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sábado, 1 de marzo de 2008

LA AFICIÓN TAURINA EN ALGECIRAS ???.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.


No vemos a Algeciras una ciudad muy decantada por el “arte de Cúchares” a pesar de haber contado de siempre con plaza de toros permanente y, en determinadas épocas, con toreros de renombre.
Tampoco vemos que sea aprovechada taurinamente, una plaza tan cómoda espaciosa y bien acondicionada como lo es el coso de "Las Palomas", pues un ciclo de cuatro corridas en su feria, allá por el mes de junio, nos parece demasiado corto para una población de más de 100.000 habitantes a los que, si les agregamos los de la comarca, llegarían al cuarto de millón.
Según podemos deducir por los resultados obtenidos, con el "comandante" Dorado la comisión de contratación de la plaza, debió "pasarse un pelín" en festejos programados, mientras que con los señores Lozano se ha limitado a lo "mínimo".
Pero como dice el refran: "El que lo lleva, lo entiende" y por descontado que en cuestiones de "perras" mejor que nadie de fuera, los "metidos en el ajo" entenderán cómo han de mover sus intereses económicos.
Nosotros, como aficionados de los de siempre, con asistir y pagar nuestra localidad. Cumplimos.
Hemos podido constatar cómo en la actualidad, la Plaza de Toros de Algeciras a pesar de su 2ª categoría ha pasado a ocupar el segundo puesto, en cuanto a número de festejos y eventos culturales taurinos en este Campo de Gibraltar, a favor de una plaza de 3ª, "La Montera", de la cercana localidad de Los Barrios.
¿Qué causas se pueden aducir? Se me ocurren las siguientes:
¡Falta de afición! como pude comprobar en el festejo al que, por encontrarme por estas tierras, asistí. El segundo del ciclo ferial de la temporada del 2007.
Ni un cartel tan "atractivo" y "mediático" como el compuesto por ENRIQUE PONCE, ALEJANDRO TALAVANTE Y CAYETANO RIVERA, aderezado con el postre de un encaste "tan dulce" como el de LAGUNAJANDA son suficientes para llenar esta plaza de toros.
Los tendidos semivacios fue la nota dominante, desgraciadamente, para el mundo del toro y para las arcas de los señores Lozano, en esta primera corrida de toros de la Feria Real 2007, que se nos antoja de presupuesto económico, alto.
¿Causas? Diversas pero mencionaré algunas:
Climatología: pues este viernes fue un día veraniego y la “gente no aficionada” -quien, por otro lado, es la encargada de llenar los tendidos-, se decantó por aprovechar el buen día surgido, tras semanas de viento frío de poniente, para disfrutar de la playa y broncear sus pálidos cuerpos en este verano afecto del tan cacareado "cambio climático".
Economía: que a pesar de lo que se dice, no está como para poder distraer bastantes euros en la adquisición de una entrada. La playa resulta, de momento mas barata y además se tiene contenta a la familia.
Exagerado aforo: pues hemos de tener en cuenta que 11.222 asientos, casi la mitad del aforo de "La Monumental de Las Ventas" es mucho para un Algeciras y comarca sin afición verdadera donde "el espectador y señora" con un día de asistencia a la plaza cumple con su función de lucimiento social.
Que salvo los verdaderos aficionados, no más de tres centenares, capaces de ver tres corridas todos los días del año, los que “visionan” corridas de toros, están más que saturados con el tormento a que se ven sometidos a través de la “caja tonta” por el ínclito Manuel Molés con la retransmisión de los festejos componentes de los ciclos completos de las ferias de Sevilla y Madrid en labor encaminada a aumentar sus intereses económicos y los de sus jefe Polanco.
Se nos antoja ¡Demasiados festejos! a los que hay que sumar los ofrecidos por Canal Sur y Telemadrid, como para no acabar hartos de tanto toro de embestida borreguil y faenas carentes de emoción y de arte, por parte de unos diestros a los se ha tenido oportunidad de ver previamente dos o tres tardes por televisión.
Después, en cuanto al éxito artístico: lo de siempre. Ya lo dice el refrán: “Corrida de expectación, corrida de decepción”, pues ni los toros, de presentación correcta pero flojos y descastados, salvo el cuarto que lució tras caer en las manos de Ponce, -quién con faenas clónicas de confección derechista siempre cumple-, ni los toreros faltos de motivación cuando la plaza no es de las que “da o quita puestos” en el escalafón taurino ofrecieron alicientes para salir contentos.
Resumiendo:
Vimos a un veterano y cuajado Ponce que cortó la única oreja de la corrida y a "otros dos", pese a las crónicas efectistas, toreros “más que verdes” que tuvieron el bagaje (justo a sus méritos) de silencio y silencio en cada uno de sus astados a pesar de que el imponderable del viento estuvo en este día dispuesto a colaborar con ellos al no “mover una paja” en el ruedo de “Las Palomas”.
Y con estos "mimbres" no resultará fácil fabricar un "cesto" de consistencia taurina.