Año 1929.
Un suelto que firmaba
JUAN PALOMO hablaba de nuestra novillada de feria. Se decía que para despachar
los seis novillos de Pablo Romero estaban contratados “Cantimplas” y “Rebujina” y
en medio de una interrogante se preguntaba el articulista si sería “Pinturas”
el otro diestro que completará la terna de nuestro cartel.
Se comentaba de lo bien
que había caído en la adición del Campo de Gibraltar los novillos de Pablo
Romero, y se daba por descontado el éxito.
Al cabo de años
recordamos estas celebraciones de feria como una nostalgia, ya que en fecha tan
próxima a nuestras fiestas de septiembre aún no se habla ni de sus
preliminares.
El día 4 de septiembre de este 1929 el periódico tarifeño
La unión de Tarifa publica un
artículo sobre una novillada en Tarifa el día 4 de enero de 1899 y dice:
“dicho
día se celebró una novillada en la cual se lidiaron cuatro utreros, dos de
muerte y otros dos de capeo, siendo superior el de D. José Ortega y bueno el de
D. José y D. Marcos Núñez Reynoso no hubo suerte de varas.
El primer
espada Juan Alba Campos (a) Pelota, estuvo superior en la muerte, que lo hizo
de una estocada, mereciendo que le dieran la oreja y lo pasearan en triunfo por
la plaza. El segundo lo mató Gonzalo Acuña (a) Ginebra de algunos pinchazos,
por haber sido arrollado en la primera estocada.
Los
banderilleros, José Chicano (a) Panadero, Antonio García (a) El Socio Y Rafael
Fernández (a) Barreño, cumplieron sus cometidos superiores a cualquier
aficionado como ellos.
Sintiendo
el público que no pudiera haber tomado parte el arrojado Pepe Sáenz (a)
Pajarito por estar de luto por la muerte de su padre.
Fue tal
el entusiasmo que despertó en Tarifa la colosal faena de nuestro paisano, que
en un cartel de gran tamaño se anunciaban al siguiente día “pañuelos de seda y
medias a lo Pelota”
La tienda
donde apareció este anuncio pertenecía a Dolores la “Jacoba”, donde entonces
prestaba sus servicios como dependiente Joaquín Ramírez, conocido hoy (1929)
como Joaquinito el del Ayuntamiento”
Con fecha 8 de
septiembre de este año aparece una nota periodística que dice:
Plaza de Toros de
Tarifa, se lidiaron seis Bravos ejemplares de la renombrada ganadería de Don
Luis y Don Felipe de Pablo Romero, por los diestros:
Rafael de
Saco ·”Cantimplas” de Córdoba.
Antonio
Labrador “Pintura” de Zaragoza.
José
Jiménez “Rebujina” de Cádiz.
Los toros de los
escrupulosos ganaderos que mandaron a
Tarifa, era desigual en peso y en cabeza, pero bien presentada, brava y
codiciosa, de los seis novillos, dos cumplieron, uno (el último) fue manso y
tres muy bravos, en particular, un toro de bandera, y yo me atrevería a
sostener, que fuera el novillo más bravo de la temporada en casi toda España.
El toro “Despertador” lidiado en cuarto lugar
por “Cantimplas”, peso después de
muerto 291 Kilos y era mulato entrepelado y con el número 13 en los
costillares, lo toreó muy bien “Cantimplas”
y lo mató indignamente después de varios pinchazos, “Despertador” fue
aplaudido en el arrastre.
Solo la lidia de este
toro, valía la entrada para los buenos aficionados, hoy que tan pocos toros
bravos de verdad se lidian.
Los novillos arrojaron
en romana el siguiente peso: 1º,230 kilos; 2º, 242; 3º, 250; 4º, 291; 5º,326 y
6º, 300.
Y otra nota que dice:
El sábado anterior al
domingo último de velada, se había celebrado en nuestro circo taurino una
charlotada, en la que intervinieron
Arlequín, Charlot y su Chico Enano, cuyo espectáculo resultó muy divertido.
