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viernes, 8 de febrero de 2008

RECORDANDO A UN GRAN ESTOQUEADOR.
(NICANOR VILLALTA).

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Nicanor Villalta, en palabras de Manuel Mejías “Bienvenida” fue: “el mejor estoqueador de toros de aquellos tiempos” al reconocer en el de Cretas (Teruel), “pureza y regularidad en la ejecución de la suerte suprema”.
Nicanor mataba a los toros bien, tarde tras tarde.

Ganó dinero. El que se ganaba entonces, pero lo perdió en un negocio desafortunado.
Cuando estaba en la cumbre de la fama, ganaba cuatro, cinco y seis mil pesetas por corrida, que no era mucho dinero, pero la vida también estaba más barata.
Como tantos otros toreros al final de su vida la situación económica no era buena pues había liquidado lo que ganó durante su actividad taurina más lo que le proporcionó el Festival que le montó quién veraneaba con nosotros, cuando aún yo era un crío, en Las Navas del Marqués, Tomás Martín “Thomas”.
Posteriormente Vicente Zabala y José María Jardón le organizaron otro homenaje en la Monumental de Las Ventas que tuve la suerte de ver.
De pequeño su primer oficio fue pastor de ovejas y cabras tanto aquí cómo cuando su padre se fue a México y alquiló un rancho para vivir de lo que producía. Más tarde la enfermedad de su madre les hizo abandonar el lugar y el trabajo para regentar una fonda llamada “La Española”.
Su curioso nombre de Nicanor le viene de que su padre era muy amigo del torero, Nicanor Villa “Villita” a quien prometió que si tenía un hijo le pondría su nombre.
Comenzó su carrera taurina en México, matando dos novillos, que el mismo se costeó, en una plaza de madera de la capital de Estado. Luego, de luces mató 4 vacas en Querétano.
Pero su carrera quedó interrumpida cuando su padre encontró trabajo en Cuba y hubo de acompañarle. Volvió a México y de allí a España para cumplir sus deberes militares.
Conoció a Pancho Villa y a los hermanos Zapata.
Acá en España debutó con los “Charlots auténticos” en Zaragoza.
Su recuerdo más emotivo: la primera oreja que cortó en Madrid el 2 de mayo de 1922. Luego, ganó la oreja de oro de la Asociación de la Prensa y la también de oro de la Plaza de México.
Se trataba de orejas cortadas a: “toros duros, con casta”, que es según él, “lo que hace falta en el toreo, ¡casta! Tanto en el toro como en el torero”.
Alternó con los figurones del toreo de su época: Félix Rodríguez, “Cagancho”, Marcial Lalanda, “Niño de la Palma”, Domingo Ortega, Belmontey,“se embelesaba viéndolos torear”.
En una entrevista que le hicieron en “El Dígame” el 4 de enero del año 1980 se expresó de esta manera:
“Aunque respeta los tiempos actuales del toreo, le gustaban más los suyos, donde salir al ruedo con aquellos torerazos y aquellos toros era algo sublime”.”Eran tiempos donde el público que asistía a las corridas estaba muy preparado taurinamente hablando. Sabía lo que veía. Mandaban los aficionados sobre la masa”
Dado que él era el número 1 en la suerte suprema le preguntaron:
¿Por qué lleva tanto tiempo en crisis la suerte del volapié? Y contestó diciendo:
-“Por un problema de colocación. La mayoría de los toreros de hoy se ponen de perfil para el volapié, casi lo mismo que para dar el pase natural. Y claro no les puede salir bien ni lo uno ni lo otro. La estocada es un auténtico pase d pecho, no un pase de costadillo”.

