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miércoles, 27 de febrero de 2008

LA VIEJA PLAZA DE TOROS DE TARAZONA.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Hay quien dice de ella que, después de las Maestranzas de Caballería de Sevilla y Ronda, es el monumento taurino más bello y típico de España.
Aunque no se conoce exactamente la fecha exacta de su construcción por aquello de faltar datos, si debió tener lugar entre los años 1790 y 95, puesto que en 1796 ya consta que se celebraron corridas de toros promovidas en beneficio del Hospital por la Junta de Sitiada y el Ayuntamiento .
La idea de su construcción comenzó a gestarse allá por el año 1752 por parte de la Corporación Municipal, el Gremio de Labradores y algunos particulares, quienes la querían ubicar en terrenos del Prado de la Virgen del Río.
Pero hubieron de pasar 36 años para que surgiera el intento definitivo por parte de ocho vecinos con dinero, quienes se ofrecieron a construir: “una plaza compuesta de casas uniformes si el Concejo les proporcionaba el solar de forma gratuita”
Conseguida esta premisa, comenzó la construcción al mismo tiempo que la de la Casa de Presidencia que cederían al Hospital de Tarazona. Obras que comenzaron en el mes de abril del año 1790 y que acabaron en septiembre de 1792.
Y de inmediato a pedir permiso al Corregidor para celebrar un ciclo de novilladas con motivo de la Festividad de San Atilano patrono de la ciudad. La concesión se llevó a efecto y la primera novillada de inauguración de la Plaza tuvo lugar el día 5 de octubre de ese mismo año.
La plaza tiene planta octogonal. Cada lado del polígono está constituido por tres casas alineadas que poseen planta baja y tres alturas más, cuyas puertas de entrada dan al interior de la plaza, al igual que los 12 grandes arcos de medio punto que contactan con las galerías interiores que servían de acomodo a los espectadores, mientras que la parte externa de las casa poseen ventanas que miran a las calles circundantes.
Al ruedo se accedía por cuatro túneles con puerta situados en los cuatro puntos cardinales. El Norte (comunicaba con el desolladero). El Sur (era la puerta de cuadrillas). El Este (puerta de entrada del público). El Oeste (puerta de toriles).
En los días de festejo, se construía un tendido de gradas de madera que llenaban el hueco dejado entre las paredes internas de las casas y la valla delimitadora del ruedo.
Ha sido coso taurino permanente hasta el año 1870 en que se construyó la nueva plaza de toros y que fue inaugurada el 23 de agosto de ese mismo año con una Corrida de Toros del hierro de la Campanilla en la que actuó como único espada Salvador Sánchez “Frascuelo”.
Su propietario es D. Benito Aparicio Guerra y el aforo de 6.000 espectadores.
Y desde esa fecha de 1870 ha permanecido inactiva mientras se ha restaurado. Restauración que acabó en el año 1999.

En el año 2006 y concretamente en la fecha de el 5 de octubre nuevamente acogió, tras dos siglos de silencio, un festival taurino, para desde ese momento y a raíz de ser declarada en el año 2001 “Bien de Interés Nacional” cerrar definitiva sus puertas a eventos taurinos y dedicarse a actividades culturales como conciertos, festivales de jotas o teatro.
Plaza de gran originalidad y belleza que ha merecido ingresar en la Unión de Plazas Históricas de España donde están integradas las de Almadén, Aranjuez, Béjar, Campofrío y Santa Cruz de Mudela.