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viernes, 1 de mayo de 2009

LA CORRIDA DE SEVILLA 2009 CON TOROS DEL TORREÓN.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

La corrida de este día son ha proporcionado las conclusiones siguientes:
- Que lo buenos toreros por regla general son mediocres ganaderos.
- Que todos los toreros suelen defenderse mejor con los trebejos en la mano derecha, por aquello de que el estoque simulado alarga las telas de las muletas en extensión más que considerable.
- Que todos los toreros basan los triunfos en la faena de muleta minimizando los otros tercios.
- Que los toreros no consolidados tratan de escalar puestos y por eso la juegan con más verdad y riesgo.
- Que los figurones no quisieron o no pudieron y el novel puso toda la carne en el asador ante el peor lote del sorteo.
- Que si los toros no son verdaderos borregos crean dificultades a todos los toreros aunque sean catalogados como figurones.
- Que los toros como seres irracionales se rigen por los instintos que dan querencias, a veces, demasiado reiterativas.
Y con estas premisas voy a relatar como vi el desarrollo de la corrida.Con precisión horaria al máximo, la presidenta de la corrida de hoy Dª Anabel Moreno Muela auxiliada por el veterinario D. José Núñez Caraus y el torero Finito de Triana, saco el pañuelo blanco para que el cerrojazo abriera la puerta que daría paso a que los hermanos Zulueta (Francisco y José) despejaran el ruedo y permitieran el paseíllo de los diestros, Enrique Ponce (azul pavo y oro), José María Manzanares (azul purísima y oro) y Daniel Luque (grana y oro).

El primer toro de la tarde sale muy requetelimpio al haber pasado por el túnel de lavado. Pertenece a la ganadería de El Torreón. Se llama “Inspectorillo”, marcado con el número 560 y con 540 kilos de peso. No remata de salida en el burladero a que es llamado.
Ponce comienza con lances en los que trata de enseñarle a embestir. Demuestra escasas fuerzas tras perder las manos en dos ocasiones.
Cuando el diestro de Chiva se estira logra dos buenas verónicas sobre el pitón izquierdo que es el más potable puesto que por el derecho el toro se despega más. Abrocha con una media verónica por el pitón izquierdo, y revolera por el derecho.
El encargado de picar es Antonio Saavedra que mueve con precisión y buena monta el caballo con la finalidad de provocar la arrancada del toro y tras lograrlo, picar caído.
Saca el toro Mariano de la Viña. Ponce, con lances por la cara sin cruzar, lo traslada al centro del ruedo donde, tras darle reposo, lo lleva suavemente al caballo dejándole en la raya de fuera. Cuando el toro se arranca Saavedra se agarra arriba y el toro no aprieta.
En banderillas con lidia de Mariano de la Viña parean, Antonio Tejero que prende un buen par. Su hermano José María las deja arriba ante el toro muy parado. Cierra tercio Antonio Tejero con un excelente par.
Ponce comienza, como es habitual en él, doblándose por abajo y con la pierna flexionada por ambos pitones para acabar, tras cambio de muleta por la espalda, con un natural y seguidamente un pase de pecho extraordinario que es muy aplaudido.
Se aleja del toro para darle un respiro. Con la muleta en la mano derecha se va acercando al toro con la figura muy compuesta, como también es habitual en él.
Una serie de cuatro excelentes redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Provocando al toro golpeándose el pecho con la mano izquierda y sosteniendo la muleta sobre la mano derecha logra tres pases redondos aislados a un toro muy soso. Los redondos resultan aislados por un lado, porque el toro está falto de afectividad de ahí que no repita y por otro porque Ponce pierde más pasos de los requeridos para ligar la faena.
Nueva serie de tres redondos más que, tras cambio de mano durante el mismo pase, remata con un natural, que es muy aplaudido por este festivo público sevillano, y abrocha con un pase de pecho sobre la mano izquierda.
La muleta en la mano izquierda comienza ayudándose con el estoque simulado. Pases naturales aislados en serie de dos, perdiendo tres pasos entre pase y pase, a un toro que va aumentando en sosería y falta de motivación.
Una serie de cuatro buenos naturales logrados de uno en uno donde la técnica predomina sobre todo lo demás. El toro rajado del todo se va a las tablas y el público que se impacienta ante la inútil insistencia de Ponce que logra dos naturales al filo de las tablas y remata, en la huída del toro, con una trinchera por el pitón izquierdo.
Tras tomar el estoque de matar, se establece un tira y afloja entre torero y toro al tratar de sacar al cornúpeta de su querencia.
Ha de entrar a matar al filo de las tablas y en la suerte contraria logra un sartenazo del que resulta dolido en la mano derecha. Palmas para el torero.

Su segundo corresponde al cuarto de la tarde. Es un toro negro bragado con cinco años. Marcado con el número 391, Fandanguito de nombre y con 520 kilos. De salida derrota en un burladero y lo destroza.
Ponce lo recibe con dos lances de los que el toro sale suelto y derrotando violentamente en el remate del lance. Al cuarto mantazo Ponce se estira en una verónica sobre el pitón derecho. Sigue probándole. Es un toro que no se emplea. Suenan clarines para anunciar la salida de los picadores al tiempo que se hace cargo del toro Antonio Tejero para, con la colaboración de Mariano de la Viña, cerrar al toro en el burladero de suertes.
El toro cuando es llamado por Ponce desde el centro del ruedo sale en carrera desenfrenada en busca del capote. Ponce lo deja entre las dos rayas, y se arranca con mucha violencia al caballo que monta Manuel Quinta quien se agarra arriba. El toro está a punto de derribar, se quita la puya, ataca al caballo por los pechos lo levanta completamente en una pelea espectacular, mientras Quinta en medio de la lucha aprovecha para cambiar de puya.
El toro derrota violentamente sobre el capote de Ponce quien no obstante lo lleva nuevamente al terreno de las dos rayas andándole con rapidez delante de la cara. El toro más pendiente del capote de Ponce que del jaco.
Cuando se arranca nuevamente levanta al caballo. Lo saca Antonio Tejero para dejarlo en el capote del matador quien pide el cambio de tercio haciendo el molinillo con los dedos.
Mariano de la Viña pone un excelente par. José María Tejero prende un par por dentro, expuesto y cierra Mariano con un buen par.
Ponce comienza la faena por bajo para después de cuatro doblones retirarse del toro.
Con la muleta sobre la diestra se va acercando al toro. Logra cuatro redondos ligados que ha levantado los ánimos de la Maestranza. Nueva serie de cinco excelentes redondos, con colada incluida en el último, y se queda para dar el pase de pecho a pesar de que le está molestando el viento en demasía, logra el pase.
Se va al burladero para mojar la muleta. A la vuelta con la muleta sobre la zurda, ayudándose con el estoque simulado, logra un natural. En el segundo el toro da un derrote violento y le pone los pitones en el cuello.
Un excelente natural. Otro más. Otro más y otro más perdiéndole los pasos justos. Tras el quinto remata con una trincherilla recibiendo una gran ovación.
El viento molesta en exceso levantándole la muleta e impidiendo el montaje de la misma.
Seis excelentes redondos. Cambio de mano por la espalda y remata con un pase de pecho de pitón a rabo. ¡Extraordinario lo realizado por Ponce a un toro que si bien no le ha buscado, es demasiado violento en el remate de los muletazos.
Con la muleta sobre la mano derecha se acerca lentamente al toro con mucha torería. Un trincherazo muy elegante para quedarse colocado para el toreo por redondos. Una serie de dos redondos aislados. ¡Muy torero Ponce ante la cara del toro! Tres redondos más, el último de los cuales resulta enganchado. Otro más y tras este, el público de Sevilla se impacienta porque ve que no hay posibilidad de que la faena remonte y Ponce se está pasando en su prolongación de faena tratando de agradar.
Continúa sobre la mano derecha logrando una serie de cuatro redondos que remata con un pase de pecho sobre la mano derecha doblando con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Un trincherazo sobre la mano izquierda. Tres naturales más. Se dobla en su afán de finalizar la faena de la misma forma que la comenzó.
En la búsqueda de la igualada el toro continúa derrotando a la salida de los muletazos.











En la suerte contraria pinchazo arriba sin soltar. Suena el primer aviso. Nueva entrada logrando una estocada entera y desprendida de la que el toro cae sin puntilla

El segundo de la tarde responde por Obstinado es un cinqueño de capa castaña que esta marcado con el número 396 y que pesa 549 kilos. Es un toro muy bonito que de salida remata en tablas para seguidamente emplazarse.
Manzanares se va por él y el toro en el momento de ser llamado se arranca como un obús. Buen toreo de Manzanares a medida que se va cerrando en tablas para rematar con una revolera que es aplaudida.










Ha de trabajar Manzanares para llevar el toro al caballo que monta José Antonio Barroso quien se agarra arriba.
Manzanares en su quite busca más la efectividad que el lucimiento consciente de que es la muleta la da el triunfo.
Lleva nuevamente el toro al caballo para que el piquero deje un puyazo caído. El toro sale suelto.
Daniel Luque aprovecha su quite. Dos verónicas que remata con una media sin ajuste en la que resulta desarmado.
En banderillas con la lidia de Curro Javier, parean, Juan José Trujillo que deja un buen par al igual que Luis Blázquez que resulta achuchado. Cierra bien Trujillo.












Manzanares comienza por bajo con muletazos sobre la mano derecha en serie de cinco que levanta a la plaza. ¡Muy tranquilo el diestro! está ligando los muletazos que finaliza por bajo sobre el pitón izquierdo.











Se le ve ahora acelerado ligeramente porque quiere lograr faena. Tres redondos ligados que abrocha con un trincherazo
Con la muleta en la izquierda logra cinco naturales ligados que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.












Nueva serie de tres naturales largos y ligados que remata con uno de pecho trabajado. El público le solicita que de más muletazos en la serie, a lo que el diestro, le pide calma.
Nueva serie. Esta sí de cuatro naturales que remata con el de pecho recibiendo aplausos.
Mientras comienza a sonar la música de la banda del maestro Tejera, lo saca del terreno de la querencia para seguidamente lograr cuatro redondos ligados que remata, tras cambio de mano sobre la marcha, con natural y pase de pecho sobre la mano derecha.











Deja reposar al toro para volver a torear sobre la mano izquierda a un toro que se ha vuelto demasiado escarbón. Dos naturales ligados. Nueva serie de cuatro naturales extraordinarios que abrocha con una trincherilla y adorno muy torero. ¡Las palmas echan humo!
El toro se raja definitivamente y se acula en tablas. Cuesta trabajo sacarlo de su querencia, por tratarse de un toro tardo que no obstante cuando se arranca lo hace con violencia.
En la suerte contraria, Manzanares entra de muy largo y logra un pinchazo arriba que va profundizando a medida que el toro es movido por los subalternos hasta convertirse en una estocada entera. El toro acualado en tablas está muerto en pie, pero como se demora su caída Manzanares pide el descabello. Saca el estoque fácilmente. Falla en el primer intento por pinchar demasiado trasero. Suena un aviso. Acierta a la segunda recibiendo una ovación.

Su segundo es el quinto toro de la tarde marcado con el 507.
Nada destacable con el capote pues Manzanares se ha limitado a tratar de enseñarle a embestir consciente de que los trofeos se cortan en la faena de muleta. ¡Lo que se está haciendo demasiado habitual en este torero!
La suerte de varas transcurre sin nada digno de mencionar, salvo la repetición del rito de siempre; toro a burladero de suertes, llevada a caballo y picador que pica donde puede.
En banderillas con lidia de Juan José Trujillo. Curro Javier ha puesto un excelente par al igual que el tercero Luis Blázquez. Cierra tercio Curro Javier que, en expuesto par entrando por dentro, sufre un palotazo en el brazo a la salida del par. Se desmontera.
Manzanares comienza su faena andándole al toro por delante con elegancia. Con solo dos muletazos le ha sacado fuera de las dos rayas. Se lleva la muleta a la izquierda y ayudándose del estoque simulado le da un natural. Tras tomar la distancia nuevo natural ayudado porque el viento le está molestando. Adelantando la muleta, tras cruzarse con el toro, logra dos naturales buenos y bien rematados. Nuevo cruce y logro de dos naturales más a un toro que está gazapeando y Manzanares está configurando una faena a base de naturales sueltos tras perderle los pasos necesarios.
La muleta en la mano derecha, un redondo. Se separa bastante del toro. Otro más. Trata de ligar pero no lo logra. Dos redondos más que al separarse mucho del toro no liga porque el diestro no quiere ligar.
Esta configurando una faena a base de redondos sueltos. No obstante ahora liga tres redondos que remata con un pase de pecho sobre la mano derecha. Aplausos.









Muleta en la derecha. Tres redondos ligados. Distancia. Tres redondos más, ligados a base de no quitarle la muleta de la cara y remata con un pase de pecho sobre la derecha en un intento de remontar una faena imposible.
Un natural. Le pierde pasos. Nueva colocación ante la cara del toro, adelanta la muleta, tira de él y nueva colocación para lograr naturales sueltos en serie de dos.
Cuatro redondos. Un trincherazo por bajo de pierna flexionada.



En la suerte natural logra una estocada entera de la que el toro dobla. El puntillero acierta a la segunda.

El tercero de la tarde es otro toro colorado. Marcado con el número 537 y con un peso de 502 kilos. Se llama Comisario. Tras estrellarse contra el burladero de salida, hace lo mismo que su hermano anterior, emplazarse.
Luque se va por él. Dos lances para estirarse en el tercero en una buena verónica. Un toro que sin fijeza alguna se va muy largo tras el lance.
Una verónica a pies juntos muy buena. Por ambos pitones una serie de cinco verónicas excelentes que acaban con una sobre el pitón derecho en la que el toro, por exceso de humillación, da una voltereta impresionante cuando Luque iba a rematar con la media verónica.
Ahora Daniel Luque lo torea por la cara levantando el capote antes de dejarlo en las manos de sus banderilleros para que lo lleven al burladero de suertes en espera de la colocación de los piqueros.
El encargado de picar es Benito Quinta. Luque llama al toro que se arranca de manera violenta en los dos lances necesarios para dejarlo entre las dos rayas.
El toro al ser llamado por el picador se arranca con alegría y Quinta se agarra arriba.
Con un capotazo Luque lo pone en suerte, pero el toro se va hacia su querencia resultando laboriosa la acción de llevar el toro al caballo.
Aprovechando que el toro se ha parado en la raya de fuera de la suerte de picar, Benito Quinta se va a galope en busca del oponente clavando arriba para inmediatamente levantar el palo y recibir una ovación. ¡En Sevilla se aplauden los detalles!
El toro desdeña el capote de Luque. Cuando lo cita su banderillero Curro Robles el toro ara con los dos pitones la arena durante un largo trecho en el que pierde y recupera intermitentemente las manos con pérdidas de muchas fuerzas.
Con dos pares de banderillas, en las que destaca el par clavado por Raúl Caricol, se cambia el tercio.
Luque se va a por el toro que está entre las dos rayas para llevarlo al centro del ruedo. El toro desde allí se va en busca de la querencia que está en el sitio donde clavó los pitones para dar la voltereta al encontrar alivio y frescura en la arena removida por haber escarbado en ella repetidamente.
Su matador inteligentemente lo lleva al sitio opuesto de la plaza en su afán de quitarle la querencia.
Con la muleta en la mano derecha, un redondo. El toro sale suelto queriendo irse. Cuando va hacia la querencia de ese lugar donde clavó los pitones en la arena, el toro se va descaradamente al hoyo que el mismo ha cavado.
Luque logra tres redondos ligados a media altura. El toro que se para y se va al lugar de la querencia, donde es muy difícil torearlo.
Lo saca de la querencia. Un natural ayudado y el toro se dirige a las tablas en cuyo camino Luque aprovecha para darle un pase pecho sobre la marcha.
Un toro que no quiere pelea.
En la suerte contraria y al filo de las tablas logra una gran estocada que es acogida con una gran ovación.

En su segundo que correspondió al último de la soporífera corrida, no voy a narrar de manera pormenorizada lo acontecido porque se puede resumir en que este toro presentó cara a Daniel Luque solamente en terrenos del tercio donde el cornúpeta se sentía poderoso, pero cuando, por ese axioma que se ha convertido en ley cual es el de “que los toros hay que sacarlos a medios para que pierdan sus querencias” y el novel espada lo hizo, el toro se dedicó a pegar derrotes a diestro y siniestro que Luque supo aguantar e incluso llegó a conseguir buenas tandas de pases por ambos pitones ante la emoción que el toro llevó a los tendidos tras protagonizar un dramático y angustioso tercio de banderillas donde Curro Robles puso a la Maestranza en pie tanto en la primera entrada cuando, tras clavar fue perseguido y sintió cerca de su cuerpo el calor de la espiración del toro y finalmente ser liberado por el capote oportuno de un compañero de otra cuadrilla cual fue José María Tejero, como en su segunda entrada, cuando se fue al terreno del toro que lo esperó y por dentro, en arriesgada acción, metió las manos y salió más que apurado lo que sensibilizó al público maestrante para que propiciara el desmonterado del subalterno.
Luego Luque entró a matar a ley y logró una extraordinaria estocada que el toro acusó de momento pero que, tras agarrarse al piso, tardo en doblar hasta propiciar los dos avisos porque el de Gerena, convencido de que conseguiría trofeo, no quiso emborronar con el posible fallo del descabello.
Un joven torero que con material más propicio puede conseguir el triunfo en Sevilla en la próxima comparecencia.