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miércoles, 9 de enero de 2008

LAS MUJERES TORERAS.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ Veterinario y escritor.

De siempre la mujer española ha sido aficionada a asistir a las corridas de toros. Un antiguo exponente gráfico de ello lo encontramos en una de las pinturas del techo de alfarje del claustro de Santo Domingo de Silos, donde una mujer arroja un arponcillo a un toro para enfurecerlo.
Y no solo la afición se encontraba en las mujeres del pueblo sino que las aristócratas también se decantaban por uno u otro torero. Así: la duquesa de Benavente era partidaria de Pedro Romero, mientras que la de Alba lo era de Joaquín Rodríguez “Costillares”.
Había rivalidad en todos los ámbitos de la sociedad, por eso desde el escenario del Corral de la Cruz, la tonadillera “La Caramba” cantaba seguidillas que ensalzaban sucesivamente a Pedro Romero y a “Costillares”:


Cuando Pedro Romero
pisa la plaza,
No hay otro hombre en el mundo
de mejor planta.
¡Anda moreno,
que te quita la novia
Pedro Romero!.
……………………
Encima de la cama
tengo un retrato,
donde está “Costillares”
con plante majo.
Cuando me duermo,
el majo que me vela
me quita el sueño.


Era Felipe IV quien reinaba en aquél lejano año de 1654, cuando en el día 25 de junio debutaba como picadora la primera mujer-torero, según comunicación al Consejo de Castilla que nos da fe de este hecho: “S.M mandó que se diesen cuatro toros a los tres de las tres lanzadas de a pie, y a la labradora que la dio a caballo y porque a los lacayos de S.M cuyos son los toros no se les siga tanto perjuicio me ha mandado S.M decir a V.S.J que ordene V.S.J al corregidor que a los que dieron las cuatro lanzadas se les haga bueno su dinero, lo mismo en que se vuelvan los toros, que creo son catorce o diez y seis ducados”
Y es que en aquella época no había problemas para dejar que las mujeres toreasen, pues el rey nacido en Valladolid en el año 1605 y fallecido en Madrid en el año 1665, dejó las cuestiones del reino en manos del valido Conde Duque de Olivares que bastante tenía con los problemas que le reportaron sus ansias de mantener la hegemonía en el Continente, lo que le llevaron a: que le salieran “respondonas” Inglaterra y Francia; que España pasara por 4 bancarrotas de la Real Hacienda que; tras el intento de subir los impuestos, acabara con huelgas en el reino de Aragón , el principado de Barcelona y Portugal, llevándole finalmente a la caída y posterior sustitución por Luis de Haro.
El rey al que casaron a los diez añitos de edad con Isabel de Borbón, dos años mayor que él, y más tarde a los 43 años con Mariana de Austria, se limitó a “hacer niños” tanto a sus esposas como a toda moza que por ahí pillara, reuniendo un total de doce hijos legítimos, de los que únicamente sobrevivieron tres: María Teresa, Margarita Teresa y Carlos II y otros naturales de los que el más conocido fue Juan José de Austria, fruto de su relación con la actriz Josefa Calderón. Apodada “La Calderona” a quien el monarca asignó un balcón con vistas a la Plaza Mayor de Madrid, para que desde él pudiera presenciar las corridas de toros.

