torostarifa.blogspot.com

viernes, 1 de octubre de 2010

CORRIDA GOYESCA EN SAN FERNANDO 2010.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Corrida en conmemoración de los doscientos años de la Constitución de 1810.
Corrida goyesca.
                          

Francisco Ruiz Miguel (blanco con bordados de hilo en negro), Enrique Ponce (preciosos traje de Lorenzo Caprile que lució en la goyesca de Ronda) y Juan José Padilla (blanco con bordados de hilo negro).
Tanto Ponce como Padilla lucen redecilla en la cabeza y el diestro de Chiva además, camisa y chaleco de la época.
Toros de Ana Romero de procedencia Santa Coloma. Encastados en general.
El despejo de plaza lo realizan dos preciosos caballos de capas alazán tostada y castaño.
Cuando los matadores aparecen en el ruedo reciben una gran ovación por parte del público que ha cubierto tres cuartos de la plaza carente de callejón. Al llegar frente a presidencia ocupada por Jacinto Cano, se guarda un minuto de silencio en memoria de Francisco Rivera “Paquirri” que murió un día como hoy hace 26 años.
Seguidamente la banda de música interpreta el Himno Nacional como homenaje al acontecimiento que se está conmemorando.
El público ovaciona a su paisano Ruíz Miguel, quien, en gesto de compañerismo, solicita a sus compañeros de terna que salgan con él al tercio, para corresponder a la ovación.
El primero de la tarde es el número 27. “Clarinillo”. Un cárdeno de la ganadería de Ana Romero. Un zapatito, brochito de pitones.
Ruíz Miguel lo recibe en terrenos de tablas por verónicas atropelladas que trata de rematar una media verónica, pero que como el toro no ha sido toreado y menos dominado, ha tenido que volver a rematar con otra media y una revolera.
Lo lleva al caballo de picar. El piquero realiza la suerte de la aceituna y no obstante se agarra contrario. El toro aprieta mientras la vara es protestada.
Ruiz Miguel quita con una serie de capotazos sin quietud, para seguidamente solicitar el cambio de tercio haciendo el molinillo con los dedos que el presidente comprende y atiende.
Con lidia perfecta de Víctor Nieto, (que cada día que pasa se está consolidando como un gran subalterno) parean Oscar Herrera quien clava arriba, El tercero de la cuadrilla se ve en apuros y con dos pares se cambia el tercio.
                        
Ruíz Miguel brinda a sus compañeros de terna en terrenos de tablas en una larga perorata.
Portando la muleta en la mano derecha solicita a Nieto que lleve al toro al terreno donde se encuentra.
La faena la comienza doblándose por ambos pitones. El toro aprieta y le pone en apuros.
                         



Se distancia del toro. Buenos redondos en serie de tres, que ha rematado con el pase de pecho sobre la mano derecha.
El toro se va a las tablas. Lo saca al tercio Ruíz Miguel. Con la muleta en la mano derecha, serie de cuatro redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda. Ovación.
Comienza a sonar el pasodoble Nerva interpretado por la Banda de Música Hermandad del Nazareno de San Fernando, mientras Ruiz Miguel administra cuatro buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
                          
Se distancia del toro. Un pase contrario y toreo por la cara para cambiarle de terreno. Un redondo. Toma distancia nuevamente. Serie de cuatro buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Muleta en la izquierda. Los primeros naturales resultan enganchados porque el toro le aprieta por un pitón nada claro donde el toro sabe lo que se deja atrás y repone.
                      

Ruíz Miguel se lleva nuevamente la muleta a la derecha para instrumentar una serie de cuatro redondos que trata de rematar con el pase de pecho sobre la mano derecha no conseguido porque el toro le aprieta.
                       

Tras tomar el estoque de matar se acerca al toro con la muleta sobre la derecha. Pide que pare la música y, en la suerte contraria fuera de las dos rayas, media estocada, delantera, perpendicular y caída, que el toro escupe en el momento en que es capoteado por los subalternos.
Mucho capoteo de peones. El toro se acula en tablas y Ruíz Miguel, en principio toma el estoque de descabellar para finalmente cambiarlo por el de matar y entra nuevamente a ejecutar la suerte suprema.
                        


