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lunes, 31 de diciembre de 2007

LA CORRIDA DE LOS TORREALTAS EN SEVILLA 2007

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ.-Veterinario y escritor.

En los momentos previos la televisión de pago nos obsequia con un reportaje sobre la castañeta que en realidad es lo que queda de aquella coleta natural que llevaban los toreros. Actualmente esta confeccionada a base de un corcho forrado de astracán que porta un tornillo sobre el cual se ata el pelo del torero con una cinta que porta sujeta por un alambre a la altura de donde acaba la montera. También lleva la coleta que es de pelo natural procedente del de algún familiar femenino del diestro.
Hay algunos planos en los que puede verse la llegada al callejón de José Antonio Campuzano y Luís Álvarez como asesor artístico y apoderado de Castella.
El beso tierno de Isabel a su esposo Paco Camino mientras le coloca la capucha de un impermeable, pues está lloviendo en forma de lo que se llama “cala bobos”.
Debido a que ha llovido durante toda la mañana el ruedo está mojado y se ha formado esa especie de barrillo que puede resultar peligroso para la lidia por resbalar. Aquí en Sevilla no protegen el albero con lonas porque se ha podido observar que coge más humedad.
Entrevistan a Antonio Caba banderillero de Jesulín que anuncia que él no se va esta temporada como su compañero de cuadrilla Carmelo, con quien ha formado una empresa taurina que lleva las plazas de Ubrique donde actuará Jesulín el 15 de septiembre en solitario con toros de distintas ganaderías y Tarifa donde en agosto darán una corrida con Jesulín, Salvador Vega y Cayetano con los toros de Núñez del Cuvillo.
El presidente Gabriel Fernández Rey se hace presente en el albero y pregunta a los tres matadores si están dispuestos a dar comienzo a la corrida. Asienten los tres y este detalle se hace constar en la pizarra. El Presidente dice: “una vez comenzada la corrida está se acabará”.
Se hace necesario secar el asiento del Presidente de la corrida que se ha mojado.
Hay un paraguas que porta un espectador situado en la localidad justo delante del Presidente que no deja ver el pañuelo de este por los encargados de anunciar los tercios.
El cámara de la grúa en su puesto de mando.
Y a la hora en punto anunciada el "cerrojazo" da paso al paseíllo con los tres diestros que van a lidiar los toros de la vacada de Torrealta:

SEBASTIAN CASTELLA (lila y oro)
MIGUEL ANGEL PERERA (verde y oro)
ALEJANDRO TALAVANTE (tabaco y oro). Desmonterado.

Precedidos por los dos hermanos alguacilillos uno de los cuales, metido en el pasillo de entrada a la Puerta del Príncipe recoge la llave lanzada por el Usía.

SEBASTIAN CASTELLA.

Sale el primero de la tarde. Se llama "Mes de marzo" está marcado con el número 2 y tiene un peso de 540 kilos. Su cabeza es cómoda.
Remata en el burladero de salida.
Castella lo recibe con verónicas a pies juntos de las que el toro sale suelto.
A la vuelta el toro se arranca con codicia y el matador le da siete verónicas, dos de ellas muy buenas, rematadas con la media.
Castella se quita las zapatillas y se las entrega al banderillero.
En la suerte de varas dejan el toro a cinco metros de la raya de fuera del tercio y éste se arranca con alegría al caballo. El picador, José Doblado se agarra arriba, el toro aprieta sin cabecear.
Quita Castella con tres chicuelinas y una media, extraordinarias.
Tras sacarlo de la suerte, Castella le propina un capotazo y lo deja en suerte. El toro se arranca con alegría y el picador le castiga con un simple picotazo.
En banderillas lidia Curro Molina, y parean, Juan M. Molina que pone un buen par. Pablo Delgado que cumple y cierra tercio Molina quién coloca un buen par siendo perseguido y cortando el toro con precisión Guillermo Barbero que recibe una ovación.

Lo cierra en tablas Curro Molina a una mano y es aplaudido.
Castella brinda al público. La montera cae boca arriba.
Desde el centro cita al toro para comenzar con su famoso pase cambiado, pero el toro no se fija en él pendiente de los ocurre entre las tablas. Castella toma la montera para lanzársela momento en el que el toro se arranca y manteniendo la montera en la mano izquierda logra dos cambiados y dos redondos.
Con la muleta en la izquierda una serie de cuatro naturales abrochados con el de pecho perfectos. Aplausos
Sigue por naturales, en un serie de tres. Se le para el toro, lo aguanta Dos más abrochados con el de pecho. Ovación.
Lleva al toro a los medios con un pase de tirón por alto. Y allí por redondos logra cuatro extraordinarios abrochados con el doble de pecho del que sale toreramente.
Nueva serie de dos. En el tercero de los cuales el toro se le para. Lo aguanta, hace el péndulo y seguidamente da el de pecho. Aplausos.
Se va por la espada y viene lentamente hasta ponerse en la cara del toro.