Muy contentos salieron
del resultado del espectáculo los cuantos amigos que se constituyeron en
empresarios, que la noche anterior con un Levante fenomenal veían un mal
negocio. El Levante fue benigno esta vez, y se retiró del todo para no
estropear a los flamantes empresarios.
Año 1930.
El periódico tarifeño “La Verdad” que trae muchas noticias
taurinas es a la vez muy crítico con el
poder municipal y socarronamente se pregunta una y otra vez donde está la llave
de la Plaza de Toros o donde se encuentran los Libros de Contabilidad.
Vienen a Tarifa de
visita “El Niño de la Venta” y Marcial Lalanda.
En estos años salen
muchos aficionados a los toros que hacen sus pinitos.
Con fecha 17 de mayo del 1930 se publica un cartel de una
charlotada que se celebrará el 8 de septiembre en Tarifa que adjunto
También aparece un cartel del domingo 7 de septiembre de
1930 que adjunto

La crónica de esta novillada es la siguiente:
Con una entrada buena, al parecer como la del año pasado, y
menor que las de los dos anteriores, tuvo lugar en la tarde del domingo en
nuestro circo, la novillada de feria.
El ganado que, pertenecía a la vacada de D. Ramón Ortega, el
reputado ganadero de Medina Sidonia, dejó mucho que desear en cuanto a
presentación y bravura. La blandura de los bichos, que se salieron sueltos de
los caballos, su falta de poder y su mansedumbre, pues a excepción del último,
todos cumplieron a duras penas, nos trajo como consecuencia, que no nos
divirtiéramos como corresponde a fiesta tan cara y de la que esperábamos ver
alguna faena voluntariosa y de emoción. Pero ni eso nos fue concedido y tuvimos
que conformarnos con que el Levante se “echara” al ruedo como un espontáneo
más, ó como un bronquista de los dos o tres que al mismo bajaron, saltando las
maromas dando que hacer a los municipales.
No hubo viento, no hubo toros y aunque parece que los
diestros tenían ganas de agradar, apenas si lo consiguieron y conste que
estuvieron breves y voluntariosos, haciendo mucho más que las figuras que años
pasados desfilaron por nuestra placita.
Quedamos en que los toros no respondieron a la fama de la
ganadería, en nada. Pesaron poco más de doscientos kilos y la poca importancia
de una novillada defectuosa, desigual de cabeza, flaca y mansa, no justifican
las diez mil pesetas que la empresa de Tarifa acostumbra a pagar por su
novillada de feria que, por esta vez merece de nuestro reproche, como lo ha
merecido de la totalidad de la afición.
Un error al enchiquerar los bichos y no sabemos que,
cuestión de sorteo – esto de los toros tienen siempre su sorpresa – hizo que
viéramos cambiado el orden del cartel, y así Solórzano salió por delante de
Rebujina, siendo éste el primer espada del cartel que vino a ocupar el último
puesto dejando en medio a Belmonte.
No merece ocuparnos con detalle de la labor de los espadas
por separado y baste decir que los tres
hicieron por agradar y que estuvieron bulliciosos toda la tarde.
Solórzano entrenado y torero. En su primero tres lances a la
verónica buenas. Banderilleó con valentía si tener suerte en la colocación de
los palos e hizo una faena de muleta valiente, matando breve. Su segundo lo
brindó al público, dejando la montera en el redondel.
Rebujina no paró un
momento y solo dio unos muletazos con salsa al primero, pudiendo sacar mejor
partido de su segundo que fue el más bravo y noble de la corrida.
El de Algeciras mató muy bien a su primer toro. Salvado esto
en su honor diremos que está verde, mucho más que el traje de Rebujina,
demasiado verde. Ni para, ni mueve los brazos, ni conoce los terrenos, ni la
querencia de las reses. Estuvo en peligro dos veces, sufriendo serios
achuchones, pues por su ignorancia, más que por falta de valentía, duda y se
azora, poniéndose el mismo en peligro ante las reses. Así lo hemos visto ya dos
tardes; una en su ciudad natal, y otra en la nuestra, y en ambas nos ha
merecido el mismo juicio. ¡A aprender mucho y a poner valor, Belmonte!
En resumen, una corrida ligera, breve y bastante aceptable
en cuanto a los espadas que pusieron voluntad y deseos en su cometido.
Cuando hay toros no hay toreros; y cuando hay toreros no hay
toros. ¡Aquel cuarto novillo de Pablo Romero lidiado en Tarifa la tarde del 8
de septiembre de 1929! ¡Si hubiera venido Solórzano para torearlo,
banderillearlo, brindarlo al público desde el centro de la plaza y matarlo
luego muy bien…!
Despertador” de Pablo Romero, 1929! ¡Solórzano, 1930!
JUAN PALOMO.
Hay una noticia que reza Marcial Lalanda en Tarifa.
El lunes anterior pasó unas horas en nuestra ciudad,
procedente de Cádiz, en cuyo circo taurino había actuado la tarde anterior, el
famoso diestro Marcial Lalanda, que era acompañado por varios amigos, entre
ellos, don Salvador Camacho y nuestro
compañero de prensa señor Becerra.
Era esperado en esta por don Carlos Núñez y Manso, que en
unión de otros amigos y admiradores de Lalanda, dieron un paseo por los
principales sitios de la población, deteniéndose después en el Casino Tarifeño
donde, al calor unas copas, se habló de toros y hasta de política, no faltando
el buen humor en la inesperada como
simpática reunión.
Y otra más, titulado La
Feria de Algeciras que decía:
Como ocurre todos los años numeroso público de Tarifa se
trasladó a la vecina plaza algecireña, para presenciar su feria y fiestas.
El martes, sobre todo, fue cuando Tarifa dio más contingente
de personal a la feria de Algeciras, sin duda atraído por el sugestivo cartel
de toreros y toros, que para aquél día presentaba la empresa algecireña.
Nadie se arrepintió del hecho, ya que hubo ocasión de ver,
con Márquez, Marcial y Gitanillo, que
se las entendieron con seis de Pablo Romero, una de las corridas más completa
de hace mucho tiempo a esta parte conocida por esta provincia, en la que los tres
famosos diestros, muy especialmente Márquez y Lalanda, se lucieron como
consumados artistas con los toros, que eran ideales, de la famosa vacada.
También la prensa dio esta curiosa noticia:
PÉRDIDA.
Se gratificará a la persona que presente a sus legales
dueños la llave de la Plaza de Toros de esta ciudad y sus libros de
contabilidad que fueron extraviados en su intentada y última sesión borrascosa,
intervenida por un novel accionista.
Al tiempo que denuncia:
¿Por qué el inspirador de LA SIRENA no publica en sus
periódicos, las cuentas de ingresos y gastos de las novilladas celebradas en
ésta en los años 1928 y 1929, como se le tiene interesado?
¿Por qué el mismo señor no reúne a los accionistas de la
Plaza de Toros, y le da cuenta de su gestión de varios años en los que ha sido
Presidente, Tesorero y Secretario respectivamente, y al mismo tiempo pudiera
nombrarse nueva Junta o Reelegirse la
actual?
También se hicieron comentarios sobre la casualidad de
encontrarse entre nosotros el
protagonista de la película “Viva Madrid,
que es mi pueblo”, cuya exhibición se anuncia para pronto en el Salón
Medina.
Después el valiente espada, siguió su viaje para Marruecos,
donde en Tetuán asistirá a una montería
de reses mayores haciendo tiempo hasta
el domingo que toreará en la plaza de Ceuta.
En prensa aparece un artículo titulado Un
tentadero en el campo de Medina Sidonia que dice:
El sábado 13 de septiembre de este 1930 se celebra en la
Plaza de Toros de Tarifa un Grandioso Festival Taurino cuyo cartel adjunto:

El artículo sobre la becerrada se tituló: La becerrada del sábado que reza así:
No salimos desilusionados
de la becerrada que, unos cuantos jóvenes, organizaron con el más
plausible de los fines: Destinar su producto al Hospital de Caridad.