En la suerte contraria y en terreno de tablas, pinchazo arriba que encuentra hueso. Aplausos de ánimo por parte de sus paisanos.
Entra por tercera vez. En la suerte contraria logra media estocada perpendicular. Capoteo de subalternos. Toma el estoque de descabellar en el momento en que el toro escupe la espada. El toro que está aprendiendo por momentos, consecuencia de su encaste.
Falla el primer golpe de verduguillo consecuencia de hacerlo casi por e.mail. Nuevo capoteo de peones. En el segundo intento el toro le propina un arreón que está a punto de llevarse a Ruíz Miguel por delante.
Cambia de estoque de descabellar por el estoque de matar y al filo de las tablas y en la suerte contraria entra a matar por cuarta vez. Pinchazo arriba sin soltar. Suena el primer aviso.
A la quinta entrada, logra media estocada en el sitio que, aunque perpendicular, tras capoteo de los subalternos hace que el toro se acule en tablas.
Le traen el estoque de descabellar. Le pincha en el morro y el toro da arreón de defensa y dolor. En el tercer intento le toca la médula para acertar definitivamente al cuarto intento. Es ovacionado.
¡No estuvo acertado el diestro de sesenta y un años! El refrán dice que “Segundas partes nunca fueron buenas” y los refranes suelen tener razón.
Los aplausos de sus paisanos, equivocando al torero, le sacan al tercio a saludar.
Su segundo corresponde al cuarto toro de la tarde. Responde por “Flor de lis”. Luce el número 39. Cárdeno cinqueño.
             
                     



Ruíz Miguel lo saluda por verónicas y finalmente ha de rematar hasta con cuatro medias verónicas. Lo dicho para el primer toro con el capote, es perfectamente válido para éste.
Pica Flor mayoral de una ganadería, a un toro que hace una buena pelea en varas.
Con lidia de Duarte parean Víctor Nieto que clava un buen par. Óscar las deja arriba. Con dos pares se cierra el tercio.
Ruiz Miguel brinda al público paisano. Imita a Padilla en dejar de pie el gorro goyesco calzándole con arena por ambos laterales, ante la hilaridad del público que está de fiesta.
                       
La faena la comienza doblándose sin mucho ajuste por ambos pitones y remata con un pase de pecho sobre la mano derecha.
Se distancia del toro. Muleta portada en la mano derecha. En medio de los sones de la música, tres redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha y liga con el de la mano izquierda.
                      

Nueva serie de tres redondos, martinete, pase de pecho sobre la mano derecha que liga con el de pecho sobre la izquierda.
                  
Trinchera sobre el pitón derecho del toro. Muleta en la mano izquierda. Ayudándose con el estoque simulado, logra una serie de tres naturales. Continúa por naturales dados de uno en uno.
Se lleva la muleta a la mano diestra. Tres redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
              
Sigue por redondos relajados que remata con una trinchera sobre el pitón izquierdo. Ovación.
Muleta en la derecha. Intenta el circular invertido que no sale.
Muy relajado y con la muleta en la mano izquierda se cruza con el toro y sale muy torero de la cara del astado.
La plaza en pie le tributa una gran ovación.
Muy tranquilo, nueva serie muy relajada con la mano izquierda a un toro de extraordinaria suavidad que remata con un pase de pecho sobre la mano izquierda.
En la suerte contraria menos de media estocada caída y delantera cayéndose el diestro al salir del embroque y levantándose con agilidad.
El toro se acula en tablas tras capoteo de los subalternos. Ruiz Miguel saca el estoque de matar y con el verduguillo falla en el primer intento. En el segundo le toca la médula espinal y como el toro cae el puntillero acierta al segundo intento.

Aparecen los pañuelos en petición de la oreja. El presidente del tirón le concede las dos orejas y el rabo.
                    

En una vuelta al ruedo interminable en medio de bufonadas Ruíz Miguel monta el show.
El segundo de la tarde corresponde a Enrique Ponce, quien torea por primera vez en esta plaza. Es el 105. “Arrierillo”. Un torito sin pitones.
Ponce se estira al tercer capotazo por verónicas ante un toro que con las manos por delante demuestra escasez de fuerzas. Ponce no se para y remata finalmente con una media sobre el pitón izquierdo del toro.