Apareció la picadora nacida en Valdemoro (Madrid), Nicolasa Escamilla apodada “La Pajuelera”, por aquello de ser vendedora de alguaguidas o pajuelas de azufre. Inmortalizada por Goya en uno de sus aguafuertes sobre la tauromaquia y contra la cual el padre Sarmiento escribió:
”Este fenómeno ha sido la ignominia del devoto femíneo sexo, que tiene adherente la compasión, y la afrenta del indiscreto sexo barbado, que toleró y dio licencia para que saliese al público semejante monstruosidad. Cotéjese esa Pajuelera con el ejercicio de las niñas gallegas, que, puestas a la frente de una vaca o buey manso, están hilando todo el día y cuidando que ese ganado no eche la lengua a las mieses que tiene a boca. ¿Qué ha sido aquello sino ridiculizar la fiesta de los toros?. No dudo que apuraría todos los equívocos sobre el significado de toro toreado por una mujer a la vista de tanto marido”.
Un siglo después existe la referencia de una linajuda señora de la Corte que “mandó soltar en el jardín de su casa una furiosa ternera y ejecutó y desahogó con ella su robusta afición”, según cuenta José Daza en su libro “Preciso manejo y progresos…del arte del toreo”.
Y en ese mismo siglo, y en el año 1749, salió en la plaza de Antequera a quebrar garrochones una granadina que cuando lo logró con brillantez fue expulsada de la plaza por las gentes del andamio.
En Andalucía frecuentemente la mujer intervenía en acosos y encierros junto a los hombres. Es el caso de doña Antonia Bretendona que en su hacienda picó a varios toros con singular acierto.
Existe el caso curioso de una monja que abandona el convento para dedicarse al toreo. Se trata de la hermosa y bella dama llamada doña María de
Gaucín quien tras actuar por varios años en los ruedos españoles volvió a la paz conventual.
Cuando José Bonaparte ("Pepe Botella") reinó en España, autoriza la actuación pública de las mujeres-torero y aparecen las cuadrillas de la alicantina Francisca Coloma, de la sesentona Martina García y de Dolores Sánchez apodada “La Fragosa” que viste de hombre y con ellos se asiste en su cuadrilla.
En una de las primeras corridas celebradas por su iniciativa se anunció un cartel para el día 28 de julio de 1811 en el que se anunciaba a la rejoneadora Teresa Alonso. El ministro del Interior se niega a conceder la autorización para la actuación con este argumento:
“Las mismas razones porque no se permite a los niños y a los ancianos salir a torear a la plaza, hay para impedírselo a las mujeres; pero sobre todo debe atenderse a las de decencia y decoro público que se violan con semejante espectáculo cuyo influjo en lo moral es manifiesto, según dije a V.S cuando me propuso esta idea”.
Cuando a las cinco de la tarde comienza la corrida, uno de los componentes del cartel, Curro Guillén, de acuerdo con Teresa entrega un memorial a José Bonaparte, que preside la corrida, pidiendo autorización para que pueda actuar Teresita. Bonaparte, consulta al Corregidor si hay precedentes de actuación femenina, al haberlas aunque de muy antiguo, accede a la petición.
También aparece la famosa cuadrilla barcelonesa denominada “Las señoritas toreras” quienes debutaron en el año 1895 y actuaron por espacio de doce años y María Salomé Rodríguez Tripiana apodada “La Reverte”, protagonista del primer caso de travestismo, ya que era un hombre de pelo en pecho llamado Agustín Rodríguez guarda jurado jiennense.
El 2 de julio de 1908 el Ministro de la Gobernación del Gobierno de Maura, a la sazón don Juan de la Cierva promulga una Real Orden que prohíbe la actuación de las mujeres en los ruedos.
El preámbulo de la citada Ley decía: “La opinión pública ha protestado en varias ocasiones contra la práctica que se va introduciendo en las plazas de toros de que algunas mujeres tomen parte en la lidia de reses bravas, y si bien se alega que la ley no lo prohíbe expresamente, el hecho en sí constituye un espectáculo impropio y tan opuesto a la cultura y a todo sentimiento delicado que en ningún caso deben las autoridades gubernativas permitir su celebración como acto que ofende a la moral y a las buenas costumbres”.
Ley en la que seguramente habían influido negativamente las opiniones de los ilustrados antitaurinos tales como Sarmiento, Feijoo, Meléndez Valdés, Cadalso, Jovellanos, etc y de los teólogos y moralistas que no veían con buenos ojos que concurrieran a las corridas entreverados mujeres y hombres y los sociólogos que veían una pérdida de horas de trabajo por la asistencia a las corridas de toros: “ya que la pasión de los españoles por la fiesta hace que pierdan tres días de trabajo por corrida y malbaratan y empeñan su ajuar si no encuentran otro medio de agenciarse dinero para asistir”.
El Artículo 124 del Reglamento Taurino del año 1930 mantenía tal prohibición.

Pero en el año 1934 el Ministro de la Gobernación, Salazar Alonso, dejó sin efecto esta Real Orden, por lo que Juanita Cruz pudo hacer el paseillo en la Monumental de Las Ventas en 1936.
Real Orden que es ratificada por la Ley del 22 de julio de 1961, y derogada más tarde por Ley del 10 de agosto de 1974.
La Ley 56/1961 de 22 de julio reconocía a la mujer los mismos derechos que a los hombres para ejercer toda actividad profesional excepto su participación en la lidia de reses bravas, según recoge el artículo 49 del Reglamento de Espectáculos Taurinos.



Contra esta Ley luchó denodadamente, junto a su abogado José Briones, una torera alicantina de nombre María de los Ángeles Hernández apodada “Ángela” cuya verdadera vocación era el toreo a pie que estaba prohibido en España, pero que ella practicaba en Francia. hasta lograr derogarla por Orden del 10 de agosto de 1974.
En ese mismo año con fecha 15 de septiembre debutó como torero a pie en Jerez de los Caballeros.
Fue lesionada de consideración en muchas ocasiones a lo largo de sus más de 300 novilladas, hasta que tomó la alternativa en México en el año 1979 de manos de Manolo Martínez.

LA MUJER TORERO PROFESIONAL.

