CORRIDA DE MIURA QUE CIERRA CICLO
VALDEMORILLO 2019.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
Este domingo 10 de febrero en la
cubierta plaza de Valdemorillo tenía lugar la primera corrida seria de la
temporada taurina 2019 de España. Seria, porque se trataba de una corrida de
Miura que iba a ser lidiada por dos torerazos especialistas en este mítico
encaste de la A con
las dos asas.
Sevilla fue la protagonista de
esta corrida en la que sus elementos principales fueron los toros sevillanos de
Miura y los matadores sevillanos de Gerena y Los Palacios respectivamente.
Pero una vez más TVE que es la de
todos los españoles se iba a desentender del tema por aquello de estar en manos
de este gobierno que tiene otras prioridades diametralmente opuestas a las que
le vendría de perlas, para llenar las arcas que posteriormente vaciará en pro de esa
comunidad catalana ávida de dineros donde estos representan más que la tan
cacareada independencia.
Menos mal que otra cadena de otra
comunidad, en este caso de Castilla la Mancha, televisó el interesante evento y nos
proporcionó a los españoles aficionados al arte de Cúchares la oportunidad de
ver el triunfo sin paliativos de Manuel Escribano el sufrido y curtido torero
de Gerena que dio una dimensión enorme ante los cuatro miuras que hubo de
lidiar, torear y matar de sendas estocadas por cogida inoportuna de su
compañero de cartel Pepe Moral en su primer enemigo, quien no obstante tuvo la
gallardía de salir herido de consideración para trastear y matar al segundo de
su lote por aquello de no dejar con CINCO MIURAS a su compañero y amigo.
No se llenó la plaza a pesar de
que en el encierro se pudieron ver estos hermosos y grandes ejemplares del
mítico hierro de los Hermanos Miura y de que la calefacción presente en la
plaza proporcionaban un agradable ambiente.
No estaba la plaza hasta la
bandera, como se solía decir en las crónicas antiguas, posiblemente porque una
corrida de Miura no es aliciente prioritario -debido a su comportamiento
desigual- como para llevar público suficiente capaz de rellenar los huecos
dejados por los aficionados de verdad y profesionales que sí vieron motivación
para acudir a la monumental de Valdemorillo.
Y en este ambiente, se inicia el
paseíllo.
Por delante, los dos matadores,
de el mano a mano, seguidos del sobresaliente Salvador Ruano (blanco y plata), vestidos de tafetanes distintos
pero vistosos.
Los matadores protagonistas, con
los colores más taurinos en sus trajes de torear, Manuel Escribano (grana y oro), Pepe Moral (tabaco y
oro) que se enfrentarían a una corrida bien presentada de Miura donde habían 3 cinqueños que representarían un peldaño más de
dificultad en esta difícil escalera taúrica de comportamiento y aprendizaje.
Sale el primer toro de la tarde que es recibido con una ovación de
admiración por el trapío exhibido. Se trata del toro que se había rezagado en el
encierro de la mañana.
Escribano le para con solvencia para, seguidamente, estirarse a la
verónica. El toro acosa y puntea. Como en terreno de tablas el toro aprieta, lo
saca hacia el tercio donde trata de enseñarle a embestir con capotazos por
delante sin cruzar, andándole con elegancia.
Lo deja en el capote de uno de
sus banderilleros para que lo retenga en espera de la salida de los picadores.
El toro empuja con los riñones al
caballo del piquero quien se ha agarrado arriba.
A la salida del caballo, Escribano le prueba con dos capotazos y,
seguidamente solicita el cambio de tercio que presidencia concede.
Quita con cuatro chicuelinas que
remata con una serpentina vistosa. El toro le impide el remate final con la
revolera por cernirse y quedarse corto en el viaje de embestida. Aplausos.
Sinceramente creo que Escribano
ha realizado el quite que él sabe
se puede hacer a este encaste debido a la facilidad de aprendizaje de que hace
gala.
El diestro gerenense toma las
banderillas y el público le tributa una ovación cerrada.
