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domingo, 22 de enero de 2012

MI RESPETO AL MATADOR DE TOROS JUAN JOSÉ PADILLA BERNAL.

MI RESPETO AL MATADOR DE TOROS, JUAN JOSÉ PADILLA BERNAL.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Me lo prometí a mi mismo. ¡No escribiré un artículo sobre Juan José Padilla hasta que él no anuncie su reaparición!
Y como el 20 de los corrientes convoca una rueda de prensa en el Hotel taurino por excelencia de Sevilla, el Hotel Gran Meliá Colón anunciando su reaparición, surge de inmediato mi artículo.
¡Ese artículo que estaba deseoso de poder colgar en mi blog! porque soy admirador de Juan José desde el momento en que le conocí hace bastantes años en la finca “Los Expolios”que el amigo Eladio, padre del rejoneador Sergio Vegas, posee en el termino municipal de Rueda (Valladolid) cuando ambos fuimos a cumplir con nuestras obligaciones, él como tentador de un posible semental (al gozar de fama en tal menester junto a su hermano Óscar) y un servidor de ustedes para la cura que seguiría tras las heridas de puya infringidas en la plaza de tientas.
Posteriormente he coincidido con él en varios callejones de plazas de toros y tentaderos, gozando de su alegría como torero y como persona.
Agradecimiento, Simpatía, Respeto,  y Gracia gaditana llenan la vida de Juan José
Un ciclón desatado de palabras y ocurrencias que alegran la vida de cuantos estamos a su alrededor.
En su entorno no hay penas y lo ha demostrado sobradamente a aquellos compañeros que fueron a visitarle en la hospitalización de Zaragoza y resultó que era Juan José quien daba ánimos a sus visitadores, porque está hecho de una madera especial. Por eso se recuoera tan fácilmente de sus percances.
Cariñoso en grado superlativo con su familia. Adora a su esposa e hijos y su padre no para de elogiar sus cualidades humanas.
¡Es todo un crack taurino el "Ciclón de Jerez"!
Juan José elegantemente vestido para la ocasión, con su parche tapando su ojo en recuperación, mientras se encaminaba al sitial rodeado de micrófonos de todos los medios de comunicación saludaba a la concurrencia con la simpatía que siempre le ha caracterizado y con estas palabras:
“Gracias a todos por venir” a las que mientras avanzaba seguía con “Buenas a todos y gracias por estar todos aquí presentes”
Luego... sentado ante una mesa, leyó una cuartilla en la que tenía plasmadas las siguientes líneas "ad litteram":
“Buenos días a todos los medios y asistentes. Quiero daros las gracias por vuestra presencia y haceros llegar mi deseo de reaparecer.
Os prometí y a la Virgen que trabajaría hasta bendecidle y sigo en ello.
Ya tengo decidido el día y fecha. ¡Será en Olivenza el 4 de marzo!
Siempre dije que el sufrimiento es parte de la gloria y ya empiezo a recibirla.
Quiero agradecer a la empresa en este caso gestionada por José Cutido el trato tan cariñoso y respetuoso a la vez.
También a las demás empresas que me están ofreciendo todo para que siga cumpliendo mí sueño y compartirlo con toda la afición.
No quiero olvidarme de todas las personas que siguen trabajando conmigo y para mí: los doctores, tanto también rehabilitación de fisioterapia como logopedas y paralelo a ello mi preparador personal que me pondrá a punto acompañado de mis entrenamientos y tareas de campo.
También a mi mujer y mis hijos que son el equilibrio de mi balanza. ¡Sin ellos nada hubiese hecho! Me dan confianza y apoyo en todas mis decisiones. ¡Eso motiva mucho!
Un abrazo a toda la afición y volver a pedirle que no sientan pena por mí y que me exijan como a otros compañeros lo que será motivo de superación y de perfección.
Muchas gracias a todos”.
Juan José Padilla Bernal. tras la gravísima cornada de Zaragoza del 8 de octubre, permaneció en la UVI el tiempo necesario para que cesaran los fortísimos dolores (a veces eran insoportables) consecuencia de la consolidación y cierre de las prótesis de titanio que fueron necesarias implantar para recuperar las partes óseas de su cara, emprende viaje   al Instituto Oftalmológico Fernández Vega de Oviedo, con el fin de evaluar las lesiones de elongación del nervio óptico y desprendimiento de retina sufridas en su ojo izquierdo. Y desde allí, sin descanso previo, a Valencia para tratar de arreglar, por las manos expertas del cirujano plástico reconstructivo especialista en cara doctor D. Pedro Cavadas Rodríguez (46 años), esa destrozada cara izquierda
Es el doctor Cavadas pionero en transplante de manos en España y bilateral de piernas en el mundo así como el primero que ha transplantado una cara después de que la primera se realizara en la Clínica Cleveland de Ohío sobre la paciente Connie Culp desfigurada por un disparo de su marido.