En Andalucía las mujeres que se distinguieron por su valor y destreza fueron las de las aristócratas de Jerez de la Frontera junto a las del Ducado de Medina Sidonia. Las primeras, acostumbradas a enmaromar los toros que sacaban a la plaza del Arenal para rejonearlos desde el estribo de sus coches,. Destacó en esta faceta, por su destreza con el rejón, doña Brianda Pavón.
Entre las profesionales hay que destacar a la rejoneadora Francisca García natural de Motril (Granada) que tras haber demostrado sus habilidades en plazas como la de Cádiz, Valencia, Murcia, Granada y otras capitales, fue vetada para actuar en Pamplona. Elevó instancia ante el Ayuntamiento pamplonés en los años 1774 y siguiente, donde hacía constar sus actuaciones en plazas como Tudela y Estella. No logró resultado positivo al encontrar el consistorio indecorosa la petición por su condición femenina y a pesar de estar casada con el banderillero Francisco Gómez que actuaba a las órdenes del torero navarro Matías Serrano.
Poco se podía lograr en aquellos tiempos, que eran peores aún por ser anteriores, a los que nos reflejó Pérez Galdós en su novela “Tristana” donde analiza las tres carreras de la mujer del siglo XIX cuando dice:
“Sólo tres carreras pueden seguir las que visten faldas: o casarse, que carrera es, o el teatro…vamos, ser cómica que es un buen modo de vivir, o…no quiero nombrar lo otro. Figúreselo”.
Como podemos constatar, en un principio la mujer actúa en los ruedos como rejoneadora.
Más tarde los empresarios tratan de inmiscuirla en pantomimas y mojigangas, donde predominan los trajes vistosos que incluso se anuncian de antemano en los carteles. Así un 27 de diciembre de 1818 la rejoneadora Andrea Cazalla sale vestida de sultana y el día 6 de agosto de 1820, Antonia Fernández sale vestida de turca. El traje causó impacto.
Antonia Fernández repite actuación con el mismo traje el 8 de diciembre de 1822 acompañada de Benita Fernández que vestía traje de china.
Con posterioridad las mujeres irrumpen en la suerte de picar toros si bien ataviadas de los trajes regionales de su procedencia como lo demuestra el cartel del 11 de diciembre del año 1836 en el que actúan como picadores: la zaragozana Magdalena García y la valenciana Mariana Duró que no debían hacerlo tan mal ya que cobraron la sustanciosa cifra de 240 reales cada una.
Hay una referencia a Petra Kobloski, como pionera de las cuadrillas femeninas. Un 5 de octubre se presentó en Tarragona y a causa de su escasa preparación taurina crearon un verdadero altercado de orden público que acabó con la cárcel para ellas y el empresario.
En el año 1839 aparece la primera cuadrilla en serio de mujeres toreras dirigida por la alicantina Francisca Coloma y en la que figuraban la asturiana Jorja García y Ramona Castelló.
Para ya el 26 de enero del año 1845 aparecer en Madrid, una importante cuadrilla femenina encabezada por Martina García, que permaneció en los ruedos hasta la edad de 60 años, con las picadoras: Teresa y Magdalena García con trajes regionales castellano y gallego respectivamente y con las banderilleras: Rosa Inard y Manuela Renaud que vestían de aldeana y pasiega respectivamente.
En 1886 aparece Dolores Sánchez “La Fragosa” que es la que por primera vez sale al ruedo vestida con traje masculino y se rodea de una cuadrilla de hombres. Toreó con éxito durante seis años.
Otras toreras famosas de este época fueron: Carmen Lucena “La Garbancera”, “La Frascuela”,La Mazzantina”, Laura López Cívico etc, sin que ninguna de ellas hiciera sombra a "La Fragosa”.
En el día 1 de enero del año 1895 aparece en Barcelona la cuadrilla femenina más importante de todos los tiempos la famosa “Señoritas toreras” adiestradas y puestas en escena por el periodista Mariano Armengol y Castañe “Verduguillo” En esta ocasión lidiaron un becerro.
La docena de muchachas presentadas a Armengol estaban capitaneadas por Julia Carrasco.


Pero el debut serio de esta cuadrilla tuvo lugar en Barcelona el 10 de marzo del año 1895 con tal éxito que se ganaron la repetición de actuación en las fechas del 17 y 24 del mismo mes. De ahí recorrieron las ciudades de Valencia, Cádiz, Jerez de la Frontera, Alicante, Cartagena, Valladolid, Bilbao, Játiva, Castellón, San Sebastián, Logroño, Murcia, Sevilla etc.
La cuadrilla de “Las señoritas toreras” estaba compuesta por:
Matadoras: Dolores Pretil “Lolita”y Providencia Jornaler.
Sobresaliente: Ángela Pagés “Angelita”.
Banderilleras: Encarnación Simó, Rosa Simó, Julia Carrasco, Isabel Jerro, María Pagés, y María Mambea.
· Nota: En la quinta corrida se retiro la espada Providencia Jornaler, siendo sustituida por “Angelina” que continuó hasta el año 1902.
· Posteriormente la cuadrilla se dividió en dos: una de ellas capitaneada por “Pepita” y “Herrerita” y la otra por “Angelita” y “Lolita”(denominada "Cuadrilla de Las Noyas”


