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miércoles, 15 de septiembre de 2010

PONCE …¿TORERO COMPLETO?
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Que ¡Ponce es un torero completo! No lo duda nadie. Pues lo es: por estadística (4000 toros estoqueados), por regularidad (prácticamente, cumple siempre en la plaza), por oficio (lidia todos los toros) y por seguridad (una sola cornada de consideración).
Este artículo viene a colación para dar “un tirón de orejas” a un mejicano aficionado a los toros que se llama Manuel Cascante y que dice respecto a Ponce:
“Si Ponce es lo más grande que ha dado el toreo, yo me paso al beisbol”
¡Veinte temporadas en lo más alto del escalafón taurino! No puede cualquiera, ponerlo en su currículo.
Cuando un torero es muy suficiente, tanto que su toreo se define por la facilidad con que realiza toda su labor durante la lidia de un toro, va en detrimento de su reconocimiento, pues…¡Lo hace tan fácil! Que se le quita el mérito.
Es lo mismo que les ocurrió, en tiempos pasados, a toreros “tan largos” como “Guerrita”, “Joselito el Gallo” o Luis Miguel Dominguín. Toreros que incluso llegaban a irritar al público por lo fácil que toreaban. El público no veía exposición ante los astados.
Ponce también sabe fajarse con toros fieros y repetidores. Lo ha demostrado en distintas plazas de primera del panorama taurino español.
Como es natural, también se le han escapado toros. Sencillamente, porque no pudo con ellos al no adaptarse a sus características en tarde de mal fario. Escasos cornúpetas se han ido sin faena, entre otras cosas porque sus mentores siempre han procurado que los toros a lidiar procedieran de ganaderías comerciales como corresponde a las figuras taurinas de estos tiempos.
De vez en cuando, se prueba a sí mismo, y mata alguna corrida de Samuel Flores o de Victorino Martín pero hace bien en eludir estos hierros al tener por delante la posibilidad de otros de menos riesgo.
Ponce como individuo está por encima del humano medio. Es un superdotado en su oficio al igual que Messi, Nadal o Marta Domínguez, en los suyos, si bien su gesta, por el hecho de ser torero, no es tan cacareada.
¡Ha matado más de 4.000 toros! ¡Mil! + ¡Mil! + ¡Mil! + ¡Mil! que son muchos toros.
Tantos que ninguna ganadería actual los posee en sus fincas. Solamente los superó la Ganadería Real del Monarca Fernando VII y solamente el mítico Pedro Romero le dobló en número de estoqueados (que no toreados) sin sufrir percance alguno.
Su paseíllo 2000 lo hizo en la Maestranza de Ronda, la de los toreros machos, y en una Corrida Goyesca vistiendo un traje de la época diseñado por Lorenzo Caprile.
En esta temporada había realizado el 50 paseíllo en la difícil plaza de toros Vista Alegre de Bilbao y llegado a su 39 indulto de toro bravo.
Apadrinó muchas alternativas y como galardones de peso posee: La Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y el título de Académico en la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes Letras y Nobles Artes de Córdoba.
¡Ponce año tras año ha demostrado una afición fuera de límite! Pues con el capital que atesora podría vivir a “todo trapo” casi las mismas vidas bravas que ha quitado, y en cambio sigue ahí porque pretende exprimir el oficio elegido hasta que las fuerzas le permitan y eso… indudablemente es de torero. Un crack desde pequeño donde siempre ha tratado de superarse a si mismo.
Los defectos que yo concretamente como aficionado le pondría son:
1.- Nunca encuentra el toro colaborador. Siempre su oponente carece de fijeza, calamochea demasiado, derrota en exceso y había que estar muy dispuesto para sacarle faena. ¡Siempre el toro tiene la culpa de todo lo malo! Lo reitera demasiado en sus declaraciones
2.- No se prodiga con la mano izquierda. La usa en pequeñas dosis porque el natural es de difícil ejecución al no disponer de la ventaja del estoque simulado que alarga la muleta en 120 centímetros más.
3. Sus faenas las cimenta normalmente sobre la mano derecha y no siempre ligando los pases para lo cual se vale del recurso de perder más pasos de los requeridos. ¿Abuso del pico de la muleta? ¡Como la mayoría!
4. Carga la suerte antes de tiempo con lo cual se echa el toro fuera en el pase.
5.- Únicamente ha tenido “dos granos” entre sus compañeros de profesión: José Tomás y “El Juli” capaces de trastocar su talante.
Las virtudes que atesora son:
Humanamente es: educado, respetuoso, agradecido, modesto y amigo de todo el mundo.
Después de estas matizaciones si aún decide pasarse al beisbol, nos parece "de perlas" si bien se trata de un deporte nunca comparable con el arte de la lidia de toros.