torostarifa.blogspot.com

jueves, 18 de febrero de 2010

LA TERCERA CORRIDA DEL CICLO FERIAL VALLADOLID 1974.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Bajo la presidencia del Comisario del Cuerpo General de Policía Sr. Zalama, asesorado en materia artística por Fernando Merino, se celebró la tercera corrida de feria.
Lleno hasta la bandera en una tarde en que no actuó el diestro de Barbate y fue sustituido por el albaceteño Dámaso González, con lo que el cartel definitivo, por el "baile de corrales" tras el reconocimiento veterinario, quedó así:
Cuatro toros de D. Rafael Peralta Pineda y dos de D. Francisco Galache para los diestros: Paco Camino, Dámaso González y Paco Alcalde.
El palco nº 9 ocupado por la reina de las Fiestas que estuvo acompañada de su damas de honor.
Sale el primero de la tarde perteneciente al hierro de don Francisco Galache. Se llama “Barquero”, luce el número 75 y tiene un peso de 474 kilos.
Su lidia corresponde a Paco Camino que es acogido con una fuerte ovación en el momento en que aparece en el ruedo con el capote.
Camino saluda a su enemigo con unas verónicas ajustadísimas que son rematadas con una media superior. Ovación.
Tras llevar artísticamente el toro al caballo, el piquero le infringe un puyacito con el que el de Camas pide el cambio de tercio que es concedido por la presidencia.
En banderillas se lucen tanto Manuel Rodríguez como el tercero José Vega.
Paco Camino instrumenta una faena suave a base de pases largos sin molestar al astado ante el miedo de que éste se derrumbe.
El toro se agota demasiado pronto por lo que Camino abrevia.
Mata de un pinchazo sin soltar y otro hondo que hace doblar al astado para que lo finiquite el puntillero al sexto intento.
Palmas para Camino mientras el toro es pitado en el arrastre.

Su segundo que atiende por “Extremeño”, luce el número 58 y pesa 545 kilos, pertenece al hierro de Peralta.
Camino le recibe con unos lances sin ajuste, y seguidamente lo lleva al caballo de picar. El piquero le administra un fuerte puyazo ante el empuje del toro que está a punto de mandar al picador al callejón. Nueva entrada y recibe otra larga vara.
En banderillas se cambia el tercio con dos pares.
La faena de muleta, Camino la comienza con unos pases de castigo a los que siguen dos buenos derechazos.
No se encuentra a gusto el de Camas y torea deshilvanado y sin ganas, siendo abroncado por el público. Camino toma el estoque de matar y despena al animal de un pinchazo. Dos más sin soltar y estocada contraria en medio de las protestas del público. En el arrastre, el toro es aplaudido mientras que aparece el “Huuuuuuu” del público en recriminación del torero sevillano.

El segundo toro de la tarde, se llama “Patinador”, luce el número 85 y pesa 466 kilos. Pertenece al hierro de Peralta. Un toro con trapío al que Dámaso González recibe muy cerrado en tablas con lances ajustados y ganando terreno en cada uno de ellos.
Llevado artísticamente al caballo recibe un puyazo trasero, tras el cual se cambia el tercio.
Dos pares de banderillas previos a que Dámaso comience su faena de muleta a base de doblones que ahorman la embestida del Peralta.
Dámaso lo torea por redondos de buena factura. Un cambiado, y más redondos que son rematados con un pase de pecho de los denominados de “pitón a rabo”. Ovación y comienza a sonar la música.
Una excelente serie al natural que es rematada con el de pecho de perfecta ejecución.
Una espaldina, un circular completo, tres molinetes de rodillas y vistosos adornos, preparan al toro para la suerte suprema.
Estocada contraria que remata el puntillero Víctor Rodríguez al primer intento. Ovación, dos orejas, petición de rabo y vuelta triunfal al anillo.

Su segundo, de nombre “Granadino”, herrado con el número 87 y un peso de 520 kilos, tuvo aún más clase que su primero.
Dámaso lo toreo magníficamente de capa para luego con la flámula, tras el brindis al público, instrumentar una faena donde estuvieron perfectamente representados los redondos, algunos convertidos en circulares, los naturales suavísimos y largos y los desplantes de rodillas seguidos de espaldinas y jugueteos. Ovación y música durante toda la faena.
Mata de media en el sitio y descabella al segundo intento.
El entusiasmo se desborda y el albaceteño es premiado con las dos orejas y el rabo que luce en la triunfal vuelta al ruedo.

El tercer espada del cartel se enfrenta a su primer enemigo. Es este de la vacada de Peralta. Se llama “Tórtolo”, luce el número 78 y tiene una romana de 528 kilos.
Paco Alcalde lo recibe con unas excelentes verónicas de manos baja que merecen el clamor del público. Cierra la serie con tres medias verónicas de perfecta ejecución. ¡Que bien torea el manchego!
Elegantemente lleva el toro al caballo de picar.
Un picotazo y Alcalde pide el cambio de tercio para dejar al toro con fuerzas para las banderillas.
Los rehiletes los coloca el diestro matador-banderillero.
Elegantemente coloca tres pares de banderillas de perfecta ejecución haciendo honor a la fama de rehiletero. Tres pares colocados en el circulo de una ”perra gorda”. Sobresale el segundo par, colocado tras arrancar del estribo.
¡Alcalde domina el segundo tercio de la lidia!
Su labor muleteril se caracterizó por la voluntariedad ante un toro muy quedado que no quería embestir. Labor por la cara, en uno de cuyos muletazos, al rematarlo, estuvo a punto de ser prendido.
Mató de una estocada que al presentar derrame le privó de algún trofeo por lo que su labor quedó premiada con saludos desde la barrera al negarse el torero al salir al tercio para recibir la ovación.

En su segundo que corresponde al sexto de la tarde perteneciente al hierro de don Francisco Galache, llamado “Farolillo”, marcado con el número 39 y 519 kilos de peso, Alcalde es aclamado por el público vallisoletano en unas magníficas verónicas.
Banderillea con acierto y artísticamente para, tras brindar la faena al respetable, comenzar con dos estatuarios, llevando después al toro a los medios para instrumentar una faena vistosa, muy torera y muy variada a pesar de la distracción del toro.
Alcalde puso en todo momento voluntad en la consecución de la faena estando a punto de ser cogido por arriesgar demasiado.
La valiente faena es refrendada con media estocada entrando mal, y varios intentos de descabellos, no obstante lo cual recibe: Ovación y vuelta al ruedo.