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domingo, 30 de diciembre de 2007

NUEVO TRIUNFO DE EL CID CON LOS VICTORINOS EN SEVILLA 2007

NUEVO TRIUNFO DE EL CID CON LOS VICTORINOS EN SEVILLA.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ.- Veterinario y escritor taurino.

“Al árbol hay que enderezarlo desde chuiquitito”
“A los chiquillos hay que educarlos desde chiquititos”
Estos han sido axiomas de siempre, que de llevarlos a efectos y tras vigilancia continuada, generalmente nunca han fallado.
Pues si estos axiomas lo llevamos al toro de lidia una vez en el ruedo, nos dan un nombre “El Cid” pero no el que hemos encontrado en los libros de historia conocido como “El Campeador”, sino Manuel Jesús “El Cid”,matador de toros por la gracia de Dios y de la mano de “Luguillano” con “Finito de Córdoba” de testigo, una tarde del 23 de abril del año 2000 en la Plaza de Toros de Madrid con el toro “Gracioso”.
El torero de Salteras debió respirar ese día las esencias toreras de; sus compañeros de cartel, del albero que pisaba, y de la afición de la plaza con tal fuerza que, impregnado su cuerpo de ellas, es al día de hoy el mejor profesor de toros para que estos cumplan con rigor en los veinte minutos de enseñanza, la misión que tienen como principal protagonista en la Fiesta de los Toros.
En Sevilla y con los dos toros de desigual comportamiento que el sorteo le deparó de la mítica divisa Santa Coloma origen Saltillo de Victorino Martín, demostró como se “doma” a un colegial taurico desde el primer encuentro (que no contacto) con los engaños, para que trate de seguir- con la intención de coger- aquello que se le ofrece pero no llega más que a olerlo como tantas veces ha dicho el gracioso y gran torero zamorano Andrés Vázquez: “A los engaños que los huela pero no los toque”.
¡Es el secreto del toreo!, pues cuando el toro ha tocado las telas, poco a poco se va desengañando, al captar el centro sensitivo del cuerno -colocado a unos 6 centímetros de la punta del pitón -, que aquello no tiene consistencia y no lo puede herir, desistiendo de seguirlo porque ya ha descubierto el secreto.
Jesús “El Cid” tiene esa virtud que Dios le ha dado, de poder llevar a la práctica la enseñanza que todos los matadores de toros han aprendido a lo largo de su profesión, pero que la mayoría de ellos son incapaces de llevarlo a efecto para enseñar al toro a embestir que es en lo que consiste el prolegómeno de cualquier faena importante.
Y lo hizo con el primero de su lote un toro de capa cárdena que atiende por Borgoñes herrado con el número 184 y con 550 kilos de báscula. Un toro bravo de verdad, que de salida remata en el burladero arrancando el estribo del mismo, al que Manuel Jesús supo desengañar y llevar por el camino que debía seguir a los engaños ofrecidos, en una labor que no estaría de más ser impuesta como enseñanza en todas las Escuelas Taurinas con la catalogación de “lección magistral”.
Y comienza la lección que me voy a permitir narrar con todo detalle:
“Cinco verónicas extraordinarias de mando y largura, rematadas con dos medias perfectas, hacen humillar al toro”
Lo lleva perfecto al caballo que monta José Manuel Espinosa con pases por delante sin permitir que toque en ningún momento el capote. Todo es suavidad y enseñar el camino. El toro es picado perfectamente si bien al final ha de ser coleado al derribar, para que no hiera al caballo, a lo que colabora de manera eficaz el capote de Pepín Liria que le tapa la cara al morlaco”
Nuevamente lo mide perfectamente El Cid, para llevarlo al segundo encuentro. Aplausos del público. Lo deja tan cerca que el piquero realiza la suerte de la aceituna con lo cual pica arriba.
Quita Salvador Cortés demostrando su insuficiencia, ante un toro bravo, en tres verónicas enganchadas si bien la media es buena.
El Cid, en el único fallo de la tarde. Pide el cambio de tercio con el "tirabuzón" de los dedos. En Sevilla ha de hacerse a través del alguacilillo que actúa de intermediario con el Presidente.
Lidia Alcalareño y parean sin lucimiento, pero de forma eficaz, "El Boni" y Julio López
Ante ese murmullo que presagia las buenas faenas, brinda al público.
El toro está en la raya concéntrica de dentro que marca la demarcación de picadores. Lo cita El Cid desde el centro del ruedo con la diestra, el toro se arranca y le enjareta un redondo perfecto. Siguen cuatro redondos dechados de perfección y temple, rematados con un doble pase de pecho de pitón a rabo. Ovación cerrada.
Sigue con la diestra en una nueva tanda de cuatro rematados con el de pecho, perfectos. Ovación.
Victorino que apareció dormido en su localidad muestra su áurea dentadura. ¡Ha despertado!.
Nueva serie de cuatro redondos y el de pecho largo, muy largo, de pitón a rabo. Suena la música. Mientras el público se levanta de sus asientos.
Con la muleta en la izquierda una serie de siete naturales ligados, rematados que acaba con un farol y el de pecho. Ovación
Nueva serie de naturales que finalizan con dos pases seguidos de pecho y una trincherilla.
Vuelve a la mano diestra para instrumentar dos redondos. En el tercero el toro se le cuela, pero se repone, le administra un circular cambiado que acaba en una trincherilla y uno de pecho de los de pitón a rabo.
No le ha tocado la muleta el toro en ningún momento de la faena.
Se pide el indulto del toro por un sector minoritario del tendido
En la suerte natural gran estocada que tumba al toro sin puntilla.
Se pide la oreja unánimemente y el Presidente concede las dos del tirón.
El Cid pide la vuelta al ruedo del toro, que Trujillo concede.
Vuelta al ruedo triunfal.

