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sábado, 30 de mayo de 2009

EL ÉXTASIS DE LOS ESPECTADORES DE MADRID EL 21 DE MAYO.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.


En el mundo del toro y dentro de la parcela de la información taurina hay unos individuos que, por vivir de ella, son como “la voz de su amo”, de tal manera que siempre están de acuerdo con la opinión mayoritaria por eso de no querer problemas que les cuestionen su “modus vivendi”.
En el polo casi opuesto, estamos aquellos que dedicamos nuestro tiempo de manera altruista a informar acorde con lo que vemos. Nuestra opinión nunca es dirigida, sino que es la nuestra. Nuestra propia y meditada opinión que equivocada o acertada, exponemos a pecho descubierto al carecer del condicionamiento pecuniario y del miedo al despido.
Por ello sacamos a la luz lo que no comprendemos de nuestra Fiesta en el ámbito de San Isidro 2009.
No entendemos que los comportamientos de los regidores de la Plaza de toros de Las Ventas (la plaza hasta ahora más importante del mundo) se basen en los dictados de la censura por parte de personajes del Tendido 7 como “El Rosco”, “El Salva” y la colaboración especial, en el papel del malo, de “Fausto”.
¿Por qué no actúan cumpliendo con sus cometidos estatuarios, el Consejo de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y la Real Federación Taurina de España?¿Por qué han de ser Asociaciones particulares representadas “in situ” por sus socios?
Faustino Herranz "El Rosco", el constructor de Guadalix de la Sierra, nos pareció una persona entrañable, comprensible y dialogante, en el contacto que mantuvimos hace unos años con él al ser invitado a conferenciar en la sede de “El Toro de Madrid”
¿Sabe de toros “El Rosco”? Indudablemente. Pues la licenciatura la ha hecho viendo todas las corridas celebradas desde hace años en Madrid, que es la mejor escuela posible.
¡Su pasión es el toro y lo quiere íntegro! pues lo considera, como no puede ser de otra manera, el principal protagonista de la Fiesta.
En cuanto a los toreros, es lógico que les vea acorde con lo que se enfrenten. Por eso les cuestiona cuando no hay enemigo delante.
¡Como buen aficionado protesta porque el pago de su abono le faculta para ello! ¡Faltaría menos!
No sabemos que opinará de lo realizado por Morante de la Puebla con ese toro juanpedrino número 86. Alboroto de nombre. Con 573 kilos de carne muerta, negro de capa y algo más de cuatro años de vida.
Sí protestó al toro a poco de salir. No le vimos aplaudir los quites en serie de capote. Tampoco protestó ante la mayoría de los espectadores que entraron en orgasmo artístico. Se mantuvo, al igual que los de su grupo, respetuoso con la opinión de la mayoría al inculcárselo las reglas de esta pseudo-democracia que padecemos.
Tampoco sabemos que opinará de esas cosas rayanas en la irreverencia que han escrito plumas consideradas como sublimes y que con seguridad ha leído:
“Jamás artista alguno había logrado la pureza del toreo con más bella y rotunda intensidad”
“Como si el mismísimo Dios hubiera bajado a la arena, una a una y todas ligadas con pasmosa lentitud, cuajó una primera serie de verónicas que acabaron con todos los cuadros habidos y por haber”
¡Se pueden escribir sandeces mayores!
Aunque a decir verdad, este último párrafo ya lo habíamos leído, casi idéntico, en el artículo que un periodista de la capital de Castilla escribió por lo realizado por un diestro vallisoletano en un festival en Medina de Rioseco.
Leyendo los pensamientos de Faustino Herranz casi seguro estamos que no diferirán mucho de lo que nosotros opinamos y que expongo a continuación:
Todos estos sublimes lances realizados a un toro de los denominados “artistas”. Creación de Juan Pedro Domecq cincelado al troquel de los más de sesenta parámetros con los que juega el ínclito ganadero para su selección escofinada y pulida hasta lograr esos toros de marketing que se arrastran por los suelos, que embisten de manera cansina y sin convicción como si se trataran de marionetas guiadas por hilos que su colaborador peticionario mueve en el escenario de esa farsa comedia de la corrida descafeinada. Un toro, anovillado y sin gasolina, que propició un falso triunfo celestial logrado a base de posturitas toreras tratando de imitar a Belmonte y con lances, algunos superfluos, más que con un verdadero toreo.
Con la mano en el pecho señores escribidores de laudes taurinos sin rima: ¿Creen que Morante ha triunfado en las ferias de Sevilla y en la de Madrid hasta ahora?
¿Creen que Morante hubiera realizado esos quites al toro de Palha, número 663. Sevilhano de nombre y 609 kilos de peso y de malas ideas, que llevó al hule a Israel Lancho?
Estos desmemoriados periodistas taurinos que no recuerdan los quites que José Miguel Arroyo “Joselito” dibujó en mentes con memoria para la posteridad, en la corrida goyesca que toreó en esta misma plaza en el día de la corrida de la festividad del dos de mayo del año 1996, como único espada.
Ese día “Joselito” no solo toreó de capote con una diversidad de lances que los críticos taurinos tuvieron que echar mano de las enciclopedias taurinas para descifrarlos, sino que además hizo seis faenas (no menos antológicas que las que hizo Paco Camino en la misma plaza en corrida de Beneficencia del 4 de junio del año 1970), y que refrendó con seis soberbias estocadas que de momento sigue considerándose como la suerte suprema del toreo a pesar que tras lo de Morante del día 21 de mayo hayamos podido leer cosas tan peregrinas como: “Morante pinchó y después dejó una estocada baja” ¿Y que? Si Madrid fuese Madrid, a Morante lo habrían sacado en hombros. Vale ya de reglamentos absurdos”.
Corridas que al igual que la que estoy narrando tuve la suerte de ver y conservar en la memoria al punto de no quedarme en éxtasis con la percepción de los lances con capote de Morante ante un toro que “apenas se tuvo en pie y se apagó en un suspiro”. Un toro que: “se acabó en la primera serie pero Morante siguió toreando…??? Cómo afirma el mismo escribidor del despropósito anterior. Un Morante que no midió su faena recibiendo un recado presidencial en cada uno de sus colaboradores.
¡Gracias Faustino por seguir en solitario y, a pesar de todo, erre que erre defendiendo tu verdad que es la mía!