Una serie de tres manoletinas elegantes y ajustadísimas que remata con un pase por detrás con toda tranquilidad demostrando un gran valor.
En la suerte natural entra muy despacio haciendo la suerte perfecta y logrando una estocada que hace que el toro se vaya a las tablas a doblar.
Castella ha estado serio, maduro, perfecto, valeroso.
Se pide la oreja con fuerza que es concedida. Se pide la segunda también con fuerza
Tras recoger la oreja de manos del alguacilillo da una vuelta al ruedo lentamente.
Luís Álvarez dice: “Ha estado muy bien. Asombroso. Ha estado perfecto. Está en plena madurez torera” “La faena ha sido de dos orejas”
Todo el mundo corrobora que la faena ha sido de dos orejas.




En su segundo que corresponde al cuarto de la corrida, se llama Cantero está marcado con el número 32 y pesa 505 kilos. Es un toro castaño nacido el 11/02. Tiene una lámina muy bonita.
Castella se estira en la tercera verónica que lo administra.
El toro es llevado al caballo que monta José María Moreno quien marra estrepitosamente en la primera entrada del toro. Luego ya en las cercanías se agarra bien.
En la segunda entrada se agarra bien de principio.
En banderillas lidia Juan Manuel Molina y parean, Curro Molina buen par, Paco Delgado cumple y cierra Curro Molina quien lo alegra con la voz y a pesar de que el toro en el embroque echa la cara arriba clava bien y arriba. Aplausos
La faena la comienza Castella con tres estatuarios, dos recortes y un pase de pecho. Ovación.
Sigue por redondos en un aserie de cuatro de muleta baja, bien rematados y abrochados con el de pecho. Ovación.
Sigue por redondos en una serie de tres extraordinarios a pesar de que el toro se le ciñe pero que él enmienda con valor.

Vuelve al natural dando uno muy bueno. El toro no repite. En el segundo le ensarta la muleta y se la destroza.
Por redondos: el toro está muy tardo y logra dos con mucho trabajo. El toro está incierto en la embestida y derrotando siempre en el remate de los pases.
En la suerte natural, la espada queda desprendida y hay murmullos en el público.
El toro dobla y el puntillero acierta a la primera. Aplausos.


Castella permanece pensativo apoyado sobre el burladero. ¡No le han salido las cosas!.

JOSE MARIA PERERA.

El segundo de la tarde corresponde al diestro extremeño José María Perera.
Se llama Ventisquero está marcado con el número 80, pesa 543 kilos y es negro zaino.
Perera le para con unas verónicas sin ajustarse, muy cerrado en tablas. Se descalza.
El encargado de ejecutar la suerte de varas es Francisco Doblado que es un picador criado en el Cortijo “Las Guardas” de Gabriel Rojas. El toro se arranca de largo y el piquero se agarra arriba.
Perera lo lleva nuevamente al caballo, el toro va alegre y el picador se agarra arriba sin pegarle.
Talavante aprovecha su quite en forma de tres gaoneras, rematadas con una revolera. Todas resultaron enganchadas en el remate, por no jugar bien los brazos.
Réplica de Perera por chicuelinas: en el arranque el toro le pisa la montera con la pata derecha. Le engancha el capote en la primera. Seguidamente da dos ajustadísimas y rematadas con una revolera. Ovación.
En banderillas lidia Luís Miguel Calvo “Juncal”, mientras parean, Álvaro Montes y Guillermo Barbero con efectividad.
Perera comienza su faena cerrado en tablas por bajo en una serie de cuatro pases a favor de arrancada.
Se aleja del toro y lo recibe por redondos. Aguanta el primero, y seguidamente instrumenta tres que resultan enganchados en el remate.
Nueva serie de cuatro buenos, bajando la mano, pero que el toro protesta el de pecho.
Con la muleta en la mano izquierda, el toro se le cuela en el primer natural. Seguidamente le administra una serie de cinco buenos de ejecución, aunque sin ligazón y que resultan sin remate a consecuencia de que no los remata por debajo de la pala del pitón y el toro ya vimos que protesta por alto.

Con la muleta en la derecha dos series de cuatro redondos con la mano baja que son rematas con el de pecho y que resultan bien rematados.
Nueva serie bajando la mano, pero al no haber ligazón la faena no remonta. El toro sigue protestando por alto.
El toro rueda sin puntilla en una muerte espectacular. El diestro recibe aplausos por la estocada.




El segundo de su lote corresponde al quinto de la corrida. Se llama Talento pesa 571 kilos nacido en noviembre del 2002 y marcado con el número 7.
Perera lo recibe muy cerrado en tablas y es achuchado hasta que se decide a salirse de ellas.
El encargado de picar es Manuel Jesús Ruiz Román que se agarra arriba y bien en el encuentro pero que al perder pie el toro se quita la puya y seguidamente derriba cayendo el picador que rueda perfectamente para salirse del peligro. El toro es coleado mientras seis monosabios levantan el caballo.
El toro resbala y se duele de las manos por lo que el Presidente le manda al corral.