Un transplante de cara con objetivo claramente de socialización puesto que devuelve la dignidad humana al paciente pero que como contraprestación sufre de morbimortalidad alta.
Al parecer no seria necesario el transplante de cara, puesto que solo han pasado tres meses (90 días) y ya está Juan José en plan CICLÓN con la fuerza de siempre redoblada por esa afición sin límites de que siempre ha hecho gala, a pesar del calvario sufrido, (desde que esa fatídica caída ante la cara del santacolomeño tras parear las banderillas en par más que comprometido), de operaciones, convalecencias y rehabilitaciones que culminan hace menos de un mes con la compleja intervención de reconstrucción del nervio facial izquierdo en el intento satisfactorio de recuperación de la movilidad y sensibilidad facial llevada a efecto en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla por el cirujano máximo-facial doctor D. Alberto García Perla y su equipo (máximo-estomatólogo-otorrino-neurólogo más anestesistas y enfermeros) en once y media horas de intervención donde se aplicaron técnicas de microcirugía nerviosa y vascular además de injertos procedentes del pie y de la parte posterior del oído del propio Padilla, y que posteriormente rehabilitará el doctor Bosco Méndez en la clínica “La Fraternidad” de Jerez.
Juan José sigue diariamente pauta de fonación y vocalización con rigurosa disciplina derivada de la costumbre a que le han llevado las dificultades y sufrimientos padecidos en sus 33 percances graves.
Un Padilla que únicamente desfalleció anímicamente, sintiendo miedo insuperable, en la recuperación de aquella cogida sufrida el 12 de agosto de 1999 en Huesca por un toro de Teófilo Segura con el balance de aplastamiento de píloro y rotura duodenal y que estuvo al borde de la muerte. Luego…tras los momentos angustiosos, nuevamente estuvo en ciclón reivindicando sus frases, ya célebres, de:
“Me iré del toreo cuando yo quiera” o esas otras de: “Hay Padilla para rato” y “Lo bonito del triunfo es la ilusión por alcanzarlo”
Un torero jerezano que pasará a la historia por cuatro motivos de peso:
1º.-Haber basado su oficio taurino en lidia de toros difíciles (miuras, pabloromeros, victorinos y demás ganaderías denominadas duras).
2º.-Por su capacidad de sufrimiento.
3º.-Por sus ansias de superación tanto artística como humana, al no dejarse ganar la partida por nadie, al tiempo que sus deseos de seguir practicando su oficio de torero.
4º.-Por su simpatía, humanidad y alegría contagiosa que irradia y transmite a cuantos le rodean.
Me alegra sobremanera que Juan José tuviera ánimos para ir, acompañado de su hijita, a la Peregrinación que anualmente realizan al Rocío el grupo de toreros que entrenan en la plaza de toros de Sanlúcar, lo cual es síntoma de que han desaparecido los dolores y pitidos continuos de su oído izquierdo, así cómo de que su recuperación física y anímica progresa adecuadamente para seguirir apretando los machos a cuantos compañeros formen terna con él en los ruedos de España, Francia y América.
Porque de lo que siempre estuve seguro es de que Juan José seguirá “dando guerra”, taurinamente hablando, porque es un ganador nato que arropado por su esposa, hijos, padres, hermanos, demás familiares y amigos, volverá a recuperar la vista de ese ojo porque las técnicas oftalmológicas en los referente a recuperación e, incluso transplante del nervio óptico, avanzan a la velocidad de la luz y ya los japoneses están dando pasos importantes.
Juan José un día no muy lejano toreará sin el parche del ojo que, aunque no le importe llevarlo, será mejor no tenerlo porque el ojo con visión recuperada cumpla la misión de ampliar la campimetría de su visión.
Animo Juan José y espero verte pronto en algún tentadero de preparación para tu reaparición en Olivenza junto a otros dos monstruos del toreo en la primera feria importante del año taurino 2012 a la que, por descontado, tengo pensado asistir.


viernes, 20 de enero de 2012

¿SABEMOS DE ESPADAS DE MATAR TOROS?

¿SABEMOS DE ESPADAS DE MATAR TOROS?
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

¡Un estoconazo acabó con la vida del toro!
¡Con la espada estuvo mal!
En qué quedamos. ¿Espada o estoque?
¿Cuál es el nombre que debemos dar al arma que el matador de toros o novillos utiliza para acabar con la vida de su oponente?
¡ESPADA¡ que el diccionario de la lengua define como: “Arma blanca, larga, recta, puntiaguda y cortante.
