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jueves, 29 de mayo de 2008

LA CORRIDA DE CORDOBA DEL DOMINGO 25 DE MAYO DEL 2008.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Bajo la presidencia del Sr. Rodríguez Moyano, con plaza semivacía y ante una preciosa corrida de Victorino Martín, realizan el paseíllo y cumplimentan, bajo los sones del pasodoble Manolete, los diestros:
Pepín Liria (azul pavo y oro).
José Luis Moreno (tabaco claro y oro)
Antonio Ferrera (nazareno y oro).

El primer astado de tarde se llama Mostrenco es un negro entrepelado, degollado y con 560 kilos de peso.
Sale suelto del primer lance que le administra Pepín Liria, para seguidamente tomar con el hocico por los suelos cuatro estupendas verónicas rematadas con una media de cartel de toros.
Lo lleva estupendamente con lances muy suaves y templados al caballo que monta Alfonso Sánchez quien se agarra arriba en el primer encuentro.
Con el remate de una larga cordobesa, Liria lo coloca largo en los dominios del caballo, por lo que ha de trabajar el picador para que el toro se arranque. Cuando lo hace aprieta sin cabecear en una vara larga en la que el picador clava en buen sitio.
En banderillas con la lidia de Ecijano, Casanova no anda fino en ninguna de sus dos entradas al dejar dos palitos arriba, mientras que su compañero Cervantes deja las dos en buen sitio. El toro con el defecto de cortar el viaje de los banderilleros.
Pepín Liria brinda al público quien corresponde con la ovación pertinente.
Comienza la faena doblándose en tres muletazos que abrocha con un pase doble de pecho. Aplausos.
Da distancia al toro. De regreso tres derechazos buenos en el último de los cuales le arranca la muleta de mano a causa de estar dentro de las dos rayas donde el toro aprieta en demasía.
Lo saca para los medios y allí logra tres buenos redondos si bien el toro se le para en el último, no obstante lo cual lo aguanta y remata con el doble de pecho.
Con la zurda tres naturales ligados, lentos de mano baja a un toro que humilla mucho y que remata con un perfecto pase de pecho que arranca una ovación.








Repite la serie. Dos naturales. El toro se para. Dos extraordinarios por el temple y la lentitud que abrocha con el de pecho de “pitón a rabo”.
Retorna la muleta a la mano derecha para lograr dos derechazos en los que el toro se queda muy corto. Dos más con cambio de mano por la espalda y el pase del desprecio. Ovación.
Tras la vuelta de recoger el estoque de matar anda muy torero por la cara al toro para que este cuadre.
En la suerte contraria una perfecta media estocada de la que el toro rueda sin puntilla y que merece una sonora ovación. Se pide la oreja que es concedida.
El toro es aplaudido en el arrastre.

Su segundo toro es un toro muy bien hecho que sale con muchos pies.
Los lances de saludo en los que sale suelto.
Pica Juan Bernal que marra en el primer encuentro por lo que el toro derriba al caballo Carboni.
En la segunda entrada se agarra arriba en una vara larga porque el toro se ha encelado con el caballo.
Cuando le sacan el toro humilla.
En banderillas Ecijano deja un solo palo arriba. Alfredo Cervantes deja las dos aunque ligeramente delanteras. Cierra Ecijano con un buen par que es aplaudido.
Liria comienza su faena de muleta con cinco pases vaciados por alto a pesar de llevar la pierna flexionada a un toro que entra andando con el correspondiente desconcierto en la embestida.







Con la muleta en la mano derecha lo embarca en tres redondos que remata con el de pecho.
Repite serie de tres que remata con el de pecho.
Le da distancia para que el toro tome aire.
Ya de cerca nueva serie con la derecha a base de dos redondos. El toro se para. El diestro se cruza para lograr dos redondos que remata con el de pecho en el que el toro le busca las zapatillas.







La muleta en la mano zurda: le roba tres naturales. El toro se cierne por ese pitón. Otro más en el que casi le “echa mano” y remate con el de pecho.
Nuevamente la muleta en la mano derecha para dar tres redondos de uno en uno que remata con el de pecho en el que el toro le busca descaradamente.
El toro está muy complicado y tarde en cuadrar ya que espera al torero.
En la suerte natural, falla Liria en la primera entrada. En la suerte contraria, media estocada en el sitio a pesar de la dificultad de que el toro no le deja cruzar al taparle la salida.
Cuando el toro se acula en tablas Pepín le saca el estoque y con el de descabellar acierta a la segunda entrada. Recibe una ovación posiblemente no sólo por la decorosa faena realizada sino por ser su último toro en Córdoba.