En el primer par, el toro acude
con prontitud a la llamada de Escribano y
éste, ganándole la cara, le prende los palos arriba teniendo que salir por pies
al ser perseguido por el miura y saltar con limpieza la barrera.
El segundo par lo inicia el
matador subido en el estribo y cómo el astado estás cerrado en el burladero de
matadores el par será ejecutado de dentro a fuera con la ventaja por parte del
miura. Sale triunfante el matador banderillero y el toro le persigue por lo que
nuevamente ha de saltar la barrera.
El tercer par es ejecutado al
quiebro y al violín, no clavando en el primer intento porque el toro distraído
se salió de la suerte. Al repetir
acción, Escribano prendió el par en todo lo alto.
Una gran ovación del público
premió este tercio en el que Escribano ha sido auxiliado por el banderillero
Miguel Martín.
Escribano brinda al público, recibe la ovación pertinente y deja
caer suavemente la montera desde la altura de la rodilla.
Desde la boca de riego cita al
toro que está distraído en el burladero de matadores. Al no arrancarse, el
matador ha de ir acortando distancia. Cuando alcanza la ideal, el toro se
arranca y Escribano le administra el
pase buscado, que no es otro que el pase cambiado por la espalda, al que sigue un pase por alto. Sigue otro cambiado
por la espalda seguido de otro pase de pecho sobre la derecha y, tras cambiarse
la muleta por la espalda, remate final con el pase de pecho sobre la izquierda.
Da tiempo al toro a la vez que
el matador recupera aire, si bien no le ha faltado en ningún momento mientras
ha estado ante el miura. ¡Está muy fuerte físicamente Manuel Escribano Nogales!
Se posiciona con la muleta montada sobre la
mano derecha dispuesto a torear al redondo. Dos excelentes redondos jaleados
por los aficionados. Otro más, en el que la muleta se ha desplazado por abajo,
que el toro toma con cierta bondad.
Nuevo redondo que trata de rematar con el de pecho sobre la mano derecha, y que no logra porque el toro se queda corto en la embestida pero que, tras insistencia, lo consigue. Ovación.
Nuevo redondo que trata de rematar con el de pecho sobre la mano derecha, y que no logra porque el toro se queda corto en la embestida pero que, tras insistencia, lo consigue. Ovación.
El pasodoble Tercio de quites comienza a sonar.
Escribano prueba al miura con dos pases contrarios y seguidamente,
tras comprobar que hay posibilidad de embestida clara, se lleva la muleta a la
mano izquierda.
Tres excelentes naturales. En el
cuarto el toro se le cierne. Nuevo excelente natural seguido de otros dos más
que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha al que sigue un desplante
colocando el estaquillador sobre el testuz del toro.
Nueva toma de aire para ambos
contendientes.
Redondo. Cambio de muleta de mano
ante la cara del toro, natural.
Escribano se confía en exceso. El toro le sorprende y está a punto
de echárselo a los lomos. Sus reflejos y agilidad física le libran del percance
no obstante recibir un golpe en la rodilla y claudicar momentáneamente. Parece que está herido ya que una mancha roja está empapando el tafetán del traje de luces.
La rabia torera lleva a Escribano a tratar
de poner en claro que está por encima del miura y, mediante la técnica del
zapatillazo, logra robarle cuatro naturales que remata con el pase de pecho
sobre la izquierda. Desplante ante la cara del toro y ovación final por parte
de los aficionados a los que sigue el público en general.
Quiere Escribano lograr el triunfo. De ahí que continúe con la muleta en la
diestra toreando al redondo en dos derechazos buenos. Al tercero el toro se
queda corto, repone y le pone nuevamente en aprietos. Remate con el pase de
pecho sobre la derecha y desplante tocando el testuz del toro con la mano
izquierda.
Con la muleta en la izquierda le
arranca dos naturales. Nuevo posicionamiento y dos nuevos naturales. El toro ya
no quiere pelea y se raja.
Pase mirando al tendido. Natural
nuevo ayudándose del simulado y se va a por la espada de matar, mientras Miguel
Martín se queda con el toro.