Luego, el léxico taurino la ha denominado como: “arma homicida”, “asador en manos de muchos toreros”; “cuchilla de picar carne en manos de los demás”
La utilización de la espada en el toreo llega cuando éste se hace por toreros de a pie y matar los toros se convierte en una suerte. La espada, tal como la conocemos hoy, es prácticamente igual a la de los tiempos de Pepe-Hillo; es decir, una hoja de dos filos, cortante en los dos últimos tercios, que junto a la punta tiene una curvatura o caída. La guarnición va cubierta de cinta de color rojo y el pomo es de cuero.
Y cuando una espada es buena porque tiene un buen temple el torero la aprecia como si de una verdadera joya se tratare, puesto que el culminar las faenas con acierto le supone conseguir el triunfo buscado.
De siempre han tenido fama las espadas de Luna que deben su nombre a quien las fabricaba D. Antonio Luna Antequera, que es la segunda generación de los Luna (D. Ramón) de Valencia.
Las espadas están contenidas para su transporte y cuidado en el denominado fundón fabricado en cuero más o menos repujado según el poder económico de su sueño, por guarnicioneros de Valencia (España) o de Guadalajara (México).
El juego está compuesto de 3 o cuatro espadas más la de descabellar. El peso de cada una de ellas es de 600 gramos y su longitud de 85 cm. La utilizada para descabellar es diez centímetros más corta por lo que el peso naturalmente disminuye.
Se ha descrito de ella hasta los más mínimos detalles: del pomo a la cruz tiene una longitud de 6 dedos y de ésta a la punta 3 cuartas y media y la guarnición va arrollada de cinta a excepción del pomo que lo está de valdés.
A las espadas se las distingue por su numeración:
La número 1: tiene 3 canales.
La número 2: es lisa.
La número 3: es lisa y con dos canales en su parte posterior.
La número 4: lleva cuatro canales.
La espada de descabellar: es totalmente lisa hasta la cruceta, de la que arranca, ya afilada y con cuatro canales, una hoja de diez centímetros de extensión. Parece ser que fue inventada por Vicente Pastor.
El acero que se utiliza es necesario que tenga un temple resistente, pero flexible.
Cuando en la entrada a matar se encuentra hueso la mano del matador sufre un fuerte golpe en la palma de loa mano de ahí que algunos matadores la hayan modificado en el sentido de ergonomizarla a su anatomía palmar. El iniciador de este proceso fur "Joselito" quien hizo forrar el pomo de su espada de goma.

martes, 17 de enero de 2012

EL TOREO DESDE FUERA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escitor.

El marquesado de O´Reilly fue creado por el rey Alfonso XIII el 19 de marzo del año 1877 a favor de María de las Mercedes O´Reilly y Ruiz de Apodaca.
El segundo marqués de O´Reilly fue el escritor Darío Valcárcel y Coolí (1906-1979) quien cuando su amigo Antonio Fernández Heredia “Hache” le pidió que escribiera unas cuartillas sobre el toreo, éste aristócrata, que solo había pisado los tendidos de una plaza de toros media docena de veces en su medio siglo de existencia, se destapó escribiendo que: “a pesar de no ser taurófilo, le interesaban los toros porque el toreo es un arte y juego de España, y a él le interesaba todo lo bello y lo español”. ¡Bonito, ahora que se cuestiona todo lo español! ¿No?
Lo tituló “El toreo por fuera” y no he querido cambiar el acertado título.
Darío encuentra tres valores profundos al juego de la lidia: su hombría, su risueño dramatismo y su aparente inutilidad.
En cuanto a la hombría hace constar que en su época prácticamente no había mujeres en el ruedo a pesar de que ya habían invadido campamentos y oficinas.
¡Había que ser todo un hombre para pisar la arena del ruedo! Pero también, en esa época, había mujeres torero
El dramatismo deriva de su arriesgado y airoso juego con la muerte lo que le confiere a este arte un respeto general.
O´Reilly escribe que quien asiste al circo taurino tiene ante sus ojos un espectáculo simbólico. Viene a decir que: "el toro bravo pacífico de los campos, enfurecido por el rapto y sorprendido por el clamor del público, trata de salir de ese círculo cerrado de tablas a que ha llegado tras abandonar el oscuro chiquero, pero al no conseguirlo se da cuenta que ha llegado el momento decisivo de su vida y se apresta a defenderla atacando a todo lo que se encuentra con la fuerza que le proporciona su juventud y con sus armas en forma de afilados cuernos".
Enfrente le aguarda un hombre que tiene por armas: la inteligencia, el valor, las telas el estoque y el corazón.