Actuaron con enorme éxito en España, Francia, Portugal y América
Los éxitos por espacio de 12 temporadas no pasaron desapercibidos para el diestro “Guerrita” que llegó a comunicar a las empresas taurinas que:
“No torearía en ninguna plaza si un mes antes de él hacerlo actuaba la famosa cuadrilla femenina”.
Se trataba de mujeres con gran valentía como demostraron:
“Angelita” herida en Logroño. A pesar de manar abundante sangre de la herida se negó a entrar en la enfermería.
Lolita”el 19 de julio de 1897 fue herida en Oviedo en la mejilla izquierda y a los doce días reapareció en Huelva.
Otras mujeres toreras de esa época fueron: “Herrerita”, “La Solanita” y “Pepita” que actuaron por Barcelona. En Madrid lo hizo: Ignacia Sánchez “La Guerrita” que finalmente se fue a México. Eugenia Baltes “La Belgicana”. Quienes al lado de Jenara Gómez, Juana Castro, Francisca Gisbert, Juana Calderón “La Frascuela”, Manuela Capilla, Antonia Macho, Josefa Ortega, Francisca Coloma, Benita Fernández y un largo ect, constituyeron el elenco de toreras de esa época, quienes se vieron rodeadas por picadoras como Mariana Curo y banderilleras como Ángela Magdalena y María Aguirre “Charrita Mejicana”





Célebre fue María Salomé Rodríguez Tripiana, “La Reverte” primer caso de travestismo, que llegó a alternar con “Lagartijo” y “Machaquito” y que en la fecha del 11 de noviembre de 1900 mató con enorme éxito un utrero en la plaza de Madrid. Estaba dotada de grandes facultades y con razón pues cuando descubrió su identidad se trataba de un hombre llamado Agustín Rodríguez, quien por despecho reveló su identidad ante la aparición del Real Decreto de 1908 en que La Cierva prohíbe el toreo femenino.
De entre todas destacó Juanita Cruz, quien por nacer cerca de la antigua plaza de toros de Madrid entabló amistad con las hijas de los conserjes y esto le permitió ver todas las corridas que se daban al tiempo que practicar el toreo de salón. Se presentó como novillero en León el 24 de junio de 1932.


El 5 de abril del año 1933 estoqueó dos reses de Gamero Cívico en Cabra alternando con “Bebe Chico” y “Manolete”.
En el año 1935 debuta con picadores en Granada y en el mes de julio se presenta en Vista Alegre, cortando una oreja a un novillo de Pérez Tabernero.
El día 2 de abril de 1936 hace su presentación en la plaza de Las Ventas cortando una oreja a su primer enemigo que era de la ganadería de García Aleas. Al estallar la Guerra civil se va a Venezuela y desde allí como plataforma torea en diversos países americanos, hasta tomar la alternativa el 17 de marzo de 1940 en el Fresnillo (México).
Toreó con “Manolete”, Arruza, “Calesero”, Fermín Espinosa “Armillita” y “Carnicerito de México” quienes la avalaron para poder torear en México.
Falleció en Madrid el 18 de mayo de 1981 a causa de una lesión cardiaca.
Con posterioridad ha habido mujeres importantes en el mundo del toro, como lo fue la chilena Concepción Cintrón Verrill más conocida como Conchita Cintrón a la que no se pudo ver en corridas de a pie por no estar autorizado este toreo a las mujeres. Fue una bellísima y extraordinaria rejoneadora.
Ya en los años de 1975 aparece una torero albaceteña llamada María Isabel Atiénzar Sarría Maribel Atiénzar, que en la temporada siguiente toreó una gran número de festejos al estar incluida en el espectáculo femenino llevado por el empresario Francisco Rodríguez.

Tras formarse debidamente en estos festejos el 10 de abril de 1977 hace su debut con picadores en una novillada de Beca Belmonte donde alterna con dos novilleros. Corta tres orejas y sale a hombros.
El 23 de abril de la temporada siguiente hace su presentación en la plaza madrileña de Vista Alegre alternando con “Miguelín” y Antonio José Galán, escucha dos avisos en el primero y corta una oreja del segundo de los novillos de Manolo González..

Al domingo siguiente en el mismo coso actúa con Joaquín Bernardó y Juan José cortando también otra oreja.
Triunfos en Las Ventas, Barcelona, Valencia, Sevilla. El 28 de noviembre de 1981 toma la alternativa en la plaza mexicana de Machuca.
Tras su vuelta a España en el año 1985 renunció a la alternativa y actuó como novillero.

Quiza la que más altas cotas ha alcanzado como torero haya sido la madrileña Cistina Sánchez Palacios, nacida el 20 de febrero de 1972. Torero de la Escuela Taurina de Madrid que actuó en numerosos festejos sin picadores.

Cristina tomó la alternativa en Nimes (Francia) el 25 de mayo de 1996 de manos de Curro Romero y con José María Manzanares como testigo.Cortó una oreja al toro de su alternativa llamado "Pocabarba" de Alcurrucén.

Las palabras de Curro a Crisitna fueron. "El toreo es caricia y ¿quién mejor para eso que una mujer?.

