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lunes, 26 de noviembre de 2012

LA SEXTA CORRIDA DE LA FERIA MATEA 1977 DE VALLADOLID.

LA SEXTA CORRIDA DE LA FERIA MATEA 1977 DE VALLADOLID.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Fue una corrida mixta donde los dos afamados rejoneadores Álvaro Domecq y Joao Moura gozaron del tirón suficiente para llenar hasta la bandera, la plaza de toros del Paseo de Zorrilla.
Y este dúo de rejoneadores abrió paseíllo para cumplimentar a la Presidencia integrada por el comisario jefe del Cuerpo Superior de Policía señor Vaquero auxiliado en materia artística por Antonio Aguado “Larita”.
El primer toro de la corrida,nº 45. Negro bragado es para el rejoneador ÁLVARO DOMECQ: Hubo de trabajar para poder dominar a su enemigo. Un toro manso que se aquerenció a tablas en el momento que sintió el hierro en su anatomía.
En esos terrenos peligrosos donde el toro solamente embestía a arreones, el caballero jerezano a base de exponer y entrar por dentro, colocó dos rejoncillos de castigo que son muy aplaudidos. Dos excelentes pares de banderillas entrando por dentro de las tablas que fueron aplaudidos en su ejecución. Un par de las cortas que brinda al público y clava en todo lo alto.
Sorprendiendo a todos los asistentes clava un rejón de muerte en todo lo alto que le propició el corte de la oreja tras petición unánime de un público entendido que valoró justamente la labor del caballero rejoneador.
JOAO MOURA: Actuó en el intermedio de la corrida Su toro era el nº 20. “Atador”. Este joven rejoneador portugués, entusiasmó al respetable por su temple, por su monta y por lo certero en la colocación de los hierros.
Su toro fue el más bravo del encierro y ante él, el luso demostró tener valor al aguantar las embestidas fieras y seguidas de un toro que se comía a las cabalgaduras y al que logró, a base arte y bien montar, doblegar.
Tras haber corrido y parado perfectamente al toro. El primer rejón de castigo se le va ligeramente delantero. Alardes de doma perfecta en su caballo y clava un buen rejoncillo en medio de aclamaciones y música.
Tres soberbios pares de banderillas muy ovacionados. Uno de las cortas tras brindis a la reina de las fiestas.
Con un rejón de muerte certero, rueda de los auxiliares y el toro se fue a las tablas. Moura, pie a tierra, acierta al primer golpe de descabello.
Se pide merecidamente la oreja que presidencia concede.
En lidia ordinaria:
GABRIEL DE LA CASA: Salió como abúlico, pero no obstante, instrumentó unas buenas verónicas a su 1º. nº 48 “Caracolero”. 437 kilos. Negro bragado.
En la suerte de varas, una vara en la que el toro trata de quitarse la puya seguida de un picotazo en la segunda entrada.
Con la muleta se peleó con un toro que no quiso colaborar y que el público no valoró.
En la suerte suprema logra un pinchazo hondo del que el toro dobla. El puntillero acierta al primer golpe. Pitos.
En su segundo que es un toro dotado de pitones. Nº 58 “Bailador”.460 kilos Negro. Gabriel trata de desquitarse. Buen toreo de capa que es ovacionado. Lleva artísticamente al toro al caballo y es aplaudido.
Tras brindar al público, comienza la faena doblándose por ambos pitones con las rodillas en tierra. Continúa con buenos muletazos sobre ambas manos que no obstante no llegan al público, causa por lo cual el toledano abrevia y entra a matar logrando una media estocada caída. Es despedido con protestas mientras que el toro es aplaudido.
RAUL ARANDA: en su primero, Nº 25. “Medialuna”.463 kilos. Negro, lo torea bien de capa. En la suerte de varas es aplaudido el picador, quien se agarra arriba mientras el toro mansea.
Con la muleta realiza una faena porfiona en la que destaca una serie de buenos naturales que son jaleados y merecen la música de la banda.
Adorno de rodilla en tierra y fallo a espadas donde, tras un pinchazo sin soltar, dos más que el toro escupe y otro en el sitio del que el toro se acula en tablas. Fallos repetidos son el descabello. El silencio es la nota dominante al final.
En su segundo, Nº 28. “Quintanillo”. 443 kilos. Negro. Es un toro con trapío que manseó en exceso, las protestas comenzaron cuando un picador persiguiendo al manso se va hasta los medios.
En banderillas cunde el pánico. Raúl realiza una faena porfiona que el público no toma en consideración, mientras sigue protestando reiteradamente. Protestas que se incrementan cada vez que el toro se cae.
Raúl está muy valiente pues el toro le tira varios gañafones que afortunadamente no llegan a su destino.
Mata de un metisaca y estocada en el sitio de la que el toro dobla. El puntillero acierta y Raúl Aranda recibe Pitos.
PEPÍN PEÑA: A su primero, Nº 7. “Cosquilloso”. 459 kilos, negro, lo veroniquea excelentemente. Tras salir el astado del caballo, lo realiza un bonito quite por chicuelinas que es ovacionado.
Tres excelentes pares de banderillas que son ovacionados.
Brinda al público y comienza la faena con unos muletazos sentado en el estribo.
Ha de trabajar para sacar al toro de la querencia a tablas. Dos buenas series de derechazos.
En la suerte suprema entra en derechura, pero logra una estocada atravesada. Acierta al primer golpe de verduguillo y es premiado con la vuelta al ruedo
Su segundo, Nº 59. “Adriano”.505 kilos. Negro. Toro que sale con muchos pies y es veroniqueado extraordinariamente por Pepín.
Lleva de manera artística el toro al caballo en medio de aplausos. Gran ovación tras realizar un ceñido quites por chicuelinas.
Tres buenos pares de banderillas en medio de aplausos del público.
Tras brindar a la esposa del empresario, Angelita Rodríguez de Arce inicia la faena de muleta con tres pases de rodillas junto a las tablas, para seguir en pie con unas buenas series de redondos y naturales en medio de las ovaciones y la música, tras un pase cambiado perfecto.
Pierde la oreja al fallar a espadas. Es aplaudido cuando el toro dobla.
Como ecos de sociedad decir que asiitieron a la corrida el Capitán General de la VII región militar Excmo Sr. D. Ángel Campano López y la reina de las Fiesta que ocupó el palco destinado al efecto.
De los toros decir que los correspondientes a rejones eran del hierro de don. R. Sánchez Rodríguez. Uno fue manso y difícil y correspondió a Álvaro Domecq y el otro fue extraordinario y correspondió al portugués Joao Moura.
Los toros de a pie lucían el hierro de D. Antonio de la Cova, eran cinqueños y por ello presentaron más dificultades de las esperadas, salvo el sexto que fue un toro extraordinario para el toreo.
La lidia fue, en líneas generales, equivocada. De ahí que los astados no lucieran.