SEXTA CORRIDA DE TOROS DEL CICLO SAN MATEO 1976 DE VALLADOLID.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
A pesar de que la tarde amenazaba lluvia y está cayó con fruición a partir del tercer toro, hubo una magnífica entrada en esta última corrida del ciclo taurino ferial del año 1976.
Bajo la presidencia del Comisario del Cuerpo General de Policía don Luis Vaquero auxiliado en materia artística por Antonio Lozano realizan el paseíllo precedidos de dos caballeros rejoneadores: Josechu PÉREZ DE MENDOZA y JOAO MOURA, los matadores Miguel Márquez, Gabriel Puerta y Antonio Guerra que matarán respectivamente reses de el Conde de Ruiseñada, Flores Albarrán y los de a pie de D. Manuel San Román.
Los rejoneadores actuarán entre los toros de a pie tercero y cuarto.
Así estaba anunciado el festejo, luego...los imponderables trastocaron el desarrollo del mismo como verán seguidamente.
Sale el primero de la tarde. Nº 9. “Veladito”. 500 kilos. Negro.
Miguel Márquez lo lancea con verónicas voluntariosas. Lo deja largo en la suerte de picar. El toro se arranca de largo en los dos puyazos que recibe. Márquez ejecuta un quite artístico por chicuelinas que es aplaudido.
En banderillas recibe dos buenos pares de garapullos.
En la faena de muleta, Miguel Márquez prueba al toro por ambos pitones de manera precavida para tratar de ver las condiciones de embestida del mismo. Sufre un desarme.
En terrenos del tendido 4 le administra una buena serie de naturales que remata con el de pecho, en este caso, no obligado.
El toro se niega a embestir de primeras por lo que su matador ha de insistir para que embista. Ante esta situación, Miguel Márquez opta por los desplantes de rodillas muy del gusto de los espectadores.
En la suerte suprema logra una estocada tendida. Se pide la oreja que presidencia concede.
Su segundo corresponde al cuarto de la corrida. Nº 58. “Linorito”.543 kilos. Cárdeno de capa.
Tras transcurrir los dos primeros tercios sin pena ni gloria, Miguel Márquez brinda su faena al público quien corresponde con una ovación. La comienza con unos ayudados por alto en serie de cuatro buenos por la quietud.
Seguidamente con valentía y deseo de triunfo para salir por la puerta grande, realiza una faena con pases de todas marcas a un toro de excelentes condiciones en medio de la música y los aplausos de los brindados.
La faena la finaliza con desplantes y jugueteo vistoso. ¡Faena que ha sido más espectacular que artística!
En terrenos del tendido 3, donde ha realizado la faena de muleta, entrando a ley logra una excelente estocada de la que el toro dobla y el puntillero acierta al prime intento.
Se pide la oreja de manera mayoritaria y presidencia la concede.
Sale el segundo de la tarde. Nº 72. “Horno”. 532 kilos y negro de capa.
Gabriel Puerta le da unos mantazos de capote sin lograr fijarlo. En la suerte de varas sufrió un puyazo bueno en la primera entrada y un picotazo sin meter las cuerdas en la segunda.
El tercio de banderillas fue un verdadero desastre.
La faena de muleta transcurrió en un sin vivir puesto que el toro estuvo en todo momento por encima de su matador. Muletazos sin mando en el remate de los cuales el toro le achuchó de continuo. Faena angustiosa para el espectador.
Estocada caída de la que el toro dobla acertando el puntillero Víctor Rodríguez a la primera y recibiendo una ovación del paisanaje. Al final silencio para el matador.
En su segundo que corresponde al quinto de la corrida a pie. Nº 88. “Desteñido”. 487 kilos y negro de capa.
Gabriel Puerta lo lancea sin ajuste en una serie de cuatro verónicas a pies descalzos puesto que se quitó las zapatillas debido al estado del ruedo. Recibe aplausos.
El toro se ha quedado con media arrancada y Puerta poniéndolo todo, logra una buena serie de redondos. Ovación.
Cuando está toreando al natural sufre una caída delante de la cara del toro sin que afortunadamente el astado haga por él. En angustia en el público y susto en el matador quedó la cosa.
El primo de Diego Puerta estuvo voluntarioso e incluso valiente, pero esta muy lejos de parecerse el Diego Valor. Mató de un pinchazo a paso de banderilla, media perpendicular y descabello al segundo intento. Recibió algunos aplausos.
Sale el tercero de la tarde. Nº 70. “Novelero”. 528 kilos. Negro de capa.
Antonio Guerra lo recibe con una serie de cinco extraordinarias verónicas rematadas con una superior media, merecedoras de la mayor ovación de la tarde.
Seguidamente lo lleva con elegancia al caballo en la suerte de varas donde recibe dos puyacitos.