Escribano busca la igualada, pero el toro está muy remiso a
cuadrar. Tanto que al demorarse propicia el primer aviso.
Cuando se iguala y en la suerte
natural Escribano monta la espada
momento en el que el toro se le arranca.
En la siguiente igualada, Escribano ha debido entrar con rapidez con
lo que ello conlleva en el acierto. De ahí que la estocada entera queda
atravesada y esta circunstancia impida la concesión de la oreja que fue pedida
de manera minoritaria.
Capoteo de los banderilleros. El
toro se acula en tablas. Cuando dobla y se acerca el puntillero se arranca y
está a punto de llevárselo por delante.
Cuando dobla nuevamente. Trata de
levantarse nuevamente sin conseguirlo. El puntillero falla al primer intento
para acertar al segundo.
Todos los televidentes pudieron
ver la predisposición, el conocimiento, la preparación tanto mental como física
de un torero muy castigado por las cornadas, De un torerazo que no hace ascos a
lidiar este mítico encaste.
En la entrevista a Escribano en el callejón aduce que el
toro tenía una embestida dudosa en ocasiones. Siempre con las manos por delante
y la cara alta al tiempo que reponía en ocasiones. Pero le calificó de noble y
“toreable” entre comillas. ¡La nobleza de este torero que ensalza a su enemigo!
Sale el segundo de la tarde. Nº 76. Vencedor.
593 kilos. Cinqueño.
Pepe Moral lo recibe con una larga cambiada de rodillas en terreno
de tablas.
Seguidamente le administra dos
excelentes verónicas en las que le gana terreno. A la tercera el miura se le
cierne y propina un atropello espectacular del que el matador sale maltrecho
pero con el valor suficiente para seguir en escena y, aun claudicando, y con
gestos de mucho dolor llevar el toro al caballo para cumplir con la suerte del
tercio de varas que ejecutará el picador Carbonell que es quien guarda puerta
al que se arrancó el toro.
Seguidamente es el piquero
titular quien pica al toro. Moral solicita
el cambio de tercio que presidencia concede.
Cuando se cambia el tercio, Moral realiza su quite en base a unas
chicuelinas galleando que remata con una media. Aplausos.
En banderillas el miura presenta las
dificultades propias del encaste para este tercio, de ahí que Vicente Varela
haya de repetir entrada y dejar un solo palo en lo alto. El tercero Pascual
Mellinas deja también un solo palo en lo alto. En la nueva entrada de Varela no
deja ningún palo arriba.
Moral solicita el cambio de tercio que presidencia con criterio
reglamentario no concede y ha de entrar nuevamente Mellinas para dejar los dos
palitroques arriba. La lidia la llevó a efecto José Chacón.
Moral brinda al público y recibe la ovación pertinente.
Inicia la faena de muleta con
pases contarios por ambos lados doblándose a media altura sacando la conclusión
de que el pitón potable del toro es el derecho.
Toreo al redondo. Serie de cuatro
buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el de
pecho sobre la izquierda.
Moral está toreando con mucha suavidad consciente de que este tipo
de toros no admiten violencias. Está templando sus pases de muleta. Serie de
buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el de
pecho sobre la izquierda.
Moral se descalza y continúa
el toreo al redondo para, tras cambiarse la muleta `por la espalda, rematar con
el de pecho sobre la izquierda. Ovación.
Claudicando ostensiblemente Moral se va a por el estoque de matar
que se lo acerca el banderillero José Chacón.
Busca la igualada de manera
elegante y torera. En la suerte natural
con el toro por fuera de las dos rayas. Pinchazo arriba sin soltar que
encuentra hueso.
En la suerte contraria estocada
entera y caída que tumba al miura sin puntilla.
Ovación del público mientras el
matador se retira al callejón para ir
camino de la enfermería a fin de ver las consecuencias del atropello que
sufrió.
Sale el tercero de la tarde. Escribano le recibe con una larga cambiada de
rodillas en terreno de tablas. Seguidamente le administra una excelente
verónica en el remate de la cual el toro se cae por exceso de empleo en la
embestida. Y acto seguido, ganándole terreno, le administra excelentes verónicas
por ambos pitones en serie de seis y que tras intercalar dos chicuelinas, remata con una media en el
remate de la cual el toro aprieta al torero de Gerena.