El toro se va por su cuenta al caballo de picar que monta Manuel Quinta. El toro aprieta sin cabecear y levanta las manos del caballo, realizando una excelente pelea en varas ante un piquero que se ha agarrado arriba. Ponce conmina a su picador a que levante la vara. Es obedecido.                      
Ponce lo prueba con unos capotazos sin asentar los pies, tratando de levantar la cara del toro para meterlo nuevamente al caballo. Quinta se agarra perfectamente arriba, y como el toro sigue apretando, lo pega hasta que el presidente cambia el tercio.
Su matador lo prueba mientras lo lidia para la suerte de banderillas. Finalmente se hace cargo del toro el encargado de lidiar que es Antonio Tejero. José María Tejero en el segundo par de banderillas ha de pasar en falso porque el toro le corta el camino y a la siguiente entrada, cuadra en la misma cara y clava un excelente par. Con dos pares se cambia el tercio.
    
                                

                                 

Ponce brinda a Ruíz Miguel y comienza su faena doblándose con el  toro por ambos pitones con la pierna flexionada hasta sacarlo al centro del ruedo con un cambio de mano de muleta sobre el mismo pase.
Se distancia del toro. Muleta en la derecha. En medio de los sones de la música a un toro que repone mucho, Ponce le roba una serie de redondos. Se le cuela en uno de ellos.
  
Muleta a la izquierda. Cuatro naturales dados de uno en uno. Nueva serie de seis naturales aislados que, tras martinete, remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Muleta en la mano derecha. Un molinete. Cambio de mano de muleta. Un natural. Continúa por naturales ganándole terreno y anticipándose logra una serie de naturales que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha. Ovación.
En medio de los sones de la música, un molinete. Se cambia de mano sobre el mismo pase y finaliza con un natural. Serie de cinco naturales buenos que remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Muleta en la izquierda. Una trinchera y se queda colocado para tratar de torear al redondo. Por ese pitón el toro le busca por lo que Ponce se lleva nuevamente la muleta a la zurda. Naturales sueltos a base de perder dos pasos entre pases y saliéndose del terreno del toro.
Continúa con naturales sueltos ayudándose del estoque simulado que no ha podido rematar con el pase de pecho porque el toro se le ha venido encima.
Serie de tres pases de pecho ligados sobre la mano derecha.
Pide que pare la música. Serie de pases contrarios para cuadrar el toro.

En la suerte contraria en el momento que monta la espada el toro se le arranca. Trabajo para tratar de que cuadre. El toro se distrae, gazapea y le está costando trabajo a Ponce lograr que el toro cuadre.
El toro que no para, repone mucho, sabe donde está el de Chiva y le está poniendo las cosas más que difíciles, porque el toro repite las embestidas, tiene sentido y ya Ponce busca cazarlo en estocada. En movimiento de ambos Ponce logra una estocada en el sitio ligeramente tendida que se va saliendo al tiempo que el toro no deja de moverse y gazapear.

El toro con muchos pies busca los terrenos de nadie y allá va Ponce tratando de volver a poder entrar a matar.
En la suerte contraria pinchazo arriba sin soltar porque el toro se distrae en el momento del embroque. Nueva entrada logrando menos de media estocada en el sitio. Aplausos del público que comprende las dificultades de matar a este toro.
La espada ha quedado muy agarrada pero el toro sigue muy vivo.
Intenta el descabello. Al primer intento lo toca pero el toro tras caer se levanta para finalmente doblar y acertar José María Tejero al tercer golpe de puntilla.
Su segundo enemigo corresponde al quinto de la tarde. Es el número 76. “Francés”. Cuatreño.
Ponce lo lancea enseñándole a embestir. El toro se para.
El presidente con el toro aún sin fijar, ordena que salgan los picadores.
Pica José Palomares a cuyo caballo Ponce mete al toro materialmente encima. Palomares hace la suerte de la aceituna y el toro da un respingo en cuanto siente el hierro en el morrillo, y tras unas coces, sale suelto en busca de los terrenos de nadie.
En la segunda entrada el piquero se agarra trasero y el toro sale suelto camino de terrenos tranquilos.
En la tercera entrada se agarra arriba. La puya se resbala. Mientras el toro aprieta al peto el picador coloca la puya arriba, lo pega y el toro sale suelto.
Ponce se queda con el toro y lo capotea enseñándole a embestir. En uno de capotazos el toro mete los pitones en la arena y está a punto de dar la voltereta, momento en que Ponce solicita el cambio de tercio.
Ponce sigue capoteándole, enseñándole a embestir con la finalidad de que el toro tire hacia delante.
En banderillas Antonio Tejero deja un solo palo arriba. José María Tejero deja las dos arriba entrando por el pitón izquierdo. Se cambia el tercio.
Ponce comienza doblándose perfectamente para finalizar con un pase redondo por bajo muy torero. Aplausos.
Se distancia del toro. Muleta en la derecha.