¡Se entabla la batalla! Suele vencer el hombre, si bien en contadas ocasiones se cambian las tornas cuando a la legión bizarra de matadores la vapulea una dinastía de toros matadores y “Barbudo” mata a "Pepe-Hillo", “Perdigón” acaba con la vida de Manuel García CuestaEspartero”, “Extremeño” mata a Manuel Báez “Litri”, “Bailaor” mata a “Joselito el Gallo”,Pocapena” finiquita a Manuel Granero Valls, “Isleño” a “Manolete”, “Granadino” a Ignacio Sánchez Mejías y hasta una insignificante becerra, “Conocida” acaba con la vida de Antonio Bienvenida.
La aparente inutilidad la matiza basándola en que si un día, que no desea, se suprimieran las plazas de toros, España y el mundo seguirían girando porque no se les habría privado de ninguna pieza vital. Elucubra con que los nietos de “Pepe- Híllo” y de “Joselito” podían ser agricultores o agentes de Bolsa, señoritos del conjunto o conductores de camión, pero España y el complejo espiritual que “lo español” significa habrían perdido su más caliente nota de color.
Sigue expresando pensamientos profundos cuando escribe:
“Lo más glorioso del arte es su material inutilidad”, pues, para él, ni “El entierro del Conde Orgaz”, y las filigranas de piedra de las catedrales de Burgos o Sevilla no añadieron nunca ni un 1% a nuestro comercio exterior ni a nuestro patrón monetario (deduzco que al no cobrar por visitarlos), pero reconoce que ¡han ayudado a luchar en la guerra y nos dan abolengo y respeto frente a posibles hegemonías futuras de cualesquiera Wall Streets!
Finaliza su artículo diciendo:
“De todos los gestos heroicos siempre le impresionaron más los más inútiles" como aquel de Mucio Scévola ante el rey de los etruscos ("Roma mediados del siglo VI a de c. Una revolución expulsa al último rey de la dinastía tarquinia, Tarquínio “el Soberbio” y se proclama la República. Tarquinio persuadió al etrusco Lars Porsena para que atacara la ciudad pero el etrusco se retira impresionado por el valor demostrado por Cayo Mucio que tras fallar en el intento de asesinar a Porsena y matar a otra persona, tras ser apresado y zafarse de sus guardianes mete su mano derecha en los carbones encendidos de un gran brasero y mientras el fuego consume por completo los tejidos de sus mano derecha, dice: “Poca cosa es el cuerpo, para quien aspira a la gloria”. Es liberado por su muestra de valor y conocido con el sobrenombre de Scévola (zurdo)” o ese otro de Federico Guillermo NIetzsche sosteniendo en una mano juvenil, en prueba de su fe en el valor humano, un incandescente carbón.
Con su artículo demostró las inmensas posibilidades .interpretativas del arte de una corrida de toros.

viernes, 13 de enero de 2012

¡SABEMOS DE PUYAS?

¿SABEMOS DE PUYAS?
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Eladio Avia fue un picador que formó parte de cuadrillas tan importantes como de las de Belmonte, Dominguín padre, García Malla y Corchaíto.
Cuando se retiró, se dedicó a la fabricación de puyas y banderillas.
Al morir, su hija continuó con el negocio ayudada por su esposo Alfonso Rojas Huelves, que fue aprendiendo con el tiempo y a base de constancia el nombre de Avia, que ya estaba muy acreditado en vida de su suegro, se convirtió en el más importante empresario de esta actividad que contaba con otros cuatro más; tres en Madrid, uno en Valencia y otro en Alicante.
El nombre se convirtió en marca de un negocio familiar artesano ubicado en la misma casa.
La lanza fue el primer arma utilizado en la lucha contra el toro.
Estaba montada sobre una vara de fresno con longitud comprendida entre los 18 y los 26 palmos, (según los autores) que aporta peso y fuerza, a la que se la practicaba unas aserraduras de soslayo a 3 o 4 palmos del hierro con la finalidad de que rompiera con facilidad. En la parte de atrás se le ponía un cuento de plomo como contrapeso al tiempo que se la señalaba la empuñadura encerada.
La lanza, cuando los nobles se dedicaron a rejonear toros, se cambió por el rejón definido como:”un asta de madera de avellano o fresno de 1,5 metros de longitud dotada de una mobarra (hierro cuadrado y delgado de 3 dedos de largo y una sortija por brocal) en la punta y una muesca cerca de ella que sirve para rejonear”.
Los autores no se ponen de acuerdo en quien da nombre al rejón, pues mientras unos lo atribuyen al hierro (moharra o cuchilla) otros, los del siglo XVII, se lo conceden a la vara y lo nombran como "garrochón".
En cuanto al material: unos abogan por la madera de pino o fresno con taladros para que quiebre y con una longitud media de 9 palmos para que no cabecee y pierda precisión por exceso de largura, de ahí que no deba exceder de 2 varas con el hierro incluido, mientras otros preconizan que su longitud ha de ser la misma que la estatura del usuario.