Lo deja en el capote de su
banderillero Juan Sierra quien, le cierra en el burladero de suertes en espera
del posicionamiento de los picadores.
El toro hasta el momento dotado
de viveza y movilidad extraordinarias.
Escribano con lances por delante sin cruzar y andándole muy bien
para atrás, lo posiciona para la primera entrada al caballo de picar. El piquero
se agarra arriba y el toro aprieta aunque con la cara alta y sin emplearse a
tope.
Lo saca Juan Sierra y lo deja en
el capote de s,u matador quien tras probarlo con dos capotazos, solicita el
cambio de tercio que presidencia concede.,
Con lidia de Juan Sierra, Escribano tras limpiarse el sudor y
tomar el buchito de agua, toma las banderillas adornadas con los papelillos
blancos y los colores de la enseña nacional en el centro de los mismos.
Brinda el primer par al público y
recibe la ovación pertinente.
El primer par con la secuencia
siguiente:
El matador banderillero en el
centro del ruedo. El toro desde el burladero de suertes se arranca con muchos
pies. Escribano cuadra en la cara y
prende el par en todo lo alto. Ovación.
Capotazo de Sierra para llevar al
toro al burladero de suertes donde le mantiene otro banderillero de la
cuadrilla.
El segundo par con esta
secuencia. Escribano entre las dos
rayas de picar al igual que el toro a diez metros de distancia. Cuando lo cita,
el toro se arranca con mucha fuerza, y esto obliga a que Escribano haya de pasar en falso porque el toro le gano la acción y
le arrancó una zapatilla al gerenense.
Posicionado nuevamente el
matador, ya sin zapatillas, le gana la cara y le clava un excelente par de
banderillas. Ovación.
Sierra le administra un capotazo
al toro para cambiarle de terreno,.
El tercer par con esta secuencia:
Escribano en el centro del ruedo.
Toro en el burladero de suertes. El banderillero va andando despacio en su
busca y cuando el toro se fija y cuando se arranca en el mismo centro del
ruedo, lo quiebra y prende el par en todo lo alto. Gran ovación del público.
Se queda Sierra con el toro y
auxiliado por su compañero de cuadrilla lo cierran el burladero del tendido 4.
David el mozo de estoques de
Escribano le calza las zapatillas mientras habla con José Luis Moreno, su amigo y asesor taurino por el momento.
Brinda a una señora que ocupa
tendido bajo y que al parecer es la esposa de un amigo, ya fallecido, de Escribano.
Toro fijo en el burladero del
tendido 4. El matador en el centro del ruedo. Muleta montada sobre la mano
derecha. Cita a un toro que está pendiente de lo que ocurre entre barreras. Cuando
se arranca, le administra un excelente redondo. En el segundo pase, el toro se cuela no
obstante lo cual continua el toreo al redondo perdiendo tres pasos entre pases.
Dos redondos más y remate con el pase de pecho sobre la mano derecha que dobla
con el de pecho sobre la izquierda.
Cuando se retira del toro recibe
una ovación.
Tras dar tiempo al toro monta la
muleta sobre la mano derecha. Serie de cuatro buenos redondos. Se cruza con el
miura. Otros dos más y, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase
de pecho sobre la mano izquierda en la salida del cual, el toro pierde las
manos.
Tras dar tiempo al toro. Muleta
en la izquierda. Un natural ayudado. Naturales sin ayuda, algunos de los cuales
ha de dar el paso atrás porque el toro se le cierne peligrosamente. Naturales
extraordinarios a un toro que tras reponer, da un tornillazo en el remate de los mismos. Dos
nuevos naturales más.
Tras tomar la distancia adecuada,
excelentes y templados naturales rematados con el pase de pecho sobre la mano
izquierda. Cuando se retira de la cara
del toro recibe una gran ovación.
