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domingo, 25 de mayo de 2008

LA CORRIDA DE REJONES A OCHO, DE FLORES TASSARA 2008.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Con ocho toros de Flores Tassara, bajo la presidencia de D. César Gómez Rodríguez y lleno hasta la bandera, se celebró una corrida de rejones en la que por partida doble actuaron:
Álvaro Montes (con traje corto de chaquetilla gris)
Moura Caetano (vestido a la federica con casaca verde)
Joao Moura (vestido a la federica con casaca verde)
Leonardo Hernández (traje corto de chaquetilla azul oscuro).
Tras el paseíllo de rigor montando preciosos caballos con las capas respectivas de bayo, castaño, tordo rodado y tordo en fase blanca, realizan los ejercicios correspondientes a un carrusel donde cada rejoneador ejecuta con su caballo lo mejor de su repertorio de alta doma que entusiasman a los tendidos ocupados por este público festivo aficionado al caballo y que viene a Las Ventas a pasárselo alegre dejando a un lado el conocimiento taurino.

Montado sobre un precioso caballo castaño llamado Samo, el rejoneador jienense Álvaro Montes recibe en rueda perfecta para fijarlo, al primer Tassara de nombre Minero marcado con el nº 45 y con 549 kilos de peso.
Un rejón de castigo arriba y persecución espectacular del toro al caballo.
El segundo rejón de castigo, tras la puesta arriba, queda enhebrado y finalmente cae tras una lidia por los auxiliadores del caballero rejoneador.
Para la suerte de banderillas monta ahora a Lupito un caballo tordo en fase blanca de 4 años, que comienza haciendo dos piruetas delante de la cara del toro en su afán de encelarlo para que entre con garantías en la suerte de banderillas.





Tras una corbeta espectacular, que es muy aplaudida, clava un perfecto par arriba saliendo con una pirueta muy ajustada.
El segundo par de banderillas es calcado en su ejecución al primero con corbeta y pirueta incluidas.
En el tercero sufre una cogida espectacular que trataré de secuenciar por el dramatismo de la misma, pues fueron siete volteos a cuernos del toro los sufridos por el caballero rejoneador.
Seguimos con secuencia:





Otra secuencia más.





Y finalmente otra más:




Se levanta con la cara ensangrentada a consecuencia de herida producida por el casco del caballo al golpearlo en la caída y por pitonazo del toro.
Después de la enorme paliza sufrida, Álvaro Montes cambia de cabalgadura y ahora monta a Coquito precioso caballo castaño que realiza dos piruetas delante de la cara del toro antes de fallar un intento de par al violín que finalmente consigue en la segunda entrada.
Seguidamente dos pares de las cortas son el prolegómeno a la suerte de matar que realiza arriba aunque el rejón queda ligeramente delantero por lo que el toro no dobla y por el contrario no permite descabellar al salir hacia los medios en persecución del caballero. Tres intentos fallidos en distintos terrenos del ruedo a un toro que no para y no humilla. Suena un aviso.
Al filo de las tablas colocándose delante del toro para frenarlo en su marcha acierta con lo que es ovacionado. Tras el arrastre del toro la ovación le obliga a salir al tercio a saludar. Seguidamente se encamina por su propio pie a la enfermería para ser atendido de sus lesiones.

Su segundo toro lleva por nombre Cirilo, porta el nº 31 y tiene un peso de 526 kilos. Montando un caballo al que ha recogido la cola el mismo rejoneador, se va a portagayola con la garrocha en la mano. El toro de salida persigue al caballo en una carrera espectacular para seguidamente pararse y no querer nada con el caballo tras sufrir la frustración de no coger.





Suenan algunas palmas de tongo procedente de público más festivo que taurino.
El toro ha demostrado mansedumbre y Álvaro Montes ha de procurar estar en contacto permanente con el toro para que no se le vaya a las tablas. Lo consigue en algunos momentos.
Al cambiar de caballo ha de ser ayudado por su personal de cuidado de caballos, para subirse a Cambao que es un bayo con mancha más oscura en la grupa.
Clava un buen par de banderillas arriba entrando desde lejos y clavando al estribo.