Serie de cuatro excelentes redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Nueva distancia. Serie de cinco excelentes redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Nueva distancia. Trincherazo. Serie de cinco buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el de pecho sobre la izquierda.
¡Extraordinario Ponce!
Sigue con la muleta en la diestra. Cita con la mano derecha pero se cambia la muleta de mano sobre el mismo pase y continúa por naturales buenos dados de uno en uno que remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.

Un molinete. Colocado para seguir por redondos. Extraordinarios redondos los de Ponce, lentos, adaptándose perfecto a la embestida del toro.
Trinchera muy buena sobre el pitón derecho del toro. Otra sobre el izquierdo y remate con un pase de pecho sobre la mano izquierda.

Media estocada en el sitio resultando con el estaquillador roto en el embroque. Ponce se queda con el toro.




Comienza a doblarse con él en una preparación extraordinariamente artística a lo Domínguez, para el descabello, falla. Recibe una gran ovación. Vuelve a fallar otra vez con el verduguillo.
¡No ha tenido suerte Ponce con el descabello!
El público lo reconoce. Ha realizado el mejor toreo de la tarde. Enorme ovación.
¡Al tercer intento acierta!La plaza se llena de pañuelos y el presidente le concede las dos orejas y el rabo.



Vemos a Juan José Padilla muy concentrado en espera de que salga el tercero de la tarde que responde por “Clérigo” y luce el número 19. Cinqueño como los dos anteriores.
Padilla lo recibe con una larga cambiada de rodillas y se estira en cuatro excelentes verónicas que remata con una media a la que sigue una chicuelina.

El encargado de picar es Antonio Calvo Montoliú. Llama al toro que acude y en cuanto siente el hierro arriba se revuelve, da un par de coces y se va a los terrenos de nadie.


En la segunda entrada se agarra muy trasero a un toro que aprieta con la cabeza sin humillar. El piquero no rectifica y sigue picando muy trasero a un toro que aprieta colocado paralelo al caballo. Cuando puede, Montoliú rectifica y le pega fuerte.
Padilla quita por chicuelinas en serie de tres que remata con una revolera. Ovación.
El toro acude nuevamente al caballo y el piquero le administra otro picotazo.
Hay un murmullo en la plaza.
Padilla toma los palos. Brinda el primer par al público y recibe una gran ovación al tiempo que comienza a sonar la música.
En el primer par Padilla gana la cara a un toro con muchos pies y clava arriba. El toro persigue a Padilla que ha de tomar precipitadamente el burladero.
El segundo par, similar al anterior, el toro que va a por Padilla, éste le gana la cara, y clava en todo lo alto.
El tercero, tras sentarse en el estribo hace que el toro se fije en él, para irse a por él y colocar un excelente par al violín.
El público en pie le tributa una gran ovación.
Padilla brinda al público de San Fernando y es ovacionado mientras coloca el gorro goyesco de pie en la arena en operación harto difícil.

La faena la comienza con cuatro pases por alto con las rodillas en tierra. Continúa por redondos y finaliza con un molinete y un pase de pecho sobre la mano derecha. Suena el pasodoble “Gallito”

Se retira del toro con la muleta en la mano derecha. Un redondo del que el toro sale muy largo. Dos excelentes redondos. Un circular completo y remata con el pase de pecho sobre la mano derecha. Ovación.
Sigue Padilla con la muleta sobre la diestra. Adelanta mucho la muleta para tomar al toro en unos excelentes redondos. Uno completo. Martinete y remate con el pase de pecho sobre la mano derecha donde el toro está a punto de echarle mano.
Un toro dotado de mucho motor y afectividad de embestida.
Unos buenos redondos entre los que intercala algunos mirando al tendido ante un toro que al entrar con la cabeza a media altura desluce los pases. Ovación.
Muleta en la zurda. Tres naturales ayudándose con el estoque simulado. A la salida del último el toro pierde las manos. Sigue por naturales ayudados, que remata con una trinchera sobre el pitón derecho del toro y un pase del desprecio sobre el pitón izquierdo.

