Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
En los aledaños de la plaza de toros “La montera” de la ciudad de Los
Barrios un colectivo escaso de antitaurinos, protegidos por efectivos de la Guardia Civil ,
proferían gritos de ¡Tortura! Y ¡Abolición de la Fiesta de los Toros!
Pero a mi modo de ver, no son estos quienes
acabarán con la Fiesta ,
sino los despropósitos que, cual carcoma, está dentro de la misma.
Vean:
Como aficionado y además como veterinario fui a ver
una corrida de toros Concurso de Ganaderías, que me proporcionara una visión en
conjunto de cómo está la ganadería brava por estas latitudes, pero me encontré
con la desagradable sorpresa que allí casi nadie tenía idea de lo que es una
corrida de este tipo.
Los aficionados vamos para ver la bravura de los
toros que los distintos ganaderos presentan y que optan al premio, y es
condición “sine qua non” que cada
criador de toros lleve a esta corrida el mejor toro de la camada.
Esta premisa no se cumplió ya que varios toros no
estaban en el tipo morfológico de la ganadería y todos ellos recibieron el
segundo picotazo (que no puyazo) a regañadientes pues carecían de afectividad
de acometida al caballo y por descontado de crecerse al castigo.
El presidente de la corrida demostró
desconocer de “que iba el invento” cómo pudimos
colegir al ver, como por su cuenta y riesgo, cambiaba el tercio después del
segundo picotazo. Desconocía que como mínimo deberían entrar al caballo tres
veces para optar al premio, pues lo que hay por debajo de eso es MANSEDUMBRE. Otra cosa es que si se
ve que el toro esta falto de fuerzas, como demostraron cinco de los seis toros,
en la tercera entrada el picador de la vuelta a la puya y simule la suerte con
el regatón, puesto que de lo que se trata es de ver cuan tas veces y, desde
que distancia, entra el toro al caballo.
Por si esto fuera poco, tampoco el director de
lidia que era Manuel Jesús “El Cid”
debería conocer en que consiste una corrida concurso de ganaderías como
demostró en sus dos toros a los que pidió el cambio de tercio de varas con un
solo picotazo ante la falta, a ojos visto, de la falta de fuerzas, pero en este
caso: ¡se trataba de una corrida Concurso de Ganaderías!
No vimos en ningún momento que los ganaderos o los
mayorales dirigieran, en colaboración con el matador, la suerte de varas de sus toros
Los toros no se posicionaron más allá de los 10 metros en la primera
vara. Solo Escribano dejó a su segundo toro, el único que demostró fuerza, más
allá de los 13 metros
en la segunda vara.
Tampoco se cumplió ese punto importante en las
corridas de esta denominación que dice: “en el momento de la suerte de varas deberá
estar solamente en el ruedo, el matador, un peón de brega, el picador y el toro”
¡Un
verdadero despropósito de Corrida Concurso de Ganaderías!
Y empecemos con
la narración de lo que vimos.
Media plaza cubierta de espectadores. Los
callejones entre mayorales, empresarios y gente del mundo del toro a tope.
¡Todo el mundo se cree con derecho a entrar de
balde en los toros y con este proceder no hay empresario que lo aguante!
La presidencia integrada por un aficionado de Algeciras asesorado por la amiga veterinaria y el hijo del ganadero Álvarez, demoró unos minutos el comienzo del
espectáculo, por lo que comenzamos nuestra protesta en forma de palmas de tongo
que de inmediato fueron secundadas por los espectadores que ocupaban localidades
próximas. Y lo hicimos en pro de un espectáculo que queremos perviva y con el derecho que tenemos como espectador que paga religiosamente su entrada.
Manuel Jesús “El Cid” (azul cielo y oro) Manuel Escribano (azul purísima y oro)
y Ginés Marín (grosella y oro)
cuando aparecen en el ruedo reciben una ovación.
Solamente uno de los espadas anunciados en cartel
está en el ruedo pues el cartel original es el que reproducimos.
El primer
toro de la tarde lleva el hierro de Murube. Un toro muy bien hecho. Negro
de capa. Tiene querencia a chiqueros. Le llama Curro Robles y acude con rapidez
al burladero. Nuevamente se va a su querencia de chiqueros. Lo llama “Pirri” y el toro acude al burladero.
El Cid lo torea magníficamente
por la cara tratando de hacerse con la
embestida pero el toro no quiere capote y se va a los terrenos de nadie. El Cid se va en su busca toreándole por
delante de la cara tratando de enseñarle a embestir más que buscar el
lucimiento.
Serie de unas buenas verónicas rematadas con una
media sobre el pitón izquierdo.
Le han fijado en el burladero de suertes en espera
del posicionamiento del picador Juan Bernal a cuyo caballo lleva El Cid al toro con lances por delante
sin cruzar. Lo deja casi en el centro del ruedo que vienen a ser unos 6 metros de la raya
delimitadora del cuadrado señalado. Bernal mueve bien al caballo pero el toro
no se decide a arrancarse. Cuando lo hace se agarra arriba y recibe una
ovación. Lo saca Lipi y, tras un buen
capotazo, lo deja en el capote de El Cid
quien le administra unas excelentes verónicas en medio de las molestias del
viento a pesar de que la plaza está cubierta, rematadas con una media.
El Cid solicita el cambio de
tercio ignorando que se trata de una corrida Concurso, pero como el presidente
no lo concede lo posiciona sobre la raya de fuera de picar, mientras alecciona
a su picador que se limite a señalar el puyazo ante la falta de fuerzas del
toro. Bernal señala el puyazo y se
cambia el tercio en medio de los aplausos del público.
Escribano realiza su quite en base a unas
chicuelinas. La tercera muy despagada. Remata con una tafallera. Se echa el capote a la espalda
tratando de dar una saltillera que el toro no toma y remata finalmente con una
revolera. Aplausos.
En banderillas con lidia de José Luís López “Lipi” parean; Curro Robles quien, con
facilidad y sin apreturas,las deja arriba. Víctor Hugo “Pirri” haciéndolo todo él, al relance las deja arriba. Aplausos.
Cierra tercio Robles con otro buen par.
El Cid con la muleta en la
diestra se va a por el toro para dar un pase contrario. Posicionado para el toreo al redondo, un buen
redondo ajustado, porque el toro se le ha cernido. En el pase por el pitón
izquierdo le pone los pitones en el cuello debido a la falta de fuerzas.
Le administra dos pases contrarios y ahora duda por
donde torearle.
En el primer redondo se le acuesta nuevamente. Dos
redondos buenos toreando al toro de cerca al tiempo que lo anima con la voz. Se cambia la muleta de mano para rematar con
el pase de pecho sobre la mano izquierda a la salida del cual, el toro pierde
las manos.
Da tiempo al toro girando en torno a él. Serie de
tres redondos buenos y remate con un pase
de pecho sobre la mano izquierda. Cuando sale de la cara del toro es
ovacionado.
Lo prueba con dos pases contrarios antes de echarse
la muleta a la zurda. Un natural a media altura porque el toro no humilla y
embiste con desgana. Sigue sobre la zurda. Naturales buenos dejándole la muleta
muerta delante de la cara. Serie de buenos naturales a un toro que no quiere
muleta.
Tras doblarse por ambos pitones realiza un
desplante delante de la cara del toro.
En la suerte natural pinchazo arriba sin soltar. En
la suerte contraria nuevo pinchazo arriba sin soltar. Nuevo pinchazo en la suerte natural. En la
suerte contraria logra la estocada. Capoteo de los banderilleros. El toro se
acula en tablas. Con el descabello falla el primer intento y acierta al segundo.
Tras ser arrastrado el toro con pitos, las palmas del
público sacan a El Cid a saludar
desde el tercio.
Sale el
segundo de la tarde. De chiqueros sale andando. Es algo más toro que el
anterior. No remata en ninguno de los burladeros desde el que es llamado por
parte de los banderilleros de Escribano. Pertenece al hierro de Fermín
Bohórquez y aparece con la frente convexa propia de la casta murube.
Cuando le saluda Manuel Escribano sufre dos amagos de caída, mostrando escasez de
fuerza.
El torero de Gerena le saluda con dos verónicas al
tiempo que lo gana terreno y cuando lo tiene fuera de las dos rayas, remata con
una media por cada pitón y remate final con una revolera. Ovación.
Pica José Manuel Quinta a cuya cabalgadura lleva el
toro Escribano andándole para atrás sin molestarle dejándole en posición tras
recorte. El toro se arranca y el piquero se agarra arriba. El toro aprieta y ha
estado a punto del derribo.
Lo saca Juan Sierra y lo deja en el centro del
ruedo. El toro se arranca de largo. El piquero marra y aprovecha cuando el toro
está apretando al peto para colocar la puya en el sitio. El toro muy
aquerenciado con el caballo mientras trata de sacarlo Juan Sierra. Se cambia el
tercio.
El toro en el capote de Ginés Marín quien realiza
su quite en base a tres verónicas rematadas con una media. Ovación.
En banderillas con lidia de Sierra parea Escribano.
En el primer par cuando el toro se arranca, desde
un burladero en el que lo habían fijado, Escribano le gana la cara y clava en
lo alto. Ovación.
El segundo un calco del anterior donde con
facilidad pero sin ajuste, le ha ganado la cara y clava en lo alto.
Para el tercer par Escribano pide que le cierren al toro. Toro entre las dos rayas y
el matador banderillero en el mismo terreno. Lo cita con la voz al tiempo que
se va acercando gambeteando, le gana la cara, clava en lo alto y seguidamente
juguetea con el toro tratando de pararlo sin conseguirlo del todo porque el
toro tiene muchos pies. Escribano recibe una gran ovación.
El toro se queda entre las dos rayas y Escribano
ordena a sus banderilleros que lo dejen ahí, mientras él brinda al público y
recibe la ovación pertinente.
Con el toro cerrado en tablas, inicia la faena de
muleta con la pañosa en la zurda. Ayudados por alto sobre ambos pitones a medida que va ganado
terreno. Cuando lo tiene entre las dos rayas, le administra un ayudado, un
natural jaleado y sale de la cara del toro andando en medio de una gran
ovación.
Con la muleta en la diestra, se va con decisión en
busca del toro. Un pase contrario que vacía por alto. Pase de pecho sobre la
mano derecha lo deja posicionado para el toreo al redondo. Un redondo
mandándole largo. Otro muy ajustado y muy relajado. Serie de redondos buenos
templados, lentos y muy relajado. Ha de insistir. Se cambia la muleta de mano,
un natural y remate final con el pase de pecho sobre la mano izquierda. Gran
ovación en reconocimiento del toreo lento realizado.
Con la muleta en la zurda. Cita de frente. Bajo los
sones de la música logra un excelente natural. El toro se para. Nuevo
posicionamiento. Naturales jaleados y lentos a un toro que humilla y que
únicamente tiene como defecto la falta de fuerza.
Escribano le está mimando con un toreo de temple y
caricia. Remata con un excelente pase de pecho sobre la mano izquierda. Gran
ovación.
Tras dar tiempo al toro se acerca con la muleta
montada sobre la mano derecha. Dos excelentes redondos. En el último se cambia
la muleta de mano. Un natural. El toro acusa el esfuerzo realizado. Echándole
la muleta al hocico le instrumenta dos excelentes naturales lentos. El toro se
para momento que aprovecha Escribano para retirarse un poco del toro al notar
que el toro se afligía en las cercanías, si bien el toro a esa distancia se
niega a embestir.
Tomando la distancia adecuada le administra un lento natural que remata con el pase de pecho
no menos lento sobre la izquierda, seguido de un pase del desprecio y un
desplante. Cuando sale de la cara del toro, recibe una gran ovación.
Vuelve a dar tiempo al toro. Monta la muleta sobre
la mano derecha. Se acerca lentamente. Un molinete lo deja posicionado para el
toreo al redondo. Excelente redondo. Dos lentos y jaleados. Otro extraordinario
en medio de los sones de la música y de los aplausos del público.
Sigue con dos redondos más muy lentos y muy suaves
acorde con la buena embestida del toro. Remata con el de pecho sobre la mano
derecha y dobla con el de la izquierda. Grandísima ovación.
Toro con embestida suave y templada. Un gran toro.
Por ello Escribano está feliz ante este toro. Un molinete, pase de pecho sobre
la diestra lo deja posicionado para el toreo al redondo. Un redondo que resulta
enganchado en el remate. Otro muy bueno muy templado. Tras posicionarse el toro
mediante la técnica del péndulo ejecuta un invertido por la espalda. Abaniqueo
delante de la cara del toro. Desplante torero y cuando sale recibe una gran
ovación.
Tras tomar el estoque de matar en el mismo centro
del ruedo le instrumenta unos ayudados, trincherazos por ambos pitones a medida
que lo va cerrando. Cuando lo tiene a la altura de la raya de fuera de picar
aparecen las primeras peticiones de indulto.
En la suerte natural con el toro sobre la raya de
fuera de picar, pincha sobre una banderilla y el estoque sale despedido.
En la suerte contraria pincha en hueso y se dobla
el estoque.
¡Una verdadera pena pues tenía los máximos trofeos!
En la suerte natural logra una estocada ligeramente
caída que acaba con el toro aculado en tablas. Toma el descabello y acierta el
primer intento.
La ovación del público saca al torero sevillano al
tercio a saludar. Al toro se le premia con la vuelta al ruedo.
Sale el
tercero de la tarde. Es un toro salpicado que sale con muchos pies. Luce el
hierro de Torrestrella. Ginés Marín lo saluda con un pase a
pies juntos de capote invertido del que el toro sale suelto. Cinco toreros en
el ruedo citando al toro y naturalmente el animal no sabe a donde acudir.
Marín ha toreado excelentemente a la verónica en
una serie de siete verónicas ganado terreno al toro y en el mismo centro del
ruedo ha rematado con una media verónica extraordinaria. Gran ovación.
Pica Guillermo Marín padre del matador. Con lances
por delante sin cruzar rematados con una revolera ha posicionado al toro ante
el caballo de su padre quien mueve bien al caballo.
Cuando se arranca, coloca la puya arriba
limitándose a señalar el puyazo. Lo ha sacado el banderillero que lidia y que
no he sido capaz de identificar y lo deja en el capote de su jefe de fila quien
realiza su quite en base a dos verónicas rematadas con una media. Seguidamente se dispone a realizar su quite
de forma seria. Se echa el capote a la espalda. Serie de cuatro saltilleras
rematadas con una revolera. Recibe una gran ovación.
En banderillas Carretero en la primera entrada el
toro hace por él y ha de refugiarse en el burladero. Carretero ha de pasar en
falso porque en el momento del embroque el toro perdió las manos. En la nueva
entrada le gana la cara y las deja arriba. Izquierdo prende un excelente par.
Cierra tercio Carretero con un excelente par. Aplausos.
Ginés Marín brinda al público y recibe
la ovación permanente.
La faena de muleta la inicia por estatuarios.
Cuatro estatuarios. Cambiado por la espalda. Trincherazo y remate con el pase
de pecho sobre la izquierda. Gran ovación.
Continúa con una serie de cinco extraordinarios
redondos ligados que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el de
pecho sobre la izquierda.
Nueva serie de redondos que, tras cambio de muleta
por la espalda, y tras insistencia porque el toro se niega a embestir, remata
con el de pecho sobre la izquierda. Un natural y sale de la cara del toro en
medio de una ovación.
Con la muleta en la izquierda cita de frente en
medio de los sones del pasodoble Agüero. Un excelente natural. El toro se le
para debajo del cuerpo. Lo aguanta estoicamente. Invertido por la espalda en el
remate del cual le engancha la muleta. Remata, ayudándose del estoque simulado,
con el pase de pecho sobre la izquierda. Ovacionado cuando sale de la cara del
toro.
Un pase de pecho sobre la mano derecha, lo deja
posicionado para el toreo al redondo. Dos buenos redondos. Se queda en el sitio
y posiciona al toro mediante la técnica del péndulo. Invertido por la espalda.
Remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Continúa con el toreo al redondo metido entre los
pitones y ha de insistir para rematar con el de pecho sobre la derecha. Adorno
tocando el pitón derecho con la mano izquierda en medio de la ovación del
público.
Sigue el toreo al redondo. Un buen redondo. Otro
aguantando la parada del toro. Un redondo. Se cambia la muleta de mano y remata
con el pase de pecho sobre la mano izquierda. Tira lejos los trebejos y hace
desplante a cuerpo limpio. Sale andando en busca de la espada de matar en medio
de una gran ovación.
Remata la faena con unas bernadinas. El toro se
niega a embestir por lo que ha de reducir la distancia tanto que en la primera
está a punto de ser cogido. Tres bernadinas muy ajustadas a un toro que ya
carece de afectividad de embestida. Remata con un pase cambiado.
El toro acaba cuadrado pero no le gusta a Marín por
lo que le saca hacia el tercio. En la suerte contraria con el toro
excesivamente encogido, logra una estocada hasta los gavilanes refrendada con
una gran ovación por parte del público.
El toro rueda sin puntilla. Aparecen de manera
mayoritaria los pañuelos en los tendidos y el presidente concede la oreja. Como
se insiste en la petición de la segunda, el presidente la concede.
Sale el
cuarto de la tarde. Luce el hierro del Torero. Es un toro de apariencia
anovillada pues la encornadura no ha cerrado.
El Cid le torea a la verónica. Lo deja en el capote
de Curro Robles quien lo posiciona ante el caballo montado por Manuel Jesús
Ruiz “Espartaco”. Cuando se arranca
el piquero se agarra arriba y se limita a aguantar el empuje del torete que
mete los riñones. Lo saca Robles y lo deja en el capote de su jefe quien lo
torea con lances por delante de la cara sin cruzar para dejarlo en la segunda
entrada a la altura de la raya de fuera de picar. Picotazo y cambio de tercio.
En banderillas José Luis López “Lipi” prende un excelente par que es aplaudido. Victor Hugo “Pirri” prende un solo par muy caído
porque el toro le ganó acción. Cierra tercio “Lipi” con un buen par ovacionado.
“El Cid” brinda al público y recibe
la ovación pertinente.
La faena de muleta la inicia doblándose a media
altura por ambos pitones en pase jaleados que, tras cambio de muleta de mano,
natural seguido de un pase del desprecio a la salida del cual el toro pierde
las manos. Al salir de la cara es ovacionado.
Tras dar tiempo al torete, le administra una serie
de cinco extraordinarios redondos jaleados que, tras cambio de muleta por la
espalda, remata con el pase de pecho sobre la izquierda. Ovación.
Continúa el toreo al redondo. Con movimientos
alternativos de muleta logra que el toro se fije en la pañosa. Le ejecuta una
serie de cuatro buenos redondos. El toro se para. Se posiciona nuevamente. Un
redondo. Se cambia la muleta de mano. Remata con un pase de pecho despegado
sobre la mano izquierda.
Con la muleta en la zurda. Da una serie de
naturales. El toro se para. “El Cid” no da importancia al torete que se le
arranca improvisadamente y le da un pitonazo.
El sevillano iba a dar un natural pero acordándose
que le apretó por ese pitón lo cambia por un pase contrario. Trasteo por ambos
pitones y sale de la cara del toro.
Tras dejar reposar al toro se acerca con la muleta
portada en la mano derecha. Serie de redondos aislados porque el toro se para
tras el remate de cada pase. Dos buenos redondos que en el remate resulta la
muleta enganchada. Cambio de muleta de mano, remate con el de pecho sobre la
izquierda. Ovación.
“El Cid” no quiere irse de vacío por
lo que continúa el toreo al redondo metido entre los pitones. Serie de buenos
redondos. Cuando el toreo se para lo posiciona mediante la técnica del péndulo.
Redondos con pérdida de dos pasos entre pases. Remata con el de pecho sobre la
izquierda. Desplante ante la cara del toro. Cuando sale recibe una gran
ovación.
Toma el estoque de matar. Aliña al toro por ambos
pitones a medida que lo va cerrando. En la suerte contraria logra una gran
estocada hasta las péndolas. Capoteo de los banderilleros. El toro se acula en
tablas. “El Cid” por detrás le saca
la espada de matar.
Toro amorcillado. Toma el descabello y sin
atronarlo totalmente el toro cae.
Aparecen los pañuelos no de manera mayoritaria y el
presidente concede la oreja.
Sale el
quinto de la tarde. Luce el hierro de Torrealta. Es un toro colorado,
chorreado. Un toro fuerte y quizá, a nuestro entender, con un peso excesivo.
Manuel
Escribano
espoleado por los triunfos de sus compañeros sale a revienta calderas y lo
saluda con dos largas cambiadas de rodillas en terreno de tablas. Seguidamente
lo torea a la verónica ganándole terreno pero saliendo suelto de cada capotazo.
Lo torea por delante de la cara sin molestarle a media altura tratando de
enseñarle a embestir para seguidamente estirarse a la verónica en una serie de
cuatro buenas verónicas a medida que le gana terreno. Remate con una media
despegada sobre el pitón derecho que dobla con la del pitón izquierdo. Ovación.
Pica José Manuel Ruiz “Chicharito”. Escribano en el centro del ruedo llama al toro que
está en el burladero de suertes. Lo cita, el toro viene como un obús. Se le
cuela, lo esquiva y a la salida se va al caballo directamente porque Antonio
Manuel Punta perdió la atención. El piquero se agarra arriba pero el toro como
ha entrada de mala manera sin colocarlo derriba. "Chicharito" se queda debajo del caballo y cuando retirado el toro, trata de levantarse no puede por posible lesión en la pierna. Las asistencias lo recogen y lo voltean por ncima de la barrera justo enfrente de la enfermería. Vemos como los médicos que ocupaban burladero delante del lugar del accidente salen raudos camino de la enfermería.
Para la segunda entrada Escribano lo posiciona
largo y cuando el toro entra al caballo y Jose M. Quinta que cubrió al puesto de su compañero accidentado,
logra un excelente puyazo. Lo saca
Punta y se queda con él mientras Escribano toma las banderillas.
El primer par. Secuencia. Escribano en el centro
del ruedo. Toro en las rayas de picar delante de presidencia. Adornándose
Escribano se va a por el toro. Le gana la cara y prende en lo alto.
El segundo par. Se sube en el estribo y de dentro
afuera arriesgando mucho prende un excelente par. Ovación.
El tercer par. Escribano en el centro del ruedo. El
toro muy afligido espera en exceso. A un tiempo prende arriba, le aprieta y “Algabeño” muy atento le realiza el
quite.
Manuel Escribano brinda a sus tías que ocupan
tendido de sombra.
Inicia la faena de muleta doblándose por ambos
pitones a medida que le va ganado terreno. Cuando lo tiene fuera de las dos
rayas se lleva la muleta a la mano diestra.
Un redondo. Le pierde más pasos de los requeridos
por lo que se queda fuera de cacho. Le administra tres redondos aislados.
