LA CORRIDA DE REAPARICIÓN DE JOSÉ
TOMÁS EN JEREZ 2016.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
La empresa de la plaza de toros
de Jerez había cuidado al máximo el ruedo, ante la persistente lluvia de la
mañana, cubriéndole con unas lonas.
Momentos antes del inicio de la
corrida cuando, los amantes de nuestra Fiesta más nacional acudían a la plaza
para llenar por completo el aforo de las cerca de las 9.000 localidades,
nuevamente ese contingente de antitaurinos subvencionados se manifestaban, protegidos
por las fuerzas de seguridad, ante la puerta número 14 que es por donde entran
las autoridades, con gritos variados entre los que destacaba el de ¡ASESINOS!
¡ASESINOS!
Presenció la corrida el rey emérito acompañado de su hija la infanta Elena quienes ocuparon barrera reservada al efecto. El público agradeció el apoyo a la Fiesta tributándole una ovación.
Presenció la corrida el rey emérito acompañado de su hija la infanta Elena quienes ocuparon barrera reservada al efecto. El público agradeció el apoyo a la Fiesta tributándole una ovación.
Tras deshacer el paseíllo, la
ovación de reconocimiento a José Tomás le saca al tercio a saludar y el torero
invita a que salgan al tercio sus compañeros de terna para recibir y compartir
la ovación.
El primer toro de la tarde nos
puso los congojos en el cuello cuando, en el segundo par de banderillas,
alcanzó a Juan José Padilla que no se había recuperado del todo del pisotón
sufrido por el toro en el primer par de garapullos.
El diestro jerezano tras el
porrazo sufrido en la parte derecha de la cabeza quedó tendido en la arena de
manera dramática. Pero el “Ciclón de
Jerez” es hombre curtido en mil batallas y naturalmente se recuperó tras
pasar por la enfermería y salió con un espadrapo en su sien derecha, para matar a este cuvillo.
De siempre hemos considerado el
pase natural como el “pase rey” de muleta, y ese debe ser también el concepto
que del toreo tiene José Tomás, puesto que la grandísima faena de muleta
ejecutada a “Lanudo” la cimentó sobre
esa mano. Un nuevo "Lanudo" hijo de aquel con el mismo nombre que, indultado injustamente en Algeciras por Miguel Ángel Perera ,sí transmitió los genes bravos a su descendiente.
El torero de Galapagar vio tantas
posibilidades en este su primer toro para salir por la Puerta Grande que no
quiso brindar la muerte del mismo a una sola persona, el Rey, como era
preceptivo, sino que lo brindó a todos cuantos habíamos pasado por taquilla
para presenciar su vuelta a los ruedos españoles en este antiguo y pequeño coso para esta
ocasión, plaza de Jerez.
El torero de las “cero
pulsaciones”, no ha perdido, a pesar de su voluntaria inactividad, un ápice de
su valor, técnica, arte y personalidad. ¡Es el José Tomás de siempre! Quien nos
pone los pelos como escarpìas cuando observamos como los hilos de oro del
bordado de su traje de torear quedan prendidos en las hebras de queratina
desprendidas de los pitones de sus oponentes.
Comenzó con una serie de cinco
estatuarios tancredianos para seguidamente bordar el natural en medio de los
sones del pasodoble más torero que es “Manolete”,
y no “Nerva”, y matar de un volapié
sensacional que merecieron las dos orejas y el rabo.
La verónica, José Tomás la bordó
pero en esta ocasión quiso arriesgar más lanceando, tras unas buenísimas
chicuelinas, por gaoneras donde el cuerpo ofrecido por delante del capote
ofrece más exposición.
Y luego…con la pañosa, sin
importarle el viento de levante que soplaba con cierta fuerza, atornilló las
zapatillas en la arena del ruedo de Jerez y con esas muñecas prodigiosas llenas
de sensibilidad y suavidad instrumentara unos naturales perfectos de cite,
temple, mando y remate.
El de Galapagar, relajado al
máximo como si estuviera entrenando en el salón de casa frente a los espejos
que lo enmarcan, logró una faena tan perfecta que puede ser el icono para
reverdecer la Fiesta de los Toros por alguien que, realizando el toreo de
verdad, encandila a los aficionados jerezanos de siempre quienes ,aún añoran a su ídolo
Rafael de Paula y a los nuevos que se incorporan a la interpretación de este
arte.
Hoy Jerez tiene otro referente.
Un torero de agallas como es Juan José Padilla quien tras el susto en su
primero desorejó a su segundo tras toreo emotivo que enervando a sus paisanos
le pidieron merecidamente los trofeos.
Y finalmente el tandem Manzanares- Cuvillo no podía quedarse atrás y por ello, tras una
gran estocada ejecutada en la suerte de recibir paseó las dos orejas que le
posibilitaron salir por la puerta grande en compañía del estratosférico José
Tomás y el Ciclón- pirata de Jerez.
Una tarde para el recuerdo meced
a los merecimientos del añorado José Tomás que está físicamente como siempre
aunque con las sienes adornadas de unas canas que consideramos naturales como
consecuencia del miedo padecido en sus actuaciones al jugarse la vida de
verdad.
Reportaje gráfico de lo realizado por Juan José Padilla.
Reportaje gráfico de lo realizado por José Tomás.
Reportaje gráfico de lo realizado por José María Manzanares.
Otras fotos.