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sábado, 14 de junio de 2008

LOS TOROS EN ALGECIRAS.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.


La repercusión del triunfo de José Tomás en su retorno a las Ventas ya ha tenido sus efectos en nuestro Campo de Gibraltar.
En Algeciras, hoy se han puesto a la venta las entradas sueltas para el ciclo ferial y esta mañana a las 11,00 horas AM, fuimos unos aficionados de Tarifa a las taquillas de la Plaza de las Palomas con la finalidad de adquirir unas entradas para las corridas que nos interesaban. No habíamos adquirido el abono al no estar entre nuestras preferencias alguno de los festejos.
Al subir las deterioradas y descuidadas escaleras, que son una verdadera obra de arte con sus azulejos con los hierros de las ganaderías del bravo español, nos extrañó la enorme cantidad de gente que estaba sentada en las barandas. Luego, arriba del todo, vimos mucho más público y una cola de unas cien personas. Al preguntar al último de la fila, protegida por agentes de la policía nacional vestidos con traje de campaña azul, nos informó que si teníamos número, pues resulta que esta empresa continuación de aquella Toresma,1,2,3 etc que tanto dio que hablar en su gestión de la plaza de Las Ventas de Madrid, ha implantado la moda de dar al parecer 250 números y cuando estos se agotan cierran la taquilla y ya no despachan más localidades hasta que nuevamente en una nueva cola vuelven a repartir otros 250 números y así hasta que se acaben los días de apertura de taquilla. Otra persona nos dijo habían dado 500 números. ¿Será como función humanitaria para con sus empleados? ¿Tal vez para ahorrarse personal laboral?
A los que venimos de otras latitudes de esta fragmentada España, nos extraño tal proceder si bien para los oriundos de aquí no les causó excesiva sorpresa puesto que es práctica habitual hasta para renovar el Carnet de Identidad, asignar un numerito y... a esperar en plena vía pública,n llueva o ventee.
¡Inaudito, pero totalmente cierto!
Muchas veces se ha dicho que, la Fiesta de los Toros si es que algún día desaparece, no será por culpa de los antitaurinos, sino por las aberraciones y caprichos de los propios taurinos. Creo es una aseveración totalmente cierta.
Se imaginan que les ocurriría a los Sres Lozano, si la gente en masa hiciera y tomara la decisión que hemos tomado nosotros. ¡No ir a los toros en Algeciras! Porque se pueden aguantar muchas cosas en la vida, pero nunca se debe pasar porque “le tomen a uno el pelo,” por muy José Tomás que pegue pases y mate a los toros de un encontronazo.
Por otro lado, corriamos el peligro de que cuando lleguemos a la ventanilla y pidamos una entrada de jubilado nos digan que ya no hay, por haberse agotado o porque el Ayuntamiento las ha reservado para los jubilados de su ciudad. como nos ocurrió hace unas semanas en la vecina ciudad de Los Barrios.
Cualquier cosa puede ocurrir en esta tierra, la denominada de María Santísima, donde ya se aprobó un Reglamento Taurino propio y la vida se rige por criterios más que particulares.
En una ocasión "Guerrita" dijo, ante la incomprensión de su toreo por el publico de Madrid: “En Madrid que atoree San Isidro” y nosotros que estamos en nuestro perfecto derecho de gastar nuestros euros en lo que nos de "la real gana," pues iremos a ver toros a otra parte o nos abonaremos a la “caja tonta” para visionar la feria del Toro de Pamplona por cuarenta euros mal contados y veremos carteles completos y toros de verdad, sin tener que desplazarnos, estar muy pendientes de la faena (al no haber repetición), no tener que pasar calor y estar cómodos en un sofá en vez de con las “posaderas” encallecidas por el contacto con la dura piedra de los tendidos recalentados por el sol desde las primeras horas de la mañana.
Y lo peor de todo es que como uno se acostumbre a esto es difícil que vuelva a pisar una plaza de toros y si son multitud los que tomen esta decisión, los toros pueden venirse al traste y los empresarios tengan que rogar al público que vaya a taquilla, a cualquier hora del día o de la noche para comprar su entrada de acceso al recinto sin pensar en la comodidad de un gerente o personal de plaza.