Según ella misma afirma se fue de los toros: "porque los hombres no querían torear con ella", pero es que Cristina tal vez desconocía el consejo cláscio para los actores que viene a decir: "No trabajar con niños ni aniamles porque estos monopolizan a la atención y eclipsan al resto", lo que traducido al mundo del toro viene a decir que: la mujer torero monopoliza la atención del público y convierte a sus compañeros de terna , en teloneros".

No queremos dejar de citar a la malagueña, afincada en Zaragoza, Mari Paz Vega Jiménez (Mari Paz Vega).

Mari Paz vistió por primera vez el traje de luces en Cariñena (Zaragoza) en 1990. Se presentó con picadores en Fuengirola (Málaga) actuando con Cristina Sánchez y Yolanda Carvajal ante un novillo de Joaquín Buendía al que cortó una oreja.
En el año 1994 triunfó con rotundidad en Zaragoza cortando una oreja en cada uno de sus oponentes que eran de la ganadería de Fermín Bohórquez, convirtiéndose en la primera mujer que salía por la Puerta Grande de una Plaza de Toros de 1ª categoría.
Tomó la alternativa en 1997 en Cáceres de manos de Cristina Sánchez y con Antonio Ferreras como testigo, con lo que se convirtió en la primera mujer alternativada en España.
Finalmente hemos de mencionar a Raquel Sánchez quien el 27 de mayo del 2005 tomó la alternativa en Toledo de manos de Eugenio de Mora y actuando como testigo Manuel Amador.
Actualmente se encuentra por tierras mejicanas. donde está cimentando su carrera taurina al igual que lo ha hecho Mari Paz Vega quien goza de fama en Méjico.
A pesar de las numerosas novilladas de promoción que patrocinan las televisónes autonómicas de momento no incluimos a ninguna de las mujeres toreros que van surgiendo, porque ninguna ha superado los límites establecidos para figurar en este trabajo.
Esperemos lo logren para un futuro.

EN LOS 117 AÑOS DE LA INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO ZORRILLA DE VALLADOLID

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor

Había terminado mi trabajo en Medina del Campo donde actuaba como uno de los componentes del Equipo Veterinario de Plaza encargado del reconocimiento de los astados de: un Concurso Nacional de cortes de novillos, una corrida de rejones, una de a pie y de todos los novillos que habían de salir en los encierros y probadillas en la plaza de toros a horas tan intempestivas como pueden ser la 1,00, las 7,00, las 9,30 de la mañana, que hacen larga, por el sueño acumulado, la semana de trabajo veterinario en estas fiestas medinenses.


Y, recordando tiempos antiguos, me encaminé como un aficionado más, a la baranda de los corrales de la plaza de toros del Paseo de Zorrilla con la finalidad de ver los toros que Nuñez del Cuvillo iba a lidiar, y yo iba a poder presenciar, en esa tarde penúltima del ciclo ferial de las Fiestas de San Lorenzo que, este año con buen criterio, el consistorio ha adelantado a los primeros días del mes de septiembre con la finalidad de asegurar una parte importante de lo que representa en la Fiesta de los Toros y en la Feria de Día, cual es el tiempo reinante.

Allí fotografié la corrida y hablé con algún que otro amigo y compañero veterinario que sigue en sus funciones en la plaza quien me enseñó las nuevas instalaciones que han construido en las antiguas dependencias de la, hoy desaparecida, casa del conserje. También departí, mientras tomábamos unos riberas en el bar de la plaza, con los buenos aficionados de siempre que suelen ir a estos eventos con la finalidad de ver al principal protagonista de la fiesta y con ello hacerse una idea “a priori” de lo que puede ser el festejo.

Como cada año, se encontraban allí los miembros de la Federación Taurina de Valladolid velando por los intereses de los aficionados en esa misión encomendada de hacer de “censores” entre ellos y la empresa. Al frente de los mismos el presidente quien me pidió un artículo para esa revista que año tras año edita y en la que escriben las plumas taurinas más importantes del mundo taurino vallisoletano y foráneo.¡Menudo dilema! me planteó el amigo Justo. El problema, para quienes lo hacemos a diario, no es escribir un artículo, es elegir un tema inédito e interesante para los lectores. De ahí que, tras repasar mentalmente lo leído en las revistas anteriores, me decidiera por actualizar, tras su fidedigna constatación, lo referente al lugar donde los protagonistas de la Fiesta en Valladolid, se enfrentan en lucha abierta tratando de demostrar su primacía.

