MANZANARES Y GLOBOMEDIA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
Cómo cotidianamente, he leído el artículo de mi
admirado amigo Ricardo Díaz-Manresa quien, cómo escritor, siempre ha sido claro
y transparente como el antiguo agua del Lozoya que de estudiante bebía en la
capital de España.
Después lo mezclaron con el agua del Manzanares y
perdió su pureza.
Se trataba de un artículo sobre el torero Manzanares
hijo, dando explicaciones a la afición de Sevilla sobre el veto a la empresa de
la
Maestranza.
Y a decir verdad, me ha resultado, por primera vez en
mi dilatada lectura de sus artículos, farragoso, deslavazado y casi, casi,
incomprensible. ¡Con lo excelente escritor que es!
Claro que más incomprensibles son muchas veces los
toreros.
Ahora resulta que José María Dolls Samper”Manzanares hijo” ha roto con la
tradición del Jefe de Prensa, que los toreros importantes tenían, y lo ha
cambiado por Globomedia, -que es una productora de televisión española, líder
en facturación en el sector de las productoras televisivas que fundó en el
año1992, Emilio Aragón junto a otros dos más- para que le gestione la
comunicación y el management.
Parece ser que ha sido Globomedia quien ha fichado a
Manzanares, a través de la Directora de Comunicación y Relaciones Externas del grupo, María
Penedo una experimentada periodista a quien, cómo partidaria de lo novedoso que
es lo que impera en la televisión, debió gustarle la imagen del torero, como
hombre, tras haberle estudiado en las fotos hechas por los afamados fotógrafos:
Buno Weber, Mario Testino, Meter Lindbergh o Jean Baptiste Mondito entre otros,
y decidió incorporarle a su carpeta de valores.
Manzanares estará al lado de Belén Esteban y,
posiblemente de momento, por debajo de ella en el baremo de productividad.
Algo debe tener este torero como hombre atractivo,
cuando le han fichado cómo icono firmas tan importantes como la relojera IWC o
la de perfumes Givenchy.
Para nosotros que, a decir verdad, no entendemos de bellezas masculinas, su cara se nos antoja más de boxeador estilo Mike Tyson (al que se la da un aire), que de "guaperas" como Stewart Granger. Su físico es como el de cualquier joven de estos tiempos que suelen cultivar sus cuerpos en los gimnasios a falta de trabajo.
Si bien, es posible que Globomedia, se haya basado en otros méritos, pues ya lo calificó cómo: "Manzanares es un renovador de la tauromaquia, donde busca la modernidad del toreo sin perder la esencia"
Para nosotros que, a decir verdad, no entendemos de bellezas masculinas, su cara se nos antoja más de boxeador estilo Mike Tyson (al que se la da un aire), que de "guaperas" como Stewart Granger. Su físico es como el de cualquier joven de estos tiempos que suelen cultivar sus cuerpos en los gimnasios a falta de trabajo.
Si bien, es posible que Globomedia, se haya basado en otros méritos, pues ya lo calificó cómo: "Manzanares es un renovador de la tauromaquia, donde busca la modernidad del toreo sin perder la esencia"
Lo cierto es que, el hasta ahora torero, se está
codeando con valores de otras parcelas; cómo actores y sobre todo modelos
femeninas como Adriana Lima y Carolina Kurkoba Schwanger, que esperemos no
repercutan en la concentración requerida para un torero de élite.
Los aficionados somos muy tradicionalistas por ello,
las fotos que, de un torero nos gustan, son las tiradas cuando está delante del
toro y vestido con el traje de luces o cómo mínimo de traje corto. Y por fotógrafos
taurinos que son los que saben elegir el momento preciso de la suerte taurina.
Nos importa un bledo el reloj que luzca cuando está
vestido de paisano porque, de momento, delante del toro no suelen lucirlo, por no necesitar saber la hora ya
que ésta está reflejada de manera permanente en un gran reloj obligatorio en
todas las plazas donde actúan.
Y en lo referente al perfume que utilice, también nos
tiene “al pairo” porque desde nuestras localidades no lo percibimos y, al toro
estos olores suelen molestarles bastante, hasta el extremo de huir de ellos.
Él (o tal vez Globomedia en su boca), ha sido el único
que, hasta el momento, ha destapado el tema de las diferencias con la Maestranza
Manzanares en su página web ha colgado un comunicado
para, según él, dar explicaciones y justificarse ante la afición de Sevilla,
por haberse unido al grupo de sus cuatro compañeros que han decidido no torear
en La Maestranza
de la antigua Híspalis, mientras esté gestionada por la empresa actual.
Nos preguntamos por qué se une al grupo cuando, el
empresario en cuestión ni le mencionó en sus quejas por la falta de solidaridad
de los toreros con la crisis al no querer bajar sus caches.
¿Tal vez por aquello del agradecimiento de que el
“tandem” de “Morante” y “El Juli”, le hubieran admitido en su cerrada parcela
de mandones del cotarro taurino?
Sale en defensa de sus compañeros con estas líneas:
“Me consta
que varios de mis compañeros han sufrido un tratamiento irrespetuoso, injusto e
irresponsable en lo personal y en lo profesional con ejemplos tan recientes
cómo las desafortunadas declaraciones del empresario que regenta la Maestranza”
Y luego se justifica así:
“Se siente muy
consternado por unas declaraciones….”
Sin tener en cuenta que el empresario en cuestión puso los "puntos sobre las ies" de la
verdad de la Fiesta, cuando le "tiraron de la lengua" y seguidamente le "tocaron las orejas".Cosa que Canorea, como taurino bravo, no aguanta y explosiona como la gaseosa.
¡Tampoco fue para tanto! Finalmente pidió perdón que
es propio de los arrepentidos y de la gente de bien.
¿Cómo deberíamos sentirnos los aficionados, a los que
además nos cuesta el dinero, con los numerosos petardos con que, tanto sus
compañeros como él, nos “obsequian” temporada, tras temporada?
Manzanares continúa escribiendo:
“No tolera la
falta de consideración a cualquiera de los cuatro elementos primordiales de la Fiesta de los Toros:
afición, plaza, toro y toreros”.
¿Cuántas veces los toreros han dejado de considerar a
la afición con la falta del elemento toro?
Y continúa escribiendo que:
“El lamenta
más que nadie su ausencia…..”
¡Naturalmente!, pues él cobraba un buen dinero.
Toreaba toros terciaditos en todos los sentidos. La decaída afición sevillana estaba
con él, al ser partidaria de las faenas inconclusas e intermitentes por su
falta de ligazón.
La Maestranza hace años que no va acorde con la categoría que
siempre atesoró. Ahora, el público que acude a ella (aunque este mal viene de largo) es más partidario de los trincherazos y de los
desplantes pintureros que al fin y a la postre no es torear.
Manzanares es un torero de dinastía que desde sus
comienzos fue cuidado entre algodones hasta completar su tauromaquia en un oficio minuciosamente programado.
Encontró el sitio de matar los toros, abusando de la
suerte de recibir que no es la adecuada para los borreguiles y quedados toros
de ahora. Pero está suerte es muy valorada por los espectadores lerdos en
materia taurina que son los que en ferias pueblan los tendidos.
Finalmente dice:
“No es
cuestión de dinero…
Es muy posible que así sea, pues el quinteto está más
que “forrado”. Es cuestión de imponer su ley de “mandones dictatoriales” del
toreo, donde el resto de sus compañeros de oficio les importan un “rábano”,
ocupados como están, sólo en ser ellos los contratados hasta en las plazas de
los pueblos. A los del resto del escalafón que les “parta un rayo”.
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