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martes, 25 de marzo de 2008

Es natural que los aficionados al mundo del toro, nos documentemos a base de todos los medios, tanto hablados como escritos, con la finalidad de hacernos una idea de “cómo van las cosas”.
Seguidamente, dependiendo de la capacidad crítica de cada uno, se irán analizando, con mayor o menor minuciosidad, cada detalle captado para, seguidamente sacar las conclusiones pertinentes y, los que nos entretenemos exponiéndolas a nuestros lectores, llevar a letra de molde las conclusiones finales que no tienen, ni mucho menos, por qué ser “pedrada certera en ojo de pícaro”.
El domingo pasado a la sazón Domingo de Ramos, mientras veníamos conduciendo camino de nuestra casa procedentes de la Monumental de las Ventas, escuchamos el único programa taurino que queda en antena, tras la debacle periodista taurina sufrida, y a través de él, nos enteramos de los “experimentos de humo” que se van a hacer en una de las corridas de la Feria de Abril sevillana con el diestro Jesuli de Torrecera.
No nos enteramos perfectamente, debido a esas zonas sin cobertura de ondas hercianas que de manera inexplicable padecemos en pleno siglo XXI, pero en cualquier caso:
¿Si se trata de cómo le suben el número de pulsaciones al torero, consecuencia del stress?, la experiencia no es de ahora pues ya se hizo con anterioridad mediante “la implantación de un “holter” medidor de tensión arterial y pulsaciones al diestro Sergio Sánchez en Valdemorillo (donde los toros son de verdad) y que mediante su lectura se pudo saber el grado de stress cardíaco a que están sometidos los toreros en cada momento de la lidia”.
Los resultados finales fueron:
170 pulsaciones por minuto en el tercio de banderillas.
150 p.p.m durante la faena de muleta.
175 p.p.m en la suerte suprema.
Y ¡detalle curioso! El máximo número de pulsaciones al recoger los trofeos con 180 p.p.minuto.
¡Al borde del infarto!, puesto que los números normales rondan las 60 pulsaciones por minuto.
Si, por el contrario:
¿Se trata de estudiar la influencia hormonal en la bravura del toro?, también está más que estudiada, como señalé en mi libro publicado en el año 1.977 y titulado “Incursión por el mundo de los toros” pero que no obstante daré aquí unas pinceladas para que entiendan de que “va la cuestión”.
A estas alturas está casi todo inventado, pues como alguien dijo en cierta ocasión:
“Ni los tontos, son tan tontos, ni los sabios, son tan sabios” y por favor que determinados personajes dejen, de una vez por todas, de “vender la moto” para lograr abonos o reconocimiento científico por parte de quienes no entienden estos temas.
¡Va por ustedes!

LA NUEVA COMERCIALIZACIÓN DEL ESPECTACULO TAURINO.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Fue Rafael Guerra “Guerrita” quien primeramente comercializó el mundo de los toros, pero después ha surgido una nueva comercialización que nada tiene que ver con quienes se juegan la vida delante de los astados.
Se trata de una “comercialización mediática”, como en estos momentos se me ocurre bautizarla.
En fin. Juzguen ustedes.

Yo, me limitaré a explicarles la influencia hormonal en el desencadenamiento de la bravura en el toro de lidia.
Para ello les adjunto esta diapositiva que he confeccionado para mejor comprensión (si pinchan sobre ella se verá con más detalle):

MECANISMO DESENCADENANTE DE LA BRAVURA.
La bravura del toro de lidia, depende del nivel de CATECOLAMINAS que existan en el sistema nervioso central.
Catecolaminas es el nombre con que se designa el grupo de sustancias que comprende: adrenalina, noradrenalina y dopamina.
De estas tres sustancias únicamente se han estudiado en el toro bravo, las dos primeras. Si bien considero que pudiera ser interesante el estudio de la repercusión que la dopamina pudiera tener en el bravura.
La adrenalina es segregada en la sangre por la médula adrenal cuando el organismo se enfrenta repentinamente a una emergencia.
Constituye una señal enviada al hígado y a los músculos, tras la cual el hígado pone en funcionamiento a la fosforilasa del glucógeno que aumenta la formación de glucosa sanguínea para que exista combustible asequible a los músculos.
También estimula la degradación del glucógeno en los músculos esqueléticos para rendir lactato y energía en forma de ATP.
Las hormonas funcionan en concentraciones muy bajas en la sangre en estado de reposo. Cuando la hormona es estimulada su concentración en la sangre se eleva pero tiene una vida muy corta (minutos) y en el momento en que no se necesita es inactivada por acción enzimática.
Mientras unas actúan de forma inmediata, otras tardan algún tiempo en hacerlo
El mecanismo desencadenador de la bravura es el siguiente:
“La excitación central constante que se produce en el S.N.C, es debida al nivel que éste posee de CATECOLAMINAS.
Estas son captadas por acumuladores microscópicos de catecolaminas denominadas VESÍCULAS DE CROMAFINA de las células de la MÉDULA ADRENAL.
Los impulsos nerviosos que llegan a dicha médula a través del hipotálamo, producen la salida de estas sustancias al líquido extracelular circulante.
Desde allí van a la SANGRE (donde en caso de alarma aumentan hasta un millar de veces de su proporción normal).
Pero como el toro no puede estar excitado de manera constante, se impone un mecanismo que, representado por los CONTROLES CENTRALES SUPERIORES INHIBIDORES, controle esta excitación.
Como no ha de estar anulada (ya que de ser así el toro permanecería impasible) se necesita que los inhibidores sean controlados y contrarrestados en su acción por el MECANISMO AFERENTE SUPRESOR DE INHIBIDORES que está representado por los ESTÍMULOS CLAVE que en definitiva son los que estimulan al toro para que se arranque y embista.