Mientras está montando la muleta
sobre la diestra el toro se arranca de improviso y le administra un pase de las
flores a la salida del cual el toro se va a las tablas. Tira del toro. El toro
le aprieta. Lo cambia de terreno y se lleva la muleta a la mano derecha.
El pasodoble Francisco Alegre ameniza la faena de Escribano.
Serie de redondos a la salida de
los cuales, el toro pretende huir. Sigue el toreo al redondo y, tras cambiarse la
muleta de mano, remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda. Desplante
y ovación a la salida de la cara del toro.
Da tiempo al toro y plegando la
muleta sobre el antebrazo izquierdo se va en busca del toro. Un molinete
despegado es el inicio del torero al redondo. Dos excelentes redondos ligados.
En el tercero el toro se le cierne y, tras esquivarlo, remata con un pase de
pecho sobre la izquierda.
Escribano ha recibido un pitonazo sobre la rodilla derecha.
Para sacarlo de las tablas, donde
el toro ha buscado refugio, le administra un molinete sobre la mano
izquierda.
Posicionándose perfectamente,
logra unos excelentes naturales ayudándose del simulado. El último afarolado y
remate final con el pase de pecho sobre la izquierda, al que sigue un pase del
desprecio y desplante ante la cara del toro. Ovación a la salida de la cara del
toro.
Toma el estoque de matar mientras
Sierra administra dos capotazos al toro para cambiarlo de
terreno.
El toro se arranca con rapidez a Escribano quien, se lo quita de encima
con un molinete al que siguen unos excelentes redondos jaleados, en serie de
cuatro. El toro se para. El matador sevillano aguanta el parón. Un nuevo
redondo. Cambio de muleta de mano y remate final con el pase de pecho sobre la
mano izquierda. El toro rajado se va a terreno de tablas.
El matador trata de sacar el toro
de las tablas para efectuar la suerte suprema pero resulta costoso porque el
toro está rajado y allí se siente seguro.
Iba a entrar a matar en ese
terreno en la suerte contraria pero el toro no cuadra. Lo saca y nuevamente el
toro se va a las tablas.
Tira nuevamente de él, para
sacarlo al centro del ruedo. Sierra auxilia a su matador con unos capotazos
tratando de sacarlo de ese terreno.
Como no hay manera de sacar al
toro de esa querencia allí entra Escribano
a matar en la suerte contraria y al filo de las tablas, logrando una gran
estocada hasta las péndolas refrendada con una gran ovación `por parte del
público.
El toro muy herido barbea tablas
a la carrera. El toro dobla. Recibe un aviso mientras el puntillero trata de
atronar al toro. Acierta el puntillero al tercer intento.
Aparecen los pañuelos de manera
mayoritaria en los tendidos y presidencia concede la oreja.
Sale el cuarto de la tarde. Corresponde su lidia y muerte a Pepe Moral que ha salido de la
enfermería desprovisto de la chaquetilla y con el codo y la rodilla izquierda
vendada. La salida del astado se ha demorado unos instantes porque el mozo de
estoques de Moral le está reparando
uno de los tirantes que se le había desprendido, mientras el torilero está
visionando que todo el ruedo está en condiciones para que pueda salir el toro.
Se trata del nº 22. Tiene un peso
de 560 kilos. La capa, retinta chorreada.
Moral lancea al toro soltando mucha
tela porque éste no tiene una embestida franca. Moral lo
lancea a la verónica a media altura. Intercala una chicuelina. Recibe una
ovación.
El toro padece un puntazo en la
paletilla derecha.
Pica Carbonell a cuya cabalgadura
lleva Moral al toro dándole mucho
capote. El picador se agarra en buen sitio. El toro aprieta sin humillar y con
la cabeza muy alta y recibe un buen puyazo. Trata de sacarlo el banderillero
Vicente Varela y cuando lo consigue le administra unos capotazos y lo deja en
el capote de Moral.
En banderillas con lidia de
Varela, Domingo Siro deja un solo palo arriba. Pascual Mellinas clava un
excelente par. Cierra tercio Siro con un solo palo en lo alto suficiente para
cambiar el tercio con cuatro palos arriba.
