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martes, 2 de enero de 2018

AFICIONADOS TAURINOS DE TARIFA: HOY SEBASTIÁN TRUJILLO MARTÍNEZ

AFICIONADOS TAURINOS DE TARIFA: HOY SEBASTIÁN TRUJILO MARTÍNEZ.
Por LUÍS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
 
Con seguridad que éste nombre nada dirá a muchos de los taurinos de Tarifa porque el amigo Sebastián es conocido como “Chan  el del Castillo”.
Para realizar este reportaje me acerco al Castillo de Guzmán “El Bueno” que es su lugar de trabajo.
En la caseta de madera donde se expenden los billetes, pregunto a la expendedora por Chan. Comunica con él por walkie talkie y, al momento, como si del propio alcalde de la fortaleza se tratara, baja las escaleras de la zona norte con sus andares pausados y me saluda con palabras comedidas y certeras imitando el lento transcurrir de la Historia, puesto que Chan es un historiador como dejo ver en las últimas III Jornadas de Historia de Tarifa donde matizó  detalles en las ponencias de muchos comunicantes, cuando trataban temas relacionados con el Castillo y con Baelo Claudia.
Desconozco cuanto habrá leído Chan, pero lo que sí puedo constatar es que posee una memoria fuera de lo común recordando fechas con claridad meridiana.
Mi entrevista es de tema taurino y al respecto, me refiere que comenzó a ir a la plaza de toros de Tarifa a la edad de 12 años de la mano de su tío que era peón del Ayuntamiento y, al ejercer las funciones de arenero de dicho coso,  le “colaba” para ver los festejos.
El primero que vio fue el Festival de Ordoñez del año 1965 del que guarda el recuerdo de estar en la plaza como las “sardinas en lata” por la afluencia de aficionados venidos de todos los rincones de España. A partir de ese día vio todos los festivales  que se dieron hasta el último que refiere fue en el año 1976 cuando ya era un hombre con novia y todo. En él vio un mano a mano entre Antonio Ordoñez y Diego Puerta donde ambos toreros estuvieron extraordinarios.
Recuerda que la afición a los toros en esos años era enorme, pero que después fue decayendo a causa de que únicamente se daban toros por la feria de septiembre con una corrida como mucho y dado que, los toreros eran del montón, dejó de interesar a los buenos aficionados.
También me refiere que recuerda las novilladas sin caballos que se daban los viernes y sábados en las noches estivales  durante el mandato del TAIF en el Ayuntamiento y que organizaba el teniente alcalde de Pepe Fuentes, Casado. Novilladas que, dada su gratuidad, volvieron a llevar gente a la plaza y crear nueva afición.
Y se lamenta de que este año que finaliza no hubiera corrida de toros en el día de la Virgen de la Luz porque este consistorio no está por la Tauromaquia a pesar de contar con una Peña Taurina, la del matador de toros Manuel Escribano
Según su opinión, el Consistorio debe subvencionar los toros con una cantidad, que no resulte onerosa para el Ayuntamiento y que, el empresario que se aventure, sea quien apechugue con las ganancias o pérdidas sin exigirle, por parte del Consistorio, un determinado y elevado número de localidades gratis para repartir entre sus votantes y simpatizantes ya que los ediles no suelen ir a estos festejos al no ser santo de su devoción..
Es consciente que, los toros con buenos carteles suelen traer a aficionados que, ese día dejan sus euros en los establecimientos de nuestra ciudad como lo hacen los que siguen la  “ruta del ibérico” y “la ruta del atun”, al tiempo que promocionan la ciudad como puede hacer el Festival del Cine Africano que es subvencionado con sumas importantes y escasa afluencia de espectadores.
Cómo verán, tiene las ideas muy claras este “Chan el del Castillo” que por otro lado es una verdadera enciclopedia  de la Historia de Tarifa y sobre todo de la relacionada con la del “Castillo de Guzmán el Bueno” donde ha transcurrido parte de su vida laboral.
Me refiere que antes de construirse la actual plaza de toros de Tarifa, los festejos taurinos se celebraban en la Plaza de Santa María que es la plaza donde está ubicado el Ayuntamiento de la milenaria ciudad y que los toros se encerraban en unos corrales del Pósito de grano donde actualmente está ubicado el edificio que alberga la Televisión Tarifa.
Para ello cerraban las tres calles que daban acceso a la citada plaza y que no son otras que: las actuales denominadas: calle de la Amargura que procedente de la Plaza del Viento sube por la fachada principal de la actual Residencia de Oficiales. Esta calle antes de llegar a la plaza se bifurca, hacia la derecha, en la denominada calle San Juan por la parte sur de la mencionada Residencia  y tras rodear al edificio que hoy ocupa la Biblioteca (antiguo Colegio de la Ranita) accede a la plaza en una segunda entrada. La tercera es la denominada  calle Almedina que procedente de la ciudad accedía mediante una rampa por donde hoy están ubicadas las escaleras con una especie de ducha.
