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domingo, 16 de marzo de 2008

CORRIDA DE TOROS EN GERENA A BENEFICIO DE LAS HERMANDADESDE LA VERA-CRUZ Y DE LA SOLEDAD EL DOMINGO 22 DE MAYO DEL AÑO 2005.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Cuarta corrida de nuestro torero como matador de toros. Y precisamente en su pueblo coincidente con las ferias del 2005. Como no podía ser de otra manera, la Peña de Tarifa madrugó y acudió. Fue invitada a una comida por su homónima de Gerena.
A la llegada al pueblo, nos dirigimos directamente al chalet del torero con la finalidad de saludarle y desearle suerte. Allí salió a recibirnos la madre, quien disimulaba como podía la angustia que vivía en los momentos previos a la corrida que mataría su hijo en su pueblo natal. Gran persona, la señora Lola quien a parte de todo es una de las mejores empresarias de España en cuanto a confección de trajes de gitana se refiere.
El torero, simpático y agradecido como siempre a su Peña, consciente de que le apoyará en todo lo que esté en su mano. Estaba en traje de gimnasia pues acababa de realizar sus ejercicios diarios en el gimnasio que ha montado con todo detalle en una de las alas del chalet.












Torero que cada vez está más espigado y fibroso, pues no en balde se entrena a conciencia en espera de que lleguen los contratos que le catapulten a la cima de torería.
Poco le importa enseñar, en los momentos previos a una corrida seria, las cicatrices de las graves cornadas sufridas en capitales de provincias tan importantes, taurinamente hablando, como pueden ser Almería y Málaga .Está tranquilo consciente de su poderío y técnica taurina.








Comida celebrada en un local antiguo matadero habilitado, amplio, luminoso y ventilado donde apenas notamos el calor que reinaba en el pueblo sevillano de nuestro torero.
Buena comida donde destacaron como un póker de ases: el salchichón, el salpicón, la caldereta de cordero y el vino crianza traído de la Rioja.
Sobremesa entretenida y partida de mus donde el Tato y hermano dieron buena cuenta de la pareja formada por Antonio Escribano y el veterinario Luis Alonso, mientras en la mesa de al lado jugaban un subastado unos cuantos tarifeños que se las pintan calvos para todo lo relacionado con lo fabricado por Heraclio Fournier.
Y con la hora que creíamos justita, salida para la portátil plaza de toros ubicada en el sitio de siempre donde dos matadores de Gerena (PUNTA y ESCRIBANO) formaban terna con otro diestro sevillano cuyo apellido era: CORPAS.
Tarde calurosa y comienzo del espectáculo con más de media hora de retraso por aquello, cada vez más usual en el antes puntualísimo mundo del toro, de estirar el tiempo en espera de que aumente la entrada que al final no llegó a media plaza al precio unificado de 20 euros la entrada general.
Mientras, aprovecharon los bomberos de la localidad para regar el ruedo, que anegaron más de cuenta y que luego no secó como se esperaba y los resbalones de toros y toreros estuvieron a la orden del día.
Paseíllo de la terna actuante con Antonio Manuel PUNTA que vistió un terno azul purísima y oro, Francisco Javier CORPAS de verde botella y oro y Manuel ESCRIBANO de marfil y oro precedidos por el alguacilillo que ataviado con traje corto montaba un altiricón y contrahecho caballo cruzado.
Se entregó una placa al ganadero D. Juan Pedro Domecq en el tercio del ruedo.
La terna actuante llevaba en sus brazos unos lazos negros en señal de luto por la muerte en circunstancias anormales del hermano del mozo de espadas de Manuel Escribano que no obstante a los vendajes que ocultaban ambas manos asistió a su matador con la colaboración del hermano menor de Escribano que hizo de ayuda. PUNTA le brindó la muerte de su primer toro.
Se lidiaron Seis toros Seis de tres ganaderías diferentes que casi convirtieron la corrida en una de concurso, pertenecientes a los prestigiosos hierros de D. Juan Pedro Domecq, cuyos ejemplares lidió PUNTA, Núñez del Cuvillo que correspondieron a CORPAS y los dos de Doña Rosario Osborne Domecq que fueron a caer en las manos de nuestro torero.
Todos los toros con trapío más que sobrado no ya para una portátil sino para incluso una plaza de 2º categoría.
Toros que dieron un juego parejo tirando a bueno, excepto el último de la tarde que manseó hasta el extremo de refugiarse en tablas impidiendo el banderilleo de ESCRIBANO, y acabó tumbándose en el momento en que olisqueo el frescor del ruedo a causa del regado a que fue sometido el albero en los prolegómenos del festejo.
Una vez más no le sonrió la suerte a ESCRIBANO a la hora del ganado, pues solo le medio sirvió un toro el primero al que hizo todo a lo que nos tiene acostumbrados un torero como él dominador de todos los tercios.









Recibo con larga cambiada de rodillas, verónicas ganado terreno al toro, banderillas de quejido y entrando por terrenos casi imposibles de salir, redondos, naturales de buen son para al final pegarse un “arrimón” que nuevamente puso un nudo en nuestras gargantas medio recuperadas del sin vivir del tercio de banderillas.









Nuestro torero improvisó con el capote en unos afarolados que gustaron a la concurrencia. También toreo clásico, en las verónicas de buena factura.
En banderillas puso de pie a la plaza por la exposición de sus pares, sobre todo el último en unos terrenos en que parecía imposible salir indemne.
Muletero tranquilo, técnico y artista.