Su segundo toro tiene otra condición. Su nombre Baratero herrado con el número 270 y con un peso de 505 kilos. Su capa cárdena oscura.
La faena completa es así:
El Cid le recibe confiándole a base de verónicas largas sin quebrantarlo para seguidamente ajustarse en siete verónicas soberbias rematadas con una media superior. Ovación.
El Cid trata de llevarlo al caballo que monta Alberto Parrón pero el toro se niega. "El Boni" lo deja debajo del caballo. El picador se agarra arriba.
En el segundo encuentro El Cid lo lleva con mimo al caballo. Lo deja un poco más largo. El toro se arranca con fuerza y el piquero pica arriba.
Mientras el caballo abandona el ruedo El Cid se queda con el toro.
En el tercio de banderillas donde lidia El Boni parean con desigual acierto "Alcalareño" que pasa apuros y Julio López que lo hace bien y arriba.
En la faena de muleta el toro comienza dudando en la arrancada, pero El Cid impávido le administra una tanda de tres redondos rematados con el de pecho. Superiores.
Con la izquierda comienza con un ayudado y seguidamente seis naturales rematados con un colosal pase de pecho.
Nueva serie natural a base de cuatro rematados por el afarolado y el de pecho. Ovación. Suena la música.
Se separa del toro para darle un respiro. ¡El torear sin torear! Lentamente se aproxima al toro.
El secreto. Dejarle la muleta muerta en la cara con un valor sereno.
Dos series de tres y tres rematadas ambas con el de pecho.
Va por el estoque de muerte.
El Cid ha hecho al toro en una lidia perfecta de colocación, tiempo y temple.
Un natural muy bueno, una trincherilla, un ayudado por bajo, nueva trincherilla son los previos a la gran estocada arriba que hace doblar al toro. El tercero de la cuadrilla Julio López lo levanta al ir a apuntillar siendo enganchado y sufriendo una cornada en la corva derecha. Mientras pasa a la enfermería lo intenta apuntillar el puntillero de la plaza que levanta nuevamente al toro, que finalmente cae rodado con la muleta de El Cid sobre los lomos.
Petición unánime de la oreja. El Presidente le concede una oreja que le faculta para salir por la Puerta del Príncipe.
Así consigue Jesús “El Cid” su Puerta del Príncipe consecutiva en dos ferias de Sevilla y eso que estaba enfadado porque no fue despertado a tiempo en el Hotel y hubo de vestirse a la carrera ese terno lila y oro y tomar su propio coche al que el mismo llevó a la plaza para llegar puntual a una cita necesaria para todos.

LA CORRIDA DE REJONES DE LA FERIA DE SEVILLA 2007

LA CORRIDA DE REJONES DEL 15 DE ABRIL EN SEVILLA.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor taurino.


El despeje de plaza que hacen los alguacilillos denota que no se trata de una corrida de a pié, pues nada más saludar al Presidente Gabriel Fernández Rey desaparecen por la puerta de chiqueros.
Claro que en realidad hacen bien al dejar solos, no desentonar ni entorpecer el paseíllo, a los tres preciosos caballos que montaban los centauros componentes de la terna:

Fermín Bohórquez (tordo en fase blanca completa)
Pablo Hermoso de Mendoza (castaño oscuro)
Diego Ventura (tordo también en fase blanca, aunque incompleta como denuncian sus extremidades).