Y decimos que no salimos desilusionados, porque no
esperábamos otra cosa que lo que
hicieron. Sin que ninguno pretendiera dársela de torero, pues ni aún
aficionados son siquiera, , los muchachos pusieron su voluntad y buen deseo,
que no es poco, si bien no consiguieron
del todo su intento, ya que el público no respondió como ellos se
esperaban, no llegaron los ingresos a
poderse nivelar con los gastos.
No obstante ellos se dieron el gusto de salir a la plaza,
ufanos y contentos en el paseo, para saludar a la presidencia que ocupaban
bellas señoritas ataviadas con mantillas, unas, y mantones, otras.
Y naturalmente salió el primer becerro de los tres que se
lidiaban, que le correspondía a Eusebio y que se repartieron todos a la vez, no
alcanzando el que más otra cosa que revolcón más o menos.
La becerrada en sí estuvo bien…bien divertida, vamos.
Eusebio Fernández, Antonio Peralta y Manuel Selma, fueron
los encargados de extender la defunción a los becerros, cosa que cumplieron, si
no sujetándose en un todo a lo que
marcan los cánones, por lo menos con la mayor buena fe del mundo, aunque no lo
entendieran así los hijos de las vacas.
La cuadrilla era numerosa. Triviño, Chamizo, Gil, Benito,
Moreno, Gallardo, Puyol y Sevilla, todos
se discutieron lancear y poner banderillas, aunque en algunas ocasiones
lo que más se discutían eran las vallas. Algunos estuvieron temerarios, tan
temerarios que se les conocía a legua el temor.
Como es de suponer no faltaron los achuchoncillos quien queriendo hacer méritos para el circo
Krone ensayara ejercicios acrobáticos y hasta quien imitara a Rafael “El Gallo” en sus clásicas “espantás”.
Felizmente no hubo que lamentar desgracia alguna, más que la
muerte de los becerros que, tras grandes muestras de protestas se resignaron,
por fin, a morir.
Por lo demás el
festival resultó bien, haciendo los muchachos cuanto sabían y pudieron y
consintieron los animalitos que allí encontraron la muerte.
Nuestra felicitación a los nuevos “Cúchares” ya que merece felicitación tan solo su entusiasmo y
voluntad, aunque sintiendo, como ellos, que el público no correspondiera esta vez a su plausible como
simpática iniciativa.
Encontramos un recorte de prensa con las cuentas de la
becerrada que reza así:

Encontramos una noticia periodística sobre la Feria de
Algeciras que reza así:
Como ocurre todos los años, numeroso público de Tarifa se
trasladó a la vecina plaza algecireña para presenciar su feria y fiestas.
El martes sobre todo, fue cuando Tarifa dio más contingente
de personal a la feria de Algeciras, sin duda atraído por el sugestivo cartel
de toreros y toros que para aquel día presentaba la empresa algecireña.
Nadie se arrepintió del hecho, ya que hubo ocasión de ver,
con Márquez, Marcial y Gitanillo. Que
se las entendieron con seis de Pablo Romero, una de las corridas más completa
de hace mucho tiempo a esta pare conocida por esta provincia, en la que los
tras famosos diestros, muy especialmente Márquez y Lalanda, se lucieron como
consumados artistas con los toros, que eran ideales, de la famosa vacada.

Año 1931.
El día 6 de septiembre
de 1931, en la Plaza de Toros de Tarifa, Gran Novillada, se lidiaron 6
Novillos-Toros 6 de la ganadería de Pérez de la Concha, para los diestros Cámara,
Niño del Matadero y Niño de la Venta.
El Levante deslució el
festejo, la entrada en la plaza floja sobre todo en la sombra.
Los toreros se
vistieron de luces con ganas de agradar el público, pero el viento no les dejó
hacer nada.
El viento descubría a los
toreros y el público tuvo esto en
consideración, a los tres matadores se les vio voluntariosos, pero no en todo
momento, , pero se les vio, sobre todo al torero Portuense.