Pepe Moral brinda al público y recibe la ovación pertinente.
Inicia la faena de muleta con
pases contrarios a media altura por ambos pitones. El toro se para y le sigue
con la mirada.
Moral se lleva la muleta a la mano diestra. Trata de administrar
unos redondos pero no puede tener quietud porque el toro no embiste con
claridad y además remata las entradas con tornillazos al estar muy orientado.
Moral administra unos buenos naturales ayudándose del simulado, si
bien no puede tener quietud de ahí que la faena no remonte. Serie de naturales
ayudados sin quietud y muy distanciado. Dos buenos naturales alargando mucho el
brazo. Logra cuatro naturales más sin ajuste, que remata con un pase de pecho
sobre la mano derecha. Otro natural más. El toro se para.
Moral sale del toro claudicando camino de la espada de matar en
medio de los aplausos del público que ve como a pesar de su falta de
condiciones físicas se ha dignado salir con la finalidad de no dejar a su
compañero Escribano con toda la corrida por delante.
Serie de mantazos tratando de
buscar la igualada.
En la suerte natural doliéndose
del codo, mete la mano con habilidad logrando un pinchazo hondo en buen sitio.
Capoteo de los banderilleros
tratando de levantar la cabeza con la finalidad de que el estoque profundice,
pero lo que se logra es que sea escupido.
Nueva entrada en la suerte
natural donde se le va la mano y obtiene un bajonazo a la salida del cual el
diestro se duele mucho del brazo.
Nuevamente busca la igualada en
la suerte contraria con el toro fuera de la raya de dentro de picar, logrando
otro pinchazo hondo que es escupido Nueva entrada en la suerte contraria para
lograr otro pinchazo. En terreno de tablas y en la suerte contraria logra una
estocada tendida que conduce al toro a las tablas donde se amorcilla.
Moral solicita el descabello. Le resulta difícil de conseguir
atronarlo puesto que el toro no humilla.
Pasa un verdadero calvario al no
acertar y recibir el segundo aviso. Dos nuevos fallos Intenta acertar apoyando el descabello en el
testuz y deslizándole en busca del agujero magno vertebral pero también falla.
El toro se acula en tablas y en
este terreno el toro sigue sin humillar lo que lleva a una serie de fallos por
parte del espada de Los Palacios que ve próximo el tercer aviso y se angustia
si bien a última hora acierta con lo que respiramos todos porque no se merecía
semejante ofrenta. El público le tributa una ovación y Moral se va a la enfermería de donde ya no saldrá al tener que ser
operado de una cornada interna y de un puntazo en el codo.
Por esta circunstancia Manuel Escribano tendrá que estoquear
los dos toros restantes.
Sale el quinto de la tarde. Nº 91. Un toro de gran alzada y con 600 kg de
peso. Escribano lo saluda con una
larga cambiada de rodillas y seguidamente se estira de capote por ambos
pitones, le gana terreno y remata con una media a un toro que tiene carbón y
muchos pies.
Con lances por delante sin cruzar
rematados con un recorte, lleva el toro al caballo de picar. El toro aprieta
metiendo los riñones y con la cabeza alta.
Tras salir del caballo, con lances por delante lo lleva nuevamente a la
segunda entrada.
Buen puyazo. Se cambia el tercio.
Escribano toma los palos y recibe una gran ovación.
En medio de los acordes de un
pasodoble torero, prende un excelente par a un toro que se arranca como un obús.
En el segundo par, el toro aprieta
mucho y Escribano corre delante de él
para atrás sin perderle la cara en busca del burladero de refugio que
finalmente no toma.
Nuevamente en los medios,
gambeteando se va a por el toro. Este se arranca con alegría y Escribano, tras ganarle la cara, le
prende el par en todo lo alto. Recibe una gran ovación.
Toma un nuevo par de banderillas
y se va a los medios. Cuando el toro se le arranca, le gana la cara y clava en
lo alto. Gran ovación. Está bregando Algabeño,
al que su matador le conmina para que deje al burel en sus manos.