Paseíllo, precediendo al cortejo, para cumplimentar a Presidencia y los tradicionales ejercicios convenidos que son una exhibición de doma y coordinación de movimientos de alta escuela.
Los caballos de los dos primeros con una alzada respetable que contrasta con lo recortadito de formas del équido del más joven de la terna, quién no obstante, como presagiando lo que luego sucedería se luce en unos recortes donde el caballo se emplea a tope.
Y con una plaza a rebosar consecuencia del regalo a amistades por parte de los abonados, comienza un espectáculo que goza de muchos adeptos en estas tierras donde el caballo es parte importante de sus tradicciones.

FERMÍN BOHORQUEZ

Abre plaza Fermín Bohórquez, caballero y ganadero, quién ataviado con una chaquetilla azulada y sombrero gris con barbuquejo negro, monta un precioso caballo castaño oscuro cruzado en español con crines largas, que atiende por Dolido. Brinda a su tía Ana Maria Bohórquez, como se hace en estos casos antes de que salga su oponente.
Un buen mozo 512 kilos y Bocadito de nombre. Sale de chiqueros. El caballo alardea de muchos pies, lo que le sirve para parar de esta forma tan entusiasta al toro de su propiedad.
Rejón arriba y torea a la cola con una serie de cuatro lances.

En el 2º rejón, el caballo pierde el posterior en acción consecuente de dos factores: resbalar en la raya del tercio que permanecía en el ruedo y el ligero toque que el toro le dio debido a ganarle el envite. Por suerte nada ocurrió cuando nos temimos lo peor al ver como el pitón, reglamentariamente despuntado, se perdió sin penetrar en la región inguinal del precioso equino.. Saca a continuación a Sinfonía un tordo picazo en fase blanca, con el que clava un buen par de banderillas al estribo.
El 2º par se caracteriza porque cita despacio desde lejos y colocado de frente se aproxima al cornúpeta para poner el par arriba al estribo.
Aparece D. Ángel Peralta en imagen barrida por parte del realizador en el espacio que media hasta sacar a su caballo de nombre LIbanés castaño oscuro con el hierro de Manuel Jorge de Oliveira que torea y templa al toro perfectamente y lo provoca en preparación para poner el.3º par de frente al toro, arriba y al estribo.
Y ahora, torea. Dos lances perfectos y toreros. Otro nuevo y buen lance. Otro más y otro más dando los pechos del caballo.
Pretende un cuarto par de banderillas. Cita de frente pero el toro no se arranca y no propicia el embroque. Lo intenta de nuevo y tampoco. A la tercera, y tras llegar al terreno del toro, logra el encuentro y pone otra farpa en todo lo alto.
Cambia de caballo y saca a Urbi del hierro portugués, de Casa Calaval castaño muy oscuro con el que pone una de las cortas a pesar de que el toro llega a tocar al caballo.
Suenan los clarines que anuncian la suerte suprema. El caballero se dispone a efectuarla con el mismo caballo..El toro, muy quedado y situado dentro de las dos rayas. Trata de sacarlo siendo ayudado por el subalterno.
En el primer encuentro: Pinchazo.
El toro muy quedado se refugia en tablas, y en esa mismo terreno de la querencia a tablas le propicia un pinchazo y el toro de echa.
Lo levanta el puntillero y nuevamente dobla. Se levanta de nuevo al ver la cercanía del puntillero. Nueva echada. Cuatro intentos de descabello y al final, acierto.

PABLO HERMOSO DE MENDOZA

El 2º.centauro es nada más y nada menos que Pablo Hermoso de Mendoza, quien con chaquetilla azul, monta un caballo tordo en fase blanca, con el que se va a enfrentar al toro Nutrido de 515 kilos.
Le para perfectamente en corto con precisión matemática lo que arranca la ovación.