Con toda seguridad que no hay un solo vallisoletano que no haya pasado por sus aledaños y por tanto conozca nuestra Plaza de Toros por fuera. Pero no serán todos los que conozcan la verdadera historia de la misma. Historia que es muy posible desconozcan muchos de los que se califican de "taurinos de pro", como he podido comprobar a través de aquellas veces que, con demasiada superficialidad, se ha tocado el tema en coloquios taurinos.
Y estas circunstancias son las que me han movido a indagar sobre el particular y llegar a las conclusiones fehacientes siguientes:
Fue en la Feria del año 1890 en la que se inauguró el coso del Paseo de Zorrilla. Coso que vino a sustituir al que existía en la Plaza de Fabionelli (después Cuartel de la Guardia Civil) al considerársele como insuficiente a pesar de sus más de 9.000 localidades de aforo. Era éste, un edifico de forma octogonal que fue construido en el año 1833 a base de piedra, ladrillo y madera con fines exclusivos taurinos. Fue inaugurado un año después en corrida con actuaciones de los diestros "Paquiro" y "El Salmantino" si bien cuando perdió su funcionalidad fue habilitado para viviendas.


El coso actual, denominado la Plaza Nueva, fue construido por una entidad denominada "Sociedad Taurina. S.A",quien contó con un capital inicial de 250.000 pesetas que aportaron, no en cantidades iguales, los trece socios a la cabeza de los cuales figuraba D. Santiago Briñas Enciso quien contribuyó con 17.000 pesetas que venía a ser la cantidad media si bien hubo quien aportó solamente 4.000 pesetas mientras que dos socios aportaron 40.000 pesetas. Coso que era y es, una construcción a base de piedra, ladrillo, hierro y madera como materiales componentes, con los que jugó el autor del proyecto don Teodosio Tórres López a la sazón arquitecto provincial. Los constructores fueron don Federico Paradejordi y don Martín Requesens quienes realizaron la obra en el tiempo record de dos años.
Sus cimientos son de mampostería utilizando el sistema tradicional de muros radiales y circulares sobre los que levanta tres pisos. Los asientos son de sillería sobre hormigón hidráulico. Las cubiertas son a dos aguas. En el momento de la inauguración su aforo se cifró en 11.542 espectadores, que posteriormente con una reforma llevada a cabo en las estructuras que habían sufrido deterioro se redujo en unas mil localidades.
La plaza es de propiedad privada con participaciones distintas entre los hijos de don Isidro Ortuño "Jumillano",quien la adquirió el 13 de julio del año 1956 al hacerse con la totalidad de las acciones de la "Sociedad Taurina de Valladolid. S.A" siendo el socio mayoritario Emilio Ortuño si bien el otro accionista es la hermana del diestro casada con el torero Paco Corpas. En algunas ocasiones fue el propio Emilio el empresario de la propiedad si bien desde hace una decena de años suelen alquilarla a grandes trust taurinos.
El boom constructivo también llegó a la plaza de toros, dada su privilegiada ubicación, y por ello se la amputó una parte importante, donde estaban las cuadras y el patio de cuadrillas para dedicar dichos terrenos a la construcción de pisos de lujo, cuyos bajos albergan las nuevas taquillas y parece ser que un local que se dedicará a museo taurino.

Esta modificación ha hecho cambiar la ubicación del patio de cuadrillas y la salida de los diestros al ruedo que ahora lo hacen por lo que antes era la puerta de arrastre, lo que produce, en los primeros momentos confusión de ubicación en los espectadores que recuerdan el funcionamiento antiguo de la plaza.
Se ha arreglado lo que antes era la casa del conserje que ha dado paso a unas oficinas modernas, anexas a las cuales están la sala de "deliberación" post-reconocimientos de presidente y veterinarios de corridas y una amplia sala de juntas.

Tiene una "salita de estar" a la entrada que es donde está sentado Jesús Cortés del Amo, bajo la cabeza de "Aguilillo". Veterinario con más puntuación en el baremo de Especialistas Taurinos del Colegio Veterinario vallisoletano.
La circunferencia total del edificio tiene un diámetro de noventa metros en un polígono de cincuenta lados que alberga el tendido y dos pisos cubiertos, además de un ruedo de cincuenta metros, separado de los espectadores por un callejón de dos metros.



El cartel inaugural decía lo siguiente:

PLAZA DE TOROS DE VALLADOLID.

Ferias y Fiestas de septiembre de 1890.

(Inauguración de la Plaza de Toros).

LAGARTIJO - GUERRITA - ESPARTERO

En ese ciclo ferial los toros lidiados pertenecían a :

Ganaderías

Primera corrida, 6 toros del Marqués de Saltillo.(20 de septiembre de 1890)

Segunda corrida, 6 toros del Conde la Patilla.(23 de septiembre de 1890) (Mano a mano entre Lagartijo y Espartero). Murieron 7 caballos.

Tercera corrida, 6 toros del Duque de Veragua.(24 de septiembre de 1890). (Lagartijo, Espartero y Guerrita).Murieron 11 caballos.

Cuarta corrida, 6 toros de don Faustino Murube.(25 de septiembre de 1890). (Mano a mano entre Lagartijo y Espartero). Murieron 8 caballos.