Padilla con la muleta en la derecha. Un redondo del que el toro se va largo. Padilla lo mantiene con la voz. Otro redondo a media altura del que el toro sale suelto. Padilla logra sujetarlo y tras dos redondos remata, tras martinete, con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Desplante torero.

Unas manoletinas que remata con un desplante de rodillas delante de la cara del toro con la muleta plegada sobre el antebrazo izquierdo.

En la suerte contraria estocada entera en todo lo alto y el toro rueda sin puntilla, para seguidamente levantarse para caer por segunda vez de manera definitiva. El puntillero acierta al segundo intento.

La plaza se llena de pañuelos y el presidente saca los dos pañuelos del tirón. Se sigue pidiendo el rabo que el presidente concede.

Su segundo es el sexto y último de la tarde. Número 65. “Claro”.
Juan José Padilla recibe a su toro por verónicas a las que siguen unas chicuelinas que remata con una especie de recorte.
Tras salir el piquero, Padilla con lances por delante sin cruzar lo lleva al caballo que monta Alventus, quien haciendo la suerte de la aceituna pica arriba a un toro que no aprieta por lo que Padilla conmina a su piquero para que levante el palo.
Lo saca Vicente Yesteras. Padilla quita por navarras en serie de tres que remata con una serpentina.
Padilla solicita el cambio de tercio que el presidente concede.
El toro se va al caballo de picar y recibe otro picotazo.
El matador banderillero, toma los palos de banderillear con los papelillos de los colores de la bandera de Andalucía. Brinda al público y recibe la ovación pertinente.
En el primero Padilla le gana la cara al toro y clava un buen par en todo lo alto.
El segundo lo inicia sentado en el estribo de donde sale para irse por el toro y tras ganarle la cara, clavar arriba.
El tercero lo inicia muy cerrado en tablas para colocarlo al violín. Es ovacionado.
Brinda a la Reina y damas de honor.
La faena la inicia sentado en el estribo con pases por arriba. Seguidamente se sale hasta el tercio de tablas donde sigue toreando por arriba por ambos pitones. Un trincherazo al que sigue unos buenos redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Ya en los medios y con la muleta portada en la mano derecha le administra unos redondos a un toro que no se emplea. Sigue sobre la derecha para administrar tres redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Continúa sobre la diestra en serie de tres buenos redondos. Cuando trata de rematar con el pase de pecho sobre la derecha el toro le busca y está a punto de arrollarlo. Padilla resuelve con un pase improvisado de las flores.
Muleta en la mano izquierda. Naturales en los que el toro sale suelto y desentendido del pase, por lo que Padilla ha de ir a buscarle para seguir toreando. Remata con un afarolado al que sigue un pase de pecho sobre la mano izquierda.
El toro se raja y se va a las tablas. Padilla lo saca de ese terreno y con la muleta sobre la mano izquierda le roba dos naturales. El toro se va nuevamente a tablas.
Padilla le abaniquea por la cara y seguidamente le administra tres molinetes en cadena al que sigue un pase de pecho, otro de rodillas y nuevo abaniqueo por la cara.
Desplante de rodillas en los que tira los trebejos lejos de sí.
En la suerte natural entrando de muy largo, estocada entera que hace que el toro ruede sin puntilla.
El ruedo se puebla de pañuelos y el presidente concede las dos orejas. Se sigue pidiendo con fuerza el rabo y es concedido.

Tras la vuelta triunfal de Padilla que abrevia a instancia de Canal Sur para que pueda ser vista la salida a hombros de Ruiz Miguel al haber rebasado el tiempo de retransmisión, planos de:

Salida a hombros de los tres diestros y el mayoral de la ganadería.
Me he limitado a narrar exactamente lo ocurrido en la corrida, ustedes juzgarán.
Conclusión: Padilla mereció los trofeos por su bien hacer y por su entrega. Hizo honor a su apelativo de "Ciclón". El resto de los trofeos se puede considerar como un regalo consecuencia de unos espectadores festivos y un presidente dadivoso.