El quinto bis es un toro de Zalduendo que se llama Jarano herrado con el número 18, negro mulato y listón con un peso de 562 kilos y nacido en diciembre del 2002.
Se frena antes de llegar al burladero.
Perera se estira en dos verónicas, pero seguidamente la emoción se va diluyendo.
El toro queda sin fijar por eso se arranca de largo al caballo que monta nuevamente el hermano de "Espartaco", que se agarra bien arriba. El toro levanta en vilo al caballo. El piquero es aplaudido.
En la segunda entrada también se agarra arriba por lo que es ovacionado al abandonar el ruedo.
En banderillas lidia Álvaro Montes y parean con acierto Luís Miguel Calvo "Juncal ”y Guillermo Barbero.
Álvaro Montes lleva al toro al burladero con emoción.
Perera comienza su faena en el centro del anillo con el cambiado de espaldas a pesar de que el toro está distraído. Lo repite nuevamente y lo remata con dos pases por alto muy toreros. El toro se cae.
Con la derecha una serie de tres redondos muy buenos. En el cuarto se cae. Finaliza con uno de pecho de pitón a rabo interminable que es ovacionado.
Sigue por redondos en una serie en que el segundo es enganchado en el remate. Lo mismo en el tercero y en el cuarto. Abrocha con el de pecho.
Nueva serie por redondos perdiendo la muleta en el segundo por lo que se enfría la buena marcha que llevaba.

La muleta en la izquierda para el toreo al natural en una serie muy despegada de dos, en la que el toro sale con la cara arriba. Un pase de pecho de pitón a rabo es aplaudido.
Por redondos torea templado pero la faena no remonta vuelo.
Un pase de las flores es el prólogo de una serie por redondos donde el toro no quiere ir.
Se trata de un toro sin transmisión por su falta de acometividad.
Entra a matar perpendicular a las tablas y logra un pinchazo hondo arriba suficiente para que el toro doble. El puntillero acierta a la primera. Palmas.


ALEJANDRO TALAVANTE.


El primero de Talavante se llama Aviador tiene un peso de 512 kilos y está marcado con el número 85. Es un negro bragado con dos buenos “leños”.
Talavante para el toro a base de mucha tela en lances enganchados. En el último de los cuales resbala.
El encargado de picar es Julio Salguero quien se agarra arriba en el primer encuentro a pesar de que el toro se arranca con violencia
En el segundo encuentro pica trasero.
En banderillas lidia Luís García “Niño de Leganés”, pareando Fernando José Plaza con acierto, Manuel Muñoz Lebrija que al sobaquillo deja los palos arriba y cierra Fernando Plaza con un buen par si bien es perseguido y el toro está a punto de herir a Manuel Muñoz al querer entrar en el burladero a la vez que Talavante y quedarse aprisionado.
Talavante brinda a Paco Camino: “Estoy orgulloso de haber aprendido aquello que usted enseño”.
Comienza la faena doblándose en cuatro pases a favor de arrancada con los que saca el toro a los medios.
Comienza por redondos en una serie de tres en la que resultan enganchados el segundo y el de pecho. Tibios aplausos.
Nueva serie con la derecha de tres en la que se cuela en el primero y resultan enganchado los dos siguientes.
Por naturales es encunado en el segundo y lo lanza al aire. Talavante rueda para salirse del toro.

Vuelve a la izquierda para instrumentar una serie de cinco, donde aguanta pero se le ve torpe comparado con Castella, es el reverso de la medalla.
Más naturales aguantando una barbaridad pero sin arte alguno. Se notan los solo ocho meses de alternativa. Le falta oficio.
Vuelve a la mano diestra en unos redondos donde realiza dos buenos. En el tercero el toro se le cuela. Lo esquiva poniéndole el pitón derecho en la femoral y en el cuello.

Sigue por redondos, en el primero se cambia la muleta de mano y va por naturales arrimándose y remata con el de pecho. Comienzan los pitos. Sufre dos pisotones seguidos
Ahora con las manoletinas. Una serie de cuatro ajustadísimas rematadas con el de pecho.
Comienza a oírse el rum-rum de la Maestranza.
En la suerte contraria, pincha arriba sin soltar. Suena un aviso.
Nueva entrada, también en la suerte contraria, y estocada arriba a costa de descoserle la banda de la taleguilla con el pitón derecho.
Talavante se ha librado por tres veces.¡Buena mano le ha echado San Pedro Regalado!
Cuando el toro es arrastrado suenan los aplausos que invitan a que Talavante salga al tercio a saludar.
Era un toro difícil y Talavante se ha puesto en el sitio como si se tratara de un toro bueno.
Carmelo el banderillero de Jesulín dice: “Se ha jugado la vida en cada muletazo”.