El segundo toro de la tarde atiende por Ponderoso marcado con el nº 87 y con 545 kilos de peso. En un toro perfecto morfológicamente de cuerna engatillada que remata de salida por dos veces en el burladero de matadores.
Sale suelto en los dos primeros encuentros con el capote del torero local, José Luis Moreno para seguidamente humillar en las cuatro siguientes verónicas que son rematadas con una media y una revolera. Ovación.
En el primer encuentro con el picador Benito Quinta la puya queda caída. Rectifica. Lo saca un banderillero y el toro humilla.
José Luis Moreno lo lleva al segundo encuentro donde el picador vuelve a picar caído.
Quita Ferrera con un quite precioso sin molestar lo más mínimo a un toro que humilla al máximo.
En banderillas Figuerola deja las dos arriba. Una de ellas en el hueco del puyazo. Girado deja un solo palo arriba y cierra tercio Figuerola con las dos arriba. La lidia fue buena de Jesús Rodríguez quien lo lleva a una mano al burladero para quitarle la banderilla que molesta al toro.
José Luis Moreno brinda al público y comienza su faena equivocadamente con cuatro pases por arriba que naturalmente son protestados por el toro.
Con la muleta en la mano derecha, dos redondos en el último de los cuales pierde las manos. Sigue con tres de mano baja que remata con el martinete y el de pecho.






Nueva serie de cuatro redondos muy lentos de mano baja y remata con el de pecho. Aplausos.
Repite serie en número y en remate.
Cuatro nuevos. El toro se para. Dos más ligados con cambio de mano por la espalda y remate con el de pecho
Con la mano zurda: dos naturales buenos y ligados. Cuatro más y el de pecho. Ovación prolongada del público.





Tres trincherazos que son jaleados al final de los cuales el toro queda cuadrado pidiendo la muerte, pero como estaba en la suerte contraria y el torero quería matarlo en la natural pierde un tiempo precioso y preciso que el toro utiliza para descomponerse y no cuadrar.
En la suerte natural entra precipitadamente y falla. En la segunda entrada logra más de media estocada perfecta no obstante lo cual el toro no rueda porque la casta lo mantiene en pie.
Se pide la oreja y el presidente la concede.

Su segundo toro que es el quinto de la corrida responde por Jacarando, marcado con el nº 70 y con 555 kilos de peso. Es un toro entrepelado muy bonito de lámina.
Queda fijado al segundo capotazo si bien echa las manos por delante y aprieta hacia los adentros por lo que José Luis Moreno ha de salirse con él más allá de las rayas de picadores.
Es otro toro que humilla.
Pica: Manolo Burgos que marra en el primer encuentro. El toro aprieta sin cabecear.
Cuando lo prueba Moreno el toro arrastra el hocico por el suelo.
En el segundo encuentro el picador se agarra arriba y el piquero levanta el palo al momento.
En banderillas lidia Figuerola muy bien por abajo. Paren con desigual acierto Jesús Rodríguez y Tirado. Este último cumple con un buen par.
En la faena de muleta nuevamente José Luis Moreno la comienza por arriba cuando el toro requiere el toreo por bajo.
Con la muleta en la mano derecha, dos redondos sin ligar. Dos más.
El toro se las piensa a la hora de embestir. Es un toro complicado al que el diestro cordobés le roba dos muletazos en redondo.
A fuerza de insistir le roba cuatro muletazos con la mano baja que al ligar llegan a los tendidos. Hay que dejarle la muleta en la cara pero resulta complicado porque el toro no tiene una embestida franca.





Con la muleta en la mano zurda, una tanda dramática de cinco naturales sueltos que el público premia con una ovación. El toro sabe perfectamente que algo se deja atrás aunque a decir verdad tampoco va por ello.
José Luis Moreno remata la faena muy toreramente.
En la suerte natural logra una estocada entera que tras la rueda de peones hace que el toro doble.
Se pide la oreja y el presidente la concede.
Con ella José Luis Moreno logra la salida por la puerta de cuadrilla que no por la puerta grande ya que esta requiere el haber cortados dos orejas en el mismo toro.

