LA QUINTA CORRIDA DEL CICLO TAURINO VALLADOLID 1973.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Era la tradicional corrida denominada de “El arte del rejoneo” en la que un público entusiasta del caballo, ocupó algo más de las tres cuartas partes del aforo del coso del Paseo de Zorrilla.
Presidencia ocupada como habitualmente por el Sr. Zalama a quien asesora en materia artística “Cigales”.
En los carteles se anuncian seis novillos-toros de la ganadería del Marqués de Domecq y Hermanos que fueron lidiados por los cuatro caballeros rejoneadores. Hermanos Peralta, don Álvaro Domecq y el portugués José Samuel Lupi.
La corrida estuvo amenizada por la Banda de Música Regional infantil de Valencia quien en los prolegómenos del festejo desfiló por el ruedo interpretando diversas composiciones musicales que finalizaron, al abandonar el ruedo, con la conocida "Valencia" del maestro Padilla que fue acompañada de las palmas de los espectadores.
Los cuatro rejoneadores conocidos como. “Los cuatro jinetes de la apoteosis” fueron recibidos y despedidos con aplausos tras el carrusel de exhibición realizado en los momentos previos a la lidia.
Sale el primer novillo y, tras fijarse en el caballo que monta D. Ángel Peralta, se arranca con prontitud en larga persecución en medio de los aplausos del respetable. El de Puebla del Río clava tres rejones de castigo, en el sitio, que son muy aplaudidos. Clava tres pares de banderillas a una mano, a las que siguen dos pares y medio de banderillas a dos manos, finalizando con la “rosa de la casa” que queda en todo lo alto.
Un rejón de muerte da con el novillo en tierra, siendo premiado tras ovación, con una oreja que pasea montado en su corcel al tiempo que realiza algunos ejercicios de alta doma.
D. Rafael Peralta clava también de salida tres rejones de castigo – el último extraordinario por la exposición - a un novillo distraído y de embestida incierta.
En banderillas con oficio y arte clava cuatro pares de banderillas y uno de las cortas.
La “rosa de la casa” se la brinda a la Reina de las Fiestas, dejándola en el sitio exacto del morrillo de su oponente recibiendo una gran ovación.
En la primera entrada para ejecutar el rejón de muerte la jaca es alcanzada por el novillo recibiendo un pitonazo corrido. Tras rejonazo que toca hueso, cae el novillo para ser levantado por el puntillero. Finalmente cae definitivamente y el caballero es premiado con ovación grande que propicia la vuelta al ruedo.
D. Álvaro Domecq se enfrenta a un novillo de gran clase a quien tras encelamiento torero y templado, clava tres rejones de gran precisión en todo lo alto.
Tres pares de banderillas a una mano extraordinarios uno de los cuales queda inhiesto hasta el final de la lidia. Dos pares de banderillas a dos manos uno de ellos en un terreno inverosímil.
Brinda la colocación de la flor a la Reina de las Fiestas y clava en el lugar exacto siendo ovacionado
Un rejón de muerte que resulta ligeramente caído. “Alvarito” baja del caballo y tomando la muleta, tras pedir permiso a presidencia, muletea a su oponente en medio de los aplausos del público que aumentan al interpretar un molinete ceñido.
Entra a matar al volapié con rectitud y logra un estoconazo hasta la gamuza de la que rueda el novillo sin puntilla. Las dos orejas son el premio a su labor, y con ellas el jerezano da la vuelta al anillo.
Vistiendo a la federica, el caballero portugués Samuel Lupi se enfrenta a un abanto novillo que tiene tendencia a irse hacia los adentros lo que indudablemente quitó lucimiento a la faena del luso.
Lupi demostró sus condiciones excepcionales de jinete y sus conocimientos taurinos.
Cuatro rejones de castigo, el último muy cerrado en tablas, compusieron su preparación del novillo para la lidia posterior.
Dos pares a una mano, uno de frente, donde todo fue suavidad y bien hacer.
Brinda a la reina de las Fiestas y deja un par superior al que siguen dos pares de banderillas cortas.
En la suerte d matar logra un pinchazo hondo y un rejonazo del que el toro cae cuando Lupi a descabellar. Lo levanta el puntilero para finalmente caer definitivamente.
Es premiado con una ovación que le motiva para dar la vuelta al ruedo mientras el novillo fue pitado en el arrastre.
El quinto novillo fue lidiado al alimón por los hermanos Peralta en la lidia denominada “por colleras” introducida por ellos en la tauromaquia de rejones, demostrando su dominio en la colocación de rejones y garapullos tanto a una como a dos manos. Uno de cuyos pares fue brindado por Ángel a la Reina de la Fiestas.
A la hora de matar Ángel toma el rejón de muerte y lo coloca muy bajo finiquitando al novillo. El premio es una gran ovación con la que dan la vuelta al ruedo.
En la actuación por colleras de Álvaro y Samuel, lucen extraordinariamente ya desde el primer rejón de castigo. Siguen luciendo en la colocación de banderillas. Uno de los pares fue brindado por Lupi a la esposa del empresario Angelita Rodríguez de Arce.
Muy ovacionados ambos caballeros a lo largo de su inmensa actuación.
Toma la responsabilidad del rejón de muerte Álvaro Domecq, quien tuvo la mala suerte de descordar al novillo que cae fulminado no obstante lo cual son premiados con una oreja que, tras partida por la mitad, portan en la mano mientras dan la vuelta al ruedo.