Una vez fijado el toro se aleja de él. Se acerca de frente, trata de quebrar y clavar pero falla en la primera. Repite lo mismo en el segundo intento y ahora acierta y pica arriba.
Nuevo caballo de capa castaño oscuro Cita y torea de costado haciendo una pirueta por dentro que levanta al publico de sus asientos. Andando se va al toro cabalgando a dos pistas quiebra y clava arriba.
Al sesgo y a la carrera clava un buen par.
Nuevo caballo tordo rodado pone un buen par y para al toro.
Trata de poner banderillas cortas a dos manos. Tras laboriosa brega a la tercera lo logra sacando las manos de abajo. Ovación clamorosa.
El realizador saca a Litri (hijo) comiendo pipas en los tendidos, mientras Pablo cambia de montura.
Se trata del caballo Sármata “el mordedor” que tiene por primera misión el sacar al toro de las tablas. Lo saca hasta las dos rayas y allí coloca un rejón completo que hace tambalearse al astado mientras “el mordedor” le ataca en la grupa.
El toro muy herido, dobla y ahora Sármata le muerde en el testuz, lo que enardece al público.
Salen los pañuelos en masa. Se concede la oreja. Se pide la segunda insistentemente, que el Presidente no concede, mientras Oscar Chopera consuela a su pordedante de quién en la entrevista posterior le considera como un rejoneador sensacional,” Es un profesional que trabaja los caballos hasta las 12 de la noche”. Y naturalmente eso propicia estos triunfos que no son por casualidad.¡Una oreja!. El presidente niega la segunda en una cicatería fuera de lo común. Unos mejicanos rejoneadores mejicanos ponderan a Pablo.

DIEGO VENTURA

El 3º de la terna es el portugués afincado en Sevilla, Diego Ventura.
Abre plaza con un caballo recortadito, un colín alazán oscuro, de nombre Chocolate luso-árabe con el hierro de Samuel Pereira Lupi, muy bien enjaezado en crines, cola y dotado de un mosquero a base de crines de caballo, que es el encargado de lidiar al toro Gusano de 520 kilos sobre los costillares, quien tiene la virtud de rematar en tablas de salida. Lo para en corto muy bien.
El toro se sale de la suerte en los dos primeros encuentros por lo que no clava. A la tercera clava un rejón de castigo arriba. Y ahora torea con la banderola del rejón, lo que arranca los primeros aplausos.
El toro muy parado.,
Cambia de montura y saca a un caballo negro de nombre Aireado lusitano que torea de costado perfectamente y es aplaudido al cabalgar a dos pistas por dentro.
Cita de frente alegrando con saltos de las extremidades anteriores y clava arriba.
Nuevo caballo tordo blanco se llama que es de raza portuguesa. Pero el toro no embroca. Al segundo intento coloca un buen par en todo lo alto.
Repite la suerte anterior siendo aplaudido con fuerza.
Saca un nuevo caballo bayo de nombre Méjico con el que coloca unas cortas. Falla el segundo intento. Pero coloca el par de inmediato.
Hace el teléfono por dos veces.
El realizador nos muestra a Rodolfo Martín Villa en el tendido bajo.
Buen rejón de muerte. Pie a tierra y el toro cae sin puntilla. Se pide la oreja mayoritariamente que el presidente concede.
Molés comete una equivocación, al devaluar de forma partidista esta oreja comparándola con la de Pablo Hermoso de Mendoza.


4º Toro de la tarde. Grosero es su nombre. Cuya lidia corresponde nuevamente a su dueño, el rejoneador Fermín Bohórquez, quién saca una jaca perlina de nombre Rubia que espera al toro a portagayola, como única innovación en un rejoneador de corte clásico. Hay una persecución que es ovacionada.
Cuando el toro se para le coloca un rejón de castigo arriba.
Saca un nuevo caballo tordo en fase blanca de nombre Opando del hierro de Manuel Braga cuya especialidad es la de banderillas, renunciando a otro rejón de castigo en su afán de cuidar al toro..
El primer par de banderillas es muy bueno. Sigue ahora toreando al toro que llega a tocar a la cabalgadura.
Quien sale ahora es Nevado, un tordo en fase blanca, espectacular, con quien pone un par a dos manos sacando las banderillas desde abajo.
Nuevo par a dos manos, donde demuestra la perfecta doma de este caballo que va sin riendas al toro, para colocar un extraordinario par. Ovación.
Lo mejor de lo realizado en toda la tarde. Sin aspavientos sino dentro de los más puros cánones del toreo a caballo.
Nueva cabalgadura. Se trata de un caballo tordo oscuro, de nombre Melero especializado en la colocación de flores, con el que coloca dos rosas adornándose después con toques en el testuz.
Rompen el silencio los clarines anunciando la suerte de matar. Y con el mismo caballo realiza la suerte en la que no acertó por no haber colocado convenientemente la cabalgadura debido a su afán de triunfo cuando iba en inferioridad de trofeos con respecto a sus compañeros de cartel. A la segunda pincha arriba sin que se rompa el rejón.
El toro pega el arreón de la muerte hacia el caballo, lo que confunde a Fermín que desmonta para usar el descabello. Falla en el primer intento, resultando laboriosa la preparación de la segunda entrada que también es fallida al igual que otras varias debidas a que el desagradecido animal con el propietario que le había mantenido hasta ese momento no facilita la acción humillando.
El público reconociendo las dificultades y los aficionados aplauden la labor de un rejoneador que trata de hacer todo de la manera clásica incluso utilizando la silla vaquera pura sin modificaciones.
No tuvo suerte en su tierra.