Seguidamente le roba una serie de redondos a un toro que tiene poca afectividad
de embestida. Remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Muleta en la zurda. Naturales dados de uno en uno a
un toro que ya no embiste porque se ha desgastado mucho en banderillas y le
sobran 60 kilos de peso.
Buenos naturales pero como son administrados
aisladamente es difícil que la faena remonte.
Escribano logra una excelente estocada que hace que
el toro doble delante de la puerta grande de la coqueta plaza de Los Barrios. “Algabeño” le retira la espada de matar
y acierta al primer puntillazo.
Se pide la oreja por parte de sus muchos seguidores
en este Campo de Gibraltar y presidencia la concede.
Sale el
sexto de la tarde. Luce el hierro de La Palmosilla. Otro
toro anovillado en exceso, con cornamenta sin cerrar. Remata en el burladero
debajo de presidencia sufriendo un porrazo enorme.
Ginés Marín justo debajo de presidencia le
administra un capotazo dejándole ir. No ha tratado de hacerse con la embestida
del toro al no echarle el capote abajo.
Sin haber fijado al toro, se estira a la verónica con
lances, de paso atrás, sobre todo por el pitón derecho que es por el que el
toro aprieta. Recibe aplausos.
Con lances por delante sin cruzar lleva el toro al
caballo que monta Agustín Navarro. No le posiciona correctamente. El toro se
arranca. El piquero se agarra muy trasero. Trata de rectificar y tampoco
encuentra el sitio adecuado donde colocar la puya. Martilleando realiza una serie de picotazos
seguidos que el público recrimina. Muy mal el picador.
Trata de sacarlo Carretero pero tampoco está el banderillero
por la labor de sacar al toro. ¿Por qué esta actitud?
Cuando el toro sale del caballo, Marín trata de
dejarlo un poco más largo. Ahora Navarro
se agarra arriba y el presidente cambia el tercio sin enterarse que se trata de
una corrida concurso de ganaderías.
Ginés Marín brinda a David Galván que ocupa tendido
de sombra a la derecha de presidencia y recibe una gran ovación. ¡Es la ovación
de la tarde! Donde se premia el detalle y al matador afincado en esta villa con el que hablamos al final de la corrida y nos comunicó que la lesión del codo es menos grave de lo diagnosticado en principio lo que nos alegra pues esperamos verle en la próxima e inminente feria de Algeciras.
La faena de muleta la inicia en el centro del ruedo
doblándose por ambos pitones cambiándose la muleta de mano alternativamente a
un torete que no es fácil.
Serie de redondos sin ajuste por el pitón malo del
toro. No está confiado por ese pitón.
Lo ha probado por el pitón izquierdo pero como no
se ha confiado, no le ha mandado. El toro le ha podido y ya no hay nada que
hacer.
El toro ya se cierne por ambos pitones.
El toro sabe lo que se deja atrás y se ha vuelto
peligroso. Marín lo ha visto y lo aliña por ambos pitones.
Se lleva la muleta a la diestra y está firme en una
serie de redondos aislados a un toro muy complicado.
Valiente el torero jerezano. Lo va cerrando
tratando de buscar el terreno adecuado para ejecutar la suerte suprema. Cuando
lo tiene entre las dos rayas realiza un desplante que es aplaudido y se va a
por la espada de matar.
En la primera entrada no realiza la suerte de matar
y da un pinchado sin soltar. A la segunda entrada en la suerte natural, con el
toro fuera de las dos rayas logra una buena estocada refrendada con la ovación
del público. El toro rueda sin puntilla.
Aparecen los pañuelos pidiendo la oreja que
presidencia con acierto no concede. Al final de la corrida nos enteramos que "Chicharito" sufrio fractura de tibia.
Reportaje
gráfico de lo realizado por “El Cid”
Reportaje gráfico de lo realizado por Manuel Escribano.
Reportaje
gráfico de lo realizado por Ginés Marín.