El tercer toro de la tarde tiene por nombre Miloja porta el nº 22 y su peso es de 565 kilos
En los lances de recibo de Antonio Ferrera el toro se frena, por lo que el diestro ibicenco lo torea por la cara enseñándole a embestir más que buscar el lucimiento.
Cuando es llevado por el peón al burladero de la suerte de picar remata en el mismo.
El encargado de picar es Dionisio Grilo quien se agarra arriba en la primera entrada ante un toro que romanea.
El segundo encuentro resulta trabajado para el picador que al lograrlo se vuelve a agarrar arriba mientras el toro aprieta.
En banderilas es Ferrera el encargado de hacerlo portando banderillas con los papelillos con los colores de la bandera extremeña.
El primer par lo coloca en todo lo alto tras un encuentro en que toro y torero han corrido para encontrarse.
El segundo tras arrancar el toro desde las tablas y el torero desde el centro del ruedo.
El tercero de dentro a afuera y tras cambiar la trayectoria entrar por dentro. El público se pone en pie para aplaudir el par.
Tras brindar al público se lleva al toro al centro del ruedo, porque el toro es difícil y allí considera que puede perder sus querencias.
Comienza por redondos. Dos en los que el toro derrota. Tres más y el de pecho en los que el toro sabe lo que se deja detrás.







Una serie de cuatro derechazos ligados con cambio de la muleta por la espalda para rematar con el de pecho.
Repite serie en número y ejecución, con la particularidad de que el de pecho es doble. Aplausos.
Continúa por redondos en una serie de dos. El toro se para. El diestro se cruza. Uno más en el que el toro se queda muy corto. Dos más y remate con el de pecho.
Muy valiente y torero Ferrera.
Nueva serie con la derecha a base de dos redondos, Dos más, un molinete y el de pecho.
Va por el estoque de matar.
Ha de trabajar para que el toro iguale. Cuando lo consigue en la suerte contraria consigue un pinchazo.
Cambia de suerte y en la natural logra una estocada hasta la gamuza.
Muy torero en la preparación del descabello. Falla en el golpe pero deja el estoque en el sitio para que el toro se descabelle solo.
Se pide la oreja aunque no de forma mayoritaria y el presidente no la concede.
Antonio Ferrera da una vuelta al ruedo.

El sexto, último de la corrida se llama Melancólico marcado con el nº 61 y peso de 575 kilos.
Antonio Ferrera se estira en la primera verónica y sigue así en una serie de siete en las que ambos oponentes se emplean con todas sus fuerzas. En una de las finales el diestro pisa mal y está punto de caer, librándose de la embestida del toro porque éste también pierde las manos y va al suelo.







En la suerte de varas, pica Juan Presumido quien se agarra arriba en las dos entradas y por ello recibe una gran ovación cuando abandona el ruedo tras saludar a la presidencia.
Las banderillas a cargo de Ferrera quien parea así:
Primer par. Toro en burladero, diestro en el centro va a por el astado y las banderillasdeja arriba, reunjdas.
Segundo par: Gambeteo por parte del diestro. Ahora va andando hacia el toro y en la misma cara acelera para clavar en todo lo alto.
Tercer par. Al quiebro por dentro. Seguidamente para al toro.
Le piden un cuarto par que tras ser autorizado por la presidencia, Ferrera lo ejecuta en la suerte conocida como el "retrovisor" por aquello de citar al toro de espaldas.
Su faena de muleta, Ferrera la comienza con cuatro pases por alto, para inmediatamente, tras sacar al toro a los medios, tomar la muleta con la mano izquierda y ejecutar cuatro naturales ligados. El toro se para. Tres naturales más que liga con el de pecho despegado.






