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martes, 16 de febrero de 2010

PRIMERA CORRIDA DEL CICLO TAURINO FERIAL VALLADOLID 1974.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

La primera corrida del Ciclo Taurino de la Feria Septembrina de Valladolid, fue una corrida del Arte del rejoneo que estaba fuera del abono.
Presidió en una tarde de excelente temperatura aunque entoldada, el comisario del Cuerpo General de Policía D. Florencia Zalama, que estuvo acompañado en el palco, por el Alcalde de la ciudad de Valencia, señor Hernández Díez y una representación municipal valenciana. Fue su asesor artístico el ex-novillero Fernando Merino.
Hacen el paseíllo y carrusel subsiguiente los caballeros rejoneadores: Ángel y Rafael Peralta, Fermín Bohórquez y Gregorio Moreno Pidal.
Medio aforo cubierto.
Toros de la vacada sevillana de don Ramón Sánchez que lucen divisa oro viejo y verde botella.

Sale el primero de tarde que no quiere saber nada de caballos, quizá porque esté acostumbrado al trato con ellos en las labores de la finca. Ángel Peralta lo llama, cita con las cercanías de su jaca y el toro no acude a la cita. Con gran voluntad por parte del centauro de Puebla del Río, logra clavar tres rejones de castigo en medio de los aplausos del respetable a los deseos de triunfo del jinete.
Tres pares de banderillas que son aplaudidos, a la salida de uno de los cuales el toro arremete contra la barrera rompiendo las tablas de los terrenos del tendido 8.
Tras brindar al público las tres rosas que porta en la mano derecha, las coloca de manera perfecta en todo lo alto.
Pinchazo y rejón de muerte de efecto rápido por el que es aplaudido. Adornos con su jaca mientras el toro agoniza.
Su labor es premiada con una oreja que pasea triunfalmente por el ruedo tras el arrastre del toro que es pitado.

El segundo de la tarde corresponde al menor de los Peralta. Rafael prende cinco rejones de castigos hasta considerar al toro apto para el siguiente tercio de banderillas.
Tres pares de banderillas de buena ejecución, a las que sigue la colocación de la rosa de la casa.
No estuvo acertado con el rejón de muerte, necesitando de varias entradas hasta lograr que el toro doblara, por lo que su labor fue premiada solamente con aplausos.

Fermín Bohórquez, brida el primer rejón de castigo del tercero de la tarde, a la esposa del gobernador civil de Cádiz, señor De Santiago y Juárez que ocupaba barrera del tendido 8.
Seguidamente el toro se hace ilidiable, por lo que el caballero rejoneador tras múltiples intentos por acabar con el astado ha de ver como entra por su propio pie, en corrales, tras barbear las tablas.
El jerezano es abroncado por el respetable.

El cuarto de la tarde es para el madrileño Gregorio Moreno Pidal que acostumbrado a lidiar los toros en puntas no tuvo dificultad para encelar al que le correspondió en sorteo en una carrera espectacular alrededor del anillo.
Clava excelentes rejones, uno de los cuales queda enhebrado, tras el cual prende uno por los adentros que es muy aplaudido
Excelentes pares de banderillas que son ovacionados.
El rejón de muerte le cae bajo por lo que el público le tributa una ovación que es seguida con la vuelta al ruedo.

El quinto de la tarde es un sobrero que ha regalado Fermín Bohórquez. Lo recibe junto a toriles para de inmediato colocarle un rejón de castigo. Dos nuevos rejones para quitarle fiereza al astado.
Dos pares de banderillas a una mano y otros dos a dos manos merecedores de ovación.
Necesita de tres rejones de muerte para acabar con su enemigo el puntillero.
Su labor es silenciada.

El quinto bis de la tarde corresponde a la lidia por colleras de los hermanos rejoneadores.
Ambos clavan rejoncillos y banderillas con limpieza y de manera primorosa.
Los tendidos entusiasmados al ver la maestría y destreza de los hermanos sevillanos.
¡Que pena! Que fallaran con el rejón de muerte ante el bravo animal que les había tocado en suerte.
Ángel echa pie a tierra y tras varios pases de castigo descabella al segundo golpe de verduguillo.
Perdieron las dos orejas que tenían ganadas antes de la suerte suprema.
Cuando el toro dobla es ovacionado al igual que los rejoneadores. Ovacionados con clamor lo que les motiva para dar la vuelta triunfal al ruedo.

Y sale finalmente el sexto y último del encierro que corresponde lidiar, por colleras, a los rejoneadores Fermín Bohórquez y Gregorio Moreno Pidal.
Realizan una perfecta labor tanto en rejoncillos como en banderillas a una y dos manos. La música comienza sonar y ello motiva aún más a los caballeros rejoneadores.
Tres rejones de muerte prendidos por ambos, el último a cargo de Moreno Pidal que tira al toro sin puntilla.
Se les conceden las dos orejas que pasean en triunfo por el ruedo del coso del Paseo de Zorrilla.
Perdí las localidades por eso no se las muestro, Tampoco en esta ocasión el empresario Emilio Ortuño “Jumillano” hizo carpetas especiales para cada festejo, pero si pueden ver el precio de las localidades en el reverso del programa.