FINIQUITÓ
LA FERIA TAURINA DE BILBAO EDICIÓN 2017.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Los
que escriben de toros casi siempre loan a los matadores o a los toros que,
indudablemente, son los protagonistas principales de la Fiesta.
Pero
en nuestra Fiesta más Nacional, hay otros personajes que merecen nuestra
consideración como pueden ser los alguacilillos y en este caso concreto la
única alguacililla de plaza de primera, Begoña Ventosa
Hoy quiero traer a mi blog a esta mujer que
actualmente junto a su padre José Luis realiza diariamente y, durante todo el
ciclo, el despejo de plaza y adornada de su capa esclavina verde, diferenciadora
de misión, entrega los trofeos a los diestros triunfadores.
La vimos por primera vez en la temporada, ya
lejana, del 2002, cuando encabezaba paseíllo, montando un grácil caballo árabe
de capa torda en fase blanca, flanqueada por su padre José Luis Ventosa
Pariente y su primo Locay Ventosa.

Ahora monta un caballo, también tordo en fase
blanca, que luce casi los mismos aires gráciles del arabito, aunque con los matices propios de la raza, inculcados en la doma de
esta mujer dotada de una monta elegantísima posiblemente derivada de las
muchas horas que pasa encima de un équido como profesora del Club Hípico que regenta en
Okendo.
Cuando acaba la feria taurina de Bilbao nos
sentimos nostálgicos y echamos de menos muchas cosas como si nos faltara algo al llegar las 18,00 horas
de la tarde

Y no podemos por menos también de sentir
decepción al ver que esa Feria del Toro que, en otros tiempos llevaba la plaza a
rebosar, ahora presente excesivo hormigón sin cubrir porque ni los toreros ni los
toros han sido capaces de motivar al personal aficionado que por diversos motivos, susceptibles de revisar, ha dejado de asistir a las corridas.