Respecto a los materiales, Vañuelas propugna la cuchilla de hoja de oliva que, del medio para abajo hacia el hierro, ha de ser más delgada que del medio para arriba.
Sánchez de Neira dice: “Debe ser de madera vidriosa para que quiebre. De una longitud de 7 cuartas (1,5 metros). Desde la punta es recto hasta una tercia antes de su remate, y éste va ensanchándose en forma cónica. Tiene un corte arriba formando puño, que hace fácil abarcarle por aquel sitio y además suele hacérsele una hendidura una tercia más arriba de su final inferior, con objeto de que quiebre con poco esfuerzo. La parte baja tiene un hierro o lanza en forma de hoja de rosal prolongada, muy punzante y cortante, y la madera suele pintarse de distintos colores y con diversos dibujos”
La PUYA procede de las garrochas que se utilizaban en el campo para manejar el ganado vacuno. Es una vara o garrocha que lleva una puya en su extremo.
La puya tiene por objeto el quebrantar la pujanza del toro.
José Daza dice de ella:”Las garrochas deben ser fresnos de Vizcaya, cuatro varas de largo, sin nudos, repelos ni astillas y con grueso adaptado a la mano del picador .Con tres filos vaciados a lima , liadas con un fiscal de cáñamo poco torcido, descubierta la punta como dos pulgadas y media procurando que el tope del cordel no quede abultado ni muy afilados los cuchillos de la porción que queda descubierta que estándolo, y demasiado grueso el tope, cortan la piel y entra el toro suelto y hará a su libertadlos daños que discurrir se dejan”.
Pepe-Hillo en su Tauromaquia describe la puya en estos términos: “La medida de la púa o de todo el hierro de la vara de detener , es una cuarta y dos dedos , es es, seis dedos el acero entre filos hasta el tope, que es un cordón del mimo hierro que sirve para detener las estopas y no se corran hacia el palo, para que no se descubra más de un dedo o dos de la púa o del acero afilado en tres cantos, el cual tiene un dedo o poco menos de grueso y los restantes siete dedos son la medida del cañón o cilindro (con un diámetro de 2 pulgadas más o menos) dentro del cual entra a fuerza de martillo o por medio de roscas del palo redondo de la vara de haya con una longitud de cuatro varas”.
Intervienen los picadores que no se ponen de acuerdo en la forma del tope como consta en el Archivo Municipal de Madrid donde un aficionado recuerda al Corregidor que el Conciliario D. José Zabala en 1791 hizo venir picadores desde Andalucía para sustituir a los contratados en la plaza de Madrid que abusaban en la suerte de varas por quitar el tope de las puyas.
Las primeras puyas tenían forma alimonada a la altura del encordelado. D. Pedro de Alcántara Colón duque de Veragua consiguió, en medio de la anarquía reinante, que el encordelado tomara forma de naranja y con esta forma se picó durante unos años hasta que algunos picadores, a la cabeza de los cuales se encontraba Francisco Calderón, se quejaron que con esta forma a veces solo se podía herir cuando se picaba de arriba abajo, por lo que el gobernador de Madrid D. Juan Moreno Benítez restablece la puya de limoncillo.
Más tarde surge una nueva polémica, ahora basada en la circunferencia de la púa misma. Estaba legislado que esta fuera de tres cantos o cortes, sacados a lima y no vaciados, por lo que se comenzó a prepararse las puyas a lima, pero como no se hacía a lima basta, porque producía rayas en el hierro, sino a lima finísima ayudada de paso por esmeril, convertía a los cortes en filo de navajas de afeitar.
El Reglamento de la plaza de Madrid de 1880 disponía: “Las puyas serán de forma triangular, afiladas con lima, pero no vaciadas, y sus cortes describirán la forma de una elipse. En los meses de abril, mayo y octubre, tendrán una longitud de once líneas (15 milímetros) y en los de junio, julio y septiembre, de doce (23 milímetros) por nueve (16 milímetros), respectivamente, debiendo ser los topes de forma alimonada. Las dimensiones de la vara dos metros sesenta centímetros”.
Los picadores fueron adelgazando cada vez más el tope alimonado, con lo que la puya iba penetrando cada vez más hasta que Pascual Millán propuso que se aumentara la longitud de lo descubierto de la puya, pero que este se ensanchara lo suficiente para cumplir su misión.
