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martes, 19 de febrero de 2008

LA SEGUNDA CORRIDA DEL CICLO TAURINO VALLADOLID 1979.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.

La corrida se anunció así:


Si bien ante la imposibilidad de actuar, por una inoportuna lesión Juan Antonio Ruiz “Espartaco” fue sustituido por quién en el día de ayer cortó un apéndice, Luís Francisco Esplá.
La terna al final quedó compuesta por:

DÁMASO GONZÁLEZ.
JULIO ROBLES.
LUIS FRANCISCO ESPLÁ.


DÁMASO GONZÁLEZ.
Nace en Albacete el 11 de septiembre de 1948. En sus primeros tiempos se apodó “Curro de Alba” nombre con el que actuó en Valladolid en alguna novillada económica. Los grandes éxitos conseguidos en 1969 en Barcelona le llevaron a tomar la alternativa en Alicante el día de San Juan del mismo año. En mayo de 1970 confirma doctorado en Madrid. Torero de enorme valor que le hace ocupar los primeros puestos del escalafón. Se rumorea su posible retirada.
Auxiliado por:
Picadores: Aurelio García y Juan Cantos.
Banderilleros: Julio González, Francisco membrilla y Francisco Parra.


JULIO ROBLES.
Nace en Fontiveros (Ávila) un 4 de diciembre de 1951, si bien se ha formado taurinamente en Salamanca. Alternativazo en Barcelona el 8 de julio de 1972 de manos de Diego Puerta y con Paco Camino como testigo. La confirmación en Madrid el día 22 de mayo de 1973 con Antonio Bienvenida de padrino y Palomo Linares como testigo.
Considerado como un artista del capote.
Auxiliado por:
Picadores: José Luís Canela y Mariano Rubio.
Banderilleros: Manuel Ca- y Antonio Martínez Moreno “Rondeño”.


LUIS FRANCISCO ESPLÁ.
Nace en Alicante el 19 de junio de 1958. Hijo de un novillero, Paquito Esplá que sonó mucho en los años 50. Actuó en sus primeros momentos en las novilladas nocturnas de Valladolid de hace algunos años. Tomó la alternativa en Zaragoza en mayo de 1975 y la confirmó en Madrid en 1977. Tras un bache, este año es figura cotizada por sus tercios de banderillas.
Auxiliado por:
Picadores: Victoriano Canela y Manuel Cid.
Banderilleros: Jesús Murciano, Alejandro García y Vicente Navarro.
LOS TOROS DE HOY.
Pertenecen a la ganadería de “La Guadamilla” que pastan en la finca “Montenuevo” del pueblo abulense de Arenas de San Pedro.
Divisa: amarilla y negra.
Señal: descuarte en ambas orejas.
DESARROLLO DE LA CORRIDA..
La temperatura, casi primaveral, unida al “boca a boca” de lo acontecido en el desencajonamiento del día anterior, propició una gran entrada.
Había curiosidad por ver el comportamiento del toro que en el desenjaule estuvo a punto de ser abatido a tiros por la Policía Nacional después de 80 minutos de trabajosos esfuerzos por enchiquerarlo.
Y la curiosidad duró poco tiempo puesto que el famoso toro cárdeno, salió en primer lugar. Atendía por “Chamorrito” y pesó 510 kilos. Fue un toro con comportamiento bravo y noble, si bien adoleció de fuerzas, causa por la cual solamente recibió un puyazo. Suficiente para llegar a la muleta en las perfectas condiciones de trasteo. Y exactamente igual a él se comportaron sus cinco siguientes hermanos de camada. Solamente el sexto de la corrida, bajó un poco en comportamiento. Corrida de las añoradas, puesto que todos los toros fueron aplaudidos en el arrastre. Y triunfo para el propietario del hierro de la “Guadamilla”. Los pesos de los toros fueron: 510, 505, 480, 470, 545 y 508 kilos.

DÁMASO GONZÁLEZ.
(Burdeos y oro). Es considerado como “el rey del temple” de ahí su faena templadísima. Media delanterilla. (Dos orejas).
En su segundo prácticamente calca la faena realizada en su primer toro. Si bien éste adoleció de fuerzas. Se puso pesado con los aceros (tres pinchazos, media y tres descabellos) no obstante lo cual logró la vuelta al ruedo.