La corrida inaugural tuvo lugar a las tres y media de la tarde del día 20 de septiembre del año 1890, con lleno absoluto y con el cartel siguiente:


Seis toros del excelentísimo marqués de Saltillo que salieron por el siguiente orden con los nombres:

"Aguilillo", "Zurdito", "Porvaredo", "Vinatero", "Castellano" y "Cristino".


Fueron lidiados por los diestros:


Rafael Molina "Lagartijo".
Manuel García "Espartero".
Rafael Guerra "Guerrita".

Cuyas cuadrillas estaban compuestas por:

Picadores

Manuel Calderón y Juan Rodríguez "El de los gallos" Joaquín Trigo y Manuel Moreno Francisco Fuentes y Antonio Bejarano "Pegote".

Banderilleros

Juan Molina, Antonio Pérez "Ostión", Manuel Antolin, Rafael Martínez "Manene Chico", Julián Sánchez, Antonio García "Morenito", José Malaver, José Roger "Valencia", Miguel Almendro, Ricardo Verduti "Primitivo", Rafael Rodríguez "Mogino", y Antonio Guerra.

Puntilleros

José Torrijos "Pepín", Antonio Ruiz "Sargento", y Joaquín del Río "Alones".

Presidente

Don Jerónimo Marín Gobernador Civil de la provincia.



Así fue la invitación cursada por Consistorio vallisoletano para aistir a la Corrida, que con toros de Carlos Núñez de la "Iruela" se celebró en el año del Centenario de la Plaza.

El primer toro que salió por chiqueros, justo al lado de ese "garigolo" que vemos protegido delosrayos solares por un toldo, y que era el lugar donde estaban los alguaciles encargados de despejar el ruedo y donde retenían hasta la terminación del festejo a los que alteraran el orden en el ruedo) se llamaba "Aguilillo" y era del Marqués de Saltillo.

La primera vara la puso el picador Manuel Calderón quien al año siguiente en un 30 de mayo del año 1891 murió en la plaza de Aranjuez a cuernos del toro "Lumbrero" de Veragua.

El primer par de banderillas a manos de Antonio Pérez "Ostión".

La primera oreja cortada en él, pertenecía al toro llamado "Reposo" de Muruve, y tuvo lugar en la corrida del día 25 de septiembre del 1890. Fue concedida al diestro (entonces sí lo eran) "Espartero" (Manuel García Cuesta), ese sevillano (nacido 18 de enero de 1865 y + 26 de mayo de 1894) al que se debe la célebre frase de: "Más cornadas da el hambre". El mismo que tomó dos veces la alternativa en el lapso de tiempo de 28 días de manos del mismo padrino que no fue otro que el no menos diestro Antonio Carmona "El Gordito". El torero de más valor que ha dado la historia de ahí la frase de: "Tiene más valor que Espartero" y que haciendo gala del mismo murió en Madrid a cuernos del toro miureño "Perdigón" en manos de las asistencias a la vez que lo hacía su oponente. .

El número de varas tomadas por los seis toros fueron cuarenta y tres.

El último toro del día de la inauguración fue devuelto a los corrales por exigencias injustificables, tras haber tomado cinco varas. Al salir por toriles un toro ligero de carnes y astillado, se reanudó la bronca, pero fue finalmente lidiado sin alteración alguna.

Como detalles adicionales diré que:

La inauguración se hizo en la tarde del 20 de septiembre de 1890 a causa de que el diestro Rafael Guerra "Guerrita" tenía compromisos anteriores con la plaza de Madrid y no podía tomar parte en la corrida del día 21.

Los diestros "Lagartijo" y "Guerrita" regalaron a la empresa los atalajes completos de las mulillas de arrastre.

Lo que cobraron los toreros en esa feria fueron:

Lagartijo: 20.000 pesetas por cuatro corridas.
Espartero: 12.000 pesetas por cuatro corridas.
Guerrita: 8.000 pesetas por dos actuaciones.

Los ganaderos por su parte cobraron:
Marqués de Saltillo: 12.000 pesetas.
Conde de la Patilla: 10.500 pesetas.
Duque de Veragua: 12.000 pesetas
Faustino Muruve: 11.250 pesetas.

Los espectadores hubieron de "apoquinar" en taquilla la sustanciosa cifra de tres pesetas por tendido indistinto de sol o sombra para ver el espectáculo que se brindó durante dos horas y cuarto.

Finalmente he de recordar a quien quiera saber más sobre esta joya arquitectónica del estilo "románico del ladrillo" con pinceladas de estilo "neo-mudéjar", que mi padrino de alternativa como escritor taurino y amigo, D. Emilio Casares Herrero tiene una obra titulada Historia de la Plaza de Toros de Valladolid donde trata con toda profundidad el tema y a quien quiero dedicar el artículo, ahora que tras rebasar los noventa años, no puede dedicarse a su pasión que, no es otra que la taurina.
¡Va por usted, Don Emilio!.
¿INVOLUCIÓN EN LAS VENTAS?

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.-Veterinario y escritor.