La faena de muleta la inicia
doblándose por ambos pitones a medida que le gana terreno. Seguidamente lo
torea por la cara para cambiarle de terreno y allí quitarle las querencias.
Tras dar tiempo al toro se lleva
la muleta a la mano derecha. Buenos redondos perdiendo tres pasos entre pases.
Nuevos excelentes redondos en los que el toro se revuelve con rapidez sabiendo
en todo momento lo que se deja atrás.
Escribano se posiciona para seguir el toreo al redondo. El toro
está difícil y en varias ocasiones le pone los pitones en el pecho, pero el sevillano tiene valor a raudales y no
se siente intimidado. Más bien al contrario, se lleva la muleta a la mano
izquierda evitando el pitón derecho que es por el que el toro se cierne con
mucho peligro.
Inicia el toreo al natural
ayudándose del simulado.
Toma los dos primeros muletazos
pero en el tercero el toro se orienta y sabe lo que se deja atrás buscando con
rapidez las zapatillas del torero.
Escribano busca y encuentra la distancia adecuada que no es otra
que la media y en ella, logra una serie de naturales ayudados buenos que,
vaciados por arriba, remata con el pase de pecho con la izquierda al que sigue un desplante donde posa el
estoque simulado sobre el testuz del toro.
Nuevo tiempo que se toma el
matador y seguidamente se acerca al toro con la muleta montada sobre la mano
derecha para lograr unos buenos redondos en los que el toro parece haber dejado
el peligro que antes tenía por este pitón. Finaliza con un desplante ante la
cara del toro.
Un molinete lo deja posicionado
para el toreo al redondo. Un redondo. Le pierde tres pasos. Nuevo redondo en el
que el toro ha perdido viveza y agilidad lo que hace que el de Gerena gane
confianza y cruzándose ante el toro le arranca dos redondos en los que se ve
que el toro tiene media embestida. Nuevo redondo que remata con el de pecho
sobre la derecha. Ovación.
En medio de los sones Nerva se lleva la muleta a la diestra.
Un molinete, pase de pecho sobre la mano derecha. Un buen redondo. Le pierde
dos pasos. Un redondo. Se queda muy quieto
ante un toro que tiene media embestida y trasteo por delante de la cara,
Termina con un desplante ante la cara del toro. Ovación.
Muleta en la izquierda. Un
natural. El toro dotado de media embestida se le queda debajo del cuerpo. Nuevo
natural que el toro toma a regañadientes.
Gran tranquilidad en Escribano quien sigue toreando al
natural. Trata de rematar con un pase de pecho sobre la mano izquierda, pero
como el toro no se arranca lo torea por delante de la cara y finalizando con un
desplante ante la cara. Cuando sale de la cara del toro en busca de la espada
de matar, recibe una gran ovación.
A la vuelta el toro se le arranca
con gran afectividad de embestida y Escribano
le administra un redondo y seguidamente
monta la muleta sobre la mano derecha para interpretar una serie de manoletinas
no muy ajustadas por cierto a un toro que no humilla nada.
El toro se para y pensamos que
ahí iba a aprovechar Escribano para
entrar a matar pero no le gusta el terreno de ahí que lo trastee por ambos
pitones buscando la igualada.
En la suerte contraria iba a
entrar a matar pero en el momento que levanta el estoque una vez perfilado, el
toro se arranca en el momento en que suena el primer aviso.
Nuevamente en la suerte contraria
y entrando desde muy lejos, logra un estoconazo hasta los gavilanes. Capoteo de
los banderilleros mientras Escribano convencido
de que el toro está herido de muerte, se acerca al astado.
Continúa el capoteo de los
banderilleros. El toro dobla y al
acertar el puntillero aparecen los pañuelos en los tendidos de manera
mayoritaria y presidencia concede la oreja.
Escribano en sus declaraciones en
el callejón habla bien del toro del que dice que: ha reaccionado bien ante el trato que le ha dado, si bien era un toro muy vivo que ha pesado en
la muleta.