JULIO ROBLES.
(Celeste y oro).A su primero le realiza una extraordinaria faena con pases estéticos y bellos. Pinchazo y estocada hasta el puño. (Dos orejas).
Acusó el esfuerzo y a su segundo no quiso ni verlo. Estoconazo. (Vuelta).
LUIS FRANCISCO ESPLÁ.
(Morado y cabos negros). Faena anodina. Dos pinchazos, tres descabellos. (Vuelta).
En el segundo, desconfiado ante el incierto y peor toro de la tarde. Dos pinchazos y dos descabellos. (Palmas cariñosas de despedida).
Banderilleó a sus dos enemigos. En el primero, después del lucido tercio, dio la vuelta al ruedo.

¿Cómo fue la corrida?
Profundizando un poco en lo acontecido, hemos de decir que ha resultado una corrida entretenida. ¿Causa? Pues indudablemente los distintos que eran los toreros componentes de la terna.
Cada uno en su estilo ha dado variedad al toreo, tanto con el capote como con la muleta.
Dámaso maneja muy bien el capote al igual (si bien éste con más clase) que Julio Robles y Francisco Esplá, sin ser un dechado de arte, tiene un capote variado con suertes de las antiguas que ha resucitado en el coso del Paseo de Zorrilla.
Y esta variedad unido a los tercios de banderillas ha encandilado al público que como se suele decir ahora,”ha salido toreando de la plaza”.
Por eso la gente se entretiene porque se ve más la variedad que la calidad, aunque indudablemente también la hubo en algunas facetas puntuales de faenas.
El público está cansado de ver derechazos y naturales por más que estos últimos sean la base de la faena de muleta, como la verónica lo es de la de capote.
Una vez más nos hemos quedado con las ganas de ver un tercio de quites capoteriles en parte por culpa de estos toros que,a regañadientes, no aguantan más que un puyazo .
Hemos podido constatar como el “rey del temple” lo es de verdad, pues en las dos faenas de muleta sus trebejos no fueron alcanzados en ningún momento. ¿En que lo basa?, en un valor sereno, que le permite estar en el sitio exacto para que su extraordinaria muñeca le permita llevar a los toros prendidos a ella y dejarlos en el sitio exacto para poder ligar los pases.
Es una pena que sea tan poco elegante toreando, pues de componer la figura en cada lance, sería una figura indiscutible del toreo.
Julio Robles, tampoco es que componga mucho la figura, pero su toreo tiene profundidad. Por eso se lució con el bravo y noble toro que le tocó en sorteo y que salió en segundo lugar. Enardeció a la masa e incluso a los críticos vallisoletanos que hablaron de emborracharse con su arte. En su segundo enemigo, quizá conformista con lo realizado al primero, no quiso ni verlo de ahí que no se acoplara con él, es más, lo toreó distanciado.
El último de la terna, Luís Francisco Esplá repitió su actuación de ayer. Con el capote estuvo mejor que primera actuación. Llevó el toro al caballo a una sola mano, lo que gustó a la concurrencia. En la muleta estuvo demasiado precipitado de ahí que no sometiera a ninguno de sus toros.
En el tercio de banderillas nos demostró sus facultades físicas, pero también nos mostró sus ventajas a la hora de colocar los rehiletes. Y eso es lo que llega al público que va a los toros a que le vean.
José Luis Lera en su crónica de la corrida dijo:
“Recordemos al físicamente mermado y disminuido Belmonte. El toreo es cosa de sentimiento, corazón, brazos, cabeza. De todo menos de piernas. Eso es para los saltibanquis”
“Paquito Esplá debe saber, y lo sabrá, porque su padre también Paquito en sus tiempos de novillero por los años cincuenta, le habrá contado que Pepote Bienvenida y Arruza y “Morenito de Talavera” clavaban los seis pares en el círculo de un duro. Y que iban al toro dejándose ver. Y que cuadraban en la cara del toro y, asomándose al balcón, dejaban los rehiletes. Y que casi siempre daban las ventajas al toro”.

No podemos dudar que tiene toda la razón, pero la verdad es que alguno de los pares que puso tuvieron exposición, porque el medir la embestida de un toro en plena carrera, de fácil no tiene nada. Y los toros, aunque con poca fuerza tuvieron pies en el tercio de banderillas.
Y el público se lo pasó en grande durante el tercio de banderillas que protagonizó el alicantino.