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jueves, 28 de febrero de 2008

LA CORRIDA DEL DIA DE ANDALUCIA.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Este año la ciudad elegida para este evento ha sido la de Torremolinos y allí en su plaza de toros regentada por Jorge Conde han realizado el paseíllo, precedidos de un caballo español de capa castaña:
JAVIER CONDE (de catafalco y oro con cabos blancos).
DAVID FANDILA “EL FANDI” (de azul pavo y oro) quIen llevaba un precioso capote de paseo que había sido estrenado por su banderillero Oscar Padilla, al prestárselo en un olvido.
MIGUEL ANGEL PERERA (verde y oro).
Quienes cumplimentaron a la Presidencia ocupada por D. Francisco Carmona quién demostró en algunos momentos puntuales conocer el Reglamento Taurino. Presidencia que ocupaba el palco central engalanado con la bandera de España y que era flanqueado por dos palcos donde figuraban los colores de la bandera de Andalucía.
Los toros pertenecientes a la vacada de Juan Pedro Domecq que dieron excelente juego en general, salvo el cuarto de la tarde que correspondió al diestro malagueño Javier Conde.
La corrida fue televisada en directo para toda España a través de Canal Sur.
DESARROLLO DE LA CORRIDA.
El primer astado de la tarde llevaba en sus costillares el número 55 y en su romana era de 510 kilos. Su nombre "Torero". Se trataba de un toro castaño, ojinegro no excesivamente armado que galopa de salida.
Es recibido por Javier Conde con tres verónicas sin ajuste rematadas con una media a una mano.
Por descuido, le dejan que se vaya a por los caballos cuando salían al ruedo y allí sorprende al picador de turno que lo es Justo Jaén quién no obstante se agarra arriba. Cuando Conde trata de probarlo nuevamente se va en busca del caballo y el picador se limita a señalar el puyazo.
En el quite Conde se limita a tres lances de tanteo por la cara.
En banderillas “El Mangui” coloca un par en su sitio aunque apuradillo. Le vimos no muy sobrado de facultades físicas. Miguel Ángel García coloca un buen par aunque con apuros debido a que el toro corta en el viaje. Se cambia el tercio.
Conde brinda a “Curra” una amiga de siempre que ocupa un burladero de dentro del callejón.
Y comienza su faena excesivamente cerrado en tablas a base de tres pases semidoblones seguidos de tres pases de pecho en cadena, que sirven para medio sacar al toro a la raya de picar.
Sigue con dos redondos que son rematados con el doble de pecho.
El viento arrecia y molesta al torero, de tal manera que al intentar dar un natural le descubre, Conde no aguanta y el toro se va por él dejándolo en evidencia.
Suena la música al tiempo que administra cinco redondos ligados, a base de ganar un paso en cada muletazo, que son rematados con el doble de pecho.
Siguen cuatro redondos ejecutados a media altura y rematados por encima de la pala del pitón, que finalizan abrochados con el de pecho donde al protestar el toro le propina un cabezazo al diestro.
Con la muleta en la mano izquierda trata de dar dos naturales, ayudados con el estoque a fin de prolongar el engaño, que no son brillantes por la falta de aguante a la embestida del toro. Nuevo intento y más de lo mismo.
Vuelve a la diestra con la que logra cuatro redondos extraordinarios que remata con el doble del pecho. Tres nuevos redondos a media altura que son rematados con un pase de pecho aprovechando la huída a tablas del toro.
Conde va camino del estoque de verdad y cuando regresa al toro, le cuesta trabajo sacarle de la querencia a tablas. Se empeña en ejecutar la suerte suprema en la suerte natural (cuando el toro habia paretado hacia "los adentros") y ha de propinar tres pinchazos que son escupidos. Entra a descabellar antirreglamentariamente y lo logra al tercer intento. El silencio es el premio a su labor.