El 5º es el segundo del lote de Pablo Hermoso de Mendoza quien monta a Curro para lidiar a Oprimido de 509 kilos de anatomía.
Le para con cuatro recortes resultando tocado en el último. El rejón queda trasero. Tras torearlo de costado y pases por el estribo.,
Cambia de caballo para dejar el toro a banderillas donde las probabilidades de triunfo son mayores, al ver que tiene buen tranco el toro.
Saca a un caballo perla de nombre Merlín del hierro JB. Se trata de un caballo muy colocado que no protesta nada ante la cara del toro. Va despacio al toro le quiebra y clava arriba.
Se acerca de espaldas hasta el terreno del toro para provocar la embestida, seguidamente se separa de él, para acercarse lentamente y clavar al estribo. Nuevo caballo a la arena, se trata de Fusilero tordo en fase blanca que torea al toro perfectamente, si bien le obliga tanto que acaba tirándole. A tres metros quiebra y clava arriba. Ovación. Le cita, se para, quiebra y clava en todo lo alto Hace tres piruetas delante del toro que enardece al publico. Ovación.
Y ahora quién sale es el caballo estrella de la cuadra, Sármata tordo rodado con el que pone dos banderillas de las cortas a dos manos que crea el delirio en la Maestranza.
Le torea de frente con la cara hacia delante desafiante.
Con este mismo caballo mata de arriba abajo y el toro a pesar de que no parte el rejón cae rodado. Desmonta de inmediato y la plaza se llena de pañuelos.. Se le concede una oreja.
Se le ha privado de la salida por la Puerta del príncipe. Protestas al presidente.

6º.y último toro de la tarde. Diego Ventura monta un tordo en fase blanca. Imitando a Bohórquez también se va a portagayola, pero metiéndose materialmente en el amplísimo pasillo de salida de chiqueros. Caballo y toro salen juntos de chiqueros a la vista de los espectadores escorados a la puerta. El toro tiene pies pero lo para estupendamente recortándolo y seguidamente le clava perfecto arriba.
También, imitando ahora, a Pablo Hermoso deja al toro con un solo rejón de castigo, para lo cual cambia de caballo.
Quien sale ahora es Trincherazo un caballo albino que torea a dos pistas. Se trata de un caballo de los denominados “alto de sangre” por su predominio de la sangre inglesa sobre las otras dos en los tres sangres.
Llama al toro con las manos a los sones del pasodoble taurino estrella, Nerva y cuando logra la arrancada clava arriba. Le saca de costado y ahora se va por él desde muy largo despacito para, ya en la cercanía, quebrar y clavar en lo alto. Ovación de gala.
Y ahora un nuevo caballo, tordo en fase blanca que también se acerca a terrenos del toro de espaldas para sacarlo de tablas y tras alejarse se va acercando al toro incitándolo con avances y retrocesos en faena laboriosa hasta lograr la arrancada y quebrando clava arriba recibiendo una de las mayores ovaciones que se han tributado en una corrida de rejones en la Maestranza de Sevilla.
Repite lo anterior nuevamente pero ahora el toro acude con mas prontitud y quebrando clava arriba. Gran ovación.
Le hace un quiebro espectacular que levanta al público de los asientos, mientras desmonta para que la gente aplauda al caballo, que se va andando de la plaza hacia el patio de caballos mientras, Diego Ventura saluda.

Finalmente entra en el albero un caballo alazán tostado cuyo nombre desconozco con el que va a poner banderillas a dos manos para no desmerecer de sus compañeros.
Cuarteando las pone en todo lo alto.
Los clarines le ordenan matar y lo hace clavando arriba pero es un pinchazo que no basta.
A la segunda rejón de muerte en el sitio exacto.
Pie a tierra y el toro cae sin puntilla.
Se pide la oreja mayoritariamente que el Presidente concede.
Se pide la segunda que también concede, con lo que logra la salida por la Puerta del Príncipe, en una clara “barrida para casa” por parte del que más manda en la plaza por aquello de haber pinchado antes del rejón de muerte.
El caballero navarro Pablo, que lo es de verdad en todos los sentidos, le da la enhorabuena entre barreras.