Indagué sobre estas matizaciones de Chan y comprobé que, efectivamente en 1607 en la mencionada plaza se dieron corridas de toros a la jineta y que, por esas fechas había en Tarifa un ganadero de bravo  llamado Gerónimo Gatón. En esa misma plaza refieren que, un boticario tarifeño llamado Diego de Ávila y Arnaya, a mediados del siglo XVII, construyó un mirador corrido dotado de barandas de hierro y cubierto, que albergaba 24 asientos divididos que arrendaba a las personas pudientes para que vieran las fiestas cómodamente. Con el dinero recaudado, fundó una capellanía para la ordenanza sacerdotal de su sobrino Luís de Ávila.
Los carros y talanqueras complementaban el cerramiento y servían de acomodo a los espectadores del pueblo.
También me expone que  el matadero ocupaba los terrenos donde actualmente está ubicado el Asilo de Ancianos (Antiguo Hospital de las monjas) entre las calles Guzmán El Bueno y la Calzada (Sancho IV El Bravo) por donde había un arroyo denominado Arroyo de Papel, que durante el invierno llevaba agua limpia pero que en la época estival era un pestilente arroyo al discurrir por él las aguas fecales.
Me explica con enorme claridad de ideas que, ese castillo fortaleza surgió en el siglo X cuando Tarifa (Al-Yazirat Tarif) se fortificó con una edificación que mandó construir y acabó Abderramán III en el año 960 después de Cristo para defender al pueblo de los invasores.
Una ciudad Tarifa qué había entrado en la Historia en el año 710 d. C, cuando Tarif Abu Zara  comandante del general Tarik desembarcó en la Isla de Las Palomas, inspeccionó la costa e informó a su superior de la ausencia de defensas militares, lo que llevó a que, un año después desembarcaran en el Peñon de Gibraltar 9000 hombres para iniciar la conquista de la Península.
Chan,conoce al detalle todos los recovecos del Castlllo pues, no en balde, ayudó al arqueólogo titular en el afloramiento de los restos de la ciudad romana sobre la que se erigió el Castillo, así como también al investigador Francisco Javier Criado Atalaya en la recuperación de papeles abandonados y, por ende, desordenados y mohosos, que quedaban después de haber sido vendidos al peso como papel sin valor, cuando en realidad eran verdaderas joyas para el conocimiento de la historia de la ciudad.
En la actualidad; hace de restaurador, devolviendo al estado primitivo todo lo que se deteriora tanto por las inclemencias del tiempo como por la destrucción humana.
Se conoce el Castillo palmo a palmo al recorrerlo diariamente desde el lejano año 1989 cuando este recinto pasó a manos civiles tras dejar la ciudad el Regimiento de Infantería Álava 22 que era quien ocupaba el declarado Bien de interés cultural en 1931 desempeñando su función militar.
Castillo en el que el bueno de Chan, ha ejercido como guía y como albañil sin hacer ruido y comportándose como gente civilizada, socializada y abierta, que lucha, aprende a compartir y a escuchar, al tiempo que acompaña, con exquisita educación, a cuantos  solicitan sus servicios  en su oficina instalada en un pasillo donde sobrevive, con fortaleza sobrehumana, a las corrientes de los dos vientos que predominan en nuestra heroica ciudad.
Diariamente recorre el recinto al finalizar la jornada laboral para dejar todo en orden y finalmente cerrar las puertas del recinto.
Chan, el “Guardián del Castillo” que con fecha de 11 de julio del año que acabamos de estrenar dejará de serlo al pasar a jubilado con sus 65 años acuestas
Atrás quedarán; sus 13 torres robustas que recorrió diariamente; las almenas de punta de diamante que la conquista castellana añadió a lo largo de toda la barbacana de mampostería que, partiendo de la fortaleza rodeaba a la antigua y pequeña ciudad compuesta por: el Castillo, almediana con la mezquita (Iglesia de  Santa María), primitiva ciudad y Aljaranda o arrabal.
También sus conocimientos sobre los diferentes inquilinos de su Castillo, desde los musulmanes hasta los cristianos del 1992 que le conquistaron bajo el mando del rey Sancho IV, pasando por los almorávides y los almohades.
Dormirá el “sueño de los justos”, el suceso histórico del año 1294 protagonizado por Alonso Pérez de Guzmán que no entregó el Castillo a los musulmanes y sí el puñal con el que sacrificaron a su propio hijo arrojado desde el emblemático Torreón que da nombre a la fortaleza.
Ya no pasará Chan, por la lápida arábiga que estuvo encima de la puerta de entrada al recinto, ni cerrará la Puerta Principal de entrada al Castillo después de haberse asegurado que no había ningún visitante dentro.
Chan dejará todo esto, pero podrá ir a Algeciras a ver alguna que otra corrida de toros pues aquí le será difícil matar el gusanillo de su afición mientras permanezca en el gobierno de la ciudad este tripartito antitaurino, desconocedor de lo que la Fiesta de los toros, “la Fiesta más nacional” como Ortega y Gasset definió, representa tradicionalmente en el desenvolvimiento cultural de las ciudades.
Y de vez en cuando, ya descansando en su casa, mirará con nostalgia la placa que la organización de las III Jornadas de Historia en Tarifa tuvo el detalle de entregarle en la clausura de las mismas, en medio de las aclamaciones por parte del público asistente que, como amantes a la Historia, reconocieron la labor de este hombre en pro de la propia de nuestra ciudad.
AMIGO CHAN, ¡SÉ FELIZ!