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sábado, 27 de junio de 2020

HISTORIA DE LOS TOROS EN TARIFA.Entrega 51


                                                         LA PALMOSILLA.
  I


José Javier Núñez Cervera es el hijo primogénito de Mariano Núñez Manso que fue ganadero de manso durante muchos años quiso ser ganadero de bravo. Su suegro le propuso comprar una ganadería de procedencia Villamarta, pero la mujer  de éste Ana Cervera Abreu se lo quitó de la cabeza aunque, trató de comprar una punta de vacas de origen santacoloma, sin conseguirlo.
José Javier siempre tuvo en la cabeza  formar una ganadería. En la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid coincide con quien fuera un íntimo amigo suyo Juan Pedro Domecq Solís, con lo que su deseo de ser ganadero de bravo se acrecienta, pero como fue el único de su promoción que se decantó por trabajar en la empresa privada, su vida profesional le catapulta a la presidencia de las dos grandes empresas, Dow Chemical  y Coca Cola lo que le  lleva a vivir fuera de España acabando momentáneamente con esta ilusión que no puede llevarse a término hasta el año 1995 en que forma la ganadería con sangre de procedencia Juan Pedro Domecq y de la de su primo Joaquín Núñez del Cuvillo.



En 1996 llegan a “La China” 52 vacas con el hierro de Veragua de Juan Pedro Domecq Solís y dos toros: el 83 “Ovación” y el 46 “Iguana”, posteriormente llegan 125 vacas con el hierro de Joaquín Núñez del Cuvillo y el toro nº 4 “Ventanero”. El hierro final de la ganadería es el antiguo hierro familiar de Carlos Núñez Lardizábal. La divisa azul celeste y roja.
Y a partir de ese año 1996 fue comprando a sus familiares la finca “La China”.  Finca que compró en el año 1901 el bisabuelo del actual regidor de la ganadería,  Marcos Núñez Reynoso y que con una extensión de 560 hectáreas linda al Este con la finca “El Torero” y al Oeste con la finca “Los Derramaderos”.
Actualmente la ganadería de  La Palmosilla cuenta con dos fincas: La China a la que se llega a través del Cortijo de La Haba donde están ubicados los machos y bastantes hembras y la de La Palmosilla con 180 hectáreas   que dan cabida a 180 vacas y que no es muy apta para la cría de bravo por estar muy cerca de la población y de las playas de Tarifa. Aquí es donde tiene las hembras que compró a su primo Joaquín Núñez del Cuvillo todas de la rama Osborne
El croquis de la finca en el año 1897 era el que reproduzco.
  

Ambas fincas cuentan con el tesoro de la comarca que no es otro que la hierba denominada zulla, también conocida como esparceta roja capaz de proporcionar alimento a las reses bravas sin necesidad de suplemento.
Se trata de una planta que puede alcanzar hasta los 60 centímetros de altura que cuenta con hojas perennes compuestas imparipinadas  dotadas de 3-5 pares de foliolos con el haz glabro y el envés peloso. Las flores tienen la corola roja más o menos  oscura con el estandarte emarginado y mucho más largo que la quilla.
Propia de zonas de clima suave y próximas al mar. Se da en suelos arcillosos y no aguanta los suelos ácidos o salinos ni los climas fríos.
Se aprovecha en forma de pastoreo por el ganado vacuno con estos valores nutritivos:
NS    PB   FB     EE    ELN   Ca      P
12    20     24    2,40    40     1,12   0,34.
El inconveniente que tienen estas fincas es el viento de levante que al quemar los cultivos hizo que D. José Javier cómo buen Ingeniero Agrónomo viera las posibilidades de dedicar estos campos a la crianza del toro bravo ya que el viento no perjudica al toro como animal, si bien sí condiciona la planificación de los tentaderos. Otro inconveniente es la falta de arboleda que no permite la protección del ganado frente a los fenómenos climatológicos.


El hierro de  Joaquín Abreu Orta  1782-1851 es el que actualmente tiene La Palmosilla con ciertas modificaciones.
D. Joaquín Inició la carrera de marino a los quince años, al ingresar en septiembre de 1797 como guardiamarina. Durante la Guerra de la Independencia fue oficial de la marina mercante, y combatió como alférez.
Tras el golpe de estado fernandino de 1814, tuvo que marchar al exilio.
Alcalde de Tarifa (Cádiz) durante varios meses, fue nombrado diputado provincial por el distrito de Algeciras (1820-1822) y diputado provincial por Cádiz (1822-1823). Como diputado tuvo una actuación destacada en la aprobación de la ley de reparto de bienes comunales.
Se casó en Cádiz el 28 de octubre de 1836 con su sobrina Concepción Núñez Abreu, veinticuatro años más joven que su tío y esposo (si hemos de creer lo que dice la dispensa papal, que se conserva en el Archivo de la Diócesis de Cádiz, la novia iba embarazada).
Era Concepción Núñez hija de uno de los más grandes arrendatarios del Duque de Medinaceli. En manos de los Núñez estuvo arrendada la dehesa Tapatana de 2.000 fanegas en 1823-1825, como también la dehesa de Navafría entre 1823 y 1830 con una extensión de 2.900 fanegas.