El segundo de su lote corresponde al último toro de la corrida de Torrealta. Se llama Soleá y pesa 545 kilos. Está marcado con el número 40 y es de enero del 2003
De salida pone los pitones encima del burladero.
Talavante lo recibe con ocho verónicas buenas al tiempo que se sale y que remata con una media verónica..Aplausos. El toro humilla.
El encargado de picar es Miguel Ángel Muñoz que viste una chaquetilla con un curioso bordado geométrico sobre base azul. En la primera entrada se agarra arriba pero no aprieta.
Lo mismo ocurre en el segundo encuentro.
En banderillas lidia Fernando José Plaza y parean “Niño de Leganés” que es ovacionado en sus dos pares y Manuel Muñoz Lebrija que coloca un par al sobaquillo.
Talavante brinda al público.
El toro se arranca de largo y con alegría y el matador lo recibe con tres ayudados por alto rematados con un recorte que son jaleados. Un pase de `pecho es aplaudido pues fue de pitón a rabo.
Por redondos una serie de cuatro a media altura, un trincherazo a media altura y abrocha con el de pecho. Aplausos.
Sigue por redondos en una nueva serie de cinco a media altura ligados y cerrados con el de pecho. Suena la música.
Con la izquierda, Una serie de tres, de los cuales los dos primeros son buenos, el tercero es enganchado y siguen cuatro ligados que son abrochados con el de pecho. Ovación.
Es un buen toro que va por los dos pitones.

Un gran natural, seguido de cuatro extraordinarios y el natural cambiado. Gran ovación.
La música sigue sonando mientras administra ayudados a media altura.
Nueva serie natural de cinco muy buenos largos ligados y bien rematados con una trincherilla. Ovación. Gritos de ¡Torero! ¡Torero!
Va por la espada.
Bernardinas cambiando el viaje del toro y rematadas con un natural largísimo.
En la suerte contraria pincha arriba. En la misma suerte segundo pinchazo, tercero, suena un aviso a los 10,54 minutos. Acierta a la cuarta entrada
Descabella al segundo intento. A pesar de haber levantado a la gente de los asientos toreando muy bien ha perdido las orejas.
Las fotos de la crónica son de Matito

LA CORRIDA DEL LUNES 16 DE ABRIL DE LA FERIA DE SEVILLA 2007

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor taurino.

Con tres cuartos de plaza en tarde de sol intenso y con viento racheado que molesta demasiado por venir de la parte izquierda y no permitir en las faenas el refugio en los terrenos situados justo debajo de la tan soñada Puerta del Príncipe, comienza esta corrida considerada “a priori” torista por aquello de tratarse de los toros de Herederos de Celestino Cuadri derivados del tan temido encaste “Santa Coloma”.
Ondean demasiado las tres banderas: España, Andalucía y la de los Maestrantes, colocadas en el lugar de homenaje propio de una Maestranza de Caballería, lo que va en detrimento de la vistosidad del festejo al contribuir como un enemigo más en la labor de los tres más que necesitados y animosos diestros.
Hubimos de seguir la corrida a través de Canal +, por un inoportuno cólico renal que nos impidió el desplazamiento con la Peña Tarifeña Manuel Escribano a la siempre añorada plaza sevillana donde tantas ilusiones se ponen por parte de asistentes y coletudos.
Naturalmente durante los diez minutos del previo, asistimos a la primera “metedura de pata” del “daltónico Molés” -que en muchas ocasiones se ha vanagloriado de este defecto visual-, al desprestigiar el cartel calificándolo de flojito.
¡Señor Molés! ¡No confunda las cosas!
Cierto que se trata de tres matadores de toros que por esos imponderables derivados de la intervención de varios protagonistas: animales, humanos, climatológicos, empresariales y críticos, están fuera de la “pomada taurina”, pero que por el mero hecho de estar ahí con esa ganadería, sobre el papel; fiera, aventajada en el aprendizaje y repetitiva, merecen un máximo respeto. Si me apura más que los que componen esos carteles que usted anuncia se avecinan para “vender la moto” del abono que con astucia usted se ha inventado para hacer aún más rico a Polanco y asegurarse esas ocho horas de trabajo durante el ciclo abrileño al tiempo que recolecciona más euros moviendo a los incautos para que llamen con el móvil para optar a ese jamón y lomo de Jabugo, que con seguridad usted comerá a diario no solo durante lo que dura el anuncio.
¡Que pena que en este mundo taurino nos conozcamos todos demasiado!
Las entrevistas previas en el patio de cuadrillas a cargo del ahora encorbatado David Casas que nos noticia que Pineda acude a la cita sevillana con una costilla fracturada cuando, días atrás, estoqueaba un toro a puerta cerrada y de lo que aportaba (no entendemos el por qué) certificado médico. Que entrevista a Serafín Marín noticiando que viene dispuesto y finalmente entrevista a “galope tendido” a Manuel Escribano mientras iba a pisar la arena, con equivocación del cartel anunciador incluido donde aparece como Manuel Serrano, y donde no queremos ni pensar la intervención de una “mano negra”.
Imágenes de espaldas de “El Vito”, torero gracioso donde los haya, mientras subía a ocupar su localidad. Elegantemente vestido como siempre portando un traje gris claro.
Reportaje sobre la fabricación de las banderillas, interesante para los no iniciados.
Entrevista a González de Caldas quien como empresario de Córdoba, anuncia los carteles de la feria coincidente con la de San Isidro y que constará de una novillada de Fuente Ymbro y tres corridas de toros, a base de hierros de los denominados comerciales, en una de las cuales tomará la alternativa Julio Benítez de manos de Finito de Córdoba y con Cayetano de testigo.
Imágenes de Litri (hijo) que está en compañía de Oscar Higares.