¿Matar? Eso sí que no
se vio, pero ahí no hay achaque el viento.
Le dieron una oreja al
Niño del Matadero y otra a Cámara, pero no hicieron ningún mérito.
Año 1932.
Día 27 de marzo. Plaza de Toros de Algeciras Toros de
Herederos de Micaela Núñez para
“Rondeño” y
Guillén.
Amenizó el espectáculo la banda de música del Regimiento Infantería
nº 15..
Año 1933.
Con fecha 18 de marzo
en La Plaza de Toros de Algeciras, se celebró un espectáculo en el que tomó
parte la “La Banda de las Estrellas” y los novilleros Francisco Gil Chacón y
Juan Mansilla, que se encargaron de despachar para mejor vida, dos novillos de
la ganadería de Don Sebastián Álvarez de Tarifa.
Destacó grandemente el
joven diestro Gil Chacón que puso a prueba su valentía y arrojo, cosa que ha
hecho resaltar la prensa gaditana.
El día 7 de mayo hubo
una corrida en Algeciras con toros de Sebastián Álvarez de Tarifa para los
espadas; Adolfo Gómez, “Niño de la
Molinilla”, Luis Sánchez, Francisco Ruiz “Ragelito” y Julio Córdoba.
Con fecha 10 de
septiembre hay una nota en la que dice: Plaza de Toros de Tarifa, la novillada
tuvo poco que ver, gran cantidad de gente, en el sol fue a rebosar de público,
no hubo viento detalle con el que siempre sean justificados los toreros, muchos
convecinos de los pueblos próximos animaron la fiesta, los claxon de los
automóviles, dieron la nota de bullicio y jolgorio, pero la corrida poco tuvo
que ver, se hablaba entes de empezar la corrida de la buena lámina de los toros
de Marcial Lalanda, de El Rondeño Chaves II y de Eduardo Solórzano, que formaban
la terna, se hablaba de todo eso y el público tenía alguna esperanza, debía
tener alguna esperanza.
Pero con la esperanza
nos quedamos, no se vio nada que
mereciera la pena, como no fuera la valentía y buen deseo del Rondeño, y un
incidente después del segundo toro, primero en el ruedo, provocado al intentar
detener a uno que se refugió en una valla, y que siendo insuficiente los
guardias municipales tuvo que solucionarlo la Guardia Civil, y después en el
tendido de sol.
Año 1934.
Sabemos que tarifeños
como el diputado D. Carlos Núñez Manso o el periodista Donato Millán Contreras,
entre otros, colaboran en Algeciras para
la organización de espectáculos taurinos, contribuyendo respectivamente con 100
y 10 pesetas.
Hay un recorte de
prensa que dice:
Se
aproxima la feria y ya se ve como se instalan casetas y alumbrado
extraordinario en el Paseo de la Alameda.
El
programa de festejos hasta ahora es un
secreto, aunque creemos que todo consistirá en los puestos de turrón, en varios “tíos
vivos” y en que las gentes paseen mientras la música toca. El día que existirá
más animación, sin duda, será el domingo 9 en que se celebra la novillada. Por
fin hemos visto el cartel anunciador y
nos hemos podido enterar que se lidian reses de Moreno Santamaría, para “El
Soldado”, “Venturita” y Andrés Suárez. Los dos primeros son una recomendación,
pues en poco tiempo han conseguido ponerse
a la cabeza de la novillería contemporánea, y se espera algo de ellos. “Venturita”
últimamente ha tenido un gran triunfo en Madrid y, aunque la prensa nos trae la
noticia de una cogida, se espera que para esa fecha esté en condiciones de
torear.
También
se habla de una charlotada para días después, aunque en concreto nada se sabe.
Y es
cuanto, de momento, sabemos de la feria.
El día 9 de septiembre
hay una nota de prensa que titulada La
novillada del domingo dice:
Como estaba anunciado
el domingo tuvo lugar en nuestro circo taurino la novillada de feria, con reses
de Moreno Santamaría, Para: El Soldado, Venturita y Villalta II.
