UN
TRIUNFO NO CASUAL.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
¡Las
grandes gestas no se improvisan! ¡No suelen llegar por casualidad!
El
triunfo de Manuel Escribano en la corrida que cerraba el ciclo taurino de la
Feria de Sevilla, fue fruto del trabajo callado pero continuo de un torero que
quiere ser algo en esto.
Aceptó
de inmediato la proposición, desdeñada por otros compañeros de profesión que
habían sido “tocados” con anterioridad, de sustituir nada más y nada menos que
a “El Juli”, que había abierto la
Puerta del Príncipe en la corrida del domingo de Resurrección, para matar la corrida de Miura en el marco de
la Maestranza de Sevilla, plaza que conoce muy bien desde su comienzos taurinos
sin caballos, donde también abrió la soñada puerta y que ahora tenía la
posibilidad de emular a quien sustituía por cornada grave en este mismo ruedo.
¡Por
poquito no emuló al maestro Julián López
Escobar, fue cuestión de una estocada que llegó un pelín tarde al precederla un
pinchazo inoportuno!
¡Y
aceptó porque se encontraba preparado! Ya que Manuel a pesar de no gozar de
contratos continuados para corridas, nunca se aburrió y jamás pasó por su cabeza
convertirse en torero de plata, como hicieron alguno de sus íntimos amigos,
donde indudablemente hubiera destacado por sus excelentes dotes de
banderillero. Dotes que, a decir verdad, debido a su competencia le cerraron
carteles al no querer comparaciones matadores banderilleros de postín.
Él
siempre confió en sus poderosas posibilidades como matador de toros y por ello
entrenó diariamente en el gimnasio que montó en el chalet familiar de Gerena y
no dejó de tentar vacas y más vacas y matar toracos a puerta cerrada como el de
la fotografía tomada en la finca de Ricardo Gallardo lidiando un toraco de su
hierro de 620 kilos que iba para Pamplona pero que finalmente lidió e indulto
Manuel y hoy padrea en la ganadería de "El Parralejo" propiedad de Pepe Moya.

Por
nuestra memoria pasan en estos momentos actuaciones que seguro que también
recordaran, aunque por distintos motivos, los que formaron terna con él en
corridas como la de los Pablorromeros o Victorinos de Antequera, la de
Archidona o las más recientes en plazas francesas. Ayer cortó dos orejas en la corrida de Saint Martín de Crau a su segundo toro de Dolres Aguirre.
Hoy
nuestro artículo lleva colgada una sola fotografía, pero suficiente para `poder
ver que también hay arte, sin retorcimientos barrocos, en ese
trincherazo de pura naturalidad a un marrajo con el picante de la casta Fuente Ymbro donde Manuel
quiso sacarse la espina de aquellos novillos del mismo hierro que en tarde de
climatología borrascosa y de lluvia torrencial le imposibilitaron el triunfo de
su debut como novillero en la Monumental de Las Ventas.
¡Ahora a confirmar en Madrid y sacarse la espina de aquel contratiempo como novillero!