En su segundo que resultó ser el peor toro de la corrida de nombre “Grabador” con el número 148 y 503 kilos de romana, abierto de pitones aunque gachito.
En las cuatro verónicas de recibo se cierne por el pitón izquierdo de ahí que Conde no se ajuste en los lances.
“El Mangui” se encarga de tratar de enseñarle a embestir, sin conseguirlo.
Lo pica Ignacio Rodríguez que se agarra arriba mientras el toro empuja con la cara por las nubes. Lo prueba Conde con tres mantazos y nuevamente lo lleva al piquero para acto seguido desmonterarse pidiendo el cambio.
En banderillas Paco Arijo pasa apuros lo mismo que Miguel Ángel García quien las deja arriba. Se cambia el tercio.
El toro tiene la dificultad de frenarse en algunas embestidas antes de llegar a la muleta, por lo que es difícil confiarse con él.
El pitón más potable es el izquierdo de ahí que Conde trate de torear al natural, logrando tres naturales buenos que hacen que suene la música.
Con la muleta en la derecha tres intentos de redondos que no salen por falta de confianza y que no remata con el de pecho tras tres intentos fallidos debidos a las dudas. Y así en dos series más de tres que no son rematados porque son enganchados.
Conde duda ante la incierta embestida del toro. Comienza a componer la figura, pero el toro no pasa. Trata de realizar ese pase tan suyo de "paso de ballet" pero se queda en el intento debido a que los nervios no le dejan asentar las zapatillas en la arena al ver que se iba de vacío.
Debido a la larga faena realizada, sin justificación alguna, el toro gazapea y se hace tardo en cuadrar. En la suerte natural pinchazo que escupe. El toro aburrido se echa. Lo levantan y Conde le receta también en la suerte natural más de media estocada trasera que resulta suficiente para que el toro doble, mientras el público agradecido por la voluntad le tributa unas palmitas de consolación.

El segundo de la tarde atiende por “Avestruz”, lleva el número 67 y un peso de 485 kilos. Negro, gachito al que recibe “El Fandi” con una larga cambiada en el tercio seguida de cinco verónicas buenísimas y cuatro chicuelinas rematadas con un pase a capote vuelto precioso y finalmente con una larga a una mano. Gran ovación.
Lleva el toro al picador con cuatro chicuelinas al paso.
El toro se duerme bajo el caballo que monta Juan de Dios Quinta Caballero. Lo saca Oscar Padilla que es arrollado sin consecuencias.
El quite de “El Fandi” es precioso a base de tres chicuelinas enlazadas con tres talaveranas y rematadas con una revolera lentísima de ejecución.
Y estamos en el tercio fuerte de “El Fandi”. Toma las banderillas con los colores de Granada y desde el centro del ruedo cita al toro que está refugiado en tablas, corriéndole para atrás le coloca un par perfecto. El segundo par a un toro con muchos pies es haciendo "la moviola" y resulta espectacular por la perfección de ejecución y colocación. El último saliendo del estribo y clavando en el centro del anillo un par al violín. Finalmente cuando logra parar al toro el público se pone en pie mientras ovaciona al diestro.
Un buchito de agua y a por el último tercio. Tras mojar la muleta para contrarrestar el efecto del viento que ahora aprieta, se dirige al centro del anillo para brindar al público. Se va a por el toro, lo cita de largo y lo recibe de rodillas con cuatro muletazos por alto y un molinete. Ya de pie le propina tres pases de pecho seguidos, en el último de las cuales el toro pierde las manos.
Cuatro redondos rematados con el de pecho hacen que suene la música interpretada por la Banda del Colegio Las Flores de Málaga.
Como en el 2º redondo de la nueva serie pierde la muleta, la música cesa de inmediato, pero los cuatro redondos perfectos hacen volver a la melodía que contempla otros cuatro redondos más que son rematados con el pese de pecho tras martinete preparatorio.
Con la muleta en la izquierda tres naturales muy buenos. Al dar el cuarto el toro lo ve al quedar descubierto por el viento y se va a por él. “El Fandi” ni se inmuta mientras le administra otros cuatro más que son rematados con un afarolado y el de pecho. Nueva serie de tres rematados con el de pecho. Para finalizar antes de entrar a matar con una serie de rodillas donde ejecuta tres molinetes y ya de pie un circular completo. El toro rajado del todo ante el poderío del torero granadino. Refugiado en tablas allí mismo recibiendo le propina una estocada arriba. Le torea de pitón a pitón con la finalidad de que cuadre para el descabello. Le saca la espada y en ese momento el toro dobla.
Se pide la oreja de forma mayoritaria que el Presidente concede.