Es cuando salió el modelo de puya de Antonio Fernández Heredia (Hache), quien introdujo una varita giratoria colocada en su base y que servía de tope con la finalidad de evitar que murieran toros por penetrar toda la puya y parte de vara como ocurrió con un puyazo del célebre picador José Bayard “Badila” quien en la plaza de toros de Zaragoza el 25 de marzo de 1894 dejó el toro para el puntillero al picar con puya de limoncillo el quinto toro de una corrida de Saltillo que estoquearon Fabrilo, Fuentes y “El Litri” he írsele la mano al encontrar los blandos. Naturalmente hubo fuerte bronca hasta el extremo de que el Presidente pidió auxilio a la Guardia Civil
Por fin surgió el Reglamento del año 1917 que fijó el nuevo modelo de puya en el Artículo 29:
“Las puyas de las garrochas de picar serán cortantes y punzantes, afiladas en piedra de agua y no atornilladas al casquillo, sino con espigón remachado. Al final del acordelado, que tendrá un largo de seis centímetros, se fijará una arandela circular de hierro de 6 centímetros de extensión o diámetro y 3 milímetros de grueso. Los filos han de ser rectos y las dimensiones, tanto del tope como de la puya, serán,:en los meses de abril a septiembre 29 milímetros de largo por 20 de base, 7 en los ángulos o 9 en el punto central de la base de cada triángulo; en los de octubre a marzo, 23 de largo por 17 de ancho y las mismas dimensiones mencionadas en el tope. En las corridas de novillos se rebajarán 3 milímetros de largo a las dimensiones determinadas en las puyas de las corridas de toros, según la época, no variando el tope y arandela de las mismas. Las dimensiones de toda la vara serán de 2 metros y 55 0 60 centímetros".
¡Se sigue sin encontrar la puya ideal! de ahí que aparezca un nuevo Reglamento con fecha 1º de enero del año 1924 que decía lo siguiente:
“Las puyas tendrán en su base un tope de madera cubierta de cuerda encolada de siete milímetros de ancha en la parte correspondiente a cada arista. Nueve a contar del centro de la base de cada triángulo y ocho centímetros de largo. Terminando en una arandela de hierro de seis centímetros de diámetro y tres milímetros de grueso”
Pero seguimos con el mismo problema de ahí que surja un nuevo Reglamento en fecha 12 de julio de 1930 quien en su Artículo 32 dice:
“Las puyas tendrán la forma de pirámide triangular con aristas o filos rectos; serán de acero cortante y punzante. Afiladas en piedra de agua y no atornilladas al casquillo sino con espigón remachado. Sus dimensiones apreciadas con el escatillón moderno serán: 29 mm de largo en cada arista, por 20 mm de ancho en la base de cada cara o triángulo. Las puyas tendrán en su base un tope de madera de cuerda encolada se siete milímetros de ancho en la parte correspondiente a cada arista , nueve a contar del centro de la base de cada triángulo y de setenta y cinco a ochenta y cinco mm de largo. Terminado en una arandela circular de hierro de seis centímetros de diámetro y dos milímetros de grueso”.
En 1946 se ordenó por la Dirección General de Seguridad el ensayo en varias corridas de una puya con un tope a manera de farolillo o cazoleta, pero los picadores trataron de echarla abajo en los ensayos.
Y ese mismo año la Revista “El Ruedo” hace una encuesta con opiniones solventes sobre la suerte de varas. Intervienen en la misma:
D. Ramón Lacadena (crítico taurino conocido como D. Indalecio; Pepe Luis Vázquez, torero y ganadero, Joaquín Pareja rejoneador y rector de la ganadería de su tía Concha y Sierra; D. Francisco Rodríguez Martínez, Director General de Seguridad que era Teniente Coronel diplomado en Estado Mayor, inventor de una puya y excelente aficionado; D. Manuel Álvarez Andaluz y un largo etc.
Todos los encuestados están de acuerdo en que la suerte de varas, tal como se hacía entonces, era inadmisible y requería una reforma.
En 1952, el Sindicato de Ganadería, convocó a constructores e inventores a un concurso de puyas. Se presentaron las 20 de las fotografías:
Corresponden a los siguientes creadores:
1.-Tomás Fernández Valderrama de Bilbao.
2.-Manuel Suárez Yarza de Valladolid.
3.-Antonio Sánchez Gutiérrez de Cartagena.
4.-Fermín Lastra Cobeña de Madrid.
5.-José Navarro García de Barcelona.
6.-Antonio González Ruíz de Madrid.
7.-Primitivo Navarro Navarro de Zaragoza.
8.-Higinio Beloso Amigot de Tudela.
9.-Manuel Guijarro de Madrid.
10.- Maestro puyero de Sevilla.
11Lorenzo Carrasco de Madrid.
12.-José Aguilar Carriles.
13.-Lorenzo Carrasco de Madrid.
14.-Usaac Martín Pulido de Sevilla.
15.-Vicente Leal de Segovia.
