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domingo, 25 de abril de 2010

¿TENDRÁN QUE LLEVAR LOS TOREROS SU PROPIA SANGRE EN EL ESPORTÓN?

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Desgraciadamente la muerte de Francisco Rivera “Paquirri”, tan difundida en aquél dramático video que recorrió el mundo entero, ha servido de poco como aleccionador de lo que se debe tener presente en materia legislativa en las enfermerías de las plazas de toros.
Lo hemos podido constatar en el video emitido en los aledaños de la plaza de Aguascalientes (México) tras la cogida del diestro español José Tomás.
Anuncian por megafonía la necesidad de donantes de sangre con el grupo A – para que saque del choque hipovolémico al diestro en trance de muerte, pues el diestro había perdido mucha sangre regada por el callejón en el traslado a la enfermería como se ve en el video.
Pero la verdad es que no es tan fácil llevar a término esta operación por las siguientes razones:
1º José Tomás portador del grupo A NEGATIVO únicamente podía recibir sangre de los A NEGATIVOS y de los O
2º Estos dadores deberían estar libres de VIH/SIDA, HEPATITIS B y C y de SIDA.
3º Había que constatar que la sangre de esos donantes pertenecía efectivamente a esos grupos sanguíneos.
¿Sería muy complicado contar con unas bolsas de sangre del grupo sanguíneo correspondientes a los tres matadores y otras de dador universal, para el caso de atención a algún subalterno?
Este mundo del toro se mueve demasiado en la improvisación y en el poco apego que los taurinos que manejan los dineros tienen por la vida de la “gallina de los huevos de oro” que no es otra que el propio torero.
Tal como está el mundo del toro en la faceta toro bravo, dimanada de una involución en bravura, lo normal es que la tragedia de la corrida de toros se decante a favor de la muerte del toro y no del torero, pero…¡nunca se puede olvidar! que, por esos imponderables que tiene el destino, si lo normal experimenta un giro de 180º la tragedia se decanta hacia el torero porque en la corrida un hombre expone su cuerpo a las afiladas astas de una mole animal móvil (por muy quitaesenciada que esté en su bravura) de media tonelada de peso.
¿Qué un torero puede morir en el acto de cornada certera en la misma arena? ¡Ya lo sabemos! Pues es a lo que se expone quien elije este oficio, pero…de ahí a que muera desangrado por falta del vital elemento va un abismo en el siglo XXI con los medios con los que la ciencia cuenta.
José Tomás al rematar un natural, a un toro que le había avisado por ese pitón, resultó corneado según secuencia fotográfica de Tadeo Alcina que reproducimos.
Parece ser que José Tomás llegó a la enfermería muy tranquilo. El banderillero Diego Martínez seguía taponando con su mano la herida. Le aplicaron suero y le hicieron la transfusión. Tras la estabilización en la plaza fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Hidalgo donde los doctores: Alfredo Ruiz Romero, Rubén Romo del Moral, Enrique González Careaga, Luis Miguel Chávez Gómez, José Luis Martínez, Jesús Villalobos, procedieron a reparar los daños causados por el pitón del toro “Navegante” de Garfias que según parte médico:
“Herida por asta de toro en tercio medio superior del muslo izquierdo en cara anterior con una trayectoria hacia arriba y atrás aproximadamente de 15 centímetros lacerando vasos femorales, arteria y vena”
Le infundieron, durante la operación de casi cuatro horas, 11 litros entre plasma, suero y sangre. Le realizaron con éxito el bypass que restablecía la circulación de la sangre y esperemos que la sangre que perdió no sea la que Faico denominó “la sangre de los valientes que se pierde por las heridas de las astas de toro”
Ahora el diestro de Galapagar se encuentra afortunadamente fuera de peligro inminente en una UVI.
Sentimos enormemente la cogida de José Tomás y pedimos a quien tiene en sus manos el destino de todos que le recupere pronto.
ANÁLISIS DE LA CORRIDA DE TOROS EN LA MAESTRANZA DE SEVILLA.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

¿Qué ocurre en Sevilla que salvo “El Juli”, Manzanares y el local Morante de la Puebla, el resto de los diestros actuantes, en esta edición de la feria de abril 2010, no llegan a los tendidos?
¿Es cuestión de toros, toreros, o de idiosincrasia del público sevillano?
¿Acaso valora el público en demasía la predisposición de los toreros?
¿Es cuestión de ligazón de pases de muleta?
¿Suele tener repercusión las matizaciones previas de la crítica especializada?
Todos estos factores y, alguno más, vamos a tratar de analizarlos.
¿Cuestión de toros?
¿Puede haber influido en los tendidos el comportamiento previo a la actuación de muleta de los toros que han propiciado el triunfo?
Creemos sinceramente que no, pues tanto en los toros donde triunfaron “El Juli” y Manzanares, no solo el público sino los propios diestros (y más concretamente Manzanares, no tan flemático como “El Juli”) con sus gestos de contrariedad, no auguraban un final triunfal.
Han salido al albero maestrante toros con mucho "carbón" que han sido podidos por sus lidiadores (Fandiño, Ferrera, Barrera etc), y tampoco estos diestros han llegado a los tendidos.
Cierto que los figurones, torean casi a diario y por ello cuentan con cuadrillas de subalternos capaces de “hacer mejor las cosas” al toro en los momentos de salida al ruedo e intervenciones previas al último tercio que es en demasía valorado para el triunfo del espada. Pero tampoco ha sido este factor determinante puesto que las intervenciones mal realizadas han acabado prácticamente todas, con los toros devueltos.
¿Cuestión de predisposición de los diestros actuantes?
Tampoco creemos que sea este el motivo, pues cierto que además de “El Juli”, Manzanares y Morante, otros diestros como el sevillano Salvador Cortés o el mismo "Fandi" han dejado todo ante sus toros, e incluso han toreado muy bien a toros nada fáciles, y el público ha permanecido impasible en el reconocimiento de su entrega. En el caso concreto de el diestro de Granada incluso se la jugó en banderillas ante toros que le pusieron los pitones en el cuello.
La crítica especializada siempre ha tenido gran predicamento en el público al que ha influenciado, y si estos sabios del toreo dicen que un diestro está bajo, el público influenciado no le ayuda sino que lo hunde más aún.
¿De donde dimana esta actitud? Posiblemente de la envidia humana que en un principio ayuda al que comienza para tratar de subirle al pedestal que ocupa un figurón torero del que están hartos. Cuando el débil está en lo más alto, acabarán hartándose de él, para hundirlo en detrimento de otro que suben.
¿Idiosincrasia sevillana? ¿Similitudes de comportamiento en costumbres sociales en este caso taurinas? Una idiosincrasia sevillana demasiado unipersonal que no admite que otras aficiones alcen la voz en su Maestranza, donde están convencidos que ellos hacen, en cuestión taurina, las cosas mejor que nadie, como se demostró en la bronca a quienes sacaron pañuelos verdes en la Maestranza conminando al Presidente. ¡Esto no es Madrid y aquí no hay tendido 7!
Idiosincrasia que está más arraigada en los tendidos y palcos de la sombra de la Maestranza. Sombra que tiene muy “mala sombra” y no precisamente porque la lluvia haga todos los años aparición en las corridas.
Es una sombra demasiado erudita en cuestiones taurinas. Van de “sabelotodo” y eso no es bueno, porque aplauden tanto los lances como los pases triviales y no tienen en cuenta las verónicas ni los naturales.
Es una sombra desaboría, pero demasiado festiva por ser capaz de valorar los detallitos más que lo fundamental. Por eso una larga a una mano se lleva la palma frente a una media verónica bien ejecutada y lo mismo ocurre con una trincherilla capaz de ponerla en pie, frente a un natural o un obligado de pecho que no producen en ella efecto alguno.
Debe ser esa misma idiosincrasia que todo lo mide por arte. ¡Que arte tiene este torero! Aunque haya dado una “espantá”.
¡Son factores a examinar y conste que no lo hago en tono peyorativo!, pues me da mucha pena que los toreros comiencen a temer ir a Sevilla por no saber a que atenerse ante ese público apático en demasía, y que de seguir así puede pasar lo que le ocurrió a Madrid con “Guerrita” cuando dijo: “En Madrid que atoree, San Isidro”