En su segundo que atiende por “Arrebato” marcado con el número157 y con 520 kilos de peso es un bonito toro de capa jabonera que adolece de falta de fuerzas motivo por el cual “El Fandi” no puede lucirse con el capote de salida.
La suerte de varas es ejecutada `por José Manuel González Cruz que se agarra arriba pero que consciente de la flojedad del toro no le aprieta. David pide el cambio que el Presidente concede.
En banderillas el tercio discurre así: Bajo las notas de el pasodoble más torero, Nerva, el primer par lo brinda al público y andando hacia atrás, clava en todo lo alto. El 2º tras tener que quebrar porque el toro venía con demasiado gas, se recorre más de media plaza corriendo para atrás y en la cara del toro clava arriba. El tercero fue una innovación de “El Fandi”, tomó cuatro palos, y ejecutó la suerte "del dos en uno", primero pone un par al violín en todo lo alto y seguidamente otro ejecutando la moviola.
La faena se la brinda a un niño que Juan y Medio llevó a su programa vestido de torero, se trataba de “Finito de Marbella” y la comienza toreando por redondos de rodillas a media altura que remata con el de pecho.
Dándole mucho sitio para cuidarlo en su falta de fuerzas, dos redondos y el de pecho.
Nuevo redondo, cambio por la espalda y serie de tres naturales en el último de los cuales clava los pitones en el suelo y da una voltereta.
Deja que se recupere y le propina una serie de seis naturales lentos rematados con el de pecho. Sigue por naturales en uno de ellos le engancha la muleta pero el torero no la suelta con lo que resulta roto el estaquillador. Ha de ir a por la nueva y al volver, el “pase de las flores” abre la serie de cuatro redondos rematados con el de pecho.
Nueva serie de un molinete, dos redondos completos, un martinete y el de pecho.
David Fandila parece emborracharse delante del toro, le da pases de todas las marcas hasta que ya no sabiendo que más hacer se va por la espada y de manera precipitada metisaca y pinchazo arriba que no suelta. El toro acusando el metisaca se echa. Se pide una oreja con fuerza que el Presidente concede.

El tercer toro de la tarde corresponde al diestro de Extremadura, Miguel Ángel Perera. Torero que nos ha encantado, pues al arte que atesoraba lo ha depurado de tal manera que ahora es un artista en toda regla. Ha estado extraordinario en sus dos toros.
Su primero lo quería crudo del todo por eso nada más entrar en jurisdicción de su picador Francisco Doblado se apresuró a pedir el cambio de tercio, pero como no lo hizo de manera reglamentaria el Presidente no le atendió la petición. Si se la concedió cuando se desmonteró al tiempo que le recriminaba con un gesto de cabeza.
El quite es precioso a base de tafalleras muy suaves que remata con una media a una mano.
En banderillas Álvaro Montes pone un buen par lo mismo que Guillermo Barbero. Se cambia el tercio.
Brinda al público desde el centro del anillo y deja con cuidado la montera en la arena.
Comienza la faena a base de seis pases por alto andando hacia las dos rayas y al llegar a ellas lo remata con un natural.
Por redondos administra dos series de cuatro y cinco respectivamente, lentos majestuosos, perfectos a los sones de un pasodoble precioso.
Más redondos en dos series de seis y tres que son rematadas respectivamente por un doble circular invertido y dos pecho perfectos.
Tres muletazos por bajo perfectos para cerrar al toro rematados con uno de pecho. En la suerte natural pinchazo arriba sin soltar para en la misma suerte estocada hasta la gamuza que hace rodar al toro. Se pide la oreja que el Presidente tras remolonear, concede.

Su segundo que es el sexto y último de la corrida atiende por "Comediante” pesa 494 kilos y es de capa castaña. Miguel Ángel lo recibe con seis verónicas de rodilla flexionada que remata con media a una mano en la misma postura.
Andándole por la cara lo lleva al caballo que monta Manuel Jesús Román quién se agarra muy trasero pero que tras rectificar le mete las cuerdas y deja de apretar ante los requerimientos de su matador.
El toro está como ausente, sin fijeza alguna, lo que dificulta el pareo por parte de Luis Miguel Calvo “Juncal” quien en el primer envite no logra clavar. Si lo hace el segundo Guillermo Barbero, para rematar el tercio “Juncal” en un par correcto del que sale incomprensiblemente destocándose.
La faena la comienza Perera con dos pases cambiados por la espalda, sin moverse de indudable mérito. Sigue con cuatro redondos abrochados con el de pecho, lentos y cadenciosos a los sones del pasodoble “Puerta Grande”.
Nueva serie de seis redondos templadísimos a pesar de los tornillazos del toro a la salida de los mismos que remata con un pase de pecho muy protestado por el toro.
Dos series de tres naturales largos y bien rematados, a pesar de que el toro se para a veces en medio del pase. Miguel Ángel aguanta todo con una seguridad y un valor a prueba de bomba.
Un “pase de las flores” da paso a una serie de cinco redondos que remata con el doble de pecho en dos tiempos.
Nueva serie de cuatro redondos rematados con el de pecho quedándose quieto haciendo el péndulo entre los mismos pitones que llegan a rozarle la taleguilla.
Seis manoletinas, un redondísimo y el de pecho es el final de su gran faena antes de conseguir una estocada en la surte contraria que tira al toro. Naturalmente se piden las dos orejas que el Presidente concede.
ENTONCES SI NOS QUERIAN.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