Y por fin a las 18,30 horas en punto, suena el cerrojo y comienza el paseíllo integrado por los diestros:

ANTONIO FERNÁNDEZ PINEDA (rosa y oro).
SERAFÍN SERRANO MARÍN (verde manzana y oro).
MANUEL ESCRIBANO NOGALES (rosa palo o espuma de mar y plata).

que comienzan su andadura para cumplimentar al Presidente, Juan Murillo Pedrote y seguidamente pasar a lidiar los astados que con el hierro del bocado y divisa morada, amarilla y blanca, sobre el papel (pues en Sevilla en este ciclo salen sin ella al ruedo) poseen los Herederos de Celestino Cuadri de estirpe “Santa Coloma” a quienes sus propietarios actuales en su afán de llevar la fiereza hasta el “filo de la navaja” les ha dejado rayando la mansedumbre. Toros que tenían su demarcación de territoriedad tan cerca de los ollares que era necesario meter el pico de los engaños en el mismo hocico para que embistieran un par de veces mientras les duraba la aceleración de la primera embestida. Tan “tardos” que aburrieron a todo el mundo, menos a los toreros, quienes creyeron poder triunfar con estos soporíferos astados, verdaderos causantes de prolongar su corrida hasta cerca de las tres horas en un marco donde se valora mucho lo “bueno y a cuenta gotas”.


FERNANDEZ PINEDA.

Sale un bonito toro muy en el tipo de la ganadería. Es aplaudido por el público. Responde por Bisagra y se le puede calificar como toro tardo pero violento.
Fernández Pineda lo recibe por verónicas en una tanda de seis muy buenas.
En banderillas es Liti quien lidia mientras que va por delante al pareo Russo que no pone ningún palo porque el toro le echa la cara arriba en el momento del embroque. En la nueva entrada coloca un palito. Lo mismo le ocurre al tercero de la cuadrilla de Pineda que se llama Curro Vega. Y con dos palos se cambia el tercio de manera antirreglamentaria si bien el Presidente aplicó la lógica para evitar una posible tragedia ante la enorme dificultad que presentaba el toro en banderillas.
Pineda comienza su faena de muleta con dos muletazos por bajo, doblándose bien lo que hace presagiar grandes cosas.
Se aleja del toro para comenzar por redondos en una tanda de cinco que tuvieron la virtud, por parte del diestro, de dejar la muleta en la cara para tratar de ligar, lo que consiguió en parte. Aplausos.
Repite exactamente lo mismo en una nueva tanda de cuatro que al ser abrochada con el de pecho es aplaudida.
Ha compuesto la figura en todo momento y ha toreado rematando los pases mientras el toro no ha tardeado de manera alarmante.
Como era su obligación, lo intentó con la izquierda. Una serie de tres, donde el segundo fue el mejor, que resultaron despegados.
Vuelve a la carga con la izquierda y ahora si logra una serie de cuatro lentos y bien rematados con el de pecho, que fue muy bueno.
Pasa ahora a la mano derecha y logra cuatro redondos y el de pecho aceptables, pues no fue capaz de encontrar la distancia debido a lo tardo que el toro se estaba tornando.
Ha toreado bien pero no ha habido transmisión. Va por los aceros y para preparar la suerte suprema anda muy torero ante la cara de su enemigo. Y seguidamente da tres ayudados que el toro protesta.
Finalmente le iguala a base de dos pases de tirón y en la suerte contraria no cruza por lo que pincha arriba al tiempo que suena un aviso.
En la suerte contraria, saliéndose en el embroque logra un estoconazo.
Molés habla del torero como de un diestro a tener en cuenta.
Cuando dobla el toro, el puntillero necesitó tres golpes de puntilla, para finalmente tras una larga espera el toro muere sin puntilla.
Fernández Pineda es aplaudido.


