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jueves, 17 de diciembre de 2009

A NUESTRO REY MAGO PARTICULAR, S.M. D. JUAN CARLOS I.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Este año he tenido que adelantar mi carta a los Reyes Magos. Una carta diferente en cuanto a destinatario, debido a los acontecimientos parlamentarios taurinos de Cataluña, que nos tienen con el “alma en vilo”.

En la carta a los Reyes Magos, -esos tres sacerdotes representantes de la religión del persa Zoroastro que según el evangelio de San Mateo ofrecieron al Dios nacido en Belén, oro, olíbano y mirra- los niños de España piden en forma escrita su ilusiones que, luego por intermedio de quienes los mayores sabemos, son cumplidas en parte o en su totalidad, según las disponibilidades económicas, la noche antes de la Epifanía.
Los taurinos, conscientes de que nuestra Fiesta está en peligro de extinción en una parte de nuestra España, escribimos nuestra carta (de la que me he permitido erigirme en portador a través de Internet) no a los Reyes Magos (figura simbólica evangélica) sino a nuestro Rey (figura real y palpable) que es el Rey de todos los españoles.

Y a S.M, como primer aficionado a la Fiesta más nacional, quiero pedirle (erigiéndome en portavoz de un colectivo importante de la ciudadanía española en este humilde pero sincero blog del que V.M desconocerá su existencia), que medie en el Parlamento de Cataluña para que a esos 135 parlamentarios (la mayoría ajenos a los toros y a nuestra afición) se les haga ver (a través de la intermediación más efectiva) que juegan con los sentimientos de muchas personas de edad avanzada que viven pendientes de que la temporada taurina comience para poder ver en la plaza o a través de los medios televisivos, la Fiesta de su pasión. Luego...que actúen en conciencia.

Porque son personas que rebasan el medio siglo (al no haber padecido cortapisas en el desenvolvimiento de su afición) quienes lo viven más intensamente sirviéndoles de terapia en su animo de seguir viviendo.

¡Majestad!, Vos que tanto hizo por consolidar esta democracia que gozamos, y que ha hecho posible que con ella esos parlamentarios catalanes que ahora tienen en sus manos la decisión taurina gocen de unos privilegios proporcionados por el resto de los españoles, puede una vez más mediar en tan importante y transcendental asunto.

V.M sabe que los taurinos no somos sanguinarios por más que la corrida de toros sea cruenta. ¡Somos nobles, respetuosos con el principal protagonista de la Fiesta y sobre todo pacíficos como demostramos tarde tras tarde cuando 12.000-24.000 espectadores que salimos de nuestras plazas respetamos a la docena de anti-taurinos que nos increpan con insultos. ¡Los taurinos vamos a ver Arte! y para ello es necesaria la existencia de un animal, el toro de lidia, que lo proporcione, y luego muera con dignidad en una plaza de toros o sea indultado cuando rebase los límites de su colaboración en su corrida.

A V.M recurrimos sin comprometerle, para que medie en este problema taurino.

Rogándole perdone nuestro atrevimiento.
¡Suerte y Felicidad, Majestad!