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jueves, 13 de agosto de 2009

A TORO PASADO.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Con unos cuantos días de anticipación sabíamos que la corrida de Tarifa, denominada por sus organizadores como, Sensacional CORRIDA DEL ARTE iba a ser televisada.
¿La fuente de información?: sencillamente, los preparativos que se han de llevar a cabo para la emisión del evento, que en un pueblo, -a pesar del gentío que actualmente lo inunda-, se transmiten bis a bis corriendo como la pólvora.
Y se televisó imagino que porque en la corrida participaba Morante de la Puebla en actuación no controlada por la televisión de pago que no es otra que el Canal +.
La Televisión Digital (Canal +) tiene controlado completamente el mundo del toro. Desde hace unos años está televisando todas las Ferias Taurinas importantes (Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao, Zaragoza, etc) que ofrece a sus abonados a un precio más que asequible puesto que tiene, por ejemplo toda la feria de Bilbao a un precio inferior al de una localidad de jubilado en la Corrida del Arte en Tarifa (29,95 euros frente a los 30 euros).
Ante este panorama, resulta que las televisiones regionales (en este caso las autonómicas Canal Sur y Tele Madrid) han de buscar desesperadamente -con la finalidad de mantener al personal que compone su plantilla de retransmisiones taurinas-, eventos susceptibles de llevar a la pequeña pantalla por un precio módico y esta corrida era interesante. Luego vino la desgraciada cogida de Morante de la Puebla en el Puerto de Santa María el día anterior a la retransmisión y ya la maquinaria televisiva no podía parar por lo que con sus tiras y aflojas en los honorarios televisivos se llevó a efecto.
Cuando un evento en el que intervienen personas es televisado, todo el mundo quiere cobrar derechos de imagen y la televisión ofrece dinero acorde con los índices de audiencia previstos. Naturalmente el empresario de la plaza tiene contratados a los toreros por unos honorarios que serán menores en el caso de ser televisada la corrida ya que la tele pone el resto hasta llegar a los honorarios prefijados.
Pero hay muchas veces en que es difícil poner de acuerdo a todas las partes implicadas, puesto que cada uno ha de defender su euro. También el ganadero tiene derecho a cobrar por la imagen de sus toros, pues el resultado de la bravura o la mansedumbre se verá (con la vía satélite) en todo el mundo. Se juega su prestigio en caso de fracaso y eso…hay que pagarlo.
Los tiras y aflojas son un verdadero combate de pulso, donde cada cual pone toda la “carne en el asador” por defender su dinero. Intimidaciones de todo tipo. Corridas a punto de suspenderse en los momentos previos a los sorteos, porque todos exigen. Presidentes de plaza de toros que han de imponer su criterio, a veces incluso por la fuerza, para que el espectáculo no se suspenda.




¡Las televisiones se pelean por los llamados índices de audiencia!
Hoy todo es “Rating” (valuación) y “Share” (porción), anglicismos y más anglicismos en su ansia de ahogar a nuestra vapuleada lengua castellana.
En definitiva el Rating nos dice cuanta gente está viendo un programa televisivo en un momento dado. Nos da un dato cuantitativo y nunca cualitativo, es decir podemos saber cuantos están viendo el programa pero no nos informa de si es o no del gusto del televidente. ¡Menos mal!
El Share por otro lado nos dice por qué programa se decanta la preferencia del espectador. Es decir que nos da la competencia de un programa frente a otros que se están emitiendo simultáneamente.
Nos encantaría conocer exactamente cuantos abonados a la Televisión Digital, compran las corridas de toros, si bien somos conscientes que una cuestión es el número de compras y otro muy distinto, por superior, el número de espectadores que se “aprovecha” de ver el programa comprado.
Hoy día se mide todo cuanto se emite. Y lo hacen dos fuentes clave:
- El panel de audímetros de Taylor Nelson.
- El Estudio General de Medios (EGM).
Los audímetros son unos dispositivos electrónicos que se instalan en unos determinados hogares, seleccionados de antemano, y proporcionan una medición en plan de muestra, de lo que la población de un país ve durante las 24 horas del día.
En el caso de que ese día se televise una Corrida de Toros, la audiencia de la misma será registrada con una capacidad de identificación de hasta 9 miembros del hogar y 7 invitados, 9 receptores de TV por hogar y 250 canales distintos, controlando incluso la utilización del video. En España actualmente se controlan 3105 hogares con una población de 10.029 personas.
La EGM se basa en encuestas callejeras.
Fácilmente se deduce que a mayor audiencia, mayores precios por los anuncios que en definitiva es de lo que debería vivir la televisión.
La emisión de las corridas en directo perjudica al empresario pues muchos aficionados no van a la plaza para no pagar los precios elevados de las entradas de toros. Por eso la televisión resarce económicamente al empresario pagándole un canon por derechos televisivos, que luego él ha de repartir, no siempre de manera equitativa, entre los actuantes y el ganadero. De ahí las trifulcas que suelen darse en las corridas televisadas.
En un principio se trató de ensombrecer una zona local para que no se viera la televisión en el lugar donde se celebraba la corrida pero cuando la televisión es en abierto no se puede democráticamente perjudicar a una determinada zona.
En fin como ven ustedes ¡Problemas y más problemas! los que suscita este incompresible pero a la vez maravilloso mundo de los toros.