “El Tarifeño” y el “Chato de Málaga”
En el año 1971 volvió a vestirse de luces en su pueblo natal para actuar junto a los novilleros, Salvador Fernández, Antonio Cantero y “El Tarifeño” con erales de Ybarra.
En el año de 1969 actuó en una novillada con erales de Sánchez y Sánchez de Olvera, junto a, Joaquín dos Santos, “El Tarifeño” y el “Chato de Málaga”
En el año 1971 volvió a vestirse de luces en su pueblo natal para actuar junto a los novilleros, Salvador Fernández, Antonio Cantero y “El Tarifeño” con erales de Ybarra.
En el año 1973 con
novillos de Ana Romero, siendo empresario Antonio Román actuó junto a Eusebio
Fernández “El Insólito” ( que
desapareció y no le encontraron por mucho que le buscaron), el sobrino de Pilar
Barrera de Jerez y otro novillero de El Puerto de Santa María, cuyos nombres no
recuerda .
En 1980 actuó en
Tarifa junto a “Macareno” de La
Línea, El Insólito (quien tras parar
al novillo sufrió una lipotimia no pudiendo llevar a cabo la faena de muleta),
siendo finiquitado el novillo por el hoy matador de toros retirado José María
Núñez, tras haberse arrojado un espontáneo. Las reses eran de Miguelín.
Ha formado parte de
numerosos Festivales taurinos que arrancan del primero celebrado en San Fernando cuando era soldado de
Infantería de Marina y se lidiaron tres vacas con motivo de la celebración de
la Virgen del Carmen patrona de la Marina, junto a otros dos novilleros; uno de
Algeciras y otro de San Fernando que servían en la Marina.
Festival de la
Sociedad del Caballo de Tarifa, donde era Director de Lidia, actuando al lado
de aficionados tarifeños.
Festival de la Guardia
Civil de Tarifa en el año 1973.
Festival de
Caritas del año 1998 que fue un
tentadero en la plaza con vacas de D. Joaquín Núñez del Cuvillo que arrojó un beneficio
de 500.000 pesetas.
Festival en el año
1994 en pro de la Cruz Roja que no llegó a celebrarse porque a última hora el Alcalde que gobernaba
D. Antonio Ruíz no concedió la cesión de la plaza de toros.
Como las cosas
taurinas no le rodaron hubo de buscarse la vida en la pintura, pero no en la
pintura de cuadros con fines expositivos, sino en la pintura de brocha gorda
encalando la mayoría de las fachadas de las casas de Tarifa en aquellos tiempos
en que el Ayuntamiento exigía el encalado anual para mantener la ciudad
decente.
Hoy vive de una pensión no contributiva heredada de su madre.
Es Miguel una persona agradable, simpática y está siempre dispuesto a colaborar
en la preparación tanto de un Festival Taurino como de un escenario taurino
digno con cualquiera que organice un evento de tipo taurino, aportando sus
carteles, capote, banderillas y cuadros con sus fotos de torero.
El año,pasado le tocó un cupón de la ONCE que le ha sacado de sus apuros.
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