El segundo de su lote corresponde al cuarto de la tarde. Tiene el mismo comportamiento de sus hermanos lidiados con anterioridad. Escasa fuerza, recuperación lentísima tras el mínimo esfuerzo y tardo de comportamiento.
A la salida de uno de los lances de capa que el espada de turno le instrumenta clava los pitones en el suelo y da una vuelta de campana que indudablemente le merma las escasas fuerzas que le quedaban. De resultas, el pitón derecho aparece escobillado.
Pica Antonio Bejarano quien demuestra saber montar al colocar, en varios intentos, el caballo en el lugar adecuado para que el toro se arranque. Cuando el toro embiste se agarra bien y arriba.
Nuevamente el toro clava los pitones en la arena cuando Pineda trata de llevarlo a la nueva y obligada entrada al caballo de picar en las plazas de 1ª.
Ahora el picador ha de realizar más de ocho intentos antes de que el cuadri se decida a embestir
¿Qué criterio sigue Cuadri para seleccionar ante el tercio de varas? Esta es la pregunta del millón. ¿Por qué esa tardanza en reaccionar ante cualquier factor estimulante de la embestida? Tampoco el picador lo comprende quien no obstante cuando se decide a pisar la raya de dentro que marca la separación en el tercio, el toro se arranca y aprovecha para picar arriba.
En la suerte de banderillas es Ruso quien lidia, pareando Liti quien las pone en el suelo en el primer intento para rápidamente entrar de nuevo y colocar un par desigual. El tercero Curro Vega deja un solo palo. Liti en su última intervención tampoco deja ninguna no obstante lo cual el presidente cambia el tercio.
La corrida ha sido muy difícil de banderillear.
Ruso lo lleva a una sola mano hasta el burladero siendo aplaudido con calor.
Fernández Pineda brinda a sus apoderados que están en el callejón y comienza la faena con un pase contrario por bajo, otro diestro, otro contrario que son aplaudidos mientras se aleja del toro.
Con la muleta en la diestra se va acercando y cuando el toro, que ya tardea, se decide a embestir, le instrumenta tres redondos ligados que abrochados con el de pecho son jaleados por el público y ensalzados por los tres comentaristas del Canal +
Trata de repetir lo mismo pero la serie no resulta artística.
Con la muleta en la izquierda logra tres naturales que resultan largos rematados con el de pecho. El toro se raja.
Nueva serie natural a base de tres realizados “fuera de cacho” que abrocha con el de pecho.
Para los comentaristas de la cadena televisiva han sido apoteósicos sin tener en cuenta que se trata de un toro que humilla bien y carece de peligro.
El regidor saca la imagen de Ángel Peralta que ocupa una contrabarrera. ¿Por qué ahora? Tal vez… por ser familia del matador.
El público le pide que acabe la inconclusa faena.
Se va por los aceros y en la suerte contraria al no cruzar pincha y el toro escupe el estoque.
Cambia de suerte y ahora en la natural mete la mano sin cruzar y la deja arriba.
El toro se refugia en tablas, donde el espada descabella al tercer intento si bien tras el segundo había sonado un aviso.


SERAFIN MARIN.

El segundo de la tarde es un toro negro, como el anterior, de nombre Gitano y con un peso de 576 kilos. Es un toro de lámina preciosa
Sale enterándose como su hermano de camada anterior, con una salida lenta y dudosa, que al paso lo lleva hasta el centro del anillo donde se emplaza.


Va a por él su matador Serafín Marín y le propina, sin enmendarse, ocho rápidas verónicas rematadas con la media.
Pica Manuel Molina que aguanta sobre su montura que el tardo santocolomeño se decida a ir a sus dominios desde su distante emplazamiento. Serafín Marín lo deja entre las dos rayas y desde allí no tiene más remedio que embestir propiciando el agarre en lo alto de la vara. El picador no la levanta y el burel sufre excesivo castigo para sus ya limitadas fuerzas..
Mientras lo prueba el diestro para ver como ha quedado después del largo puyazo, los comentaristas se entretienen en hablar de los buenos jamones que se han comido a lo largo de todas las ferias a las que asisten.
También tardea en la segunda entrada a pesar de estar colocado encima de la segunda raya. Manuel Molina demuestra sus dotes como caballista en una labor más que laboriosa. Seis intentos hasta que por fin rebasa la primera raya para lograr que el toro acuda a su cabalgadura, y la puya, ahora, queda trasera y caída.
Manuel Escribano que viene con ansias de triunfo, aprovecha su quite en forma de dos chicuelinas rematadas con la media que el público aplaude. Los comentaristas ni mencionan el quite.
En banderillas es Fernando Téllez el encargado de lidiar mientras parean: César Pérez que en corta distancia pone un buen par en su primera entrada y deja un palo solamente, casi en la oreja derecha del astado al echar el toro la cara arriba, en el segundo encuentro. El tercero de la cuadrilla, Ismael González deja el par en la parte baja de la paletilla del toro.
¡Las dificultades de los toros de Cuadri en banderillas!.
Brinda Serafín al público tirando muy al aire la montera que cae boca arriba, mientras el realizador se entretiene en sacar en pantalla al presentador televisivo Herrera.
El toro ahora escarba, mientras el torero sonríe. Se le arranca de improviso y a punto está de sorprender al diestro.
Por derechazos va a comenzar la faena. El toro embiste con brusquedad y de manera improvisada no obstante lo cual el poderoso Marín le enjareta cinco redondos abrochados con el de pecho sin arte alguno pero emocionantes por la incertidumbre de la embestida del cuadri.
Molés en otro despropósito más, habla de la casta de Cuadri, mientras el toro se frena en medio del pase redondo que intenta darle el matador.
Marín lo va a intentar con la izquierda. Tres buenos naturales largos y con mando. Dos más en el último de los cuales el toro se frena. Ante la insistencia del espada el público le pita. Este público sevillano a quien no gusta la insistencia sin razón ni posibilidades.
Se va por la espada de verdad y en la suerte natural consigue media estocada perdiendo la muleta en el embroque.
El toro se va a tablas, donde se acula y Marín acierta en su descabello al primer intento.
Y mientras sale el tercero se entrevista a Ignacio Cossio en el palco de invitados de Canal +, quien comienza dando jabóncillo a Molés y a Antoñete a quien recuerda la faena que hizo a un toro llamado Danés en Madrid cuando reinó Carolo. Recordó este toro porque el que iba a salir estaba anunciado en tablilla con el nombre de Noruego con un peso de 555 kilos. ¿Será porque ha visitado en alguna ocasión los denominados Países Escandinavos, la causa de esa “asociación de ideas”?


