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viernes, 21 de octubre de 2011

CALENTANDO MOTORESPARA LA NUEVA LICITACIÓN POR LA PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS.

CALENTANDO MOTORES PARA NUEVA LICITACIÓN POR LA PLAZA DE LAS VENTAS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Cumplido el periodo de concesión de explotación de la Plaza de Toros de Las Ventas, nuevamente estamos con la zarandaja de nuevas plicas, estudios y concesión.
Uno de los empresarios interesados, el francés Simón Casas, presenta su tarjeta con el título “Gestión del futuro del toreo”.
Su intención es: “reformar la imagen de la Tauromaquia anclada en el siglo XIX, para que el valor del arte y la cultura sea el que impere en el mundo de los toros”.
Simón soltó esta parrafada y se quedó tan pancho que diría el castizo madrileño.
Analizando el toreo en el siglo XIX quizás el señor Casas paró su lectura en las primeras tres décadas del siglo donde hubo un decaimiento de la fiesta (como ahora) debido la prohibición de celebración de corridas de toros y novillos por parte del rey Carlos IV a la que se sumó la larga Guerra de la Independencia que llevó a la extenuación de las ganaderías bravas y finalmente a que, tras morir Pepe-Hillo, no surgió torero de interés hasta 1830 en que apareció Francisco Montes “Paquiro” (1805-1851) que a parte de inventar el galleo publicó la primera Tauromaquia Después le siguió Francisco Arjona “Cúchares” que revolucionó el toreo de tal manera que se le llamó “el arte de Cúchares”.
A partir de ese momento, hay que seguir leyendo la historia, señor Casas, para ver la aparición de toreros importantes tan emblemáticos como Rafael Guerra “Guerrita”, Rafael González Madrid “Machaquito”, Rafael Molina Martínez “Lagartijo chico”, Rafael Bejarano Carrasco “Torerito”, José Redondo “El Chiclanero”, Antonio Sánchez “El Tato”, Emilio Torres “Bombita”, Salvador Sánchez Povedano “Frascuelo” que formaron parejas enfrentadas y que hicieron que este siglo se denominara como “Primera Edad de Oro del toreo” con “Guerrita” a la cabeza.
Estamos totalmente de acuerdo con otra de sus matizaciones donde dice: “Madrid debe ser el baluarte para definir el camino de la defensa de nuestra amada fiesta”
Pero ojo, ¡defender la Fiesta en su exacta valoración no sólo políticamente!, puesto que eso ya lo está haciendo la Presidenta de la Comunidad de Madrid.
Sigue Simón Casas elucubrando cuando dice: “La fiesta de los toros es arte y la reforma debe estar sustentada en la concepción artística que supone una corrida”
Por descontado, señor Casas, que la corrida es arte, un arte que surge improvisado al momento. Un arte irrepetible en cada cuadro de la representación de la corrida y que hoy gracias a las cámaras grabadoras de la escena puede verse y analizarse, mientras que el espectador aficionado de la corrida lo ve en el mismo instante de la creación y por eso vibra cuando encuentra el verdadero arte y lo retiene por siempre en su memoria.
Arte que por otra parte se da a cuenta gotas, porque, con la mano en el corazón, ¿podría decirme señor Casas?, cuantos toreros de los que componen el escalafón actual de figurones, son capaces de crear verdadero arte toreando.
Una cosa es pegar pases, que de hecho lo hacen todos los coletudos, y otra muy distinta, es dar pases con arte. Acción que está sujeta a multitud de matizaciones y circunstancias por parte de ambos creadores de arte: TORO y TORERO.
En Madrid precisamente hasta el momento, y quiera Dios que siga por los años que dure esta bendita fiesta, las características del toro (exigiendo el máximo trapío) no propicia, mucho que digamos, el desarrollo del arte por parte de los toreros, más pendientes de salir indemnes que de crear arte.
¡Madrid es la primera plaza del mundo por su afición que exige un toro-toro!
En el arte hay dos componentes: Ética y Estética. La ética la pone el toro y de momento las figuras, salvo contadísimas ocasiones, no están matando toros-toros.
El arte requiere “toros a medida” y aunque llevan tratando de meterlos en Madrid, hasta el momento, por suerte para el aficionado, no lo han conseguido de manera rotunda.