Sale el sexto de la tarde cuya lidia correspondía a Pepe Moral pero al estar herido y tener que ser operado no puede
completar la lidia y muerte de su toro que ha de ser lidiado por Escribano.
Se trata de un toro cárdeno al
que Escribano ha lanceado tratando de
enseñarle a embestir más que buscar lucimiento porque no tiene buenas dosis de
bravura y sí muchas de peligro.
En el caballo ha apretado y con
la cara levantada ha llegado con los pitones a la silla del picador que no
obstante se ha agarrado bien arriba. Lo saca Sierra y lo deja en el capote de Escribano quien tras probarle con un
capotazo solicita el cambio de tercio que presidencia concede.
Escribano invita al sobresaliente a que participe en un quite a
este toro que al ser difícil y complicado hace que Ruano no pueda lucirse en el
quite por delantales que resultan sin ajuste y efectuados con mucha movilidad
por parte del matador.
Se queda con el toro Juan Sierra
que es quien va a bregar en banderillas auxiliando a Escribano en el tercio de varas, una vez le arreglen el tirante que
también se le ha soltado.
Ha colocado dos excelentes pares
de banderillas y el tercero es el par estrella del repertorio de Manuel Escribano es decir: sentado en
el estribo, por dentro y al quiebro lo que demuestra que después de tener
asegurada la puerta grande no se deja nada en el tintero este torero que ofrece
todo lo que tiene al público porque se debe a él como ha repetido en numerosas
ocasiones.
Logra colocar brillantemente el
par por lo que recibe una grandísima ovación del público puesto en pie.
Desde el centro del ruedo brinda
la muerte de este toro al público y recibe una gran ovación.
Cita al toro desde el mismo
centro del ruedo al redondo y aguanta la embestida descompuesta del astado que
a punto ha estado de echarle mano.
Sigue al redondo ante un toro que
se queda muy corto en la embestida.
Tras dar tiempo al toro se lleva
la muleta a la zurda. Toreo al natural ayudándose del simulado por el pitón que
parece más potable.
El toro está muy orientado,
repone y se revuelve tras el muletazo con gran rapidez. Escribano está muy vivo!!.
Tratando de demostrar su poderío
lidiador Escribano, se lleva la muleta
a la diestra tratando de lograr faena.
Imposible lograr un pase por este pitón
de ahí que opte por llevarse la muleta a la mano izquierda.
Tampoco por este pitón puede lograr
lucimiento de ahí que opte por el trasteo con la finalidad de agotar al toro
antes de buscar la igualada.
Cuando va a por el estoque de
matar, Juan Sierra propina unos capotazos al toro que está emboscado en espera
de tener al alcance al enemigo para cornearle.
Escribano se va a por el toro y se dobla por ambos pitones tratando
de buscar la igualada.
En la suerte natural, entrando
muy de largo, pincha en hueso y el estoque es escupido. En la nueva entrada
pinchazo hondo en el sitio.
Capoteo de los banderilleros. El
toro toma el camino de las tablas y cuando las alcanza, dobla.
Se levanta cuando se acerca el
puntillero de ahí que surja un nuevo capoteo de los banderilleros auxiliados
por la muleta del matador. Le acercan el descabello a Escribano mientras el toro barbea tablas. Suena un aviso. El toro
da un arreón cuando Escribano se
posiciona para descabellar. Seguidamente acierta con el descabello mientras su
banderillero le recoge la montera del suelo. Gran ovación del público para Escribano
¡Salida a hombros de Escribano por la puerta grande del precioso coso
de Valdemorillo!
Un torero que ha terminado tan
fresco después de haber estado tragando paquete durante 80 minutos ante MIURAS
dice mucho de la preparación física, mental y del VALOR que atesora y de los
merecimientos para estar en todas las grandes ferias de la geografía taurina de
España y América.
Reportaje gráfico de la corrida de Valdemorillo.
Actuación de Manuel Escribano.
Actuación de Pepe Moral
Otras fotos de la corrida de Miura en Valdemorillo.
Actuación de Manuel Escribano.
Actuación de Pepe Moral
Otras fotos de la corrida de Miura en Valdemorillo.