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miércoles, 13 de mayo de 2015

SE FUE UNA EXCELENTE PERSONA DEL MUNDO DEL TORO.

SE FUE UNA EXCELENTE PERSONA DEL MUNDO DEL TORO.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
La dinastía torera Escribano empezó en el hombre que falleció, tras penosa enfermedad, en el día de ayer en el Hospital Punta Europa de Algeciras. Se trata de Luís Escribano González hijo de un tarifeño que, como consecuencia de su profesión, secretario de Ayuntamiento, arribó a un pequeño pueblo albaceteño de nombre Pozo Lorente que según las estadísticas de enero del año 2014 cuenta con una población de 420 habitantes. Allí nació este torero y cursó sus primeros estudios.
Luego, su padre pidió  traslado al pueblo sevillano de Gerena y allí comenzó sus primeros pasos toreros posiblemente por llevar las reminiscencias del  santo taurino de la Romería de su pueblo (San Isidro) y tratar de imitar al matador de toros Pepe Osuna que su padre, D. Manuel apoderaba en tándem con su hermano Luís carnicero de oficio.
Luís, tenía maneras toreras que conservó durante toda su vida, tanto en su comportamiento educado como en sus andares y manera elegante de vestir.
No pasó de novillero, porque en su cabeza tenían más sitio “las faldas” que el toro, y eso…ya sabemos como acaba. No obstante le cupo el honor de figurar en el Tomo V de Los Toros de  Cossío con esta referencia:
“ESCRIBANO (Luis). Matador de novillos, que logró un buen éxito en Algeciras (Cádiz) el 19 de marzo de 1960 al cortar las dos orejas  de su segundo enemigo, en festejo en que se corrieron cuatro reses de García Cavada  y dos de Goizueta Hermanos , y en el que completaban el cartel  Antonio y y José Antonio Duarte. Aún mayor es el triunfo que alcanza en Tarifa , el siguiente 31 de julio, al alternar  con José Rivera “Riverita” en la lidia de cuatro astados  de Álvarez Hermanos , ya que le concedieron  un total de cuatro orejas  y un rabo y salió a hombros del coso. De igual guisa le sacaron de la plaza de Algeciras, el 18 de septiembre de la misma temporada, tras estoquear novillos de Juan Gallardo. Continúa toreando por ruedos gaditanos  y el 9 de abril de 1961 lo hace en San Roque, junto a Rafael  García Pacheco y Carlos Corbacho, y desoreja  a su primer oponente de la ganadería de Troya. Sus éxitos locales se amplían con el que obtuvo en la plaza  de la Maestranza sevillana el 25 de julio de 1962, pues en presencia de Rafael Jiménez Márquez  y Manuel Albar  cortó una oreja del segundo novillo que le correspondió, perteneciente a la vacada de Juan del Cid. Pese a tan reiterados triunfos iniciales su nombre  despareció bien pronto de las taurinas referencias de prensa. Tomo V del Cossio”.
Con posterioridad la dinastía torera siguió con su sobrino el actual matador de toros Manuel Escribano Nogales que tantos triunfos está cosechando.
El amigo Luís era muy conocido en los ambientes taurinos de Sevilla donde alternaba con taurinos, periodistas y ganaderos. Entre sus amigos figuran  Curro Romero, Filiberto Mira, Antonio del Moral, Carlos Núñez Moreno de Guerra, además de un sin fin de personajes del mundo de la farándula. Narraba de continuo, con un gracejo especial,  múltiples anécdotas vividas.
El Cossío omite su actuación en la plaza de Vista Alegre de Madrid, pero un servidor reproduce, para constancia,  la crónica del acontecimiento en uno de los recortes adjuntos.
Luís toreó en las dos capitales del toreo mundial, Sevilla y Madrid. Luego, en su vida laboral, fue un rentable comercial para Finanzauto y un efectivo director de autoescuela.
Tras su jubilación se vino a vivir a Tarifa compatibilizando estancias entre la casa de su anciana tía carnal materna  y la suya propia que construyó, en un solar compartido, desde la que se veía los tendidos de la plaza de toros de la ciudad de Guzmán el Bueno.
En los últimos momentos pidió a su buen amigo el matador de toros linense Carlos Corbacho que le visitara en el lecho del dolor.
Según me confesó hace un par de años con sus setenta y dos años a las espaldas, se fue a los cielos sin haber cumplido el sueño de haber dado unos muletazos a un toro de mucha romana en la finca de su buen amigo Beltrán Núñez, pero al parecer le falto decisión que no valor para hacerlo. Y lo pensaba de continuo desde su puesto en el Mirador del Estrecho donde pasaba los fines de semana.
Descansa en paz ¡¡TORERO!!