Así está inscrita la ganadería:
Agropecuaria La China S.L.
Finca: La China. 11380. Tarifa (Cádiz).
Divisa: azul celeste y roja.
Señal: Muesca en oreja derecha y orejisana en la izquierda.
Antigüedad 13 de mayo 2013.
Creada en 1996 al amparo del artículo 5 bis b) de los Estatutos con vacas y sementales de D. Juan Pedro Domecq y D. Joaquín Núñez del Cuvillo.
En el año 2007 pasa ala Grupo Primero en virtud de los acuerdos tomados por la Junta Directiva de la Unión de Criadores de Toros de Lidia.


Javier Núñez Álvarez, su actual  propietario, Licenciado en Derecho, es un ganadero moderno que ahora, además de la garrocha, agarra el móvil y se cuelga la cámara de fotos. “Lo tengo como parte de mi vida. Siempre voy cargado. El campo tiene muchas cosas que ver. La gente conoce el toro en la plaza. Lo que hay detrás no”.
La  ganadería de La Palmosilla está repartida en dos fincas, La Palmosilla, en Tarifa, una finca que da al mar con 180 hectáreas para 160 vacas de pura naturaleza, libertad y ecología, que alberga a las vacas Osborne de capas ensabanadas compradas a su tío Joaquín por su padre y La China, de 560 hectáreas y donde viven todos los machos y el resto de hembras.


Sus antepasados crían toros bravos desde 1760, “doce generaciones ininterrumpidas”, cuenta Javier, que compara su familia con los Pérez Tabernero de Salamanca. Eso le permite ampliar sus contenidos. “Hay historias y anécdotas que me gusta dar a conocer”. El hierro, además, es el más antiguo de la familia Núñez. “Mis antepasados lidiaron en Madrid en 1790, en Cádiz en 1813 y en Sevilla en 1825”. Las típicas corridas inventadas por Franco. “Nuestro hierro se utilizó para lidiar reses bravas ininterrumpidamente hasta 1940. Se retoma la actividad en el 96, formando una ganadería con animales nuevos”.
Somos la ganadería más al sur de Europa. Me gusta fotografiar la arquitectura rural de aquí. Nuestro cortijo es diferente al resto: el viento nos ha hecho adaptarnos al medio y forja un carácter diferente en los toros”, que avanzan a través de la tercera y cuarta generación de reproductores: “tienen ya su propia personalidad”.
  


Es todo el trabajo detrás de una ganadería. Herraderos, tentaderos, cualquier actividad. Es bueno que la gente lo vea y lo valore”.
“Entiendo que el que esté en un atasco y me vea a caballo repasando las vacas piense que soy un señorito. Pero es mi trabajo. Hemos tenido la culpa nosotros. No soy un cazurro, hablo inglés, he trabajado fuera de los toros y he vivido en el extranjero. Sí me considero un privilegiado porque el campo se ha convertido en un producto de lujo”.
La tecnología sirve para seguir trabajando y estudiando la ganadería”.
La ganadería es un muro de realidad. “Supone un gran reto. Jugamos con el comportamiento de animales. Es pura incertidumbre. Los fracasos son muy estimulantes, sirven para acudir a la raíz, profundizar”.


La alquimia dentro de un laboratorio que se tambalea. “La batalla que libramos está relacionada con la libertad y el respeto. No me tengo que meter en la vida de nadie. Ni juzgarlo moralmente. Puedo estar nada de acuerdo con esa persona, pero no voy a coartar su libertad. Muchos me dicen que no me dedique más a esto. ¿Quién es usted para decirme lo que tengo que hacer? Es una guerra de educación. En esas, la España silenciosa es más sensata”.
  


Tiene muy claro lo que quiere conseguir en el mundo de la cría de toro bravo. De ahí que se exprese así:
“Mis toros tienen que tener sobre todo bravura. Partiendo de esa base busco la transmisión y el recorrido en la muleta. Hay toros que salen con más o menos clase, con más o menos nobleza, pero intentaré que todos derrochen casta. Siempre tienen que querer muleta y que vayan de menos a más”.
Javier es una esponja que absorbe todo lo que emana del mundo del toro por eso se ha fijado en la afición francesa que marca la pauta en la suerte de varas de ahí que a sus vacas en  tienta “las lleva cuatro veces al caballo” al tiempo que, a diferencia del año 2012 “pide a los toreros que tientan que, desde el primer momento en la muleta, les aprieten y les bajen la mano hasta lo que den”
En su ganadería que cuenta con 360 vacas y 26 sementales  cuida hasta el mínimo detalle el saneamiento, la alimentación y el manejo, al estar convencido que son los tres pilares básicos en los que se sustenta la ganadería brava como le inculcó su padre quien para sacar un toro serio, armónico, ágil y fuerte lo sustentaba en los tres factores:
Fenotípico, genotipo y manejo encaminado a que aguante el maratón de los 20 minutos de lidia en plaza donde primen la afectividad de embestida el ritmo y el son como ingredientes para la realización de una gran faena.
Se me olvidaba decirles que el nombre de la Palmosilla viene de una planta que abunda por estas tierras tarifeñas llamado el palmito que viene a ser como una palmera enana que aparte de ser comestible alguna de sus partes se utilizan las fibras de sus hojas para confeccionar esteras, escobas, cuerdas etc

HISTORIA DE LOS TOROS EN TARIFA. Entrega 50


ÁLVARO NÚÑEZ BENJUMEA.


