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viernes, 25 de diciembre de 2009

LA PLAZA DE TOROS MÁS ANTIGUA DE ESPAÑA: “LA ANCIANITA” DE BÉJAR.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Acabo de recibir el libro “Miscelánea Taurina” que es el primero de una Trilogía que la “Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Béjar” sacará a la luz antes del año 2011 conmemorativo del III Centenario de su Plaza de Toros “La Ancianita”.
Se trata de un interesantísimo tomo de 275 páginas que el amigo D. José Álvarez-Monteserín ha coordinado, ilustrado y maquetado para que imprimiera Artes Gráficas Bretón S.L, en la Muy Leal, Muy Noble y Muy Liberal y Heroica ciudad de Béjar.
Una plaza de toros que tuvo sus orígenes en el pueblo bejarano, tras no acceder a que la duquesa doña Teresa Sarmiento de la Cerda, regente de su hijo Manuel de Zúñiga, pagase el valor de un toro al tiempo que prohibía la celebración de una corrida que la Cofradía de la Virgen del Castañar tenia previsto celebrar en el año 1667 para sufragar los gastos de rehabilitación del Santuario de su patrona.
¡La corrida se celebró!, pero luego estuvieron castigados por la duquesa a ¡cuarenta años sin toros!, hasta que su nieto D. Juan Manuel, II duque de Béjar, concedió permiso para celebrar corridas en la primitiva plaza de maderas enrejadas allá por el 1707 y, posteriormente ante el éxito cosechado, abogar por la construcción de una plaza de fábrica permanente que quedaría acabada definitivamente en el año 1711 y que es nuestra actual, “Ancianita”.
Plaza que en sus orígenes era regida, en cuanto a construcción primero, y luego a celebraciones taurinas se refiere, por la Cofradía de Nuestra Señora del Castañar a través de cuatro mayordomos de nombramiento anual que, como tesoreros, guardaban celosamente lo recaudado en festivales y limosnas.
Por el año 1714, los soldados del hispano Regimiento de Portugal (que estaba de guarnición en Béjar) echaron una mano en el acondicionamiento de la plaza para la lidia de toros.
Luego…los años pasan, el riguroso clima de Béjar deterioró lo construido, pero ahí estaban otros bejaranos actuales dispuesto a que, la obra de sus antecesores no se viniera abajo, y crearon la “Asociación de Amigos de la Plaza de Béjar” quienes: moviéndose, luchando, tocando palillos sensibles al mundo del toro en un restallar con la fuerza de los clarines y timbales, y llamando a las puertas de la política responsable, lograron remozar esta maravilla de construcción, y ahí tenemos a “La Ancianita” (nombre dado por Hilario Hernández que sustituyó como cronista oficial de Béjar a Juan Muñoz quien la descubrió como la Plaza de Toros más antigua de España) que, tras su “cirugía estética”, con su aforo de 4.200 almas, y el paseíllo más “sui generis” del mundo, brilla en lo alto del Castañar a más de 1000 metros de altura, iluminando a la siempre industriosa y trabajadora ciudad de Béjar.
¡Va por ustedes! Aficionados de Béjar.