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jueves, 17 de abril de 2008

RESUMEN, RESUMIDO, DE LA FERIA DE SEVILLA 2.008.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Ya están en la calle los Premios concedidos en la Feria Taurina Sevilla 2.008 por los jurados de la Real Maestranza de Caballería, Puerta del Príncipe y Tertulias Antares.
Todos dan como Triunfador de la Feria a José María Manzanares. No sabemos si por ser el único matador con tres trofeos o por la faena realizada al último toro de la corrida que lidió de Juan Pedro Domecq.
La faena merecedora de este galardón la referí en la crónica de ese día así:
“Dos pases por la cara sacan al toro a las dos rayas. Allí tres redondos ligados y compuestos. El toro se para. Pierde las manos. Tres nuevos redondos ligados y remata con una trinchera.
Nueva serie de tres realizados con gusto y torería.
En medio de la lluvia Manzanares se echa la muleta a la zurda. Un natural enganchado. Suena la música. Tres naturales muy largos rematados con el de pecho. Aplausos.
Una serie de cuatro naturales extraordinarios en medio de la lluvia torrencial.
Buenas entradas y salidas de la cara del toro por parte de Manzanares.
Tres redondos buenos que merecen una gran ovación.
Gran faena a un marmolillo que ha tenido mucha conexión con los tendidos.
Enorme torería por parte de Manzanares que pone final a su faena con unos extraordinarios ayudados a un toro que ha sido noble y bondadoso.
En la suerte contraria receta una estocada entera que hace rodar al toro sin puntilla.
Se piden las dos orejas que la Presidenta se hace la remolona en conceder”.
En este torito se ha notado el criterio de la “toreabilidad” con el que Juan Pedro Domecq selecciona sus toros. Toros que son todo bondad para los toreros a los que llegan incluso a avisar para que se “quiten de su trayectoria” para no cogerlos, pero que sin esa chispita de fiereza que el ganadero ha eliminado, se convierten en marmolillos y naturalmente los triunfos con ellos, ¡deberían ser menos triunfos!






Una feria que se ha caracterizado por la falta de criterio entre los equipos presidenciales de la plaza, que van: desde la vuelta al ruedo a toros que no lo merecieron dejando sin ella a otros con más merecimientos; hasta la no concesión de trofeos a matadores que les ganaron con arrojo y valentía y finalmente llegar a una suspensión de corrida que, aún cumpliendo el Reglamento, pudo causar una alteración de orden público por perder las formas un Presidente demasiado dictatorial.







Se puso en evidencia la fuerza de la razón. Tres matadores que buscan abrirse camino acabaron con la carrera presidencial de D. Antonio Pulido, cuando tal vez si ese día hubieran figurado en los carteles tres figurones del toreo, las cosas, en cuestión de suspensión, hubieran rodado de otra manera.







También se evidenció, alegrándonos de ello, la falta de trabajo del inminente doctor Vila, por aquello de que los toros sin casta no son peligrosos, pues por no saber no saben ni cornear cuando “han alcanzado” al diestro que está delante. Solamente “Gallareto” de Victorino Martín fue capaz de dar una enorme paliza (afortunadamente sin consecuencias graves) al pundonoroso y honrado Pepín Liria. Torero cariñoso y carismático donde los haya que logró que uno de sus compañeros de cuadrilla Carlos Casanova, expusiera su vida con tal de salvar la de un hombre que se va en esta temporada definitivamente de los toros.







El encaste Domecq, representado de forma mayoritaria en todo el ciclo, demostró que hay que seleccionar con otros criterios si quiere recuperar el tiempo perdido en “pruebas de toreabilidad”, pues está más que demostrado que la emoción llega a los tendidos cuando, en esta confrontación de muerte que es la corrida de toros, los dos protagonistas principales cuentan con sus armas perfectamente pertrechadas.
También se ha demostrado que todos los toreros de alternativa gozan de una técnica perfecta en cuanto a torear se refiere. Otra cuestión es la de la “suerte suprema” donde hay demasiados fallos en quienes se denominan matadores de toros.







En la Feria se han revalorizado toreros como Manzanares, Perera, Pepín Liria, “El Fundi” y Javier Valverde.



Han mantenido su línea: “El Juli” y “El Cid” fracasando sin paliativos todos los demás con mención especial para Morante de la Puebla y Javier Conde que al decir de la gente son los más artistas de todos.

Se ha comprobado que “El Fandi” es capaz de llevar muchos partidarios a la suerte de banderillas al igual que las corridas de rejones, donde un caballo “dando bocados al toro” (naturalmente jugándose la cornada) pone en pie a los espectadores de la Maestranza, sin quitar méritos al caballero que lo monta, único torero que en este Ciclo ha salido por la Puerta del Príncipe.







Hemos echado en falta la megafonía en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y una cláusula en el nuevo Reglamento taurino andaluz donde haga obligatoria la presencia en el Equipo Veterinario actuante de un par de juegos de cerbatanas con las cargas de anestésico correspondiente para utilizarlas cuando un toro no quiera entrar a corrales ante la inhibición de unos cabestros incompetentes.
Y cómo hemos visto todas estas cosas, por eso ¡Lo denunciamos!