Sigue con la zocata en serie de cuatro naturales ligados que abrocha con el de pecho en el que le quita la muleta, si bien la recupera antes de que caiga al suelo.
La muleta en la mano diestra para administrar una serie de cuatro buenos derechazos que abrocha con el pase de pecho con la mano derecha y seguidamente el de pecho con la izquierda. Comienza a sonar la música con los acordes de Nerva.
Nueva serie de cuatro redondos donde carga la suerte en la ejecución y remate de los mismos. Y finalmente quiere rematar la faena con la mano zurda en serie de cuatro naturales que han de ser ejecutados de uno en uno por la falta de afectividad del toro. Les remata con el de pecho.
No ha sido en absoluto un toro fácil.
Entra a matar en la natural con la mala suerte que en el momento del embroque el toro pierde las manos y se queda en un metisaca.
En la segunda entrada pincha arriba, para finalmente en la tercera lograr una estocada entera. Rueda de peones y el toro dobla.
Una buena corrida de toros en conjunto que hace que los ganaderos (Victorino padre e hijo)estuvieran más que contentos en la localidad que ocupaban en la plaza y desde la que siguieron tomando notas durante todo el desarrollo de la lidia de sus toros.

domingo, 25 de mayo de 2008

LA CORRIDA DE REJONES A OCHO, DE FLORES TASSARA 2008.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Con ocho toros de Flores Tassara, bajo la presidencia de D. César Gómez Rodríguez y lleno hasta la bandera, se celebró una corrida de rejones en la que por partida doble actuaron:
Álvaro Montes (con traje corto de chaquetilla gris)
Moura Caetano (vestido a la federica con casaca verde)
Joao Moura (vestido a la federica con casaca verde)
Leonardo Hernández (traje corto de chaquetilla azul oscuro).
Tras el paseíllo de rigor montando preciosos caballos con las capas respectivas de bayo, castaño, tordo rodado y tordo en fase blanca, realizan los ejercicios correspondientes a un carrusel donde cada rejoneador ejecuta con su caballo lo mejor de su repertorio de alta doma que entusiasman a los tendidos ocupados por este público festivo aficionado al caballo y que viene a Las Ventas a pasárselo alegre dejando a un lado el conocimiento taurino.

Montado sobre un precioso caballo castaño llamado Samo, el rejoneador jienense Álvaro Montes recibe en rueda perfecta para fijarlo, al primer Tassara de nombre Minero marcado con el nº 45 y con 549 kilos de peso.
Un rejón de castigo arriba y persecución espectacular del toro al caballo.
El segundo rejón de castigo, tras la puesta arriba, queda enhebrado y finalmente cae tras una lidia por los auxiliadores del caballero rejoneador.
Para la suerte de banderillas monta ahora a Lupito un caballo tordo en fase blanca de 4 años, que comienza haciendo dos piruetas delante de la cara del toro en su afán de encelarlo para que entre con garantías en la suerte de banderillas.





Tras una corbeta espectacular, que es muy aplaudida, clava un perfecto par arriba saliendo con una pirueta muy ajustada.
El segundo par de banderillas es calcado en su ejecución al primero con corbeta y pirueta incluidas.
En el tercero sufre una cogida espectacular que trataré de secuenciar por el dramatismo de la misma, pues fueron siete volteos a cuernos del toro los sufridos por el caballero rejoneador.
Seguimos con secuencia:





Otra secuencia más.





Y finalmente otra más:




Se levanta con la cara ensangrentada a consecuencia de herida producida por el casco del caballo al golpearlo en la caída y por pitonazo del toro.
Después de la enorme paliza sufrida, Álvaro Montes cambia de cabalgadura y ahora monta a Coquito precioso caballo castaño que realiza dos piruetas delante de la cara del toro antes de fallar un intento de par al violín que finalmente consigue en la segunda entrada.
Seguidamente dos pares de las cortas son el prolegómeno a la suerte de matar que realiza arriba aunque el rejón queda ligeramente delantero por lo que el toro no dobla y por el contrario no permite descabellar al salir hacia los medios en persecución del caballero. Tres intentos fallidos en distintos terrenos del ruedo a un toro que no para y no humilla. Suena un aviso.
Al filo de las tablas colocándose delante del toro para frenarlo en su marcha acierta con lo que es ovacionado. Tras el arrastre del toro la ovación le obliga a salir al tercio a saludar. Seguidamente se encamina por su propio pie a la enfermería para ser atendido de sus lesiones.

Su segundo toro lleva por nombre Cirilo, porta el nº 31 y tiene un peso de 526 kilos. Montando un caballo al que ha recogido la cola el mismo rejoneador, se va a portagayola con la garrocha en la mano. El toro de salida persigue al caballo en una carrera espectacular para seguidamente pararse y no querer nada con el caballo tras sufrir la frustración de no coger.





