CONCESIÓN
DE TROFEOS EN LAS CORRIDAS DE TOROS.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Después
de lo ocurrido en el Palco de la plaza de toros de Bilbao en la feria pasada,
donde se ha puesto en tela de juicio la actuación del siempre prepotente
Matías, se me ha ocurrido el artículo siguiente.
¿Cuál
son los máximos trofeos que se pueden obtener en la lidia de un toro en plaza
permanente y de primera categoría?
Habiendo
pasado al baúl de los recuerdos el trofeo de las patas cortadas allá por los
años 50-60, ahora son las dos orejas y el rabo.
¿Que
hay que hacer para obtenerlas?
En
mi opinión de aficionado, realizar todo bien en los tres tercios de la lidia,
pero con matizaciones porque, los tercios de la corrida son:
Tercio
de varas. Tercio de banderillas y Tercio de muerte.
Analizando
pormenorizadamente cada uno de ellos resulta que:
Tercio
de varas: En este tercio quien se lleva los honores es el picador acorde con la
forma de tirar la puya, colocarla en el sitio exacto y finalmente medir el
castigo en cada entrada, puesto que el matador en este tercio se limita a
llevar el toro al caballo con más o menos torería y dejarlo a la distancia
adecuada acorde con su afectividad de embestida.
Tercio
de banderillas: Se llevará el matador los honores cuando sea quien banderillee
al toro y exponga en la entrada, cuadre en la cara, clave en lo alto y salga
del toro artísticamente y con torería.
Tercio
de muerte: Este tercio comprende dos actos: el de la faena de muleta en la que
el torero muestra su dominio sobre el toro con pases de todas las marcas. Los
más valorados los naturales sin ayuda, rematados con el obligado de pecho. El
resto de los pases: redondos, ayudados, molinetes, trincheras, manoletinas,
bernardinas, pases de las flores, cambiados por la espalda, invertidos etc. etc.
no dejan de ser pases secundarios. Y el
segundo acto es el de la muerte materializada por la estocada, donde se
valora, la forma de perfilarse, la forma de entrar, la colocación de la espada
y la salida de vaciar la suerte.
Bien,
con todos los datos sacados de estos tercios a los que habrá que sumar el
saludo con el capote al toro por parte del matador, el Presidente de la corrida
a la vista de las características del toro, baremará. Y este baremo le servirá
para calibrar la concesión de trofeos.
Concesión
de trofeos que está supeditada a dos factores contemplados en Reglamento: el
primero que la primera oreja la pide el público y concede el presidente y la
segunda que es potestativa del presidente en la concesión, aunque la haya pedido el
público. Lo del rabo ya es cuestión de faena súper-extraordinaria donde el
público pide y el presidente concede

Como
ven ser Presidente justo de Corrida
de toros no es NADA FÁCIL, por mucho que se den bofetadas por subirse al palco.
Ah! Se me olvidaba lo fundamental que no es otra cosa que: conocer el
Reglamento Taurino al dedillo para poder interpretarlo, según las
circunstancias con sentido comun.