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lunes, 24 de junio de 2019

LA AFICIÓN DE UN TORERO POR SU PROFESIÓN, SE DEMUESTRA TOREANDO.



LA AFICIÓN DE UN TORERO POR SU PROFESIÓN, SE DEMUESTRA TOREANDO.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ, Veterinario y escritor.
Con el terno de los valientes, grana y oro; es indudable que el torero de Gerena, Manuel Escribano tenía una deuda con la mítica ganadería de Miura desde aquella tarde del 21 de abril de 1913 en que, sustituyendo a Julián López “El Juli” ,cortara las 2 orejas al ejemplar portador del hierro de la A con asas.
Y Manuel cada vez que miraba  la cabeza de ese toro que pende disecada en la pared de su salón del chalet de Gerena, tenía in mente pagar la deuda.
Tras seis años de espera, llegó el momento de saldarla en forma de lograr un indulto un 22 de junio del 2019 al miura nº 42. Tahonero, negro de capa y con 570 kg de peso.
Desde que Manuel sufrió la cornada del Adolfo en Madrid el  30 de mayo pasado, he estado en contacto con Paco el padre del torero, para saber cómo iba evolucionando la herida. La respuesta del progenitor siempre era la misma:
-Manolo va de lujo.
Y he alucinado al ver como con menos de un mes de evolución, el bravo torero es capaz no solo de realizar la sustitución de otro bravo coletudo caído en combate, cual es Román Collado sino que se entretiene indultando a un toro de miura en Utrera y saldar la deuda con la vacada de Zahariche.
Fue Tahonero un toro bandera al que le cupo el honor de ser el primer toro de miura indultado en los 177 años de existencia de la vacada.
Manuel que tiene, entre otras muchas, la virtud  de ver de salida las condiciones de sus colaboradores o enemigos taúricos, lo recibió con una larga cambiada de rodillas para seguir estirándose de capote en unas extraordinarias verónicas antes de dejarlo largo ante el caballo de `picar para que tomara dos varas  de verdad.
No dejó de jugarse la vida el gerenense  en su par de banderillas marca de la casa, sentado en el estribo y al quiebro, donde el toro a la salida del par arrancó la publicidad de la barrera que el público  asustado vivió puesto en pie.
Tras brindar a la concurrencia, inició la faena de muleta con un pase cambiado por la espalda al que siguieron unos pases por alto a una mano, rematados con un natural y el de pecho sobre la mano izquierda.
¡Las palmas echaban humo!
Luego, una vez ahormada la embestida, siguió con tres series de excelentes redondos de mano baja que el público premió con sendas ovaciones.
Al natural bajó la mano en dos extraordinarias series de naturales perfectos de colocación, embarque, temple y remate.
Nuevas series de redondos ajustados que, al tener continuidad y remate, enardecieron al público que pidió el indulto de un toro que era tan bravo que no se cansaba de embestir. Era tan bravo que, tras simular Manuel la suerte suprema con una banderilla,  el toro se negó a entrar en chiqueros, teniendo que introducirle tras lacearlo.
Manuel Escribano gustará más o menos  en su forma de hacer las cosas en el toreo, pero VALOR, ENTREGA y CONOCIMIENTOSTÉCNICOS como el que más de sus compañeros de oficio y escalafón.
Los utreranos quisieron premiar con un indulto a un gran toro de una divisa que debutaba en su plaza de toros y cuya divisa se asentó en su término municipal en sus orígenes, antes de ubicarse definitivamente en Zahariche.
En cuanto a Escribano se refiere:
Un Miura le volvió a meter en el circuito taurino, cuando estaba casi en el ostracismo y, ahora, Manuel les devuelve el favor a los ganaderos indultándoles un toro en Utrera.
Reportaje gráfico de la corrida.