En su segundo de la tarde que es el quinto de la corrida y se llama Turronero tiene una romana de 564 kilos.
De salida remata en el burladero de matadores.
Serafín Marín lo recibe con ocho verónicas y dos medias en las que el toro ha llevado las manos por delante.
En las dos entradas que hace al picador Plácido Sandoval tardea, y cuando se arranca mansea queriendo quitarse el hierro a base de cabezazos. La misma tónica en la segunda entrada.
En banderillas lidia "El Pere" mientras parean Fernando Téllez quien coloca un buen par en la primera entrada mientras que cuando cierra el tercio deja un solo palitroque arriba. El segundo de la cuadrilla, Ismael González, ante la duda del toro, las pone arriba y bien con sumo cuidado.
Marín no ve cualidades al toro, por eso no brinda. Pero como está en Sevilla va a tratar de sacar faena. Comienza con cinco pases por arriba abrochados por uno de pecho, cuya única virtud ha sido el tener continuidad.
Sigue por redondos en una serie de tres que es abrochada con el de pecho. Aplausos.
Sigue por redondos. Le propina tres pero al cuarto el toro se distrae. El torero quiere torear pero el toro está tan quedado que es desesperante el poder robarle un pase.
Ha de intentar los naturales: Da tres buenos seguidos pero el toro le pisa la muleta en el cuarto, con lo que se estropea todo.
En la segunda serie natural logra cuatro largos y bien rematados con el de pecho que es lo mejor de toda la tarde
Se crece Marín que empieza a ganar al toro con torería. Una nueva serie natural al tercero se le ciñe por lo que remata con el de pecho.
Vuelve a la diestra y da una serie de cuatro redondos bien rematados.
Nueva serie de cuatro buenos. Suena un recado presidencial.
Cuatro manoletinas rematadas con un pase de pecho
En la suerte contraria logra una magnífica estocada, no obstante lo cual el toro tarda en doblar.
Cuando el toro es arrastrado es aplaudido. Marín ovacionado y saluda desde el tercio.







MANUEL ESCRIBANO

Es el tercero de la tarde. Tiene por nombre Noruego y su peso rebasa en 5 kilos el quintal métrico Manuel Escribano en sus ansias de triunfo se ha ido a “portagayola” cuando presumiblemente el toro saldrá tan despacioso como sus hermanos anteriores. ¡Y así es!. Tras una espera angustiosa por parte de todos, sale el toro y Escribano que ha de rectificar su posición de rodillas y sobre la salida escorada del toro, le recibe con un farol de rodillas, que es criticado por Molés, diciendo que no ha soltado la mano en el lance. No entiende que lo que el joven espada ha querido dar es un farol y no una larga cambiada. Tampoco debe saber que este lance es más difícil de ejecutar que la larga cambiada, por el hecho de no soltar el capote en la ejecución y obligarse a girar todo el cuerpo en el embroque.



El toro se para y Manuel insistiendo le propina tres verónicas sin precisión ni ajuste-no podían ser realizadas de otra manera- rematadas con una revolera. Aplausos.
Pica Benito Quinta, quien en el primer envite del toro no se queda con él. Rectifica y Escribano le indica que levante el palo. Lo quiere crudo para las banderillas, tercio en el que puede cimentar su triunfo en Sevilla.
En la segunda entrada se agarra el picador arriba, pero el toro sale suelto de la suerte.
Pineda aprovecha su quite. Está en su derecho, pero sabe sobradamente que Escribano pone banderillas y no es recomendable restar pases al toro. Una sola verónica rematada con la media en la que el toro se le ciñe. No se lució y encima quitó fuerzas al toro.
Escribano toma un par de banderillas, forradas con papelillos blancos, en medio de los aplausos del público. Un buen par de poder a poder que merece la ovación, por haberse asomado al balcón de los pitones.