Se aleja para acercarse y tras una corbeta, quiebro, y pone el segundo par arriba y sale con una pirueta en la misma cara del toro.





El tercero lo empieza con el caballo subido al estribo y tras carrera espectacular clavar arriba.
Nuevo caballo para realizar la suerte suprema. Se trata de Copito un bonito caballo castaño de seis años que cita de rodillas para colocar tres pares de banderillas cortas tras lidia laboriosa por la premiosidad del toro.
Tras pinchar arriba en la primera entrada, logra colocar el rejón de muerte arriba a toro pasado. Se pide la oreja mayoritariamente y el presidente, tras remolonear su concesión en demasía, la concede teniendo que ir a recogerla al desolladero para entregársela al caballero rejoneador que da la vuelta al ruedo.

El segundo toro de la tarde se llama Extraño porta el nº 31 y su peso es de 539 kilos. Lo saluda Moura Caetano montando un caballo alazán lucero que se llama Garabito.
Tras un quiebro calva un rejón de castigo en todo lo alto.
Monta ahora un nuevo caballo, Manzanares que es un bayo precioso con el que coloca el segundo rejón de castigo arriba. El toro no quiere perseguir al caballo.
Para banderillas saca a un caballo tordo en fase blanca que luce en la paletilla el nº 28 y tiene de nombre Pelé. Es un nieto de Neptuno. Con él coloca un magnífico par de banderillas.
El segundo par de banderillas las prende al estribo
El tercero tras cruzar mucho al caballo las coloca arriba
Saca ahora a Solear que es el caballo especialista en colocar las banderillas cortas y la rosa. Tras pares de banderillas arriba.
En la suerte de matar. Pincha arriba y el rejón no rompe por lo que queda antiestéticamente arriba. Dos entradas más en las que falla. Otras dos más en las que el rejón queda muy trasero. Tras la sexta entrada el rejón queda trasero y sin quebrar la vara por lo que recibe pitos y bronca.
El toro se cuala en tablas. Pie a tierra del rejoneador que acierta al tercer intento de descabello.

Su segundo toro que es el sexto de la tarde, responde por Cristalino marcado con el nº 39 y 621 kilos de peso.
Moura Caetano monta a Manzanares con el que coloca un rejón de castigo trasero en la primera entrada y uno delantero en la segunda.
Es un toro que mansea más de la cuenta.
La lidia de este toro está resultando desangelada como la tarde de Madrid fría en demasía, porque el toro no quiere ver al caballo.
Uno de los auxiliadores lo da unos capotazos mientras el ccaballero va a cambiar de cabalgadura.
Monta a Plutón un bonito caballo castaño con el que en al primera entrada deja una banderillas muy caída en la misma paletilla.




Es un toro deslucido al máximo que no acude al caballo.
Con gran exposición, logra dos pares de banderillas dando los pechos precedidos de unos aires de alta escuela por parte del caballo. Han sido dos pares de gran mérito que este público festivo no ve y que en cambio de manera bullanguera aplaude los lances del auxiliador del rejoneador realizados mientras el caballero va a cambiar de cabalgadura.





Ahora monta a Soleares con el que trata de poner una rosa y una banderilla de las cortas. Coloca la rosa pero el presidente cambia el tercio para que no ponga las banderillas cortas.
Tras colocar un rejón de muerte en buen sitio, el toro dobla, acertando el puntillero a la segunda entrada.

El tercer toro de la tarde se llama Conde marcado con el nº 20 y con 543 kilos de peso. Lo espera Joao Moura montado sobre Lince que es un precioso caballo perla, armónico y elástico.
El toro no quiere ni ver al caballo.
Le coloca, robándole, un rejón de castigo.
Cambia de cabalgadura y ahora saca a Belmonte un tordo en fase blanca que es perseguido en carrera espectacular por el toro. Tras la cual le pone un gran par de banderillas en todo lo alto demostrando que Moura es un gran lidiador. El caballo es nuevamente perseguido y el temple es la característica principal de esta persecución donde la cola del caballo va prendida a los pitones del toro. Gran ovación.
Un gran par tras quebrar y nueva persecución donde templa magníficamente a un toro que embiste en arreones al filo de las tablas.
Nueva entrada y enorme par que es ovacionado.
Montando ahora a Bronce tordo en fase blanca, prende arriba dos pares de banderillas cortas al violín.
En la suerte de matar falla lamentablemente en tres entradas para finalmente recetar un rejón caído del que dobla el toro y el rejoneador recibe aplausos.

