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lunes, 20 de septiembre de 2010

LA VERÓNICA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
¡Es la verónica el lance fundamental del toreo de capa! Parece sencilla pero es una de las más difíciles de ejecutar. De ella derivan, como si de sus hijos se tratare, el resto de los lances de capa.
Su creador fue Joaquín Rodríguez “Costillares” el sevillano nacido en el año 1748 en el barrio de San Bernardo.
La ejecución del lance ha variado de manera sustancial con el paso del tiempo de ahí que las distintas Tauromaquias lo definan de distinta manera. Así José Delgado “Hillo” en su “Tauromaquia o Arte de Torear”, escrita por José de la Tixera y publicada en Cádiz en el año 1796 la describió así:
“Esta es la que se hace de cara al toro, situándose el diestro en la rectitud de su terreno. Es la más lucida y segura que se ejecuta y sus reglas son a proporción de los toros. El franco, boyante, sencillo o claro, que todo es uno, se debe dejar venir por su terreno, y cuando llegue a jurisdicción, cargarle la suerte y sacarla, y hasta este acto parará el diestro los pies para lograr echarle cuantas suertes quiera, procurando siempre que quede la res derecha y no atravesada.
Si estos toros tienen muchas piernas, deberá el diestro situarse a bastante distancia para citarlo a la suerte porque siempre pueden rematarla; pero si carecen de ellas, se ha de citar sobre corto, de forma que rematen y hagan suerte; y si no sucede muy de continuo que se quedan, por falta de piernas, antes de llegar al engaño, o en el centro, entonces pude peligrar el diestro”
La Tauromaquia de Francisco Montes Reina “Paquiro”, dictada a don Santos López Pelegrín “Abenamar”,la describe así:
"Sitúese el diestro enfrente del toro de tal modo que sus pies estén mirando hacia las manos de éste y a una distancia proporcionada según sus piernas",
Continúa describiendo cómo se ha de dar salida al toro y exponiendo los recursos defensivos del torero, según la condición de cada toro.
En la Tauromaquia de “Guerrita” está descrita así:
"Se coloca el diestro de costado, en la rectitud del toro y a la distancia que le indiquen las facultades de su adversario; de esta forma la suerte tiene un menor riesgo puesto que no es necesario desplazar al toro de su terreno y con un poco que se cargue el lance el cuerpo del torero quedaba a salvo".
Pero la verónica ha evolucionado a lo largo de los tiempos; el empeño en buscar una suerte más lucida y menos arriesgada llevó a cambiar la concepción que Montes tenía de la verónica variando de manera sustancial con el paso del tiempo a consecuencia de la evolución de la bravura del toro que ha permitido buscar la plasticidad.
De los brazos altos, pasándose el toro casi a la altura del pecho en lances descompuestos, se ha pasado a las manos bajas y a la cadencia en el acompañamiento del viaje del toro, que traen los gitanos “Curro Puya” y “Cagancho”.
Una moderna verónica explicada por un torero actual es así:
“Me coloco a prudencial distancia del toro y muy perfilado con él. Para fijar al bicho muevo el capote e incluso llego a ponerme sobre las puntas de los pies. Llevo las manos algo adelantadas, más aquella del lado en donde se encuentra el bicho. Si el toro no hace por mí, yo hago por el toro y me acerco más
Cuando el astado embiste al engaño que le desafía tercamente, entonces cargo la suerte , dejo la pierna como para que pueda herir en ella, elevo un poco, muy poco, la mano contraria al lugar por donde entra el toro y con la otra, colocada casi a ala altura del muslo, le obligo a pasar cerca del cuerpo, quebrando, escorzando ligeramente la cintura, para acompañar más , para más alargar el lance, al que le imprimo un movimiento lento, pausado, parsimonioso o majestuoso.
Muchas veces el toro gira en un semicírculo a mi alrededor para luego hacerle volver a entrar una y otra vez, hasta que remato con la media verónica”.
La manera de coger el capote por delante y presentárselo al toro con las manos abiertas, simula la forma en la que La Verónica presentó el pañuelo a Jesucristo en una de sus caídas, llevando la cruz a cuestas, limpiándole el sudor y la sangre. Es por eso que se le dio este nombre a tal majestuoso lance de capote.