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viernes, 1 de febrero de 2013

LA QUINTA CORRIDA DE LA FERIA MATEA VALLADOLID 1981.



QUINTA CORRIDA DE LA FERIA MATEA VALLADOLID 1981.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Bajo la presidencia del Comisario de Policía D. Gregorio Marbán asesorado en materia artística por D. Fernando Merino en una tarde de temperatura agradable y con lleno hasta la bandera se celebró esta corrida en la que con cinco toros de D. Francisco Galache y uno de D. Lisardo Sánchez hicieron el paseíllo los diestros: Pedro Moya “El Niño de la Capea”, Julio Robles y Juan Antonio Ruiz “Espartaco”.
El Niño de la Capea (azul marino y oro). A su primero un toro de 475 perteneciente a la divisa de D. Francisco Galache, no logró ligar faena porque el toro se caía continuamente. Mató de pinchazo hondo y descabello recibiendo saludos desde el tercio..
En su segundo un toro con 494 kilos perteneciente a la divisa de D. Lisardo Sánchez, el salmantino estuvo sensacional. Era un toro  bandera que se crecía en cada muletazo. Realizó una extraordinaria faena donde sobresalieron algunos muletazos meritorios y artísticos.. Faena ligada, templada y sobre todo reposada, que finiquitó de media estocada y descabello al primer intento. Las dos merecidas orejas premiaron la labor.
Julio Robles (blanco y oro). No logró confiarse en su primero, un toro de 461 kilos de peso. Lo mató tras dos pinchazos de una estocada echándose descaradamente fuera en el embroque. Su labor fue silenciada.
En su segundo. Un toro de 460 kilos que fue un toro bueno que terminó entregándose. Julio salió dispuesto a dar réplica a Capea. A fuerza de consentir y de no dejar pensar al toro, con la muleta materialmente metida en el hocico logró una faena extraordinaria con buenos muletazos  Gran estocada ( la mejor hasta el momento de lo que va de feria) de la que sale desarmado y perseguido por el bravo animal. Se le concedió la oreja.
Juan Antonio Ruiz “Espartaco”. En su primero de 500 kilos, estuvo porfión y valiente. Lo mató, tras dos pinchazos de media rinconera. Hubo de saludar desde el tercio mientras el toro era pitado en el arrastre.
En su segundo. Un toro de 500 kilos (que sustituyó al titular devuelto por cojo).  Expone mucho ante un peligroso toro y no logra remontar en su faena de muleta. ¡Se la jugó de verdad “Espartaco"!. Lo pasaporta de media estocada, tras pinchazo, y descabello al primer intento. Es premiado con una ovación.
Nuevo desastre ganadero en la Feria de Valladolid motivado porque D. Francisco Galache también estuvo en la cresta de la ola ganadera al criar toros denominados “garlaches” (por la dulzura de sus embestidas). Esa selección negativa de bravura y casta se paga a la larga y es lo que en la actualidad está pagando D. Francisco, pues no hemos de olvidar que el toro bravo procede del toro manso y …siempre, siempre, la naturaleza trata de llevar lo “fabricado” a sus orígenes que, este caso, no es otra cosa que la mansedumbre.
¡Hoy los tres primeros toros eran tan mansos que no querían ni embestir! por eso los componentes de una Peña Taurina vallisoletana canturrearón en repetidas ocasiones esa canción de:
 “Tengo una vaca lechera, 
no es una vaca cualquiera….etc etc”
 Lo sentimos por nuestro paisano D. Francisco que, como todo ganadero trató de hacer en su tiempo las cosas bien, pero…hoy ha de pagar esas consecuencias.