Tras brinda al público comienza su faena con un pase de rodillas. Al tratar de dar el segundo es arrollado por el toro afortunadamente sin consecuencias.
Tras reponerse del susto, comienza el toreo al natural logrando una buena serie donde destacó la quietud por encima de lo artístico.
Finaliza con manoletinas, algunas mirando al tendido, y desplante de rodillas.
En la suerte suprema no estuvo acertado pues hubo de dar: un pinchazo sin soltar, otro que el toro escupe, media delanterilla y descabello al tercer intento. Su labor fue premiada con palmas.
En su segundo que correspondía al sexto de lidia a pie. Nº 79. “Veneroso”. 550 kilos. De capa negra. Un toro con romana y malas ideas.
Antonio Guerra pierde el capote en el primer lance de saludo y es perseguido por el toro que hace hilo con él. Hubo de refugiarse precipitadamente en el burladero que afortunadamente estaba cercano.
Lo llevó tres veces al caballo, saliendo de la primera vara rebrincado, de la segunda suelto y finalmente en la tercera el piquero logra castigarle.
En banderillas pasó apuros Pablo Alonso en la salida del segundo par.
La faena de muleta de Antonio Guerra, que transcurre en media de una lluvia casi torrencial, es valentona pero sin lucimiento. Algunos pases por alto mirando al tendido, son aplaudidos por el escaso público que ha quedado en los tendidos.
Una estocada entrando recto y descabello al primer intento despenan al astado. Su labor fue premiada con aplausos.
La actuación de los rejoneadores la resumiré así:
En cuarto lugar actuó Josechu Pérez de Mendoza en medio de una lluvia intensísima. Fue el momento en que más agua caía. El toro era el nº 52. "Tomelloso".550 kilos. Pertenecía a la vacada del conde de Ruseñada.
El toro no está por labor. Le clava un rejoncillo que resulta caído, momento en que el toro se desentiende por completo del caballo. El rejoneador trata de hacerse con el toro en labor que resulta demasiado pesada para los espectadores. Cuando el toro se arranca le clava un buen rejón de castigo.
El toro se entableró y únicamente se arrancaba cuando tenía a tiro al caballo. Lo hacía con una arreón que hubo de esquivar en varias ocasiones el rejoneador.
Se equivoca el rejoneador de instrumento de castigo y clava un rejón de muerte que afortunadamente no profundizó. Seguidamente clava cinco pares de banderillas de los que el mejor es el tercero. Finaliza este tercio de banderillas con un par de las cortas que brinda al público y es muy ovacionado.
El rejón de muerte ligeramente contrario le propicia el poder echar pie a tierra. Cuando se aproxima para descabellarle el toro dobla.
Los aplausos le invitan a dar la vuelta al ruedo.
Un pajarito nos contó que Josechu salió con caballos prestados por Cándido López Chaves
En quinto lugar sale un toro del hierro de Albarrán que fue devuelto a corrales. Cómo no había sobrero de rejones, Miguel Márquez lidia su segundo toro que correspondió al cuarto de la tarde y mientras, se aprovecha para meter en el mueco un toro de Camacho que cuando salió al ruedo para ser lidiado por el rejoneador portugués sangraba abundantemente por los cuernos serrados con generosidad.
Sale el sustituto que pertenece al hierro de Camacho. N 23. “Martinete”. 496 kilos. Negro. Un toro no propicio al lucimiento del portugués Joao Moura que era esperado con gran interés por parte del público vallisoletano. Colocó tres rejoncillos superiores de ejecución. En banderillas dos pares extraordinarios, el último de los cuales levantó a los espectadores de sus asientos.
Demostró tener una cuadra de caballos perfectamente preparada a los que no obliga debido a lo bien que mide los terrenos. Según nos enteramos los mejores caballos se quedaron sin actuar para no exponerles a las malas condiciones, por la lluvia, del piso de la plaza.
El rejón de muerte lo clava en el sitio. El toro se va a las tablas del tendido 2 para doblar. El puntillero acierta al primer golpe de puntilla.
El chaval portugués recibe fuertes aplausos que le obligan a saludar desde el tercio.
Respecto a los toros he de decir, que: los lidiados a pie pertenecientes al hierro de D. Manuel San Román, fueron buenos sin plantear dificultades todos excepto el lidiado en octavo lugar que fue el que cerró plaza. Todos sin excepción tuvieron trapío.
El protagonista de la corrida, sin discusión el PÚBLICO que cubriendo tres cuartos largos de plaza aguantó estoicamente hasta la mitad de la lidia del octavo toro de la desagradable tarde. Y entre el público se encontraba el Alcalde de la ciudad D. Franscisco Fernández Santamaría que ocupaba barrera del tendido 8 acompañado de su esposa.
Fue la corrida que cerraba feria donde se dieron los carteles que reproduzco:
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