En su segundo que es el séptimo de la tarde, Joao Moura monta a Barbero que es un caballo recientemente adquirido y que hace gala de un elegante galope. El toro se llama Portador y tiene un peso de 603 kilos. No quiere caballo.
Le roba dos rejones puestos de manera poco ortodoxa pero efectiva, pues llega a entrarle por detrás.
Cambia de caballo mientras se capotea al toro por parte de uno de sus auxiliadores.
El caballo de ahora se llama Salteador un tres sangres de capa torda rodado. Con este caballo coloca tres pares de banderillas buenas de ejecución. Lo mejor la forma que tiene de sacarle de las tablas a base de darle el pecho y luego el costado.
Con la monta de Dominguín logra colocar arriba tres pares de las cortas
El primer rejón de muerte, le falla. Seguidamente logra un rejonazo atravesado, cuya vara no quiebra.
Pie a tierra y acierta al primer golpe de descabello.

El cuarto toro de la tarde de nombre Deseado y con 552 kilos de peso, corresponde en lidia al más joven de los rejoneadores, Leonardo Hernández hijo, Montando a un caballo AHa de nombre Espartaco, recibe al toro en dos recortes precisos y preciosos de los que sale suelto.
De poder a poder coloca un rejón de castigo a un toro sin fijar con una precisión extraordinaria.
Otro segundo rejón de ejecución y colocación perfectas.
Una monta perfecta del rejoneador que parece cosido a la montura de su cabalgadura.





Cambia de montura para sacar a Quieto que es un caballo castaño precioso con el que clava un gran par seguido de una pirueta en la misma cara de un ajuste extraordinario.
Repite lo mismo en el segundo par.
Para las banderillas cortas saca el caballo Charope un tordo oscuro con lo que prende tres banderillas de las cortas al violín demostrando la gran precisión y elasticidad de su cintura.
En la suerte del rejón de muerte, pincha arriba y seguidamente logra un rejonazo que tumba al toro. El puntillero acierta a la primera.
Hay petición unánime de oreja que el presidente incomprensiblemente no concede, tal vez porque no acertó con el primer rejón de muerte.
El público le obliga a dar tres vueltas al ruedo al final de las cuales tributa una gran bronca a Presidencia.

Su segundo es el último de la larga corrida se llama Ballenero marcado con el nº 33 y con 588 kilos de peso.
Leonardo Hernández montando a su caballo castaño Espartaco recibe una gran ovación tributo de la gran faena realizada en su primer toro y como desagravio por no haber cortado la oreja.
Lo para con recortes ajustadísimos para que no se le vaya a las tablas.
Coloca un gran rejón arriba a un toro que está muy quedado. Ovación.
Ahora ya no quiere embestir no obstante lo cual le pretende colocar coloca otro rejón de castigo. Al ver lo quedado que está desiste.
Monta ahora a Amatista castaño que galopando a dos pistas lleva al toro prendido a la cola por lo que recibe una gran ovación.





Coloca tres pares de banderillas el primero de los cuales tras un quiebro espectacular. Es ovacionado en los tres.
Con un nuevo caballo tordo oscuro de nombre Charope, coloca tres pares de las cortas al violín. El público se levanta de sus asientos para aplaudir al joven rejoneador que es asesorado en su faena por su padre desde el callejón.
Para matar toma un rejón de muerte con el mango muy cortito con el que consigue un gran rejonazo, aunque ligeramente delantero. El toro se refugia en las tablas tragándose la sangre, amorcillándose y tardando en doblar.
Con el descabello acierta a la tercera entrada. Se piden las orejas pero el presidente tras dar tiempo le concede una.