Suenan algunas palmas de tongo procedente de público más festivo que taurino.
El toro ha demostrado mansedumbre y Álvaro Montes ha de procurar estar en contacto permanente con el toro para que no se le vaya a las tablas. Lo consigue en algunos momentos.
Al cambiar de caballo ha de ser ayudado por su personal de cuidado de caballos, para subirse a Cambao que es un bayo con mancha más oscura en la grupa.
Clava un buen par de banderillas arriba entrando desde lejos y clavando al estribo.




Se aleja para acercarse y tras una corbeta, quiebro, y pone el segundo par arriba y sale con una pirueta en la misma cara del toro.





El tercero lo empieza con el caballo subido al estribo y tras carrera espectacular clavar arriba.
Nuevo caballo para realizar la suerte suprema. Se trata de Copito un bonito caballo castaño de seis años que cita de rodillas para colocar tres pares de banderillas cortas tras lidia laboriosa por la premiosidad del toro.
Tras pinchar arriba en la primera entrada, logra colocar el rejón de muerte arriba a toro pasado. Se pide la oreja mayoritariamente y el presidente, tras remolonear su concesión en demasía, la concede teniendo que ir a recogerla al desolladero para entregársela al caballero rejoneador que da la vuelta al ruedo.

El segundo toro de la tarde se llama Extraño porta el nº 31 y su peso es de 539 kilos. Lo saluda Moura Caetano montando un caballo alazán lucero que se llama Garabito.
Tras un quiebro calva un rejón de castigo en todo lo alto.
Monta ahora un nuevo caballo, Manzanares que es un bayo precioso con el que coloca el segundo rejón de castigo arriba. El toro no quiere perseguir al caballo.
Para banderillas saca a un caballo tordo en fase blanca que luce en la paletilla el nº 28 y tiene de nombre Pelé. Es un nieto de Neptuno. Con él coloca un magnífico par de banderillas.
El segundo par de banderillas las prende al estribo
El tercero tras cruzar mucho al caballo las coloca arriba
Saca ahora a Solear que es el caballo especialista en colocar las banderillas cortas y la rosa. Tras pares de banderillas arriba.
En la suerte de matar. Pincha arriba y el rejón no rompe por lo que queda antiestéticamente arriba. Dos entradas más en las que falla. Otras dos más en las que el rejón queda muy trasero. Tras la sexta entrada el rejón queda trasero y sin quebrar la vara por lo que recibe pitos y bronca.
El toro se cuala en tablas. Pie a tierra del rejoneador que acierta al tercer intento de descabello.

Su segundo toro que es el sexto de la tarde, responde por Cristalino marcado con el nº 39 y 621 kilos de peso.
Moura Caetano monta a Manzanares con el que coloca un rejón de castigo trasero en la primera entrada y uno delantero en la segunda.
Es un toro que mansea más de la cuenta.
La lidia de este toro está resultando desangelada como la tarde de Madrid fría en demasía, porque el toro no quiere ver al caballo.
Uno de los auxiliadores lo da unos capotazos mientras el ccaballero va a cambiar de cabalgadura.
Monta a Plutón un bonito caballo castaño con el que en al primera entrada deja una banderillas muy caída en la misma paletilla.




Es un toro deslucido al máximo que no acude al caballo.
Con gran exposición, logra dos pares de banderillas dando los pechos precedidos de unos aires de alta escuela por parte del caballo. Han sido dos pares de gran mérito que este público festivo no ve y que en cambio de manera bullanguera aplaude los lances del auxiliador del rejoneador realizados mientras el caballero va a cambiar de cabalgadura.





Ahora monta a Soleares con el que trata de poner una rosa y una banderilla de las cortas. Coloca la rosa pero el presidente cambia el tercio para que no ponga las banderillas cortas.
Tras colocar un rejón de muerte en buen sitio, el toro dobla, acertando el puntillero a la segunda entrada.