"Burganero" fue el 6º de una corrida, engordada ex profeso para Madrid del Puerto de San Lorenzo, quién, a pesar de su mansedumbre descarada, propició el triunfo de Alejandro Talavante en el día de su Confirmación de Alternativa, más a causa de esa operación de marketing a la que todos los medios colaboran, que debido a lo que de mérito hizo ante una afición madrileña que cada día nos tiene más desorientados a quienes por el momento nos tildamos de reconocer lo que debe ser una faena de dos orejas en la considerada como la primera plaza de toros del mundo.
¿No hemos quedado, hasta convertirlo en axioma, que lo verdaderamente difícil es triunfar con un toro bravo?
¡Pues ahí lo tienen! Hubo de ser con un toro manso, de los que no quieren saber nada de quien llega a invadir los terrenos de sus dominios que es el factor estimulante por excelencia del toro de lidia, quien reculando descaradamente hacia las tablas (en vez de huir hacia delante como preconizaron el jesuita Laburu, y los profesores Sanz Egaña y Aparicio para definir la acometividad) alguna que otra vez trató de apartar de su vista, más que de su territorio, a quién a fuerza de pases a medias (faltó el importante tiempo del remate) le hizo hacer pasar a “regañadientes” cerca de su anatomía torera.
Son estos toros mansos, desmotivados de su esencia principal para estar en una plaza de toros, carentes de malas ideas (el del Puerto era un alma de la caridad que no propinó un solo derrote durante toda la faena y que no buscó en ningún momento las zapatillas del coletudo) los fáciles para hurtar la verdad a esa masa lerda (taurinamente hablando) que en los días de expectación ocupa hasta el lleno absoluto las localidades (no en esta ocasión que rozó los 3/4 del aforo) de ese teatro de vanidades y ecos de sociedad en que se convierte la Plaza de Toros de Las Ventas.
Claro que en el ruedo estaban dos toreros jóvenes de calidad contrastada ( "El Juli" y José Mari Manzanares) y el "fenómenos de masas actual", Alejandro Talavante.
La faena acabó donde el mansito salmantino procedente de la tierra de la alquimia brava impuso la ley que su falta de bravura marcó, los terrenos del 6 para finalmente ir a morir a chiqueros que es de donde no debería haber salido.
Algún comentarista de los considerados de “campanillas”, por aquello del nombre del medio en que escriben, tilda la faena de “arriesgada y meritoria”, pero a quienes la televisión nos ofreció la perfección de imágenes con sus distancias, iniciación, recorrido y remate de los muletazos. Los que con posterioridad pudimos colegir a cámara lenta gracias al milagro de las grabaciones en el DDV, vimos con ventaja por nuestra parte, que la faena no fue para tanto.
Las “manoletinas” del epílogo de faena no dejan de ser un pase considerado como un despropósito. Inventado por Pablo Celis (apodo de "El Bombero Torero") tramoyista de un teatro madrileño quien consideró al pase como carente de riesgo una vez arrancado el toro y al que desacreditó Montalvo, jugador del Real Madrid cuando actuó, en este mismo coso de ayer, con motivo del homenaje que mutuamente se dieron El Real Madrid y Vicente Pastor al celebrar sus bodas de oro. En ese acto el defensa merengue, sin haberse puesto nunca delante de un becerro y asesorado sobre la marcha por Domingo Ortega propinó y esculpió seis manoletinas que nos las mejoraría ni el mismísimo "Manolete" en la mayor vejación que pudo darse a éste pase proscrito en tiempos por los aficionados.

El “riesgo” del diestro confirmante solamente existió (más por impericia y defecto de ejecución) en el embroque al no dar salida al astado y que propició afortunadamente sólo el desgarro de la taleguilla y la más que trasera estocada capaz de propiciar una muerte rápida por enorme hemorragia interna al seccionar el gran vaso que es: la aorta abdominal del manso.

El público (que no la afición) no cuestionó al Presidente como cuando Pángua concedió el rabo a Palomo Linares, por conceder las dos orejas que suponen un más que empujón de todo tipo para el confirmante extremeño.

¿Cómo estará la moral de los dos toreros componentes de terna cuando analizaran lo ocurrido este Domingo de Resurrección en las Ventas en un faena a base de redondos (donde el estoque simulado presta la ventajosa ayuda de alargar la pañosa en más de cien centímetros), al ver que mientras uno sube a los cielos los otros (verdaderos figurones del toreo) son cuestionados en sus actuaciones?
Una faena basada en dos tandas de "redondos" y "bernardinas" realizadas a la espera de un toro manso con movilidad, que fue rematada con una estocada defectuosa y por ende de efecto casi fulminante, pero que el Presidente valoró en exceso para la concesión de su oreja postestativa, y que luego la prensa, salvo honrosas y escasísimas excepciones, cacarearon hasta el hastío y llevaron una opinión falsa a los escasos aficionados que no vieron la corrida por televisión de sus acadenas autonómicas.
¡¡Madrid, no es mi Madrid en casi nada y en la cuestión taurina no iba a ser una excepción!