El Soldado, sobre todo,
trajo mucho público de Algeciras, La Línea y otros pueblos comarcanos, que
proporcionó una buena entrada, si bien la corrida que el mismo día se celebraba en Ronda restó un gran
contingente de público a nuestra plaza.
No hubo esta vez
Levante, en que se pudieran escudarse los toreros para justificar su actuación, que no fue
ninguna gran cosa.
El Soldado en su
primero estuvo muy bien con el capote,
siendo ovacionado.
Venturita al hacer un
quite, salió arrollado sin consecuencias, felizmente.
Con las banderillas el
torero mejicano estuvo bien, realizando después con la muleta una valiente
faena. Con el estoque estuvo desgraciado. Dio varios pinchazos, descabellando
al primer intento, siendo aplaudido.
En el segundo escuchó
palmas al abrirse de capa. Breve con la
muleta y tras algunos pinchazos e intentos el bicho dobla.
Venturita con su primer
toro, segundo de la tarde, estuvo regular, si bien tuvo como disculpa que le tocó en suerte un toro bronco y al
parecer tuerto. Despachó como mejor pudo al novillo de Moreno Santamaría,
aplaudiéndose al torero y pitándose a la res
en su arrastre.
En su segundo el torero
jerezano estuvo valiente con la muleta. Después de dar un pinchazo y una estocada mató al primer
intento, siendo ovacionado y obteniendo la oreja del bicho.
Villalta II en su
primero no tuvo lucimiento alguno. Sin preparación alguna se dispuso a matar después de brindar al
ganadero don Ramón Gallardo.
Desgraciado con el estoque,
la vida de la res la remató el puntillero.
En el último de la
tarde, cuya lidia tuvo lugar oscureciendo, el novillero de la ciudad de las
Conferencia intentó hacer algo con el
capote, queriendo demostrar valentía con la muleta. Mató después de media
estocada y algunos pinchazos, con el ruedo lleno ya de público.
En resumen, la corrida
sin que se pueda considerar desastrosa, no fue tampoco nada para llamar la
atención. Fue lo que se llama una novillada regular Hubo algunos momentos en que quisimos ver al
torero, sobre todo en el Soldado con el capote y con la muleta, pero a la hora
de matar no encontramos nunca a nadie.
El público llegó a
sentir el aburrimiento producido por el cansancio, ya que la dirección de la
lidia se vio pocas veces.
No faltaron los
“capitalistas” como ocurre siempre, uno de los cuales agredió con una caña a un
torero al querer sujetarlo. Aunque escapó, protegido por el público de sol, de
la Guardia municipal, fue detenido sin resistencia alguna por la Guardia Civil.
Es cuanto nos sugiere
nuestra novillada de feria, que pasó como una novillada más de pueblo, y en la
que según tenemos entendido la empresa ganó dinero.
Al domingo siguiente es
decir el 16 se celebró en nuestro circo el anunciado festival taurino. Constaba
éste de tres partes: la primera con Verdon, Charlot y El Bufón, que se las
entendieron con un becerro, haciendo reír al público
La segunda parte fue
seria: Dos bichos para Juan Valencia, de Tarifa y para Curro Pérez de
Algeciras, que actuaron con sus correspondientes cuadrillas de banderilleros.
Nuestro paisano estuvo
breve con la muleta, dejando media estocada que hizo doblar al bicho. Se le concedió las orejas y el
rabo.
El muchacho de
Algeciras estuvo muy valiente, sobre todo con la muleta, siendo cogido sin
consecuencias. Se le vio estilo a Curro Pérez, aunque al matar estuvo
desgraciado. El público aplaudió la labor del torero.
Después hizo la
presentación en el ruedo la banda sevillana
Los Bomberos dando un concierto.
Centeno que formaba parte de dicha banda cantó algo de su repertorio, siendo muy
aplaudido. También “El Limpio” hizo
algo en este orden.
Por último le echaron
un becerro que marearon entre todos los de la banda, causando la hilaridad del
público y al final mató el que se hallaba más cerca de la res.