16.-Joaquín Lasheras Payás de Zaragoza.
17.-Enrique Andrés de Zaragoza.
18.- Señores Mutiloa y Martínez de Pamplona.
19.-José Díaz y Díaz de Pamplona.
20 Vicente Lladró de Madrid.
De siempre la cuestión de las puyas ha sido un tema muy debatido tanto por ganaderos como por picadores y matadores. De tal manera que mientras los ganaderos estaban de acuerdo con la implantación de la puya de limoncillo con forma triangular y afilada a lima (no vaciadas) y con dimensiones variables según la estación del año, los picadores estilizaron el limón alegando que al estar el aguijón sobre una superficie redondeada no clavaba. Sino que desgarraba.
Todas estas controversias llevaron a que se celebrara una reunión convocada por el torero Ricardo Torres “Bombita Chico” quien mostró a sus compañeros el modelo de puya propuesto por los ganaderos La vieron pequeña y con sobrado tope.
El picador Antonio Calderón propuso dos tipos de puya (ambas con puya de quince líneas y once de anchura): una con limón y otra con tope.
Aparece una nueva puya dotada de una cazoleta que, según comentarios de los varilargueros encargados de probarla, parecía un colador o un cirial de los de la procesión del Rocío. No obstante la prueba se lleva afecto en el año 1946 en la plaza de Madrid en corrida de toros de D. Arturo Sánchez-Cobaleda, donde alternaban, Pepe Bienvenida, “El Choni” y Toscazo que tomaba la alternativa con el toro “Buenanoche” quien resultó un “bombón desperdiciado” y que fue picado por “Almohadilla”.
Las opiniones de los varilargueros actuantes en la corrida fueron:
“Almohadilla”: “Pega el borde antes que la puya y no deja ver donde se pega.
“El Gallego”: “Resbala sobre el pelo y la sangre del toro. Se nota mucho peso en el brazo”.
“Rubio de Salamanca”:Topa antes de entrar”.
“Barrerita”: “Pesa muchísimo”.
“Barrera”: “No se ve donde se tira el palo además de que éste cabecea mucho quitando seguridad en el encontronazo”.
“El Aldeano”: “Si cae vertical se pica bien. Pero si al tirar el palo se desnivela, ya no hay seguridad para apretar”.
Y después de todo lo expuesto, en la actualidad, seguimos con el problema de la puya que manejada de forma incorrecta por un picador montado sobre un blindado deja inútiles muchos toros que por ser bravos se emplean en exceso en la suerte de varas en el denominado monopuyazo.

viernes, 6 de enero de 2012

MATIZACIONES SOBRE LA ESTOCADA.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Comenzamos el año con un ¡aviso a navegantes!
Durante la temporada que finiquitó, observamos en demasiadas corridas de toros como determinadas presidencias, con criterios más particulares que sujetos a reglamento, han concedidos excesivos trofeos.
Las más de las ocasiones no han tenido en cuenta la estocada que; aunque devaluada en los tiempos que corremos, es la culminación de la lidia, ya que si una faena buena, no es refrendada con una buena estocada, pierde todo su valor.
El sitio ortodoxo de colocación es el hoyo de las agujas quien taurinamente también se denomina los rubios, la cruz o la yema. Es, anatómicamente hablando, el lugar comprendido entre la separación de las escápulas en la parte superior de la columna vertebral a la altura del comienzo de las vértebras dorsales.
Y el efecto de algunas estocadas en el organismo del toro desde muy antiguo, imagínense desde nada más y nada menos que desde la “Tauromaquia” de Montes, se han venido considerando, por esa manía innata e internacional que muchos escritores tienen de copiar al escribir los errores sin indagar ni contrastar datos, como fulminantes cual si rayo tormentoso cayera sobre el astado.
Se ha hablado y escrito con demasiada alegría, de aquellas estocadas colocadas en la mismísima cruz que por partir la herradura o el corazón tumbaban de manera fulminante al astado.
¡Nada más lejos de la realidad!, pues las estocadas en todo lo alto ni pueden alcanzar la denominada herradura (que como veterinario desconozco su existencia) si bien deducimos que “Paquiro” debía referirse al punto de intersección de la carótida primitiva con la aorta posterior y el corazón.
Anatómicamente el corazón está formado por aurículas y ventrículos. En las aurículas es donde entran y salen los grandes vasos con la sangre venosa y la sangre arterial. Este órgano tiene tal movilidad y está en un sitio anatómico que las estocadas en todo lo alto es imposible que lo partan, aparte de que a causa de su movilidad es difícil acertarle.
Si observamos la figura I la estocada en todo lo alto estaría representada por la línea AB que como se ve claramente es imposible que alcance al corazón y a la herradura (para nosotros el denominado cayado de la aorta).