A sus 45 años de edad ha decidido dejar, tras 30 años de trabajo, la dirección técnica de la ganadería de su padre D. Joaquín Núñez del Cuvillo quien ha delegado en su nieto Álvaro de la Campa Núñez, hijo de su hija Isabel casada con Jesús de la Campa  Bandré, la nueva dirección técnica de la ganadería. Álvaro de 25 años actuará en calidad de representante.


D. Joaquín achaca esta decisión de su hijo menor a que como consecuencia de poseer otros negocios de carácter inmobiliario y no poder atenderlos con tiempo suficiente, se ha desentendido un tanto de los deberes con la ganadería.
Álvaro aduce que, como la ganadería en el día que decidan sus padres pasará por herencia a manos de sus hermanos, quiere apartarse de ella ahora que tiene una buena edad para formar una nueva ganadería. Su padre aceptó la propuesta pero no acepto la posterior colaboración porque para D. Joaquín no va eso de “estar en dos sitios a la vez”.
 


Álvaro quería ser libre ahora para formar la nueva ganadería con 140 vacas que ha comprado a su hermano Curro y a Talavante y que espera ampliar con compra de vacas a su padre. Los sementales serán en principio de Núñez del Cuvillo para luego refrescar con sangre Garcigrande y Victoriano del Río. El hierro compuesto por las dos letras N y A enlazadas como muestra la siguiente imagen.

En la actualidad está tratando de comprar una finca en la provincia de Cádiz  con la finalidad de ubicar en ella los machos, pues las madres estarían en la finca Laborera que adquirió en su día y que está ubicada cerca de la que su hermano Curro posee en Beja (Portugal).
Le queda buscar sementales, esperar que liguen  las sangres de los cruces  y que pasen cuatro largos años para con suerte lidiar en las grandes ferias.
Aspira a encontrar un toro que tome la muleta con ansia y entrega, que sea menos predecible para el toreo y para el público y al que las grandes figuras del toreo sepan tratarlo.
Así lo expresa el nuevo ganadero en la entrevista en este recorte de prensa.
 


Ahora con vacas del encaste Núñez del Cuvillo que él conoce tan bien por haber trabajado con ellas durante tres décadas, formará una nueva ganadería, ¡Su ganadería! en la que refrescará sangre con sementales de otras ganaderías triunfantes en el panorama taurino, pues las figuras del toreo abogan por lo que conocen y les garantizan el éxito.
Tratará de encontrar un toro dotado de raza, pero con clase y preparado físicamente. Para ello tiene muy claro que ha de apoyarse en la genética.
Seguro estoy que Álvaro lo conseguirá puesto que ha demostrado su intuición y conocimientos ganaderos para dar con la tecla en la bravura que busca. Ya lo demostró cuando se sobrepuso a la catástrofe climatológica que sufrió su ganadería en diciembre del año 2016 y que narro a continuación:
“En Cádiz cayó el diluvio universal, sobre todo en la zona de Conil, Chiclana y Vejer de la Frontera.
Allí en la finca Algallarín cayeron 250 litros en tres días y 70 litros en 3 horas coincidentes con que en el mar qué, está muy cerca, había pleamar.
Las vacas se protegieron en un cercado donde cruza un arroyo que, en definitiva fue el causante de que se ahogaran juntos a sus crías que, no pudieron huir 51 vacas que representaron el 10% del total del ganado que esta finca tenía de la reserva de sangre Osborne. Supuso un enorme daño genético porque con ellas y el resto de sus compañeras que, afortunadamente no sufrieron daños, se trataría de apuntalar esa sangre ya que no funcionaba como los ganaderos querían.
El pelo ensabanado era característico de esta sangre, pero como se trataba de un gen recesivo se ba perdiendo. Tratamos de recuperarlo con un nuevo semental, el número 5 Juguetón quien con esas vacas muertas daba unos pelos preciosos por variados y una forma muy especial de embestir.
Ahora hay que tratar de encontrar un lote de vacas apropiadas y eso lleva tiempo. El problema lo hemos tendido precisamente ahora cuando habíamos reducido la ganadería con la finalidad de acoplarnos al mercado”.
Álvaro cuenta con una gran experiencia  en contrastar datos que luego informatiza, ya que aparte de seguir con todo rigor el desarrollo de las camadas de la ganadería madre (que ahora ha dejado) acompañaba a los toros a las corridas en las que eran lidiados y observaba con detalle el comportamiento final en plaza que difiere del mostrado en la tienta.
Seguro que en su nueva andadura siempre tendrá in mente las palabras de su padre que como ganadero deberían estar enmarcadas y grabadas en letras de oro:
“Busco que mis gustos coincidan con los de los toreros, criando un toro que ayude a los triunfos”