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sábado, 29 de septiembre de 2012

LA TERCERA CORRIDA DE LA FERIA SAN MATEO VALLADOLID 1978.

LA TERCERA CORRIDA DE LA FERIA DE SAN MATEO VALLADOLID 1978.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

La terna formada por Palomo Linares (crema y palta); Dámaso González (lila y oro) y El Niño de la Capea (grana y oro) se dio cita en el coso del Paseo de Zorrilla para lidiar y estoquear una corrida perteneciente al hierro de Herederos del Marqués de Albayda. Una corrida preciosa de lámina y trapío pero blandos en exceso.
Preside el novel presidente a la sazón el subcomisario D. Luis Quintanilla Gómez auxiliado en materia artística por “Larita”, quienes no estuvieron demasiado afortunados en su actuación. Al ser demasiado dadivosos en la concesión de trofeos, pusieron en entredicho a la afición de Valladolid convirtiendo el coso de 2ª del Paseo de Zorrilla en una plaza de tercera.
Olvidaron las premisas de que el primer trofeo se concede cuando la petición del público es absolutamente mayoritaria, y el segundo, que le es potestativo, basándose en las condiciones del toro (comportamiento en varas primordialmente) y en la labor desarrollada por el torero en los tres tercios considerando con rigor absoluto como realiza la suerte suprema.
Ninguno de los seis toros tomaron más de una vara y todos doblaron las manos. Ninguno de los matadores capoteó bien a sus oponentes y a la hora de matar no hubo estocadas en su sitio y fulminantes que, junto a faenas excepcionales, (que no las hubo) determinan las condición de cortar el rabo.
El resumen de la corrida fue así:
Sale el primero. “Pastueño” Nº 116. 545 kilos., negro zaino. Palomo Linares le para con una serie de lances a pies juntos. Una vara en la que el toro a la salida dobla las manos. Palomo hace su quite y el toro nuevamente mide la tierra. Con un par de banderillas se cambia el tercio. Palomo Linares hace de enfermero a base de torear al débil enemigo con pases a media altura templados. Como no hay posibilidad de que la faena remonte el público pide a Palomo que lo mate. Cobra una buena estocada. La labor del linarense es silenciada.
Sale el segundo de la tarde.”Buhonero”. Nº 123. 546 kilos, negro zaino. Dámaso González lo saluda con unas buenas verónicas entre las que intercala algunas chicuelinas. En la única vara que tomó, el toro empujó y salió berreando con la boca abierta. Con dos pares de banderillas se cambia el tercio. Brinda al público y recibe la ovación pertinente. La faena la comienza con una serie de cuatro pases por alto sin mover los pies del suelo. Ovación. Continúa con una serie de redondos muy templados finalizando con un circular que encandila al público. Adornos temerarios que acaban de entusiasmar al público. Un pinchazo hondo del que el toro dobla. Se le conceden las dos orejas.
Sale el tercero. “Corajuelo”. Nº 112. 505 kilos, negro zaino. El Niño de la Capea lo saluda con lances sin ajuste y armonía. Con una vara se cambia el tercio. También se cambia el tercio de banderillas con dos pares. La faena la comienza con unos redondos de compás abierto pero precipitados. Logra una buena serie de naturales. Al entrar a matar es volteado aparatosamente pero logra una gran estocada. Corta dos orejas y rabo.


Sale el cuarto. “Retenido”. Nº 131. 559 kilos, negro zaino. Palomo lo saluda con verónicas muy templadas que remata con una superior media. Con una vara se cambia el tercio. Tras brindar al público, realiza una faena reposada sobre ambas manos pero sin entregarse. En la suerte natural logra una buena estocada que tumba al toro. Una oreja.

Sale el quinto. “Jerezano”. Nº 117. 549 kilos, negro zaino. Dámaso lo recibe de capote con unos lances en los que no se ajusta. Con una vara se cambia el tercio. Dos pares de banderillas. Faena  de muleta encimista, similar a la realizada en su primero pero abusando más de los adornos. Tras pinchazo, estocada y descabello al primer intento. se le conceden las dos orejas y el rabo.en premio que se nos antoja excesivo.

Sale el sexto. “Descarado”. Nº 124. 546 kilos, negro zaino. El Niño de la Capea lo lancea bien de capote..En la primera vara el toro se quite el palo y seguidamente toma un puyazo sin apretar. A la salida del caballo, dobla las manos. Palomo hace su quite por delantales siendo ovacionado. Capea voluntarioso trata de realizar faena pero el toro no quiere embestir y cuando lo hace el recorrido es muy corto. En la suerte suprema logra una estocada de la que el toro se acula en tablas y allí lo descabella al primer intento. Se pide la oreja mayoritariamente pero el presidente no la concede por lo que recibe una bronca. Capea es ovacionado cuando abandona el ruedo.
Y para completar la crónica les diré que Palomo Linares lanceó al 4º superiormente rematando la serie de verónicas con una media torerísima. Realizó una faena valiente que fue aplaudida. Finalizó con molinetes de rodillas y mató con una estocada caída a pesar de lo cual cortó una oreja.
Dámaso González realizó dos faenas largas con pases de todas marcas ligados y templados. Sobresalieron los pases de pecho en su primero, aunque ahora no son obligados.
El Niño de la Capea ejecutó excelentes verónicas a su primero así como buenos pases tanto al redondo como al natural que compusieron una faena artística. El que fuera prendido por la chaquetilla de forma angustiosa, fue determinante para la petición y concesión de las dos orejas y el rabo. En su segundo destacaron unas ajustadas manoletinas.
En los ecos de sociedad decir que asistieron a la corrida el Excmo Sr. Capitán General de la VII Región Militar EXcmo. Sr. D. Ángel Campano, el gobernador civil de la provincia Sr. Estévez Méndez y los matadores: “Paquirri”, José Marí Manzanares y Paco Camino.