Por ello creemos que la labor de Luis Francisco Esplá como encargado del comité de Ética para la difusión del arte dentro del marco de la Plaza de Toros de Madrid, será ardua y a mí personalmente se me antoja imposible a pesar de ser un torero que cuando estaba en activo conocía perfectamente al público de Madrid y al tendido 7 que le despidió, concediéndole las dos orejas en el toro de su despedida. Pero esa es otra cuestión.
Luis Francisco Esplá no podrá cambiar nunca la forma del toreo porque él fue un clásico en todo, desde la forma de vestir (bordado del traje de torear, hombreras, montera) hasta en la forma de torear (siguiendo los cánones del toreo antiguo, que por descontado carecía del arte y estética actual). Tal vez pueda cambiar la percepción del espectador a nivel internacional, pues es un buen comunicador y conoce el tema, pero cambiar la percepción del público de Madrid se me antoja tarea imposible.¡El aficionado de Madrid lo tiene más que claro!
Simón Casas jugó a ser escritor con la edición de su obra: “El reverso de la capa” y una vez metido en este mundo pues… a tirar de colegas, como Fernando Sánchez Dragó, de forma premeditada, para que involucre en su proyecto a la intelectualidad, como en su tiempo lo hizo Belmonte de forma espontánea, porque ahora que estamos en Cultura hemos de demostrar que los taurinos somos cultos y defender desde esta tribuna la Fiesta de los Toros, lo que me parece de perlas para luchar contra la decadencia de la Fiesta y los egoístas e interesados independentistas antitaurinos.
Un Dragó que llegó a los toros, como él mismo dice: “a través de los cuadros que en su día construyeron Goya y Picasso, a través de los relatos, de la escultura y la música”. ¡No como aficionado! Ya que desde que fue por primera vez a una corrida de toros en el año 1951, no le hemos visto aparecer por Las Ventas hasta que José Tomás destacó y ahora seguro que al igual que Goya quiere convertirse en “Don Fernando el de los toros”, pues dice que: “en la cuadrilla que componemos el equipo de Simón Casas, hay dos matadores de toros: Simón Casas y Luis Francisco Esplá y un sobresaliente que es él”
Un Sánchez Dragó, leal pero infiel por naturaleza, que es posible que tomándose una galletita de marihuana y con la petaca de whisky en el bolsillo sea capaz, ¿cómo?, de meter cultura a la corrida.
Su mayor mérito taurino el premio que la Real Federación Taurina le concedió en la XVII edición correspondiente al año 2010 con el Cossío al Aficionado Insigne, pero hay que valorar el peso y el hacer de la Real Federación Taurina.
Veo demasiado eufórico a Simón Casas, tras haber llenado la plaza de toros de Valencia en un momento puntual como era la reaparición de José Tomás en España tras la grave cogida de Aguascalientes. ¿Pero ojo, señor Casas!, que estas efemérides no se dan en todas las temporadas.
Carlos Abella como nuevo Director Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, sustituto de nuestro amigo y compañero José Pedro Gómez Ballesteros, tiene una papeleta difícil en la confección de las bases que rijan las plicas de solicitud de concurso para optar a la concesión de la plaza de Las Ventas, donde por su importancia económica prima por encima de todo la cuestión crematística tan necesaria para los fines de la Comunidad de Madrid. Si logra salvar este escollo, los otros que le aparecerán les puede “torear”, exigiendo: honradez de gestión, integridad del toro, valor y verdad del torero.
Premisas que analizadas pormenorizadamente se basan en:
Exigencia de:
-Empresario de verdad, controlado por la Comisión Taurina de CAM.
-Toro como elementos fundamental de la fiesta.
-Lidia en los tres tercios a todos los toros.
-Toreo en todos los del paseíllo.
-Integridad, seriedad y pureza desde la dehesa hasta los despachos.
-División de poderes, para que el empresario defienda al aficionado, el apoderado a su torero y el ganadero la integridad de su productos.
-Incompatibilidad de empresariado y apoderamiento.
-Permitir al abonado aportar opiniones sobre elección de empresarios concurrentes.
-Pureza de la Fiesta con recuperación de lo bueno del pasado.
-No repetir ganaderías fracasadas en anteriores comparecencias.
-Dar oportunidad de poder presentar plicas a todos los empresarios.
-Repetir a los toreros modestos triunfadores.
Si todas estas cosas se cumplen, lo siguiente… pues como dice un refrán de mi pueblo. “Quien más chifle, capador”.