El tercer toro de la tarde se llama Conde marcado con el nº 20 y con 543 kilos de peso. Lo espera Joao Moura montado sobre Lince que es un precioso caballo perla, armónico y elástico.
El toro no quiere ni ver al caballo.
Le coloca, robándole, un rejón de castigo.
Cambia de cabalgadura y ahora saca a Belmonte un tordo en fase blanca que es perseguido en carrera espectacular por el toro. Tras la cual le pone un gran par de banderillas en todo lo alto demostrando que Moura es un gran lidiador. El caballo es nuevamente perseguido y el temple es la característica principal de esta persecución donde la cola del caballo va prendida a los pitones del toro. Gran ovación.
Un gran par tras quebrar y nueva persecución donde templa magníficamente a un toro que embiste en arreones al filo de las tablas.
Nueva entrada y enorme par que es ovacionado.
Montando ahora a Bronce tordo en fase blanca, prende arriba dos pares de banderillas cortas al violín.
En la suerte de matar falla lamentablemente en tres entradas para finalmente recetar un rejón caído del que dobla el toro y el rejoneador recibe aplausos.

En su segundo que es el séptimo de la tarde, Joao Moura monta a Barbero que es un caballo recientemente adquirido y que hace gala de un elegante galope. El toro se llama Portador y tiene un peso de 603 kilos. No quiere caballo.
Le roba dos rejones puestos de manera poco ortodoxa pero efectiva, pues llega a entrarle por detrás.
Cambia de caballo mientras se capotea al toro por parte de uno de sus auxiliadores.
El caballo de ahora se llama Salteador un tres sangres de capa torda rodado. Con este caballo coloca tres pares de banderillas buenas de ejecución. Lo mejor la forma que tiene de sacarle de las tablas a base de darle el pecho y luego el costado.
Con la monta de Dominguín logra colocar arriba tres pares de las cortas
El primer rejón de muerte, le falla. Seguidamente logra un rejonazo atravesado, cuya vara no quiebra.
Pie a tierra y acierta al primer golpe de descabello.

El cuarto toro de la tarde de nombre Deseado y con 552 kilos de peso, corresponde en lidia al más joven de los rejoneadores, Leonardo Hernández hijo, Montando a un caballo AHa de nombre Espartaco, recibe al toro en dos recortes precisos y preciosos de los que sale suelto.
De poder a poder coloca un rejón de castigo a un toro sin fijar con una precisión extraordinaria.
Otro segundo rejón de ejecución y colocación perfectas.
Una monta perfecta del rejoneador que parece cosido a la montura de su cabalgadura.





Cambia de montura para sacar a Quieto que es un caballo castaño precioso con el que clava un gran par seguido de una pirueta en la misma cara de un ajuste extraordinario.
Repite lo mismo en el segundo par.
Para las banderillas cortas saca el caballo Charope un tordo oscuro con lo que prende tres banderillas de las cortas al violín demostrando la gran precisión y elasticidad de su cintura.
En la suerte del rejón de muerte, pincha arriba y seguidamente logra un rejonazo que tumba al toro. El puntillero acierta a la primera.
Hay petición unánime de oreja que el presidente incomprensiblemente no concede, tal vez porque no acertó con el primer rejón de muerte.
El público le obliga a dar tres vueltas al ruedo al final de las cuales tributa una gran bronca a Presidencia.

Su segundo es el último de la larga corrida se llama Ballenero marcado con el nº 33 y con 588 kilos de peso.
Leonardo Hernández montando a su caballo castaño Espartaco recibe una gran ovación tributo de la gran faena realizada en su primer toro y como desagravio por no haber cortado la oreja.
Lo para con recortes ajustadísimos para que no se le vaya a las tablas.
Coloca un gran rejón arriba a un toro que está muy quedado. Ovación.
Ahora ya no quiere embestir no obstante lo cual le pretende colocar coloca otro rejón de castigo. Al ver lo quedado que está desiste.
Monta ahora a Amatista castaño que galopando a dos pistas lleva al toro prendido a la cola por lo que recibe una gran ovación.





Coloca tres pares de banderillas el primero de los cuales tras un quiebro espectacular. Es ovacionado en los tres.
Con un nuevo caballo tordo oscuro de nombre Charope, coloca tres pares de las cortas al violín. El público se levanta de sus asientos para aplaudir al joven rejoneador que es asesorado en su faena por su padre desde el callejón.
Para matar toma un rejón de muerte con el mango muy cortito con el que consigue un gran rejonazo, aunque ligeramente delantero. El toro se refugia en las tablas tragándose la sangre, amorcillándose y tardando en doblar.
Con el descabello acierta a la tercera entrada. Se piden las orejas pero el presidente tras dar tiempo le concede una.