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lunes, 13 de junio de 2011

ESTOCADAS A CAPON.


ESTOCADAS A CAPÓN.
Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.
La denominada suerte suprema del toreo, últimamente ha degenerado también en esa involución por la que está pasando la Fiesta más nacional.
Ahora se mata “a capón”, entendiendo por tal, esa especie de puñetazo que los más afamados toreros del momento pegan en el momento de meter la espada en el hoyo de las agujas de los toros.
¡Para matar a los toros hay unas normas que, de saltárselas, puede acabar en tragedia!
Pedro Romero mató más de 5.000 toros sin sufrir percance alguno, cuando aquellos toros no se caracterizaban precisamente por la nobleza, pero donde el rondeño cumplía las normas a rajatabla.
De los toreros contemporáneos uno de los considerados como gran estoqueador fue el diestro de la Isla de San Fernando, Rafael Ortega, considerado por todos como un consumado especialista en la suerte de matar. Se retiró definitivamente en el año 1968.
Practicaba perfectamente la suerte y según él hay que realizarla de la siguiente manera:
“Hay que perfilarse de costado entre los dos pitones a una distancia, variable según las características del toro, entre los dos o tres metros, para seguidamente tirarse de frente, echarle la muleta muy abajo a la pezuña contraria del lado por el que entramos y arrancar con la mano derecha puesta en el corazón”.
“No hay que ponerse con la mano estirada, ni llevársela hacia atrás, porque al entrar más con el hombro que con el brazo se pierde un tiempo precioso”
“Siempre se ha dicho que la mano izquierda es la que mata, y es verdad, porque una vez que se echa delante hay que traerse al toro toreado, como si se tratase de un pase de pecho”
“Las manos deben hacer un cruce, pues mientras una va hacia detrás  llevando al toro sometido, la otra avanza hacia delante buscando la muerte”
Observando a los que matan “a capón” ¿creen que alguno de ellos cumple los tres tiempos de ejecución de la suerte? Citar, mandar o templar, y cruzar.
Personalmente creo que se limitan a dar un golpe seco de muleta para que el toro inicie el derrote y en ese momento…el capón o puñetazo para introducir el estoque sin vaciar la embestida del toro, con lo que al no llevar al toro templado, el pitón puede ir a cualquier sitio, con muchísimas probabilidades de alcanzar la anatomía del torero.
Antes de ayer desgraciadamente le tocó a Miguel Abellán, pero ningún matador de toros o novillos está libre de tragedia si no marca perfectamente los tres tiempos de la suerte suprema.
El que el matador elija la forma de matar a su oponente depende de las condiciones de éste.
Al encuentro: es cuando el animal se viene, y toro y torero se encuentran a mitad de camino.
Al volapié: es cuando el toro está parado y el torero debe hacerlo todo él.
Recibiendo: es cuando se ejecutan los siguientes tiempos:
Con la pierna izquierda y muleta adelantadas, citar al toro. Seguidamente, cuando el toro se ha arrancado, arrastrar hacia atrás la pierna para llevarla a morir al mismo sitio del que salió. Llevar al toro toreado con la mano izquierda y, al mismo tiempo, meter la espada.
EL TORERO NO DEBE DAR NUNCA NINGÚN PASO HACIA DELANTE, PORQUE LA ESTOCADA SE DESVIRTÚA Y PIERDE TODO SU VALOR.
¿Suerte natural o contraria? Depende de hacía donde el toro haya apretado durante los tercios anteriores.
¿Cuándo se debe matar al toro? CUANDO  aunque tenga más pases, PIDA LA MUERTE.
En mi mente está presente siempre que veo ejecutar la suerte de matar, la forma en que lo hacían dos becerristas que allá por los años 60 pude ver en la Plaza de Toros de Las Navas del Marqués. Se trataba de los hermanos Inchausti Díaz que vaciando perfectamente a sus becerros clavaban el estoque en dos tiempos;  en el primero clavaban el estoque, y en el segundo empujaban con la palma de la mano la bola de la empuñadura  para introducir completamente el acero. ¡Lo hacían perfecto!