Ha sido el torero que más orejas ha cortado en la plaza de toros de Madrid, 53 orejas que es todo un record y es que la verdadera historia del toreo está hecha por hombres como éste, en los que el oro, la seda, la sangre y el sol de la Fiesta se mezclan con gallardía.
En cierta ocasión, 27 de abril de 1933 y en la Corrida de la Beneficencia: Hubo de matar siete toros en Madrid de D. Bernardo Escudero, pues alternando con Manolo "Bienvenida", Domingo Ortega y Antonio García Bustamante “Maravilla” (que confirmaba alternativa), los tres toreros se fueron “al hule” y al quedarse solo obtuvo un gran éxito.
Otra vez también hubo de matar seis toros en Madrid al resultar cogido, en el mano a mano, Marcial Lalanda en una corrida de Coquilla, con éxito al canto.
Fue un torero de escasas cornadas. Solamente tres, recuerda la Bilbao que dice:
“Esa sí fue hermosa, el toro no se podía desprender de mí, y haciendo un esfuerzo yo me quité el pitón de la barriga”
“De las tres cornadas lo que recuerdo más horrible eran las curas. Metían las gasas, cada cura era como otra cornada”
Como otros muchos compañeros también fue vetado por una figura al ser incómodo en la plaza.
Murió soltero pues como el mismo decía:
“No sé lo que es el amor. Porque no creo en él. No tuve la suerte de encontrar a la mujer soñada”
Aunque eso sí, para él el nombre
de mujer ideal es el de Pilar que: “es la única mujer que he amado y siempre me ha correspondido: mi virgen de Zaragoza”
Murió a los ochenta años considerando como el mejor torero de todos los tiempos a Juan Belmonte, como el mejor de su época a Félix Rodríguez, y como figuras después de su época a Pepe Luis Vázquez, Antonio “Bienvenida” y a Pepín Martín Vázquez.
LOS DINEROS DE LOS TOREROS ANTIGUOS.
(DE “PEPETE” A “MANOLETE” PASANDO POR “GUERRITA”).

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Fue “Pepete I” (José Dámaso Rodríguez y Rodríguez) el primer economista taurino. Cordobés nacido el 11 de diciembre de 1824. Tomó la alternativa en Sevilla de manos de Juan Lucas Blanco el 12 de agosto de 1850. Si bien únicamente fue reconocida con fines de antigüedad la que le dio el 27 de julio de 1853, en Sevilla Cayetano Sanz, al cederle los trastos de matar.
Murió a cuernos de “Jocinero” un toro de Miura el 20 de abril de 1862 cuando trató de hacer un quite al picador Calderón que había sido derribado en la vara número 17. Tras ser cogido por la cadera, se asió al cuerno izquierdo para desprenderse, momento en que el toro tiró dos hachazos y en uno de ellos le metió el cuerno en el pecho hasta llegar al corazón. Se levantó, se fue hacia la puerta de alguaciles y allí se cayó hiriéndose en la cabeza con el estribo. Cuando llegó a la enfermería, mientras los médicos contemplaban horrorizados la enorme herida “Pepete” preguntó: ¿Es argo?, falleciendo momentos después.
Las ideas mercantilistas del tío-abuelo de “Manolete” debieron ser muy rudimentarias.
Vean un detalle:
Toreaba en Ronda en competencia con los hermanos Carmona. “Pepete” se colocó frente a toriles dispuesto a recibir el toro para sortearle a cuerpo limpio. Cuando anunciaron la salida de la res, terció el capote sobre el brazo izquierdo y esperó tranquilo. Se le arranca el toro y “Pepete” dio una serie de pases sin mover los pies de suelo en alguno de los cuales se metió en la misma “cuna del toro” dejando que el toro le encunara y que algunos derrotes le alcanzaran en el pecho. Por la noche en la fonda enseño los varetazos recibidos al tiempo que decía:
-Pero estas cosas me las curo yo mismo con este “meicina”.
Y sacando una onza de oro, cobrada por la actuación, se hacía una cruz con ella sobre las heridas, siguiendo comentando las incidencias de la corrida.
“Pepete” permaneció muchos años sin torear en Madrid, haciéndolo en provincias donde el torero era empresario en muchas ocasiones con lo que aumentaban de manera extraordinaria sus honorarios.
Frente a “Pepete” aparece el reverso de la moneda, aquél que no basa todo en el dinero, sino más bien en el prestigio profesional. Este es Antonio Sánchez Povedano “El Tato”.
“El Tato”. Nacido en Sevilla el 6 de febrero de 1831. Pegador en una cuadrilla portuguesa, puntillero en la cuadrilla de Juan Lucas Blanco y banderillero de su más tarde suegro “Cúchares”, quien fue padrino de su alternativa en Madrid el 30 de octubre de 1853.
Un toro de Vicente Martínez en la Corrida de la Diputación de Madrid del día 7 de junio de 1869 de infirió una cornada que al complicarse terminó con la amputación de la pierna.
Teniendo necesidad de dinero intentó actuar con una pierna ortopédica en Badajoz y Valencia, pero hubo de desistir.
Nota de interés:
Los toreros anteriores a estos, eran lidiadores de oficio que sacaban lo necesario para ir viviendo decorosamente.



