En todos los tiempos, los toreros han ayudado con su trabajo a todo necesitado, de ahí que siempre fueran queridos por el pueblo español.
Esta vez voy a hablar de aquella corrida que organizó D. José Ortega y Munilla, director de "El Imparcial" a Beneficio de los soldados heridos y enfermos en Cuba y Filipinas, donde también, cómo tantas y tantas veces, el público taurino colaboró y contribuyó no sólo con su aportación económica sino que, en este caso, el elemento femenino engalanó la calle de Alcalá con sus mantillas y mantones de Manila al son de los cascabeles de los caballos que tiraban de los carruajes que las portaba a la Plaza.
La antigua plaza de toros de Madrid con lleno "hasta la bandera" en ese día 12 de noviembre del año 1896, en una tarde que parecía primaveral porque también el tiempo quiso colaborar al éxito de esta obra humanitaria.
El público tributó un gran aplauso a los maestros retirados Rafael Molina “Lagartijo” y Salvador Sánchez “Frascuelo” primero cuando les vió en los carruajes separados. Aplausos que se tornaron en ovación al contemplar como tras parar sus carruajes a la altura de la Cibeles, se reunieron en uno de los vehículos al tiempo que se abrazaban efusivamente Y finalmente ovación atronadora cuando aparecieron en Presidencia para actuar de asesores del Gobernador civil que actuo de Presidente.
Un público taurino y patriota que continuó aplaudiendo al ver aparecer en el palco número 5, engalanado con banderas de España, a un grupo de soldados heridos en la guerra. Para rematar sus aplausos a la salida de las cuadrillas, del mejor terno que se podía dar en aquel momento, encabezadas por Rafael Guerra “Guerrita”, Antonio Reverte y Emilio Torres “Bombita” quienes hicieron el paseíllo a los acordes de la “Marcha de Cádiz” seguidos de sus cuadrillas de auxiliares que, respectivamente, estaban formadas por: Picadores: “Formalito” y “Zurito”, Molina y “Charpa” y “Cigarrón” y “El Inglés”. Banderilleros: Juan Molina, Antonio Guerra y “Pataterillo”, “Pulguita de Madrid”, “Currincha” y “El Barquero” y Moyano, "Ostioncito" y “Pulga de Triana”.
Prolegómenos que como vemos resultaron brillantes, si bien no lo estuvieron en su obligación los seis toros de Pablo Benjumea que resultaron mansos a pesar de tomar 36 varas, propiciar 12 caídas y matar 5 caballos. Toros a los que se hubo de "echar mano" al ser lo único disponible a estas alturas de temporada y pertenecientes al dicho popular de: "Benjumea que los mate quién lo quiera".
El desarrollo de la corrida lo contaron así:
“Guerrita” de verde y oro. Actuó en los toros: donde estuvo magnífico, donde dio el salto del transcuerno, al que hizo una gran faena y al que colocó dos magníficos pares de banderillas, el primero de los cuales fue subastado en 100 pesetas.
Reverte de tabaco y oro. Actuó con una herida abierta a pesar de lo cual muleteó al de la tarde tan cerca que fue atropellado en varias ocasiones. A sus dos enemigos les pasaportó de pinchazo y dos estocadas superiores. Actuó también en el en un quite con el capote al brazo que era su especialidad
“Bombita” de café y oro. Mató a su primero de una gran estocada que fue la estocada de la tarde. Y estuvo aseado en su segundo. Actuó también en los dos primeros toros de la corrida quitando las cintas de las divisas y en el al que puso un gran par de banderillas.
El producto líquido de la corrida fue de más de noventa mil pesetas y entre los donativos se destacaron los siguientes: de la Reina regente = 1000 pesetas. De D. Francisco Recux = 10.500 pesetas para pago de los toros. De D. Mariano Nuez = 2.125 pesetas para el del servicio de caballos. La Sociedad de Revendedores de Billetes = 4.000 pesetas y de los señores condes de San Bernardo y Peñalver y marqués de Comillas = 250 pesetas cada uno. Y a todo esto hay que añadir el detalle del empresario Bartolo Muñoz al renunciar al importe del piso de plaza.
¡Los taurinos respondieron una vez más porque el pueblo español lleva en su sangre la afición a los toros!