MI OPINIÓN SOBRE LA CONFECCIÓN DE
LOS CARTELES DE SEVILLA 2016.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
Los carteles de la Feria Taurina
de Abril en Sevilla han puesto de manifiesto la poca personalidad de la empresa
que regenta el coso del Baratillo.
Se fue Eduardo Canorea que era
requisito “sine qua non” para iniciar negociaciones con disidentes y el
panorama parece que cambió si bien solo en la “bajada de pantalones” por parte
de Ramón Valencia ante los figurones desertores de la Maestranza con Morante a la cabeza que incluso, además
de cinco comparecencias ha exigido
que se rebaje el peralte del piso de plaza.
Ha bastado con que los toreros
que la vetaron se pusieran en contacto con ella para que dieran el oro y el
moro, accediendo a las exigencias de coletudos como Morante de la Puebla que
lleva años sin triunfar en Sevilla.
Nada más y nada menos que CINCO TARDES
con ganaderías como Garcigrande, Victoriano del Río, Jandilla, Núñez del
Cuvillo y Alcurrucén, mientras que otros matadores de toros que llevaron el
peso de las ediciones donde los señoritos no comparecieron, han de seguir
lidiando VIctorinos y Miuras, y otros que, en estos momentos no andan fino en
su quehacer ante el toro, ni siquiera son escuchados a pesar de haber cortado en esa plaza 25
orejas.¿Donde está la JUSTICIA y la EQUIDAD?
La regeneración de nuestra Fiesta
ha de comenzar porque los “figurones del escalafón” se enfrenten a los toros
más poderosos sobre el papel, para dar la dimensión que su fama les proporciona
como hacían antes los toreros cabezas del escalafón.
Si siguen toreando toros suaves,
el aficionado posiblemente no acuda a verlos al sentirse engañados una vez más
de una u otra manera.
Me parece muy bien que la Empresa
haya acogido a los “hijos pródigos”, pero debería haberles puesto condiciones
en cuanto a ganado a lidiar y así hubiera demostrado a la afición sevillana que
tiene deseos de regeneración, pues de la manera pactada seguimos EN LAS MISMAS
eso sí con los boletos a precios por las nubes que la economía del aficionado (y
más si ha de desplazarse hasta Sevilla) no puede pagar.
Si en el Domingo de Resurrección
la corrida da la campanada es
posible que el público se
anime, pero si por un casual, la corrida de
Garcigrande da el petardo, cómo ocurrió con los hierros salmantinos del año
anterior, el sombrajo se puede venir abajo.
El aficionado, cada vez más,
apuesta por los toreros de regularidad y no por aquellos que han de esperar a
que salga un torito de marketing que cada vez y, a pesar de su búsqueda denodada
por parte de los ganaderos, se hace más problemática al quitarle todo rastro de
casta y sumarle dosis altas de tontez.
Morante tiene indudablemente un
toreo de influjo poderoso, pero cuando el toro entra por derecho (así también
torea bien cualquier torero de alternativa, aunque no componga como él), el problema viene cuando el toro
duda en la embestida y no digamos cuando se cierne y puntea; entonces ya
sabemos como finaliza la historia: toreo de muleta con toque a las orejas,
doblones para quebrantar y hacer malo al toro y…entrada a matar a paso de
banderillas.
Ramón Valencia ha echado
“pelillos a la mar” pero solamente con los figurones del escalafón que a punto
han estado de acabar con su gerencia en la Maestranza, pero a los demás toreros
que están ahí, les ha ofrecido migajas y algunos ni les ha escuchado, por eso
quienes le han entendido han sido los mentores de José Tomás que ni tan
siquiera le han respondido pagándole con la misma moneda con que él lo hizo con
algunos toreros de su ciudad.
En cuanto a lo de televisión, dudamos
que llegue a un entendimiento con Movistar pues los abonados a Canal + anual
nos hemos visto más que decepcionados
por la escasez y falta de calidad de los festejos retransmitidos y por la
subida de los precios, lo que ha llevado a una desbandada casi general de
abonados.
¡El dinero! El maldito dinero que
aumenta su avidez en los especuladores en momentos de crisis económica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario