torostarifa.blogspot.com

domingo, 25 de abril de 2010

ANÁLISIS DE LA CORRIDA DE TOROS EN LA MAESTRANZA DE SEVILLA.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

¿Qué ocurre en Sevilla que salvo “El Juli”, Manzanares y el local Morante de la Puebla, el resto de los diestros actuantes, en esta edición de la feria de abril 2010, no llegan a los tendidos?
¿Es cuestión de toros, toreros, o de idiosincrasia del público sevillano?
¿Acaso valora el público en demasía la predisposición de los toreros?
¿Es cuestión de ligazón de pases de muleta?
¿Suele tener repercusión las matizaciones previas de la crítica especializada?
Todos estos factores y, alguno más, vamos a tratar de analizarlos.
¿Cuestión de toros?
¿Puede haber influido en los tendidos el comportamiento previo a la actuación de muleta de los toros que han propiciado el triunfo?
Creemos sinceramente que no, pues tanto en los toros donde triunfaron “El Juli” y Manzanares, no solo el público sino los propios diestros (y más concretamente Manzanares, no tan flemático como “El Juli”) con sus gestos de contrariedad, no auguraban un final triunfal.
Han salido al albero maestrante toros con mucho "carbón" que han sido podidos por sus lidiadores (Fandiño, Ferrera, Barrera etc), y tampoco estos diestros han llegado a los tendidos.
Cierto que los figurones, torean casi a diario y por ello cuentan con cuadrillas de subalternos capaces de “hacer mejor las cosas” al toro en los momentos de salida al ruedo e intervenciones previas al último tercio que es en demasía valorado para el triunfo del espada. Pero tampoco ha sido este factor determinante puesto que las intervenciones mal realizadas han acabado prácticamente todas, con los toros devueltos.
¿Cuestión de predisposición de los diestros actuantes?
Tampoco creemos que sea este el motivo, pues cierto que además de “El Juli”, Manzanares y Morante, otros diestros como el sevillano Salvador Cortés o el mismo "Fandi" han dejado todo ante sus toros, e incluso han toreado muy bien a toros nada fáciles, y el público ha permanecido impasible en el reconocimiento de su entrega. En el caso concreto de el diestro de Granada incluso se la jugó en banderillas ante toros que le pusieron los pitones en el cuello.
La crítica especializada siempre ha tenido gran predicamento en el público al que ha influenciado, y si estos sabios del toreo dicen que un diestro está bajo, el público influenciado no le ayuda sino que lo hunde más aún.
¿De donde dimana esta actitud? Posiblemente de la envidia humana que en un principio ayuda al que comienza para tratar de subirle al pedestal que ocupa un figurón torero del que están hartos. Cuando el débil está en lo más alto, acabarán hartándose de él, para hundirlo en detrimento de otro que suben.
¿Idiosincrasia sevillana? ¿Similitudes de comportamiento en costumbres sociales en este caso taurinas? Una idiosincrasia sevillana demasiado unipersonal que no admite que otras aficiones alcen la voz en su Maestranza, donde están convencidos que ellos hacen, en cuestión taurina, las cosas mejor que nadie, como se demostró en la bronca a quienes sacaron pañuelos verdes en la Maestranza conminando al Presidente. ¡Esto no es Madrid y aquí no hay tendido 7!
Idiosincrasia que está más arraigada en los tendidos y palcos de la sombra de la Maestranza. Sombra que tiene muy “mala sombra” y no precisamente porque la lluvia haga todos los años aparición en las corridas.
Es una sombra demasiado erudita en cuestiones taurinas. Van de “sabelotodo” y eso no es bueno, porque aplauden tanto los lances como los pases triviales y no tienen en cuenta las verónicas ni los naturales.
Es una sombra desaboría, pero demasiado festiva por ser capaz de valorar los detallitos más que lo fundamental. Por eso una larga a una mano se lleva la palma frente a una media verónica bien ejecutada y lo mismo ocurre con una trincherilla capaz de ponerla en pie, frente a un natural o un obligado de pecho que no producen en ella efecto alguno.
Debe ser esa misma idiosincrasia que todo lo mide por arte. ¡Que arte tiene este torero! Aunque haya dado una “espantá”.
¡Son factores a examinar y conste que no lo hago en tono peyorativo!, pues me da mucha pena que los toreros comiencen a temer ir a Sevilla por no saber a que atenerse ante ese público apático en demasía, y que de seguir así puede pasar lo que le ocurrió a Madrid con “Guerrita” cuando dijo: “En Madrid que atoree, San Isidro”

No hay comentarios: