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martes, 9 de febrero de 2016

MI OPINIÓN SOBRE LA CONFECCIÓN DE LOS CARTELES DE SEVILLA 2016.

MI OPINIÓN SOBRE LA CONFECCIÓN DE LOS CARTELES DE SEVILLA 2016.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Los carteles de la Feria Taurina de Abril en Sevilla han puesto de manifiesto la poca personalidad de la empresa que regenta el coso del Baratillo.
Se fue Eduardo Canorea que era requisito “sine qua non” para iniciar negociaciones con disidentes y el panorama parece que cambió si bien solo en la “bajada de pantalones” por parte de Ramón Valencia ante los figurones desertores de la Maestranza  con Morante a la cabeza que incluso, además de cinco comparecencias ha exigido que se rebaje el peralte del piso de plaza.
Ha bastado con que los toreros que la vetaron se pusieran en contacto con ella para que dieran el oro y el moro, accediendo a las exigencias de coletudos como Morante de la Puebla que lleva años sin triunfar en Sevilla.
Nada más y nada menos que CINCO TARDES con ganaderías como Garcigrande, Victoriano del Río, Jandilla, Núñez del Cuvillo y Alcurrucén, mientras que otros matadores de toros que llevaron el peso de las ediciones donde los señoritos no comparecieron, han de seguir lidiando VIctorinos y Miuras, y otros que, en estos momentos no andan fino en su quehacer ante el toro, ni siquiera son escuchados  a pesar de haber cortado en esa plaza 25 orejas.¿Donde está la JUSTICIA y la EQUIDAD?
La regeneración de nuestra Fiesta ha de comenzar porque los “figurones del escalafón” se enfrenten a los toros más poderosos sobre el papel, para dar la dimensión que su fama les proporciona como hacían antes los toreros cabezas del escalafón.
Si siguen toreando toros suaves, el aficionado posiblemente no acuda a verlos al sentirse engañados una vez más de una u otra manera.
Me parece muy bien que la Empresa haya acogido a los “hijos pródigos”, pero debería haberles puesto condiciones en cuanto a ganado a lidiar y así hubiera demostrado a la afición sevillana que tiene deseos de regeneración, pues de la manera pactada seguimos EN LAS MISMAS eso sí con los boletos a precios por las nubes que la economía del aficionado (y más si ha de desplazarse hasta Sevilla) no puede pagar.
Si en el Domingo de Resurrección la corrida da la campanada es posible que el público se
anime, pero si por un casual, la corrida de Garcigrande da el petardo, cómo ocurrió con los hierros salmantinos del año anterior, el sombrajo se puede venir abajo.
El aficionado, cada vez más, apuesta por los toreros de regularidad y no por aquellos que han de esperar a que salga un torito de marketing que cada vez y, a pesar de su búsqueda denodada por parte de los ganaderos, se hace más problemática al quitarle todo rastro de casta y sumarle dosis altas de tontez.
Morante tiene indudablemente un toreo de influjo poderoso, pero cuando el toro entra por derecho (así también torea bien cualquier torero de alternativa, aunque no componga como él), el problema viene cuando el toro duda en la embestida y no digamos cuando se cierne y puntea; entonces ya sabemos como finaliza la historia: toreo de muleta con toque a las orejas, doblones para quebrantar y hacer malo al toro y…entrada a matar a paso de banderillas.
Ramón Valencia ha echado “pelillos a la mar” pero solamente con los figurones del escalafón que a punto han estado de acabar con su gerencia en la Maestranza, pero a los demás toreros que están ahí, les ha ofrecido migajas y algunos ni les ha escuchado, por eso quienes le han entendido han sido los mentores de José Tomás que ni tan siquiera le han respondido pagándole con la misma moneda con que él lo hizo con algunos toreros de su ciudad.
En cuanto a lo de televisión, dudamos que llegue a un entendimiento con Movistar pues los abonados a Canal + anual nos hemos visto más que decepcionados  por la escasez y falta de calidad de los festejos retransmitidos y por la subida de los precios, lo que ha llevado a una desbandada casi general de abonados.
¡El dinero! El maldito dinero que aumenta su avidez en los especuladores en momentos de crisis económica.