En su segunda intervención Manuel subido al estribo, se sale en busca del toro y coloca un extraordinario par asomándose al balcón a pesar de que el toro derrota arriba.
No ha querido Escribano que le ocurriera lo mismo que en la última actuación en esta misma plaza donde desistió de poner el último par a un toro bronco (no menos que el de hoy) del Conde de la Maza, en aquella corrida en que una oreja catapultó a la fama al diestro Salvador Cortés.
La televisión enfoca a El Vito que está serio como lo requiere este momento de emoción y peligro, mientras Manuel cita al toro sentado en el estribo. El toro está cerrado en tablas a escaso tres metros del diestro. Tarda el toro en acudir, lo llama con la voz y con el moviendo de los brazos. Angustia en toda la plaza. El diestro aguanta y al final la apoteosis al clavar, por los terrenos de dentro, arriba tras el quiebro en corto. El público se levanta de sus asientos para ovacionar al matador de Gerena.
Molés ignora la trayectoria de Escribano mientras Emilio Muñoz pondera su buen hacer como novillero, aprovechando el momento en que Manuel brinda a su amigo Emilio Parejo que ahora está jubilado en Gerena..
En los primeros lances de muleta sale apurado pues el toro entra violento y cruzado.
Tras distanciarse del toro, toma la muleta con la derecha para ejecutar dos series de dos y tres redondos respectivamente muy ajustados que son abrochadas en ambos casos con el de pecho. Es aplaudido.
Con la mano izquierda dos tandas de tres naturales cada una rematadas con el de pecho que resultan aseados.
Ha toreado con mucha pulcritud a un toro carente de transmisión por lo que se va a por el acero.
Dos redondos templados sin dejarse enganchar seguidos de tres naturales limpios pero sin emoción, son el epílogo de la suerte suprema.
Entra en la suerte natural con todas las ganas del mundo por matar al toro pero solo logra un pinchazo arriba que el toro escupe.
Nuevamente en la suerte natural agarra una estocada algo trasera que lleva al toro a acularse a tablas y tragarse la sangre por un corto espacio de tiempo hasta doblar. Ovación.
Digno de señalar el poco respeto demostrado durante la ejecución de la suerte suprema por los tres comentaristas del Canal + que hablaban de temas relacionados con el jamón que en cantidades industriales han comido por todo el territorio español, en vez de analizar lo que estaba ocurriendo en el ruedo en momentos tan transcendentes.
Escribano desde el burladero agradece los aplausos del público.


En su segundo enemigo, hay que llamarlo así obligatoriamente, se llama Tachuela, y pesa 556 kilos.
Nuevamente Escribano se va a esa peligrosísima puerta de toriles que más se parece a la entrada de un angar. Y allí aguanta de rodillas cerca de dos minutos que el toro salga, pues se ha parado dentro del callejón de chiqueros y no se decide a salir. La angustia se multiplico en varios enteros a la del toro anterior.

Si en esos momentos Manuel no ha sufrido un infarto con seguridad que el fallo cardíaco no será la causa de su óbito cuando este (quiera Dios que sea de aquí a un centenar de años) irremisiblemente llegue.
¿Saben ustedes ese dicho de… “como el caballo de Espartero”, pues eso se puede aplicar a Manuel Escribano.
Ya de pie le instrumenta unas buenas verónicas al remate de las cuales es desarmado. Es un toro reservón y que mide mucho.
El matador lleva el toro al caballo. Lo deja larguito. Tardeando se arranca y Manuel Mazo se agarra arriba.
En el segundo encuentro se arranca de largo al piquero quien se queda perfectamente con él, levantando el palo de inmediato a instancia de su jefe de filas.
Escribano en el tercio de banderillas del que es un auténtico maestro.
Entra por el lado derecho y a pesar de que el toro lo recibe con la cara arriba mete los brazos y clava arriba.
El segundo par trata de ponerlo al quiebro, pero el toro no obedece por lo que Escribano pasa sin clavar para de inmediato volver a quebrar en corto y ahora pone un perfecto par en lo más alto del morrillo a pesar de que el toro vuelve a esperar con la cara arriba. Es ovacionado.

El tercer par es el de la apoteosis. Se trata de un par al quiebro y al violín cerrado en tablas y por dentro. ¿Hay quien de más? El público en pie le tributa una gran ovación.
Está cimentando su triunfo. Brinda al público.
El toro se arranca de largo y Manuel lo aguanta en un derechazo perfecto. Y ya metido en la muleta sigue con tres redondos donde el toro corta terreno y por ello tienen emoción. Al rematar el de pecho pierde el estoque simulado.
Nueva serie por derechazos donde el toro ya no se emplea.
Tampoco se emplea en la serie de tres naturales que resultan limpios pero carentes de emoción. Un trincherazo muy bueno da paso a una nueva serie de cuatro naturales ejecutados en corta distancia que al ser rematados con el de pecho de pitón a rabo, son premiados con una ovación.
El torero se anima y va a continuar por redondos que resultan imperfectos a causa de la sosería del toro, por lo que decide cortar la faena e ir por el estoque, al saber que aquí en Sevilla no aguantan las faenas largas cuando el triunfo está alejado.
En la suerte natural le propina un estoconazo que tumba al toro sin puntilla. Es ovacionado.
Para el aficionado ha dejado como recuerdo: la angustia que nos hizo pasar en sus recibos a portagayola, los seis estupendos pares de banderillas, la disposición mostrada por triunfar, lo cuajado que está como torero y finalmente la poca ayuda con la que cuenta por parte de los medios de comunicación.
Las fotografías de la crónica pertenecen a Marcelo del Pozo.