La única estocada capaz de acertar al corazón sería la que siguiera la trayectoria DE que por descontado no sería una estocada en todo lo alto sino un golletazo.
Montes dice:
“Las estocadas que pasan la herradura producen inmediatamente la muerte del toro, aunque solo se haya introducido media espada. Esta estocada es también muy lucida….
Se conoce que la espada corta la herradura en que entra oblicua, un poco baja y en el pecho; el toro se detiene un poco, se queda en pié, pero sin fuerzas, y no arroja sangre ni por la herida ni por parte alguna, y al poco tiempo cae muerto sin necesitar a veces la puntilla”
La estocada que corta la herradura no puede ser otra que la que sigue la trayectoria FG.
Por ello muchas de las normas que preconizaba “Paquiro” eran para aquellos tiempos pues en los actuales no se permitirían, puesto que él transige con el golletazo e incluso le considera meritorio como cuando escribe:
“Las estocadas por bajo nunca son del mérito de las de por alto; pero en muchas ocasiones se deben dar, y por consiguiente tiene también el suyo: se llaman genéricamente golletes y matan prontamente al toro, porque entran en el pecho y le pasan los pulmones”
A mi entender Montes estaba equivocado pues es el golletazo quien hiere esos vasos marcados por la línea de puntos de la figura I que son los grandes vasos que entran y salen del corazón, mientras que la perforación de los pulmones no mata de forma fulminante y en ocasiones no produce hemorragia.
Las grandes estocadas, las estocadas en todo lo alto, son las que siguen la línea AB que rompen la aorta posterior y el toro muere de inmediato por hemorragia interna.
Son estocadas difíciles de conseguir a causa del entramado óseo que ha de librar el estoque en su trayectoria entre apófisis espinosas de vértebras dorsales, cuerpos vertebrales y cabezas de costillas que lo más fácil es pinchar en hueso, aparte de que hay que tener reaños en gran dosis para estrecharse.
Por todo ello es muy útil que los toreros sepan cuando es conveniente dejar el estoque clavado para que los derrotes del toro le lleven a donde no llegó en el embroque, y cuando deben sacarlo, para que no actúe de tapón en el vaso herido. Si bien algunos matadores antiguos como Curro Cúchares se incomodara cuando alguno de sus banderilleros sacaba el estoque de la anatomía del toro y le recriminaba con estas palabras:
¿Pa qué has hecho eso, arrastrao; no ves que en er bicho vale algo, y en el suelo no sirve pa mardita é Dios la cosa?
A veces el estoque secciona la médula por las vértebras dorsales y entonces el toro cae, pero vivo, es lo que se denomina como descordado y es motivo de suerte deslucida.
Son numerosas las formas en las que la espada de matar puede penetrar en el toro originando los distintos tipos de estocada:
Estocadas situadas en la misma línea de las vértebras:
Pescuecera: Cuando resulta colocada muy adelantada respecto al hoyo de las agujas.
Delantera: Colocada por delante del hoyo de las agujas.
Pasada: Colocada retrasada con respecto al hoyo de las agujas.
Trasera: Colocada muy retrasada con respecto al hoyo de las agujas.
Estocada situada fuera de la línea recta del espinazo:
Golletazo: A un lado de la línea del espinazo y delante del hoyo de las agujas.
Caída: A un lado lateral del hoyo de las agujas y en el lado en el que torero entra a matar.
Contraria: A un lado lateral del hoyo de las agujas y del lado contrario en que el matador entra a matar.
Baja: Caída lateralmente y del lado en que el torero entra a matar.
Bajonazo: Muy caída lateralmente del lado en que el torero entra a matar.
Por la penetración:
Entera: Cuando penetra todo el acero en el toro.
Honda: cuando penetran las 2/3 partes del acero.
Media: cuando penetra la mitad del acero.
Media lagartijera: cuando penetra media estocada en la yema y el efecto es rápido y fulminante.
Corta: cuando penetra la mitad del acero.
Metisaca: es cuando el torero mete y extrae la espada de inmediato, del cuerpo del toro.
Intento frustrado de penetración del estoque en el toro:
Pinchazo: es cuando el estoque no penetra en la anatomía del toro.
Pinchazo hondo: cuando el estoque penetra unos centímetros.
Pinchazo sin soltar: cuando el torero pincha sin soltar el estoque.
Pinchazo soltando el estoque: cuando el torero tras pinchar suelta el estoque y éste cae al suelo.
Situación del estoque tras quedar prendido en el toro:
Estocada tendenciosa: cuando el estoque queda ligeramente atravesado.
Estocada tendida: cuando el estoque queda prendido con un ángulo inferior a los 45 º respecto al espinazo del toro.
Estocada transversal: cuando queda atravesada.