De los que siguen: Salvador Sánchez “Frascuelo” es de la escuela de “Pepete”, llevando una vida de austeridad, mientras su rival en el tiempo, Rafael Molina “Lagartijo es de la escuela de “El Tato” y su vida se caracterizó por el rumbo y el regalo.

La AFICIÓN y la AMBICIÓN, se aúnan en Rafael Guerra “Guerrita” el denominado "II Califa", quién fiado en su poderío físico y en su capacidad artística, recorre año tras años los caminos de España en pelea de maravillosa reciedumbre sumando dinero y dinero. Es el primer torero que se retira millonario. Y a cada hijo que le llega es más valiente, decidido y mejor torero. Cobraba 6000 pesetas por corrida, pero también cuando tiene día libre toreaba por lo que le dieran, debido a su ambición de amasar dinero. Se negó en redondo a actuar gratuitamente en festivales y en corridas benéficas.
“Guerrita” fue un magnífico negociante que: Mercantilizó la Fiesta de los toros.
Su coetáneo D. Luis Mazzantini y Eguía es de la escuela de “El Tato”. Se trata de un importante matador que rompe con la imagen tradicional del torero, pues se consagra como hombre de mundo, con figura social e incluso política lo que hace que sus compañeros de profesión le traten de don.

Era de “posición desahogada” pues su padre era un cargo importante en las obras de construcción de los ferrocarriles vascos y había residido en múltiples lugares tales como: Bilbao, Marsella, Nápoles, Roma etc y estudiado en los mejores colegios de estas localidades.
Cuando desempeñaba el cargo de Jefe de la Estación de RENFE de Santa Olalla, la necesidad de mejoría económica a causa de tener que mantener a sus hermanos y esposa le hizo decantarse por el toreo en detrimento de cantante de opera.
Fue desprendido con los amigos y protegió económicamente a los torerillos que empezaban.
Lo que ganó en los ruedos como torero lo perdió como empresario.
Ricardo Torres “Bombita I” logró reunir setenta mil duros en los catorce años de primer espada en los que recibió catorce cornadas graves, pero tanto él como su coetáneo Rafael González “Machaquito” se retiraron ricos.
“Joselito” y Belmonte los sustitutos de los anteriores, en tres años hacen más fortuna que “Bombita I” y “Algabeño” en catorce años de sufrimiento.
“Joselito” en la octava temporada en que acaba su vida logró tres millones de pesetas.





















Juan Belmonte se retira en el año 1922 con varios millones de pesetas. Reaparece en el año 1924-25 hasta ser considerado como el torero que más dinero ha ganado en todas la épocas de la Fiesta.
En una tertulia en la que asistía Belmonte, cuando alguien pregonó que “Manolete” había ganado en la temporada de 1944 tres millones de pesetas, Belmonte dijo:
-“Con lo que yo gané en el año 1925 compré la finca “Gómez Cardeña”. Me parece que todavía tendrá que torear Manolete algún tiempo más para poder comprar una semejante”.
Juan dijo en cierta ocasión que: “el mejor negocio que había hecho en toda su vida, era el haber sido torero”.
Marcial Lalanda del Pino, también en su historia ganó varios millones de pesetas.





Rafael “El Gallo” es el negociante taurino más desordenado de que se tiene noticias. Ganó la mayor fortuna en el arte de los toros, pero la dilapidó. De ahí que en los años 1945, Belmonte le organizara un homenaje en la Maestranza con lo que pudo gozar de una renta vitalicia de 1350 pesetas mensuales.
Lo que “Guerrita” ganó en doce años de matador de toros a razón de setenta corridas por temporada lo ganó “Manolete” en una sola temporada de ochenta y dos corridas.