Resbalón a la hora de matar en un terreno embarrado a causa del riego excesivo de un albero poco compactado, no obstante lo cual finiquitó a su oponente con un certero descabello.









Y como todo lo hizo con aseo, las dos orejas que tras conceder la Presidente ante la insistente petición de la concurrencia fueron a las manos de ESCRIBANO quien las paseo triunfalmente por resbaladizo albero.
Salió por la Puerta Grande en compañía de su paisano PUNTA que con tres orejas fue el triunfador de la tarde, mientras que CORPAS salió por su propio pie al cortar solamente una oreja de su segundo enemigo.
Y nuevamente al autocar que nos trajo a Tarifa no sin antes “jugarnos la encerrona” el tío del diestro titular de la Peña, llevándonos a la Venta de la Duquesa, donde un dueño ineducado y déspota, no confiando lo más mínimo en su mentor, nos trató como si de maleantes nos tratáramos al pedirnos por adelantado el pago de lo consumido y tardando en atendernos cerca de dos horas, al llevar él personalmente los pedidos de las consumiciones, lo que retrasó nuestra llegada hasta las 2 de la madrugada.
Como muy dijo aquél torero: ¡Hay gente pa to!
Menos mal que en el trayecto pudimos ver la película TORRENTE, que fue repuesta, tras petición unánime de todos los viajeros del autocar, cuando el Tato la cambió por “El pequeño ruiseñor” sin duda tratando de mitigar las palabrejas soeces de Torrente que con espontaneidad y de manera ocurrente soltaba ese personaje impresentable pero gracioso.
LA CRUDA REALIDAD DE EL TORERO.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.Veterinario y escritor.
La trayectoria de un torero de los considerados normales, es decir aquellos que no han llegado a "figura máxima", más o menos podemos considerarla como la de cualquier negocio. Está afecta de "altibajos" que, de simbolizarla gráficamente, seguiría un trazado "en agujas" como si de la representación febril colocada a los pies de su cama, tras cornada, se tratara.
Y es que, en el desempeño de su oficio (nada de profesión) no siempre están a la misma altura tanto artística como emocional, pues no se puede olvidar que de seres humanos se trata.
Puede ocurrir que si las bajadas son esporádicas y por ende recuperables, los empresarios sigan procurando su contratación, por lo que sus apoderados, cuando de los denominados "poderosos" se trata, les sigan aguantando.
El problema aparece cuando el "bajón" se hace evidente por duradero, pues en ese momento las "cañas se tornan lanzas" y el torero se ve apartado de las luces, oropel, entrevistas, agasajos, trofeos etc al tiempo que es ignorado por empresas. Es el momento en que su apoderado empieza a desconfiar de él, terminando finalmente con quién ya no le proporciona pingües beneficios.
Y es que, no nos engañemos, se trata de un engranaje más de este mecanismo en que quien manda es don dinero.
En su "caché" influye de manera importantísima la personalidad del torero que ahora está en la "cuerda floja", pues entre sus colegas en la cima, se valora mucho a aquellos que ni son envidiosos con sus compañeros figuras, ni hablan mal de ellos, ni les pusieron -ni mucho menos les ponen ahora-, en aprietos al alternar con ellos. Claro que cuando el valor o la motivación, se han ido y con ellos los triunfos, las contrataciones son escasas y las que llegan son para rellenar esos "huecos" en "corridas duras" (término que en verdad no entiendo, tal como está la casta de las ganaderías) que generalmente están muy alejadas, más bien contrapuestas (diría yo), a sus características toreras.
Y cómo las escasas corridas que torea son a "contraestilo", el coletudo se va hundiendo cada vez más en el fango del ostracismo lo que conlleva su pérdida de prestigio, su no aparecer en carteles y, con ello, ser ignorado por los medios de comunicación que naturalmente viven de proclamar a los cuatro vientos las hazañas de las figuras del escalafón, al tiempo que mediatizán su trayectoria.
Con este panorama, no le queda más remedio que, optar por el retiro o pasar a la "división de plata del toreo" para económicamente seguir viviendo, aunque haya de añorar los ahora desaparecidos; agasajos, palmadas de admiración y todas aquellas palabras, muchas veces más que falsas, con que alimentaban su ego aquellos amigos ocasionales que ahora no reconocen ninguna de las virtudes que en su dìa sí mostró.
Hay algunos que se rebelan contra el injusto mundo, mientras otros , los menos, reconocen sus errores al haber tenido todo en sus manos y desaprovecharlo como el cazador que por titubeo deja escapar su presa. Ahora son conscientes que han de conformarse con lo que lograron cuando formaron parte de ese trust taurino que, en estos momentos cuando ya no interesa, no quiere ni verlo.
Otros en cambio, los menos, han logrado "salir del fango", recuperarse y volver a ocupar, e incluso superar el peldano alcanzado, rescatar la confianza de sus antiguos apoderados o de otros con tanto o más renombre y poder analizar la ingratitud de esta vida que se mide por el rasero de "tanto tienes, tanto vales" o mejor, "vales, lo que eres capaz de proporcionar a quienes te sostienen económicamente".
Y es muy posible que ahora, cuando alejó de sí el sin vivir de los viajes continuos, los sobresaltos de la responsabilidad de los contratos, el miedo de enfrentarse cada tarde -en una pesadilla interminable-, a los toros, analice, si su capacidad intelectual lo permite, las vicisitudes por las que le hicieron pasar las manipulaciones a que fue sometido y, en definitiva, la falsedad de este mundo terrenal donde no todo lo que tiene valor es lo que se valora.