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martes, 8 de enero de 2013

HISTORIA DE LA ANTIGUA PLAZA DE TOROS DE VALLADOLID.

HISTORIA DE LA ANTIGUA PLAZA DE TOROS DE VALLADOLID.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Desde muy antiguo Valladolid ha sido una ciudad con una gran afición por la fiesta de los toros. Las primeras celebraciones datan del año 1497 cuando el mismo monarca Carlos V tomó parte en una de ellas. Luego, cuando la corte de Felipe III estuvo establecida en la ciudad, fueron muchas las fiestas que se realizaron.
En principio no existían lugares específicos para la celebración, de ahí que se celebraran en espacios reutilizables para usos diversos tales como la plaza Mayor, el campo Grande o la plaza de los Leones. No se trataba de una actividad aislada sino que formaba parte como complemento de los festejos populares que se hacían por diversos motivos.
Durante muchos años las corridas de toros tuvieron lugar en la plaza Mayor de ahí que los propietarios de las casas y los vecinos de las viviendas alquilaran los balcones durante las fiestas de tal suerte que, cuando el Ayuntamiento en el año 1634 suprimió las corridas, dichos vecinos interpusieron un pleito al Ayuntamiento que finalmente ganó la institución en 1636.
No eran las corridas de toros las únicas fiestas de toros sino que había otras como El Despeño de los toros que arrancó el día 18 de enero de 1660 con motivo de la entrada de Felipe IV en Valladolid y que se repitió hasta el siglo XIX. El Despeño tenía lugar en la Huerta del Rey donde se construyó una pendiente de madera cuya parte inferior terminaba en el río Pisuerga. Por la pendiente se arrojaban a los toros que terminaban en las aguas del río donde les esperaban los lidiadores armados de rejones, lanzas y espadas. Los toros que lograban salir a tierra, eran muertos por otros lidiadores que les esperaban a pie o a caballo. Cuando acabó el festejo se quemó una torre de castilla sostenida por góndolas empavesadas en medio de vistosos fuegos artificiales y globos de luz disparados desde las orillas.
Al día siguiente se celebró una corrida de toros en la Plaza Mayor a la que asistió el monarca. Finalizó el festejo con un juego de cañas.
En el año 1833 se construyó la Plaza del Viejo Coso de Valladolid, antigua plaza de toros y reconvertida hoy en una tranquila zona de viviendas particulares estilo corralas. .
La Plaza del Coso se construyó en el siglo XIX, en 1883, y albergó festejos taurinos durante sesenta años. Hasta ocho mil personas cabían en su interior. En los años 80 se rehabilitó y los palcos se convirtieron en viviendas. El coso, asimismo, quedó transformado en una tranquila y silenciosa plaza octogonal en el que podemos encontrar una de las pocas corralas que quedan en la ciudad. Se construyó en el solar que antes ocupaba la casa de las Salinas, entre las actuales calles de San Ignacio y San Quince y colindante con el palacio de Fabio-Nelli actual mueso Arqueológico provincial. Plazas octogonales que tienen su origen en el barroco francés y que describió en 1787 el humanista Vitrubio quien estructuraba la ciudad lineal a partir de la plaza de ocho lados orientadas según la rosa de los vientos. En el siglo XVIII se acrecentó el gusto por las plazas octogonales, influenciado por la vida cortesana francesa que trajeron los Borbones a España,
La puerta principal (puerta grande) y las taquillas de despacho de entradas (entonces billetes) estaban donde esta ahora el segundo cuerpo, fabricado en ladrillo y piedra, del cuartel que da a la plaza de Fabio-Nelli.
Esta plaza de toros estuvo funcionando como tal desde el 1833 a 1891. Entre el millar de corridas celebradas en estos 58 años de existencia tuvieron especial relieve las protagonizadas por Pepete Villavilla y Raimundo Valladolid en las que asistía el público de manera masiva. Pero también en este coso se llevaron a cabo otras actividades tales como: en el año 1843 cuando tras dividirse las cortes accedió al poder el ministro López, se celebraron grandes fiestas con fuegos artificiales y tres de los cuatro bailes populares celebrados (el cuarto fue en la casa teatro).
En este último año alternó en la celebración de festejos con la plaza de toros actual acabada en 1890 e inaugurada 20 de septiembre. En ese día y en los tres siguientes los empresarios del Viejo Coso, en competencia con la nueva plaza, dieron una corrida por la mañana y otra por la tarde con lo que se alcanzó la cifra espectacular de celebrarse 12 corridas en 4 días donde la afluencia de público llenó las dos plazas.
Tras dejar de funcionar permaneció así hasta el año 1899 en que se transforma en Cuartel de la Guardia Civil quien la ocupa en el año 1900 en calidad de arrendamiento al propietario D. Romualdo Martín quien autoriza las siguientes transformaciones: desmontado de las gradas y cierre de la plantas bajas; transformación de las segundas plantas de palcos en 41 pabellones independientes para los guardias casados compuestos por gabinete, dormitorio, comedor y cocina; la planta baja se transformó en cuadras, comedor, salón de armas y despacho para el comandante de guardia; el antiguo ruedo se convirtió en jardín y se le dio el nombre de Plaza del Duque de Ahumada donde de construyó un edificio de ladrillo y finalmente se cambió la barandilla corrida de madera de la primera planta por una de hierro.
Cuando la Guardia Civil se trasladó a su nuevo cuartel de la carretera de Segovia, la plaza comenzó a ser destrozada por la gente, e incluso ocupada por indigentes, y como el tejado no estaba en buenas condiciones comenzaron las goteras a hacer estragos lo que motivó que el Grupo Ecologista tomara cartas en el asunto y tras ser declarada Monumento Artístico instó al Ayuntamiento a que evitara la ruina basándose en la Ley de mayo de 1933 artículo 36: “todos los municipios españoles están obligados a velar por la perfecta conservación del patrimonio histórico artístico existente en el término municipal”
“Además deberán denunciar a la junta local del Tesoro Artístico los peligros que corren los edificios u objetos históricos por derrumbamiento, deterioro o venta, acudiendo en caso de urgencia a tomar las primeras medidas para evitar el daño”
El gobernador civil tiene capacidad para expropiar la plaza, según el artículo 93 de la Ley 26/IV/57 de expropiación forzosa.
Al mismo tiempo este Colectivo propuso una serie de alternativas tales como:
- Dedicar las antiguas viviendas de la Guardia Civil para locales de alquiler barato de personas o grupos dedicados a la artesanía, cerámica, artes plásticas, teatro, música, marionetas etc. Las personas que alquilasen el local se podrían encargar de arreglarlo partiendo de unas bases sencillas y concretas y generales en cuanto a estructura exterior existente.
-  Que se declare Plaza Pública el antiguo ruedo taurino.
- Suponiendo que el gobernador civil no la expropiase, se podía intentar plantear las soluciones directamente con los propietarios, caso en el cual habría que ver formas de organizar festivales de apoyo y una serie de actividades que sirvieran para arreglar la plaza y que entroncarían con todo el significado popular que ha tenido siempre.
Posteriormente en el año 1980 fue reconvertida en viviendas particulares según proyecto, respetando la estructura original, de los arquitectos D. Manuel Finat y D. Javier López Uribe y Laya.
Fue la Plaza de Toros Antigua, la gran desconocida como monumento artístico vallisoletano debido a su ubicación. Se encuentra situada entre las calles Expósitos, San Quince y San Ignacio, prácticamente escondida a cualquier persona que pase sin conocer su existencia, pues da la sensación que se trata de una entrada a un edificio.
Consideramos de sumo interés visitar lo que queda de ella.