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lunes, 28 de agosto de 2017

FINIQUÍTÓ LA FERIA TAURINA DE BILBAO 2017.

FINIQUITÓ LA FERIA TAURINA DE BILBAO EDICIÓN 2017.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Los que escriben de toros casi siempre loan a los matadores o a los toros que, indudablemente, son los protagonistas principales de la Fiesta.
Pero en nuestra Fiesta más Nacional, hay otros personajes que merecen nuestra consideración como pueden ser los alguacilillos y en este caso concreto la única alguacililla de plaza de primera, Begoña Ventosa
Hoy quiero traer a mi blog a esta mujer que actualmente junto a su padre José Luis realiza diariamente y, durante todo el ciclo, el despejo de plaza y adornada de su capa esclavina verde, diferenciadora de misión, entrega los trofeos a los diestros triunfadores.
La vimos por primera vez en la temporada, ya lejana, del 2002, cuando encabezaba paseíllo, montando un grácil caballo árabe de capa torda en fase blanca, flanqueada por su padre José Luis Ventosa Pariente y su primo Locay Ventosa.
Nos entusiasmó desde el primer momento pues, montada sobre su árabito, le imprimía unos andares de aires dulces y alegres mientras movía la cola contento portando  a la amazona de pelo rubio recogido en trenza de confección perfecta, a la manera de infanta Elena, que ponía al descubierto cuando, tras cumplimentar al presidente Matías, se desprendía del sombrero plumífero para tratar (casi siempre en vano) de recepcionar, a modo de canasta de básquet, la llave, forrada en goma, arrojada desde el palco presidencial por éste casi eterno mandamás de los festejos de la Vista Alegre bilbaína.
Ahora monta un caballo, también tordo en fase blanca, que luce casi los mismos aires gráciles del arabito, aunque con los matices propios de la raza, inculcados en la doma de esta mujer dotada de una monta elegantísima posiblemente derivada de las muchas horas que pasa encima de un équido como profesora del Club Hípico que regenta en Okendo.
Cuando acaba la feria taurina de Bilbao nos sentimos nostálgicos y echamos de menos muchas cosas como si nos faltara algo al llegar las 18,00 horas de la tarde
Recordamos al presidente Matías por sus decisiones cambiantes  según su estado de ánimo y de los toreros actuantes y no podemos por menos de acordarnos de ese pasodoble del “Club Cocherito” que abre paseíllo; de esa pareja de alguacilillos (padre e hija) que sonrientes y dialogantes dan una nota de paz en la plaza; de esos matadores y cuadrillas que, con mayor o menor éxito, se han jugado la vida, e incluso llegamos a añorar el oscuro piso del ruedo mezcla de arena y grava  procedente de las canteras Markina- Aulestia
Y no podemos por menos también de sentir decepción al ver que esa Feria del Toro que, en otros tiempos llevaba la plaza a rebosar, ahora presente excesivo hormigón sin cubrir porque ni los toreros ni los toros han sido capaces de motivar al personal aficionado que por diversos motivos, susceptibles de revisar, ha dejado de asistir a las corridas.